El viernes pasado fui a un masajista que hay en el barrio. No había ido nunca y, francamente, fui por una contractura en la espalda, aunque el cartel prometía "masaje integral". Llegué, me hizo pasar al privado con la camilla y me hizo sacar toda la ropa, quedándome solamente con el bóxer puesto. El flaco tendrá unos 35/37 años, buenos brazos y no muy fachero que digamos. Mientras me estaba amasando la espalda me contó que tiene otro consultorio en el centro y que practica no sé qué arte marcial (la verdad es que no entendí muy bien de qué se trataba). Ahí me di cuenta de que sus brazos y el cuerpo que dejaba imaginar la remera ajustada no venían de hacer masajes solamente. Nada, la cuestión es que me hizo masajes en el cuello, la espalda y siguió bajando hasta las piernas. Se fue hasta la planta de los pies y volvió a subir por las piernas. Muy relajante la verdad, hasta que se concentró en la parte de mis cuádriceps y abductores, llegando prácticamente hasta mis nalgas. Iba y venía por mis piernas con esa crema que usan para los masajes. Ese ir y venir de sus manos me gustó mucho, al punto que me hizo tener una erección. Yo me quedé tranqui, sin decir nada y bastante despreocupado hasta que el loco me pide que me ponga boca arriba. Ahí tragué saliva y dije "que sea lo que dios quiera". Me di vuelta y el flaco vio mi erección (era indisimulable, para qué negarlo). Me miró a la cara y me dijo "parece que te gustó el masaje", a lo cual le pedí perdón y traté de relajarme.
El flaco se paró detrás de mi cabeza y empezó a masajearme el cuello y el pecho, llevando sus manos hasta mis abdominales, y poniendo su cuerpo casi encima del mío, lo cual dejaba sus pelvis prácticamente en mi cara. Si bien tenía los ojos cerrados, era absolutamente evidente que estaba ahí. Podía sentirlo.
El flaco siguió yendo y viniendo con sus manos encremadas por mi pecho y mis abdominales, estirando sus brazos hasta llegar a donde comenzaba mi bóxer. Yo no podía dejar de sentir esa calentura que me había agarrado y que cada vez era mayor. Sentir sus manos tan cerca de mi verga no ayudaba a bajarme la calentura, hasta que lo oí decirme "parece que no baja, eh! Puedo?" Lo miré y casi sin hablar le dije que sí (fue más un movimiento de cabeza que otra cosa...). Metió su mano en el bóxer y me agarró la pija dura como estaba. Empezó a masturbarme despacio y me dice "está mejor así?". "Sí", le dije. "Ahora vengo" me dijo, y salió del privado.
Escuché que cerraba la puerta con llave (es un local a la calle) y al toque volvió. "Sacate el bóxer", me dijo. Yo me lo saqué sin levantarme de la camilla. Me pidió que me acostara más abajo, llevándome casi hasta el borde. Me llevó con sus brazos una rodilla al pecho y apoyó su cuerpo sobre mi pierna, como para estirar mis músculos. Luego lo hizo con la otra pierna. Yo no entendía nada: de golpe habíamos vuelto a los masajes pero yo en bolas y con la pija hecha una piedra. Después me agarró las dos piernas y me las empujó juntas, llevando mis rodillas hasta mi pecho y se quedó ahí. Me hizo abrir un poquito las piernas, agarró otra vez la crema de los masajes y empezó a masturbarme con la mano encremada. Era una gloria lo que hacía. Después bajó y me acarició los huevos, y siguió bajando hasta llegar a mi culo con uno de sus dedos. Me pasó el dedo con crema alrededor del ano y empezó a masajeármelo despacio. "Te gusta esto?" me dijo. Le dije que sí con la cabeza. Se concentró en jugar con mi culo unos segundos y después metió un dedo. Yo estaba en la gloria y no podía más de la calentura. Empezó metiéndolo un poco y sacándolo despacio. Después empezó a ir más a fondo. Al toque siento que me dice " te meto dos, querés?". estaba caliente como una pava y el flaco me metió dos dedos que entraron como por la autopista. Me había dilatado el orto re bien y me estaba haciendo gozar como no esperaba. Cerré los ojos y me relajé para sentir esa sensación espectacular. Habré estado así, extasiado y perdido un par de minutos hasta que siento que saca uno de sus dedos y después el otro. Al toque siento que algo caliente y más grande que sus dedos se apoya en mi ano. El flaco me estaba apoyando la verga y yo ni me había dado cuenta de en qué momento la había sacado de su pantalón!!
Empezó a empujar despacio y al toque entró. Yo no pude evitar un gemido. No lo esperaba. Enseguida agarró mis piernas, se las puso al hombro y empezó a bombearme el culo despacio, entrando y saliendo sin fondearme el orto, y haciéndome sentir la gloria de su verga. "Qué putito saliste, eh!" me dijo, y eso me puso a mil. Mi pija estaba dando cabezazos como pidiendo auxilio. Se ve que algo en mi cara le dijo que así era porque empezó a darme más duro y hasta el fondo. El primer empujón a fondo de su verga me hizo gemir más fuerte, y me parece que eso le gustó porque empezó a ir y venir a full. El "plaf plaf" de su pelvis contra mis nalgas lo decía todo. Estaba cogiéndome con todas sus ganas. Lo miré a la cara y lo vi morderse el labio, disfrutando el momento. Cuando me vio observándolo me sonrió de costado y me fondeó con más fuerza. Yo no podía ni quería moverme, hasta que lo escuché empezar a gemir a él, al tiempo que sentí su verga hincharse: claramente estaba por acabar dentro mío.
