Gracias a Matías (mi amigo psicólogo) hay una práctica que hago regularmente. Él me contó alguna vez que a parte de sus prácticas clínicas realizaba un ejercicio regular para poner en práctica su forma de diagnóstico. El mismo consta en subirse a un taxi, mencionar que es psicólogo y automáticamente comienza el llamado "A mi me haría falta un psicólogo..."
Un sábado hace unos meses atrás. Había sido invitado a un cumpleaños al cual tuve que ir "de compromiso", típico cumpleaños de parejas en el que quien no está en esa situación tiene que responder preguntas similares a: "¿Para cuándo?¿No sería hora? " y un sin fin de sentencias similares.
Habiendo pasado la instancia de la torta de cumpleaños, me disculpo (eso tiene de bueno ser biólogo-investigador, que nadie entiende que hacés ni que horarios tenés). Bajo del departamento donde estaba y proceso a hacer señas a un taxi. A penas me subo saludo cordialmente como siempre y reparo en el chofer. Se trataba de un loco que de no más que 29 años.
Generalmente me gustan los taxistas que hablan, la gente que habla. Escuchar es un ejercicio hermoso para aprender más que con un libro. Pero esta vez no busqué la conversación simplemente me dediqué a mirar por la ventana. Cuando me interroga y me dice:
- ¿Te vas de joda?
- No, ya me voy a dormir. Ya tengo esa edad en la que los de mi edad no tienen joda y los que tienen joda no tienen mi edad.
(se ríe)
- ¡Qué jodido eso! A mi me pasaba desde que empecé a manejar el taxi se me cortó la joda por que hago el turno noche.
- Debe ser jodido...
- No, tiene mala fama pero de noche es cuando conocemos a la gente, la verdadera gente.
- ¿Vos creés?
- No solo lo creo, sino que también lo sostengo. La gente de noche es real, y cuando está en pedo es peor... Hay que desconfiar de la gente que no toma...
- Mirá que bueno eso que decís, nunca lo había pensado...
- Si, es la posta. A parte te garpan de más... eso esta mejor.
- ¿Ganás bien?
- No tanto como me gustaría, pero mal no me va. Igual si consiguiera otro laburo de una que cambio, me gustaría estar más tiempo con mi novia y con mis viejos.
- ¿Tenés hijos?
- No, por suerte no. No los podría mantener. Pero por ahora me sirve lo que gano para vivir, y para darme gustitos...
Debo reconocer que ahí se hacía presente el recuerdo de "mi amigo el psicólogo" y comencé a preguntar y ver donde terminaba una charla corta con un total desconocido. De todas maneras me cabeza estaba llena de prejuicios por lo que supuse que los "gustitos" eran un tele más grande, pilcha... no sé.
- ¿ Qué gustitos te dás?
- Me gusta cuando puedo, irme a las sierras alquilar una cabañita... Hacer asado, comer rico y no tener que vestirme para laburar, puedo pasar horas juntando ramitas, caminando...
- ¡Qué loco! Nunca me hubiera imaginado...
- La ciudad es una furia estar solo es lindo.
- ¿No vás con tu novia?
- A veces va pero a veces se hace la boluda y me deja solo por que mucho no le pinta a la chabona.
- ¿Solo en las sierras?
- Solo no, conmigo.
Ya estábamos llegando a la casa donde estaba parando, pero sentía que tenía que seguir charlando. Hice como que me toqué los bolsillos y a golpe de ojo por el espejo me vió, yo fingía estar preocupado.
- ¿Pasó algo?
- Me olvide las llaves, banca que llamo. (frenó el auto a un costado, y dejó el auto encendido)
....
- ¿No te atienden?
- No, no me dá. ¡Qué cagada!
- No te calientes, seguí intentando y si querés volvemos despacito.
No pensé más que era una oportunidad para cobrarme más, y yo dejarme cobrar para charlar un poco más.
- No me da...
- Vos seguí intentando, que vamos despacio. Y si llegamos y no te atienden tocás timbre.
- Bueno, dale.
- Con lo que te va a salir este viaje me voy el fin de al campo (y se ríe)
- Si, la verdad...
- Era un chiste, no te preocupes. Son cosas que pasan, no es importante...
- No tengo donde dormir... ¿Y no es importante?
- Lo importante es comer rico, hablar con amigos, tomar vino, ser feliz.
- ¿Sabés? tenés razón... Igual hay que laburar también, ganar algún manguito para eso.
- Si, pero no es lo más importante. Mirá..
Apagó el reloj del taxis y me dijo:
- ¿Ves? vamos despacito y no te calientes por la guita.
- No hagas eso. No hace falta
- Mi taxi, mis reglas. Así te sobran unos mangos y te vas al campo vos también.
- ¿Apagas el celular también?
- No, apago internet que es distinto. Y lo prendo si estoy muy aburrido y ver porno.
Me río y ahí empiezo a prestar atención
- Si, lo disfrutás esta genial.
