Relato: Mi amigo me vistió de mujer
Tenía un amigo que Su casa estaba junto a la mía, y nuestros padres también son
amigos. Tanto, que todos los veranos salimos todos juntos de vacaciones, como si
fuéramos una sola familia.
Mi amigo me enseno
muchas cosas, sobre todo relativas al sexo, su tema favorito. Siempre tenía
revistas pornográficas y juntos mirábamos las fotos. Yo me daba cuenta que en
esas ocasiones el se ponía en un estado muy especial, y crecía el bulto bajo sus
pantalones. Hasta que un día me enseno a masturbarme y pude ver su pene. Era
como los que veíamos en las revistas, muy grande, y ligeramente curvo. Me
pareció de un tamaño monstruoso al lado del mío, tan pequeño, y además tenia
mucho pelo alrededor.
Ese verano nos instalamos en el departamento como siempre. La
hermana de él, que tiene mi edad, nos acompaño solo unos días y después
viajo con sus amigas a otra parte
Con mi amigo nos pasábamos el día tomando sol. Éramos muy distintos en lo físico: yo delgadito, lampiño,
cabello largo y cara como de nena, en cambio el tenia rostro de hombre, mucho pelo en su cuerpo atlético y cabellos cortos.
Una tarde propuso que jugáramos al tenis de playa y el que
perdía tendría que hacer lo que el otro quisiera. Acepte, porque éramos muy
parejos en el juego, pero esa vez el se esmero a fondo y me destrozo, me gano. Pregunte, resignado, que tendría que hacer y me contesto que ya
lo pensaría.
Llego la noche, cenamos y nuestros padres se fueron a jugar
al casino, como siempre. Quedamos solos, y él me dijo que había llegado el
momento de que pagara por haber perdido. Yo me había olvidado del tema. Pregunte
de que se trataba, me dijo que debía ponerme una bikini que
había dejado su hermana. Yo era entonces muy inocente, su ocurrencia me causo
risa y acepte.
Entonces extrajo de un cajón una bikini color celeste, me la
entrego y fui a otra habitación a cambiarme. Me desnude, me puse la parte de
arriba y luego la de abajo. Era muy chiquita, y se anudaba a los costados con un
cordel muy fino. Regrese con el caminando sensualmente y muerto de risa.
El se quedo impactado. Dijo que de la cintura para abajo
parecía una chica de verdad, con mis piernas largas y bien formadas, y en la
parte de arriba, quizá con algunos retoques, también.
Camine por todo el dormitorio imitando a una mujer mientras
el me observaba tirado en su cama. No se reía tanto como yo, tenía una mirada
rara pero no le di importancia.
Después me dijo que me cambiara y me dio otra cosa. Me tuve que poner uno de los vestidos de su hermana, era color claro,
muy cortito y se trasparentaba un poco. La verdad es que con mi piel bronceada
lucia muy bien. Me puse una tanga y me dio un relleno para la parte de arriba,
de manera que parecía que tenía tetas muy pequeñas
-estas muy bien, casi listo. Falta solo un detalle -me dijo.
Entonces me sentó frente a un espejo y me maquillo. Pinto mis ojos, mis mejillas
y mis labios con mano experta. Cuando termino no podíamos creerlo: a simple
vista, parecía una chica muy jovencita.
Tomamos un poco de cerveza, camine un poco por la
casa para acostumbrarme a mi nuevo rol hasta que considero que había
llegado el momento
Me pidió de bailar con él, puso sus manos
en mi cintura, llevo mis manos a su cuello y empezó a danzar lentamente.
Yo me sentía muy chiquito entre sus enormes brazos y muy
incomodo por estar así vestido y apretado contra él. Me apretó más contra él. Sentí, claramente, que el bulto entre sus piernas
estaba grande y duro apoyado contra mi vientre.
Bailamos un rato mas, muy juntos. De a ratos me
acariciaba la espalda, me apretaba contra él, se frotaba contra mi cuerpo. Era
agradable sentir sus manos sobre la tela del vestido.
Yo no sabía qué
hacer, me parecía que aquello era más que un juego pero quería saber hasta dónde
llegaba.
