¡Buenas noches! voy a continuar con la saga que comencé la semana pasada... Para el que no la haya leído acá están los relatos previos:
- Pancho boy - Relato I - Un poco de historia
- Pancho boy - Relato II - Un rapidito en el fondo
Y así fue, a la semana volví a ir a comer, esta vez tipo 3.55. Antes de salir de la oficina, le avisé a mis compañeros que iba a hacer un trámite a la obra social, por lo que podía demorarme un poco más de lo de costumbre.
Como siempre mi putito estaba esperándome con el almuerzo listo. Había pasado tipo 12 para avisarle que a esa hora iba a pasar a visitarlo, para que se asegure de que no quede nadie.
Entro, detrás mío cierra la puerta con llave, y baja las cortinas del lugarcito. Me siento, nos ponemos a hablar de nuestros encuentros anteriores mientras almorzaba, en eso pone cara de picarón y me dice:
- Beto: Papi, ¿Ya puedo almorzar?
- Yo : Claro que sí putito, cometela toda
- Beto (arrodillándose y desprendiéndome el pantalón): Hmmm... ¡Con el hambre que tengo!
Me baja el pantalón hasta los tobillos y empieza a frotar la boca por arribla del bóxer negro que me había puesto. Me calentó mucho sentir el calor del aliento del negrito ese por arriba de mi pija, por lo que se me puso a mil. Empezó a lamerla y suspirar, mientras metía su mano por debajo de la camisa y me manoseaba el cuerpo.
- Yo : Dale pendejo... si tenés ganas... metétela en la boquita.
- Beto: No papi, hoy quiero disfrutarte todo el horario de almuerzo que tenés y más también.
- Yo: Quedate tranquilo bebito, hoy tengo mucho tiempo para romperte el culo.
Siguió manoseándome el pecho y la panza mientras, con la otra mano, me jugaba con el elástico del bóxer y con sus dedos, rozaba la cabeza de mi poronga, que ya estaba toda roja e hinchada. Me mira con esa cara de putita que me vuelve loco y con los dientes, ayudándose con sus manos, empieza a bajarme el bóxer.
Una vez que el boxer llegó al piso, empezo a lamerme los huevos bien despacio. Chupaba uno, lamía el otro, volvía al primero y se lo metía en la boca. Así un rato, mientras yo gemía como loco. Después empezó a lamer el tronco, de arriba a abajo, y volvía a subir. Se quedaba un ratito jugando en la cabecita y volvía a lamerme toda la chota.
Después la dejarla bien mojadita, la soplaba. Uf! Recuerdo lo mucho que me calentaba eso y se me pone la pija al palo. Un ratito más de jugarla y se la mandó de una adentro de la boca. Cómo ya les conté, el pendejo la chupa magistralmente.
Va, viene, sube, baja, juega con la cabeza... todo sin sacarse mi chota de la boca. Después de un rato de seguir así, siento que estoy por acabar, a lo que le digo:
- Yo: Pará putito, que te voy a llenar la boca de leche y todavía no quiero
- Beto: Ok papi, ¿me la chupás un ratito?
- Yo: Claro que sí bebé, pero antes, quiero que me hagas un striptease
- Beto: Lo que vos quieras papito.
Entonces, se alejó un poquito y empezó a bailar. Debo admitir, que el hecho que baile como trola, me puso peor de lo que estaba. La pija la tenía como una garrafa. El vaguito, tan machito que parecía, cadereaba como una trolita cualquiera.
Se sacó la remera, y dejó ver un cuerpo fibroso. No era marcado, no era trabajado. Era delgadito y me re calentaba.
A modo de ejemplo del vago, les pongo una foto de otro turro muy parecido a Beto:
Todo depiladito, y con pinta de machito. Se dió vuelta, dejó la colita para mi lado y se bajó el pantalón. Me mostró un culito hermoso, bien formadito, con un boxér amarillo que le hacía resaltar más ese culito de burbuja, bien depiladito, que tenía.