- Lo más lindo es andar en pelotas tranquilo...
- ahí no te dicen nada, estando solo no tenés que dar explicaciones, no tenés complejos...
- ¿Complejos?
- Acá tenemos que tener guita en la billetera, auto nuevo, vestirnos bien, obra social (mira por el espejo y afirma) Y una pija grande y que se pare siempre...
- Eso es verdad, Antes que una lista de cosas para hacer tenés una lista de cosas para tener. (tiro mi primer línea, como pescador profesional pescando con mosca) Entre eso ¡una pija dura siempre!
- ¡Y grande!
- (me río)
- ¿Sabés? algún día voy a hacer un grupo en facebook de pijas comunes, si nos juntaramos nos quedamos con el mundo.
- Perdón pero, ¿tanto te perturba?
- Sufrí tener pito chico, dejé fútbol por eso, nunca me pude vestir adelante de otro por verguenza.
- ¿Tanto asi?
- Te la muestro si no te reís.
Ahí lo miré por el espejo sorprendido, no me la esperaba.
- ¡No te asustes! Es una forma de decir...
- (no me iba a achicar..) No me asusto, no hace falta que me la muestres.
Pongo las manos en el asiento, me inclino hacia adelante y le miro el bulto.
- (se ríe) Me asusté yo ahora.
- No parece tan chica, dos cosas o sos puro huevo o no es tan preocupante.
- ¿Sos puto?
- No viejo, pero estamos hablando de tu pito.
- Sos un capo, ojala hubiera una mina como vos, me caso.
- El problema no es que sea hombre, el problema es que te quieras casar (hago un chiste para descomprimir y el retruca)
- El problema es que se me pare.
- El problema es que se te pare.
- (se ríe muy nerviso) Me parece que algún día voy a probar.
- ¿Qué?
- Ver si se me para chabón.
- Fijate, vos me dijiste que se te suben varios en pedo. Hacete el gil y fijate que onda.
- NO! los putos que se suben quieren culiar, yo quiero ver si se me para no más.
- Ya estás poniendo obstáculos, y cuando eso pasa es por que sabes lo que pasa.
- No! soy bien machito
- Pero si te la tocan se te para.
Llegamos a la casa de mis amigos, bajé toqué timbre y me abrieron. Le dije que me espere y fuí a "buscar la llave". Subí y dije que me había olvidado las llaves, metí la mano en el bolsillo me agache rápido (con la llave en la mano) y dije: "¡Acá está!" saludé y me fuí.
Cuando bajé esta ahí, con una mano en el volante, bajo el vidrio del acompañante y me dijo:
- ¿Las encontraste?
- Si, acá están (le muestro las llaves)
Me dirijo para la puerta de atrás, vuelvo a la puerta de adelante. Y me dice:
-¿Te querés sentar adelante?
- No, volví a mirarte el bulto con luz.
Se ríe incómodo. Cuando subo me dice:
- Basta que me hacés pensar.
- ¡Poné el reloj!
- No, dale.
- Mi taxi, mis reglas.
- Menos mal que la regla es no cobrarme, ya veo que me pedías que te toque el pito.
Hace un silencio casi imperceptible y retruco.
- ¿O me ibas a pedir que te lo toque?
- (Se ríe) No, jamás pediría esas cosas. Osea, no lo pediría.
- ¿Pero?
- Que eso no se pide chabón.
- Tenés razón.
Nos quedamos en silencio y yo observando, coincidimos en cuatro miradas por el espejo.
Puse las manos en el asiento (No dijo nada) Me senté más adelante ya sin la espalda en la butaca (No dijo nada) Y estiré la mano despacito, él bajaba la mirada y miraba la mano. Le agarré el bulto y se lo apreté. Tenía la pija dura, muy dura, y sabía que hablar en ese momento era complicar las cosas. Me senté más al medio, le baje el cierre y le tocaba muy despacio la verga, le latía y empezó a mover despacio, cada vez que apretaba empujaba. Me fui igual de despacio para atrás.
- Si, se te paró. Y no creo que sea tan chica.
Frenó a un costado, se desabrochó el pantalón sacó el pito y me dijo:
- Veni adelante.
- Me bajé, cambié de asiento.
Agarrandose la pija dura me dijo:
- ¡Chupamela!
Se la empecé a chupar y cada vez se ponía más tenso. Le agarre las bolas se las tiré para abajo y me la tragué toda. Me corrió la cabeza me apoyó la verga en el cachete y la agarró fuerte.
- Pará que voy a volcarte.
Le bese la punta, me levante, agarre una lapicera que había en la guantera y un papel, mientras (con los ojos cerrados se reclinaba agarrándose el pito) le anoté mi teléfono y le dije:
- La próxima en el campo.
- No, pará haceme volcar.
- Tu taxi, mis reglas.
Dejé 150$, mi teléfono y caminé cinco cuadras a casa tratando de esconder mi erección. Nunca me llamó.
9 comentarios - taxi libre