-este muy lindo así -me dijo, y me beso en el cuello-
Dije que sí sin saber muy bien lo que hacía. Me pidió que lo
abrazara, que me comportara en todo como una chica. El me acariciaba la espalda
y pasó sus manos fuertes por mi trasero, apretando mis nalgas. Sentí su
respiración agitada, y buscaba mi boca con la suya
Tomo mi mano y la llevo hacia su entrepierna. Ya se había
bajado el pantalón, y tenía la verga dura y gorda.
Con mi mano pequeña tome aquel
monstruo y empecé a acariciarlo. El gemía
Chúpamela me dijo
Antes de que pudiera decir algo, me tomo de la nuca y me
llevo hacia su pene. No sabía qué hacer, pero abrí la boca y me lo trague. Fue
algo extraño. Allí estaba yo, vestido de mujer, chupando la verga de
mi amigo. Yo quería complacerlo en todo, así que me comporte de manera
intuitiva, como creía que lo haría una chica. Recordé las imágenes que había
visto en las revistas pornográficas y me esmere a fondo, succionando ese trozo
de carne duro con todas las ganas de las que era capaz. Mi placer era ver gozar
a él, sentir que yo era capaz de darle tanto gusto con mi mamada.
El gimió más fuerte. Que sucedería cuando se viniera?
Pronto tuve la respuesta: no permitió que me retirara, e hizo toda su descarga
en mi boca. Su semen era espeso, agridulce. No tenia donde escupirlo, de modo
que me lo trague todo.
Después me hizo acostar boca abajo en el amplio sillón, con
el trasero bien parado. Corrió a un costado la parte inferior del vestido,
abrió mis nalgas con sus manos fuertes y hundió su lengua en mi ano. Volví a
gemir, porque me gustaba esa sensación.
Me di cuenta de que se estaba bajando los pantalones, y se
acomodo detrás de mí. Sentí algo duro apoyado en la entrada de mi agujerito. Era
su verga, estaba dura como piedra. Sin decir palabra, empujo un poco. Lance un
grito de dolor.
-es muy grande, me haces doler mucho -suplique.
-shhh, relájate -me ordeno suavemente, y empujo otro poco.
Sentí claramente como la resistencia de mi culo cedía ante la fuerza de esa
verga. El era mucho más fuerte y grande que yo, no podía resistirme. Pero
además me daba cuenta de que él estaba gozando tanto que, una vez más, quise
complacer a mi amigo.
La cabeza de su pene fue entrando poco a poco dentro de mi
culito. El mantenía mis nalgas separadas con una mano, y con la otra guiaba su
terrible herramienta. Podía notar como entraba milímetro a milímetro dentro de mí
abriéndome, venciendo mi resistencia virginal.
. Empujaba, descansaba un poco, volvía a empujar, y así me
fue metiendo todo su tronco en el culo hasta que sentí los pelos de su vientre
contra mis nalgas. Se recostó completamente sobre mí, aplastándome con el peso
de su cuerpo.
-ahí que maravilla es esto -gimió en mi oído- como te estoy
cogiendo, tu culito es mío, es de mi verga, se la trago toda mmmm te hice
mía, sabes?
Yo sentía que me faltaba el aire, apretaba con mis manos los
almohadones del sillón mientras el culo me ardía de una manera increíble. Tenía
los ojos llenos de lágrimas. Entonces el empezó a moverse, lentamente. Su verga
entraba y salía. Me está cogiendo, pensé, me está cogiendo como se coge a una
chica, como se cogen a las mujeres de las revistas que tantas veces me había
mostrado... Esto sentirán las mujeres cuando tienen un macho adentro? Aquí
estoy, vestido con una bikini y tacos altos, maquillada, siendo sometido como
una mujer por mi amigo... La situación me excitaba, me gustaba ser capaz de
darle placer al, y quería que me cogiera mas y mas, que gozara mi culo.
Ya no me importaba el dolor.
Mi amigo dio un grito y se vino dentro de mí. Pude notar sus
chorros de semen invadiendo mi recto, me estaba llenando de su leche,
Se retiro de mi lentamente y fue a buscar algo para tomar. Yo
quede en el sillón, boca abajo, con el vestido corrido a un lado y el esperma
caliente rezumando del agujerito de mi culo para correr por mis nalgas y la
parte interior de mis muslos. El regreso a mi lado, me acaricio y abrazo con
ternura.
