Me escribe @Trolita_Alzada diciendome que le encanta usar tanguitas y que le calienta la forma guarra que tengo de relatar...
Motivos suficientes para llamar mi atención sumado al hermoso ojete que pone en su foto de perfil digno de la mejor pendeja...
Despues de varios mensajes concertamos una cita en un telo para lo cual le encargué que se llevara un bolsito con todas las tangas y ropita de putita que tuviera.
Lo pasé a buscar en el auto, era un pendejo divino, morocho y bien fibroso, con piel suave de putita fina.
En el viaje apenas hablamos, entramos al telo y al bajar del auto, le puse suavemente la mano en la espalda acompañandolo hacia la habitación notando como se estremecía de la emoción...
Me senté en un sillón desnudo, encendí un cigarrillo y ordené al putito que me hiciera un desfile de tangas...
Al poco tiempo la trola desfilaba para mi con tacones y tangas diversas, diminutas, coloridas, negras, de hilo dental.... siempre daba una vuelta y movía el ojete cerca de mi cara.
- Te gusta Papu?
Yo sólo contemplaba y fumaba. No se podía creer el orto que tenía el pendejo...
- Bailá putita...- ordené mientras ponía música con mi teléfono
Sin dudarlo empezó a bailar muy sexy como una trola de discoteca, bajando casi con las rodillas hasta el suelo y subiendo lentamente. Me estaba volviendo loco...
En una de las pasadas, lo paré y le saqué los tacones, escupiendoselos abundantemente y volviendoselos a poner para dificultarle el baile. Con gran habilidad y trastabillando un poco, resbalando, siguió moviendose como una gata. Su bulto empezaba a asomar por debajo del tanga negro, era descomunal y completamente depilado.
- Ahora escupite los tacones vos...- ordené
- Así...?- preguntó arrodillado y embadurnando todos sus tacones de aguja hasta dejarlos empapados,
Caminó y bailó un rato más cada vez con menos estabilidad hasta que se cayó encima de mi verga como si estuviera borracha. Fue muy gracioso... Nos reímos un rato mientras con su orto me frotaba la pija y yo le acariciaba los huevos.
Le encendí un cigarrillo y se lo puse en la boca, poniendolo en cuatro apoyado en la cama. Tenía ganas de saborear esa cola dura y redonda.
Le corrí el tanguita de hilo dental y me dediqué a contornear su ojete con la punta de mi lengua, la putita fumaba y gemía...
Era sabroso ese culo moreno y fibroso, cada vez entraba mas con mi lengua puntiaguda y babeante, ya estaba casi listo para una embestida.
Sin mediar palabras le enterré la verga lentamente y sin parar hasta el fondo, la trolita alzada movía su cola en círculos para devorar el nabo hinchado y grueso hasta llegar a los huevos. Me quedé quieto clavando a la pendeja, me encantaba demorar ese momento de locura retenida, mientras nos babeabamos la boca mutuamente, nos chupabamos, jugabamos con nuestras lenguas calientes y jugosas, mezcladas con el sabor a tabaco....
Sentir ese anillo apretado mientras le masajeaba los huevos llenos de leche, babeándonos desesperadamente hacía que mi chota estuviera como una estaca apenas sin moverse. Poco a poco la leche empezó a salir a presión dentro de ese canal rosa sediento. La putita tambien empezó a descargar sus huevos encima de la cama, no dejamos de besarnos nunca. Al acabar la dejé enterrada un rato y al sacarla lentamente, se la puse en la boca para que me la limpiara toda. Al terminar dejandomela reluciente, lo agarré de la nuca y le hice chupar la manta que tenía su propia leche... quedamos abrazados y nos dormimos...
( comenten y puntúen.. 😉 )
Motivos suficientes para llamar mi atención sumado al hermoso ojete que pone en su foto de perfil digno de la mejor pendeja...
Despues de varios mensajes concertamos una cita en un telo para lo cual le encargué que se llevara un bolsito con todas las tangas y ropita de putita que tuviera.
Lo pasé a buscar en el auto, era un pendejo divino, morocho y bien fibroso, con piel suave de putita fina.
En el viaje apenas hablamos, entramos al telo y al bajar del auto, le puse suavemente la mano en la espalda acompañandolo hacia la habitación notando como se estremecía de la emoción...
Me senté en un sillón desnudo, encendí un cigarrillo y ordené al putito que me hiciera un desfile de tangas...
Al poco tiempo la trola desfilaba para mi con tacones y tangas diversas, diminutas, coloridas, negras, de hilo dental.... siempre daba una vuelta y movía el ojete cerca de mi cara.
- Te gusta Papu?
Yo sólo contemplaba y fumaba. No se podía creer el orto que tenía el pendejo...
- Bailá putita...- ordené mientras ponía música con mi teléfono
Sin dudarlo empezó a bailar muy sexy como una trola de discoteca, bajando casi con las rodillas hasta el suelo y subiendo lentamente. Me estaba volviendo loco...
En una de las pasadas, lo paré y le saqué los tacones, escupiendoselos abundantemente y volviendoselos a poner para dificultarle el baile. Con gran habilidad y trastabillando un poco, resbalando, siguió moviendose como una gata. Su bulto empezaba a asomar por debajo del tanga negro, era descomunal y completamente depilado.
- Ahora escupite los tacones vos...- ordené
- Así...?- preguntó arrodillado y embadurnando todos sus tacones de aguja hasta dejarlos empapados,
Caminó y bailó un rato más cada vez con menos estabilidad hasta que se cayó encima de mi verga como si estuviera borracha. Fue muy gracioso... Nos reímos un rato mientras con su orto me frotaba la pija y yo le acariciaba los huevos.
Le encendí un cigarrillo y se lo puse en la boca, poniendolo en cuatro apoyado en la cama. Tenía ganas de saborear esa cola dura y redonda.
Le corrí el tanguita de hilo dental y me dediqué a contornear su ojete con la punta de mi lengua, la putita fumaba y gemía...
Era sabroso ese culo moreno y fibroso, cada vez entraba mas con mi lengua puntiaguda y babeante, ya estaba casi listo para una embestida.
Sin mediar palabras le enterré la verga lentamente y sin parar hasta el fondo, la trolita alzada movía su cola en círculos para devorar el nabo hinchado y grueso hasta llegar a los huevos. Me quedé quieto clavando a la pendeja, me encantaba demorar ese momento de locura retenida, mientras nos babeabamos la boca mutuamente, nos chupabamos, jugabamos con nuestras lenguas calientes y jugosas, mezcladas con el sabor a tabaco....
Sentir ese anillo apretado mientras le masajeaba los huevos llenos de leche, babeándonos desesperadamente hacía que mi chota estuviera como una estaca apenas sin moverse. Poco a poco la leche empezó a salir a presión dentro de ese canal rosa sediento. La putita tambien empezó a descargar sus huevos encima de la cama, no dejamos de besarnos nunca. Al acabar la dejé enterrada un rato y al sacarla lentamente, se la puse en la boca para que me la limpiara toda. Al terminar dejandomela reluciente, lo agarré de la nuca y le hice chupar la manta que tenía su propia leche... quedamos abrazados y nos dormimos...
( comenten y puntúen.. 😉 )
17 comentarios - Desvirgo pendejos... (EP.5)