Voy a serles honesto, toda mi vida siempre fui heterosexual, nunca me atrajeron los hombres o mucho menos su pene, pero por lo que les contaré, se volverá algo muy placentero.
Como ya dije me gustan las mujeres, y desde los 14 años me hacia las pajas pensando en las típicas Megan Fox o Scarlett Johansson, verdaderos manjares para mi pene. A los 16 años me hice amigo en el colegio de un chico: su nombre era Dan, y nos hicimos grandes amigos desde entonces. Sin embargo, 3 años después se mudó a España y no lo volví a ver.
Ya teniendo 23 años, en la universidad, con mis amigos y tratando de buscar novia, me enteré que Dan regresaba a mi país gracias al buen dinero que obtuvieron sus padres en negocios en España. Muy oportunamente me enteré que iría a mi universidad.
La noche que llegó lo recibí con mis amigos de la universidad e hicimos una pequeña fiesta, al terminar lo llevé a mi apartamento, puesto que en él sobra una cama.
Después de echarnos una partida en mi Xbox 360 el se fue a duchar, es entonces que miro la hora en mi celular y este señala la 1 de la mañana. Me alegro al saber que a esa hora varios canales pasan porno.
Siempre he sabido que Dan se tarda un montón de tiempo en la ducha (me lo contó su madre cuando tenia 17), así que no me supuso problema cuando sintonicé a la sexy Esperanza Gomez haciéndole una mamada a Johnny Sins, saqué mi pene enseguida y me puse a masturbarlo al ritmo de la boca de la mujer.
Justo unos minutos después, escucho un portazo detrás mío: la puerta del baño. Hago lo que por instinto sé hacer; cambiar de canal y simular que nada ha pasado. Sin embargo el canal siguiente a ese también tenía porno, pero gay.
Dan: ¿Carlos? ¿Que estas viendo?
Rápidamente me cubro el pene con la sábana de la cama.
Mis nervios aumentaron al darme cuenta que Dan pensaría que me masturbaba con porno gay, sin embargo, por unos segundos, me quedo mirando la pantalla: dos hombres rubios y musculosos se miran de forma pícara mientras uno se acaricia el abdomen, y el otro se masturba viéndolo.
Mi mirada se queda clavada en el pene del hombre. Palpitante y enorme, de repente produce en mí un débil pero a la vez grande deseo de probarlo, de chupar ese rico pene, y disfrutar el semen.
Dan: wow, no sabia que te gustaba eso.
Yo: ¿que? ¡no! yo estaba...
Casi no puedo hablar de los nervios, y a la vez la excitación que me provoca el pene del hombre.
Dan se sienta al lado mio, todavia se encuentra en toalla, y su cabello sigue mojado.
Dan: que sientes al ver el pene?
Yo: me gusta, desearía probarlo.
Dan: interesante, porque yo tengo un método para resolverte las dudas.
De repente, su mano derecha se posa sobre mi muslo izquierdo de una forma suave, podría decirse hasta juguetona.
Yo: (con voz temblorosa) no te refieres a eso, verdad?
Dan: shhh! Carlos, solo quiero que lo experimentes.
Su mano de una forma rápida se posa por debajo de la sábana y con esta empieza a masturbar mi pene, la sensación es genial.
Dan: mmm, ¿te gusta? puedo seguir todo lo que quieras.
Su mano se mueve hacia arriba y hacia abajo lentamente, como queriendo disfrutarlo con la mano. Es entonces que las palabras cachondas salen de mi boca.
Yo: Puedo chupar el tuyo?
Una gran sonrisa se marca en Dan, quien se levanta, se para enfrente mio y se retira la toalla.
Su pene de tamaño descomunal me mira fijamente con su cabeza temblando, y el deseo de chuparlo reaparece en mi. Él, con su esbelto cuerpo, se acerca a mi agarra cuidadosamente mi cabeza por detrás para acercarme a su pene. Pero en vano, pues enseguida lo agarro yo mismo y lo empiezo a chupar.
Para mi propia sorpresa al cabo de unos intentos la mamada que le hago al rico pene de Dan resulta bastante bien, siendo la primera. Dan gime de placer mientras se acaricia el abdomen al mismo tiempo que lo miro mientras se la chupo, de seguro una visión divina.
Agarro el pene con mi mano y lo empiezo a masturbar mientras le lamo las bolas, Dan no deja de asombrarse e incluso dice algunas palabras como "ay que rico, "chúpamela mas", "adoro tu lengua".
Es entonces que decide acostarse boca arriba en la cama, y con la mano me indica a que se la siga chupando, yo claro encantado me saco el resto de mis prendas y me arrimo para lamer el pene.
Al estar encorvado, puedo sentir los dedos de Dan acariciando mi culo, lo cual me causa mucho más placer y para recompensarlo, lo miro a los ojos al mismo tiempo que mi lengua pasa por la cabeza de su rico pene.
De repente siento las manos de Dan ponerse tiesas, y noto como trata de retirar mi boca de su pene: entiendo al instante que el va a sacar su semen. Pero no hago caso a su señal y abro la boca para recibirla: se siente caliente y a la vez salada, además de que se escurre por mis labios hasta la barbilla. Dan queda fascinado.
Dan: wow Carlos, nunca pensé que me la mamarías tan bien, amo tu boca.
Yo: y yo tu rico pene. (digo mientras recorro mis labios llenos de semen con mi lengua).
No paramos ahí, puesto que seguimos viendo la película porno gay, y nos masturbamos mutuamente al mismo tiempo que nos decíamos groserías que nos excitaban. Al acabar volví a chupar su rico pene y esta vez no deje una sola gota.