Después de un rato me hizo poner de pie y me condujo hasta el
baño. Bajo la ducha, enjabono todo mi cuerpo. Yo estaba mareado y dolorido, pero
me daba cuenta de la manera especial en que recorría mi cuerpo con sus manos.
Hasta que al final me abrazo y me dio un largo beso en la boca. Su lengua
exploro todos mis rincones, mientras sus manos acariciaban suavemente mi
espalda, mis nalgas. Yo respondí a su beso mientras se me escapaban pequeños
gemidos.
Su verga se puso dura de nuevo y golpeo contra mi vientre.
Baje la vista y la pude ver con tranquilidad por primera vez. Era tan gruesa que
no podía creer donde la había tenido metida. El me sonrió y llevo mi mano hasta
ella para que la acariciara. Sin que me lo pidiera, me agache y empecé a
mamarla. Lo hice con ternura, con pasión, con gusto, mientras el sujetaba mi
cabeza. Movió sus caderas, cogiéndome la boca.
Hizo que me pusiera otra vez de pie y me dio vuelta de cara
contra la pared. Apunto otra vez su herramienta hacia el agujero de mi culo y la
fue hundiendo. Esta vez me dolió menos. Sujeto mis caderas con sus manos y se
movió, lento al principio, mas rápido después, y luego decididamente duro. Me
hacia poner en puntas de pie con sus embestidas, me estaba cogiendo de manera
mucho mas salvaje ahora. Los dos gemíamos como locos, hasta que volvió a
vaciarse dentro de mí.
Desde esa noche fuimos amantes. Aprendí a chuparle la verga de
la mejor manera, para que le diera más placer, y el agujerito de mi culo se fue
dilatando mas y mas para recibirlo. Me cogió de todas las maneras, en todas las
posiciones cuantas noches pudimos durante ese verano.
Tenía un amigo que Su casa estaba junto a la mía, y nuestros padres también son
amigos. Tanto, que todos los veranos salimos todos juntos de vacaciones, como si
fuéramos una sola familia.
Mi amigo me enseno
muchas cosas, sobre todo relativas al sexo, su tema favorito. Siempre tenía
revistas pornográficas y juntos mirábamos las fotos. Yo me daba cuenta que en
esas ocasiones el se ponía en un estado muy especial, y crecía el bulto bajo sus
pantalones. Hasta que un día me enseno a masturbarme y pude ver su pene. Era
como los que veíamos en las revistas, muy grande, y ligeramente curvo. Me
pareció de un tamaño monstruoso al lado del mío, tan pequeño, y además tenia
mucho pelo alrededor.
Ese verano nos instalamos en el departamento como siempre. La
hermana de él, que tiene mi edad, nos acompaño solo unos días y después
viajo con sus amigas a otra parte
Con mi amigo nos pasábamos el día tomando sol. Éramos muy distintos en lo físico: yo delgadito, lampiño,
cabello largo y cara como de nena, en cambio el tenia rostro de hombre, mucho pelo en su cuerpo atlético y cabellos cortos.
Una tarde propuso que jugáramos al tenis de playa y el que
perdía tendría que hacer lo que el otro quisiera. Acepte, porque éramos muy
parejos en el juego, pero esa vez el se esmero a fondo y me destrozo, me gano. Pregunte, resignado, que tendría que hacer y me contesto que ya
lo pensaría.
Llego la noche, cenamos y nuestros padres se fueron a jugar
al casino, como siempre. Quedamos solos, y él me dijo que había llegado el
momento de que pagara por haber perdido. Yo me había olvidado del tema. Pregunte
de que se trataba, me dijo que debía ponerme una bikini que
había dejado su hermana. Yo era entonces muy inocente, su ocurrencia me causo
risa y acepte.
Entonces extrajo de un cajón una bikini color celeste, me la
entrego y fui a otra habitación a cambiarme. Me desnude, me puse la parte de
arriba y luego la de abajo. Era muy chiquita, y se anudaba a los costados con un
cordel muy fino. Regrese con el caminando sensualmente y muerto de risa.