Bailó un poquito más y se terminó de desnudar. Se acercó a mí y pude verle bien la pija. De unos 15cms, normal de ancho, bastante encorbada hacia arriba. Se la saboreé bien. Tenía un olor a macho terrible, pero se nota que se había lavado bien antes de que yo llegue por lo limpita que estaba.
Se la chupé un buen rato, gemía como perra. Me pedía que siga, mientras me agarraba la cabeza y me la metía hasta el fondo. Por un segundo, fue el machito que era a diario en su trabajo y eso me gustó más todavía.
Después de un rato de ver como mi machito gozaba, le pedí que se siente arriba mío. Saqué un forro de la billetera, me lo puse,y así como estaba, se la mandó hasta el fondo. Largó un grito, mezcla de dolor con placer. Nos quedamos quietos, unos segundos, para que esa colita se acomode a mi pija.
- Beto: Me había olvidado de la chota que tenías papi...
- Yo: Y es toda tuya putito
Ahí nomás empezó a cabalgarme mientras tranzábamos. Mientras me comía la boca, gemía como nunca. Seguía subiendo y bajando, ahora con muchísima facilidad, dado que el trolito tenía bien abierto el culito. Después de unos minutos...
- Beto: Quiero que me cojas bien duro contra el piso, ¿te animás?
- Yo: Obvio bebé, acostate.
Y así fué, le separé los cachetes con las manos y se la mandé de una, bien hasta el fondo sintiendo mis huevos chocar contra los suyos, a lo que volvió a gritar como cuando se sentó arriba mío.
- Yo: Vos lo pediste putito, ahora aguantatela.
Seguí metiéndosela bien hasta el fondo. Se la sacaba casi entera, y otra vez lo embestía. Sus gritos eran cada vez más de placer y menos de dolor. Seguí así un buen rato hasta que sentí que iba a acabar, así que saqué mi poronga de su cola, me saqué el forro, y le acabé todo arriba de la cola, justo donde termina la espalda.
- Beto: Uy papi, cuanta lechita...
- Yo: Es toda para vos... Date vuelta que quiero ver cómo acabás vos...
Se dió vuelta y en sólo 2 sacudidas, se llenó de leche ese cuerpito hermoso que tenía. Como si supiera lo mucho que me iba a calentar, se pasó un dedo por la leche y se lo llevó a la boquita, mientras me miraba con era cara de perrita que lo caracteriza. Nos limpiamos, nos cambiamos y me fuí.
Él se quedo limpiando el piso. A los 10 minutos recibo un whatsapp de él, diciendo:
"Avisame con tiempo la próxima vez, que tengo una sorpresa para mi oso favorito"
Bueno poringueros! Hasta acá la tercera entrega.. Gracias a todos por sus comentarios en las partes anteriores. Como antes, si hay buenos comentarios, ¡sigo!
Besitos en la chota/cola (lo que prefieran) y espero sus comentarios!
- Pancho boy - Relato I - Un poco de historia
- Pancho boy - Relato II - Un rapidito en el fondo
Y así fue, a la semana volví a ir a comer, esta vez tipo 3.55. Antes de salir de la oficina, le avisé a mis compañeros que iba a hacer un trámite a la obra social, por lo que podía demorarme un poco más de lo de costumbre.
Como siempre mi putito estaba esperándome con el almuerzo listo. Había pasado tipo 12 para avisarle que a esa hora iba a pasar a visitarlo, para que se asegure de que no quede nadie.
Entro, detrás mío cierra la puerta con llave, y baja las cortinas del lugarcito. Me siento, nos ponemos a hablar de nuestros encuentros anteriores mientras almorzaba, en eso pone cara de picarón y me dice:
- Beto: Papi, ¿Ya puedo almorzar?
- Yo : Claro que sí putito, cometela toda
- Beto (arrodillándose y desprendiéndome el pantalón): Hmmm... ¡Con el hambre que tengo!