Sin duda alguna disfruté chupar su delicioso pene.
Como ya dije me gustan las mujeres, y desde los 14 años me hacia las pajas pensando en las típicas Megan Fox o Scarlett Johansson, verdaderos manjares para mi pene. A los 16 años me hice amigo en el colegio de un chico: su nombre era Dan, y nos hicimos grandes amigos desde entonces. Sin embargo, 3 años después se mudó a España y no lo volví a ver.
Ya teniendo 23 años, en la universidad, con mis amigos y tratando de buscar novia, me enteré que Dan regresaba a mi país gracias al buen dinero que obtuvieron sus padres en negocios en España. Muy oportunamente me enteré que iría a mi universidad.
La noche que llegó lo recibí con mis amigos de la universidad e hicimos una pequeña fiesta, al terminar lo llevé a mi apartamento, puesto que en él sobra una cama.
Después de echarnos una partida en mi Xbox 360 el se fue a duchar, es entonces que miro la hora en mi celular y este señala la 1 de la mañana. Me alegro al saber que a esa hora varios canales pasan porno.
Siempre he sabido que Dan se tarda un montón de tiempo en la ducha (me lo contó su madre cuando tenia 17), así que no me supuso problema cuando sintonicé a la sexy Esperanza Gomez haciéndole una mamada a Johnny Sins, saqué mi pene enseguida y me puse a masturbarlo al ritmo de la boca de la mujer.
Justo unos minutos después, escucho un portazo detrás mío: la puerta del baño. Hago lo que por instinto sé hacer; cambiar de canal y simular que nada ha pasado. Sin embargo el canal siguiente a ese también tenía porno, pero gay.
Dan: ¿Carlos? ¿Que estas viendo?
Rápidamente me cubro el pene con la sábana de la cama.
Mis nervios aumentaron al darme cuenta que Dan pensaría que me masturbaba con porno gay, sin embargo, por unos segundos, me quedo mirando la pantalla: dos hombres rubios y musculosos se miran de forma pícara mientras uno se acaricia el abdomen, y el otro se masturba viéndolo.
Mi mirada se queda clavada en el pene del hombre. Palpitante y enorme, de repente produce en mí un débil pero a la vez grande deseo de probarlo, de chupar ese rico pene, y disfrutar el semen.
Dan: wow, no sabia que te gustaba eso.
Yo: ¿que? ¡no! yo estaba...
Casi no puedo hablar de los nervios, y a la vez la excitación que me provoca el pene del hombre.
Dan se sienta al lado mio, todavia se encuentra en toalla, y su cabello sigue mojado.
Dan: que sientes al ver el pene?
Yo: me gusta, desearía probarlo.
Dan: interesante, porque yo tengo un método para resolverte las dudas.
De repente, su mano derecha se posa sobre mi muslo izquierdo de una forma suave, podría decirse hasta juguetona.
Yo: (con voz temblorosa) no te refieres a eso, verdad?
Dan: shhh! Carlos, solo quiero que lo experimentes.
Su mano de una forma rápida se posa por debajo de la sábana y con esta empieza a masturbar mi pene, la sensación es genial.
Dan: mmm, ¿te gusta? puedo seguir todo lo que quieras.
Su mano se mueve hacia arriba y hacia abajo lentamente, como queriendo disfrutarlo con la mano. Es entonces que las palabras cachondas salen de mi boca.
Yo: Puedo chupar el tuyo?
Una gran sonrisa se marca en Dan, quien se levanta, se para enfrente mio y se retira la toalla.
Su pene de tamaño descomunal me mira fijamente con su cabeza temblando, y el deseo de chuparlo reaparece en mi. Él, con su esbelto cuerpo, se acerca a mi agarra cuidadosamente mi cabeza por detrás para acercarme a su pene. Pero en vano, pues enseguida lo agarro yo mismo y lo empiezo a chupar.
Para mi propia sorpresa al cabo de unos intentos la mamada que le hago al rico pene de Dan resulta bastante bien, siendo la primera. Dan gime de placer mientras se acaricia el abdomen al mismo tiempo que lo miro mientras se la chupo, de seguro una visión divina.
Agarro el pene con mi mano y lo empiezo a masturbar mientras le lamo las bolas, Dan no deja de asombrarse e incluso dice algunas palabras como "ay que rico, "chúpamela mas", "adoro tu lengua".
Es entonces que decide acostarse boca arriba en la cama, y con la mano me indica a que se la siga chupando, yo claro encantado me saco el resto de mis prendas y me arrimo para lamer el pene.
Al estar encorvado, puedo sentir los dedos de Dan acariciando mi culo, lo cual me causa mucho más placer y para recompensarlo, lo miro a los ojos al mismo tiempo que mi lengua pasa por la cabeza de su rico pene.
De repente siento las manos de Dan ponerse tiesas, y noto como trata de retirar mi boca de su pene: entiendo al instante que el va a sacar su semen. Pero no hago caso a su señal y abro la boca para recibirla: se siente caliente y a la vez salada, además de que se escurre por mis labios hasta la barbilla. Dan queda fascinado.
Dan: wow Carlos, nunca pensé que me la mamarías tan bien, amo tu boca.
Yo: y yo tu rico pene. (digo mientras recorro mis labios llenos de semen con mi lengua).
No paramos ahí, puesto que seguimos viendo la película porno gay, y nos masturbamos mutuamente al mismo tiempo que nos decíamos groserías que nos excitaban. Al acabar volví a chupar su rico pene y esta vez no deje una sola gota.
Sin duda alguna disfruté chupar su delicioso pene.
2 comentarios - Saboreando un pene (gay)
Saludos desde Ecuador