No tardó nada en llenarme el culo de su leche caliente mientras, agitado, gemía muy fuerte. Sin sacar su verga me abrió las piernas y agarró la mía, que todavía estaba bien dura y empezó a masturbarme. Yo no podía creer lo que estaba sintiendo: el loco me estaba pajeando mientras su verga me llenaba el culo. Duré menos de un minuto y acabé con chorros que me llegaron hasta la cara.
Una vez que acabé liberó mi culo de su pija y me dijo "Ya estás relajado... podés irte. Ah, son 250 por el masaje. Lo otro es cortesía de la casa"...
El flaco se paró detrás de mi cabeza y empezó a masajearme el cuello y el pecho, llevando sus manos hasta mis abdominales, y poniendo su cuerpo casi encima del mío, lo cual dejaba sus pelvis prácticamente en mi cara. Si bien tenía los ojos cerrados, era absolutamente evidente que estaba ahí. Podía sentirlo.
El flaco siguió yendo y viniendo con sus manos encremadas por mi pecho y mis abdominales, estirando sus brazos hasta llegar a donde comenzaba mi bóxer. Yo no podía dejar de sentir esa calentura que me había agarrado y que cada vez era mayor. Sentir sus manos tan cerca de mi verga no ayudaba a bajarme la calentura, hasta que lo oí decirme "parece que no baja, eh! Puedo?" Lo miré y casi sin hablar le dije que sí (fue más un movimiento de cabeza que otra cosa...). Metió su mano en el bóxer y me agarró la pija dura como estaba. Empezó a masturbarme despacio y me dice "está mejor así?". "Sí", le dije. "Ahora vengo" me dijo, y salió del privado.
Escuché que cerraba la puerta con llave (es un local a la calle) y al toque volvió. "Sacate el bóxer", me dijo. Yo me lo saqué sin levantarme de la camilla. Me pidió que me acostara más abajo, llevándome casi hasta el borde. Me llevó con sus brazos una rodilla al pecho y apoyó su cuerpo sobre mi pierna, como para estirar mis músculos. Luego lo hizo con la otra pierna. Yo no entendía nada: de golpe habíamos vuelto a los masajes pero yo en bolas y con la pija hecha una piedra. Después me agarró las dos piernas y me las empujó juntas, llevando mis rodillas hasta mi pecho y se quedó ahí. Me hizo abrir un poquito las piernas, agarró otra vez la crema de los masajes y empezó a masturbarme con la mano encremada. Era una gloria lo que hacía. Después bajó y me acarició los huevos, y siguió bajando hasta llegar a mi culo con uno de sus dedos. Me pasó el dedo con crema alrededor del ano y empezó a masajeármelo despacio. "Te gusta esto?" me dijo. Le dije que sí con la cabeza. Se concentró en jugar con mi culo unos segundos y después metió un dedo. Yo estaba en la gloria y no podía más de la calentura. Empezó metiéndolo un poco y sacándolo despacio. Después empezó a ir más a fondo. Al toque siento que me dice " te meto dos, querés?". estaba caliente como una pava y el flaco me metió dos dedos que entraron como por la autopista. Me había dilatado el orto re bien y me estaba haciendo gozar como no esperaba. Cerré los ojos y me relajé para sentir esa sensación espectacular. Habré estado así, extasiado y perdido un par de minutos hasta que siento que saca uno de sus dedos y después el otro. Al toque siento que algo caliente y más grande que sus dedos se apoya en mi ano. El flaco me estaba apoyando la verga y yo ni me había dado cuenta de en qué momento la había sacado de su pantalón!!
Empezó a empujar despacio y al toque entró. Yo no pude evitar un gemido. No lo esperaba. Enseguida agarró mis piernas, se las puso al hombro y empezó a bombearme el culo despacio, entrando y saliendo sin fondearme el orto, y haciéndome sentir la gloria de su verga. "Qué putito saliste, eh!" me dijo, y eso me puso a mil. Mi pija estaba dando cabezazos como pidiendo auxilio. Se ve que algo en mi cara le dijo que así era porque empezó a darme más duro y hasta el fondo. El primer empujón a fondo de su verga me hizo gemir más fuerte, y me parece que eso le gustó porque empezó a ir y venir a full. El "plaf plaf" de su pelvis contra mis nalgas lo decía todo. Estaba cogiéndome con todas sus ganas. Lo miré a la cara y lo vi morderse el labio, disfrutando el momento. Cuando me vio observándolo me sonrió de costado y me fondeó con más fuerza. Yo no podía ni quería moverme, hasta que lo escuché empezar a gemir a él, al tiempo que sentí su verga hincharse: claramente estaba por acabar dentro mío.
No tardó nada en llenarme el culo de su leche caliente mientras, agitado, gemía muy fuerte. Sin sacar su verga me abrió las piernas y agarró la mía, que todavía estaba bien dura y empezó a masturbarme. Yo no podía creer lo que estaba sintiendo: el loco me estaba pajeando mientras su verga me llenaba el culo. Duré menos de un minuto y acabé con chorros que me llegaron hasta la cara.
Una vez que acabé liberó mi culo de su pija y me dijo "Ya estás relajado... podés irte. Ah, son 250 por el masaje. Lo otro es cortesía de la casa"...
21 comentarios - El masajista (Relato)
pasame la direccion por MP yaaaaaaaaaaaaaa
alguna direccion por favor , quiero sentir un masaje asi por primera vez.
http://www.luisagazzini.com.ar/quien-soy
me encantan los masajes