El se quedo impactado. Dijo que de la cintura para abajo
parecía una chica de verdad, con mis piernas largas y bien formadas, y en la
parte de arriba, quizá con algunos retoques, también.
Camine por todo el dormitorio imitando a una mujer mientras
el me observaba tirado en su cama. No se reía tanto como yo, tenía una mirada
rara pero no le di importancia.
Después me dijo que me cambiara y me dio otra cosa. Me tuve que poner uno de los vestidos de su hermana, era color claro,
muy cortito y se trasparentaba un poco. La verdad es que con mi piel bronceada
lucia muy bien. Me puse una tanga y me dio un relleno para la parte de arriba,
de manera que parecía que tenía tetas muy pequeñas
-estas muy bien, casi listo. Falta solo un detalle -me dijo.
Entonces me sentó frente a un espejo y me maquillo. Pinto mis ojos, mis mejillas
y mis labios con mano experta. Cuando termino no podíamos creerlo: a simple
vista, parecía una chica muy jovencita.
Tomamos un poco de cerveza, camine un poco por la
casa para acostumbrarme a mi nuevo rol hasta que considero que había
llegado el momento
Me pidió de bailar con él, puso sus manos
en mi cintura, llevo mis manos a su cuello y empezó a danzar lentamente.
Yo me sentía muy chiquito entre sus enormes brazos y muy
incomodo por estar así vestido y apretado contra él. Me apretó más contra él. Sentí, claramente, que el bulto entre sus piernas
estaba grande y duro apoyado contra mi vientre.
Bailamos un rato mas, muy juntos. De a ratos me
acariciaba la espalda, me apretaba contra él, se frotaba contra mi cuerpo. Era
agradable sentir sus manos sobre la tela del vestido.
Yo no sabía qué
hacer, me parecía que aquello era más que un juego pero quería saber hasta dónde
llegaba.
-este muy lindo así -me dijo, y me beso en el cuello-
Dije que sí sin saber muy bien lo que hacía. Me pidió que lo
abrazara, que me comportara en todo como una chica. El me acariciaba la espalda
y pasó sus manos fuertes por mi trasero, apretando mis nalgas. Sentí su
respiración agitada, y buscaba mi boca con la suya
Tomo mi mano y la llevo hacia su entrepierna. Ya se había
bajado el pantalón, y tenía la verga dura y gorda.
Con mi mano pequeña tome aquel
monstruo y empecé a acariciarlo. El gemía
Chúpamela me dijo
Antes de que pudiera decir algo, me tomo de la nuca y me
llevo hacia su pene. No sabía qué hacer, pero abrí la boca y me lo trague. Fue
algo extraño. Allí estaba yo, vestido de mujer, chupando la verga de
mi amigo. Yo quería complacerlo en todo, así que me comporte de manera
intuitiva, como creía que lo haría una chica. Recordé las imágenes que había
visto en las revistas pornográficas y me esmere a fondo, succionando ese trozo
de carne duro con todas las ganas de las que era capaz. Mi placer era ver gozar
a él, sentir que yo era capaz de darle tanto gusto con mi mamada.
El gimió más fuerte. Que sucedería cuando se viniera?
Pronto tuve la respuesta: no permitió que me retirara, e hizo toda su descarga
en mi boca. Su semen era espeso, agridulce. No tenia donde escupirlo, de modo
que me lo trague todo.
Después me hizo acostar boca abajo en el amplio sillón, con
el trasero bien parado. Corrió a un costado la parte inferior del vestido,
abrió mis nalgas con sus manos fuertes y hundió su lengua en mi ano. Volví a
gemir, porque me gustaba esa sensación.
Me di cuenta de que se estaba bajando los pantalones, y se
acomodo detrás de mí. Sentí algo duro apoyado en la entrada de mi agujerito. Era
su verga, estaba dura como piedra. Sin decir palabra, empujo un poco. Lance un
grito de dolor.
-es muy grande, me haces doler mucho -suplique.
-shhh, relájate -me ordeno suavemente, y empujo otro poco.
Sentí claramente como la resistencia de mi culo cedía ante la fuerza de esa
verga. El era mucho más fuerte y grande que yo, no podía resistirme. Pero
además me daba cuenta de que él estaba gozando tanto que, una vez más, quise
complacer a mi amigo.
La cabeza de su pene fue entrando poco a poco dentro de mi
culito. El mantenía mis nalgas separadas con una mano, y con la otra guiaba su
terrible herramienta. Podía notar como entraba milímetro a milímetro dentro de mí
abriéndome, venciendo mi resistencia virginal.
. Empujaba, descansaba un poco, volvía a empujar, y así me
fue metiendo todo su tronco en el culo hasta que sentí los pelos de su vientre
contra mis nalgas. Se recostó completamente sobre mí, aplastándome con el peso
de su cuerpo.
-ahí que maravilla es esto -gimió en mi oído- como te estoy
cogiendo, tu culito es mío, es de mi verga, se la trago toda mmmm te hice
mía, sabes?
Yo sentía que me faltaba el aire, apretaba con mis manos los
almohadones del sillón mientras el culo me ardía de una manera increíble. Tenía
los ojos llenos de lágrimas. Entonces el empezó a moverse, lentamente. Su verga
entraba y salía. Me está cogiendo, pensé, me está cogiendo como se coge a una
chica, como se cogen a las mujeres de las revistas que tantas veces me había
mostrado... Esto sentirán las mujeres cuando tienen un macho adentro? Aquí
estoy, vestido con una bikini y tacos altos, maquillada, siendo sometido como
una mujer por mi amigo... La situación me excitaba, me gustaba ser capaz de
darle placer al, y quería que me cogiera mas y mas, que gozara mi culo.
Ya no me importaba el dolor.
Mi amigo dio un grito y se vino dentro de mí. Pude notar sus
chorros de semen invadiendo mi recto, me estaba llenando de su leche,
Se retiro de mi lentamente y fue a buscar algo para tomar. Yo
quede en el sillón, boca abajo, con el vestido corrido a un lado y el esperma
caliente rezumando del agujerito de mi culo para correr por mis nalgas y la
parte interior de mis muslos. El regreso a mi lado, me acaricio y abrazo con
ternura.
Después de un rato me hizo poner de pie y me condujo hasta el
baño. Bajo la ducha, enjabono todo mi cuerpo. Yo estaba mareado y dolorido, pero
me daba cuenta de la manera especial en que recorría mi cuerpo con sus manos.
Hasta que al final me abrazo y me dio un largo beso en la boca. Su lengua
exploro todos mis rincones, mientras sus manos acariciaban suavemente mi
espalda, mis nalgas. Yo respondí a su beso mientras se me escapaban pequeños
gemidos.
Su verga se puso dura de nuevo y golpeo contra mi vientre.
Baje la vista y la pude ver con tranquilidad por primera vez. Era tan gruesa que
no podía creer donde la había tenido metida. El me sonrió y llevo mi mano hasta
ella para que la acariciara. Sin que me lo pidiera, me agache y empecé a
mamarla. Lo hice con ternura, con pasión, con gusto, mientras el sujetaba mi
cabeza. Movió sus caderas, cogiéndome la boca.
Hizo que me pusiera otra vez de pie y me dio vuelta de cara
contra la pared. Apunto otra vez su herramienta hacia el agujero de mi culo y la
fue hundiendo. Esta vez me dolió menos. Sujeto mis caderas con sus manos y se
movió, lento al principio, mas rápido después, y luego decididamente duro. Me
hacia poner en puntas de pie con sus embestidas, me estaba cogiendo de manera
mucho mas salvaje ahora. Los dos gemíamos como locos, hasta que volvió a
vaciarse dentro de mí.
Desde esa noche fuimos amantes. Aprendí a chuparle la verga de
la mejor manera, para que le diera más placer, y el agujerito de mi culo se fue
dilatando mas y mas para recibirlo. Me cogió de todas las maneras, en todas las
posiciones cuantas noches pudimos durante ese verano.
9 comentarios - Mi amigo me vistió de mujer
Coño, con esas descripciones que haces sobre ti mismo, te imagino como un encantador y elegante mariquita...
Te dedico una erección.