Me baja el pantalón hasta los tobillos y empieza a frotar la boca por arribla del bóxer negro que me había puesto. Me calentó mucho sentir el calor del aliento del negrito ese por arriba de mi pija, por lo que se me puso a mil. Empezó a lamerla y suspirar, mientras metía su mano por debajo de la camisa y me manoseaba el cuerpo.
- Yo : Dale pendejo... si tenés ganas... metétela en la boquita.
- Beto: No papi, hoy quiero disfrutarte todo el horario de almuerzo que tenés y más también.
- Yo: Quedate tranquilo bebito, hoy tengo mucho tiempo para romperte el culo.
Siguió manoseándome el pecho y la panza mientras, con la otra mano, me jugaba con el elástico del bóxer y con sus dedos, rozaba la cabeza de mi poronga, que ya estaba toda roja e hinchada. Me mira con esa cara de putita que me vuelve loco y con los dientes, ayudándose con sus manos, empieza a bajarme el bóxer.
Una vez que el boxer llegó al piso, empezo a lamerme los huevos bien despacio. Chupaba uno, lamía el otro, volvía al primero y se lo metía en la boca. Así un rato, mientras yo gemía como loco. Después empezó a lamer el tronco, de arriba a abajo, y volvía a subir. Se quedaba un ratito jugando en la cabecita y volvía a lamerme toda la chota.
Después la dejarla bien mojadita, la soplaba. Uf! Recuerdo lo mucho que me calentaba eso y se me pone la pija al palo. Un ratito más de jugarla y se la mandó de una adentro de la boca. Cómo ya les conté, el pendejo la chupa magistralmente.
Va, viene, sube, baja, juega con la cabeza... todo sin sacarse mi chota de la boca. Después de un rato de seguir así, siento que estoy por acabar, a lo que le digo:
- Yo: Pará putito, que te voy a llenar la boca de leche y todavía no quiero
- Beto: Ok papi, ¿me la chupás un ratito?
- Yo: Claro que sí bebé, pero antes, quiero que me hagas un striptease
- Beto: Lo que vos quieras papito.
Entonces, se alejó un poquito y empezó a bailar. Debo admitir, que el hecho que baile como trola, me puso peor de lo que estaba. La pija la tenía como una garrafa. El vaguito, tan machito que parecía, cadereaba como una trolita cualquiera.
Se sacó la remera, y dejó ver un cuerpo fibroso. No era marcado, no era trabajado. Era delgadito y me re calentaba.
A modo de ejemplo del vago, les pongo una foto de otro turro muy parecido a Beto:
Todo depiladito, y con pinta de machito. Se dió vuelta, dejó la colita para mi lado y se bajó el pantalón. Me mostró un culito hermoso, bien formadito, con un boxér amarillo que le hacía resaltar más ese culito de burbuja, bien depiladito, que tenía.
Bailó un poquito más y se terminó de desnudar. Se acercó a mí y pude verle bien la pija. De unos 15cms, normal de ancho, bastante encorbada hacia arriba. Se la saboreé bien. Tenía un olor a macho terrible, pero se nota que se había lavado bien antes de que yo llegue por lo limpita que estaba.
Se la chupé un buen rato, gemía como perra. Me pedía que siga, mientras me agarraba la cabeza y me la metía hasta el fondo. Por un segundo, fue el machito que era a diario en su trabajo y eso me gustó más todavía.
Después de un rato de ver como mi machito gozaba, le pedí que se siente arriba mío. Saqué un forro de la billetera, me lo puse,y así como estaba, se la mandó hasta el fondo. Largó un grito, mezcla de dolor con placer. Nos quedamos quietos, unos segundos, para que esa colita se acomode a mi pija.
- Beto: Me había olvidado de la chota que tenías papi...
- Yo: Y es toda tuya putito
Ahí nomás empezó a cabalgarme mientras tranzábamos. Mientras me comía la boca, gemía como nunca. Seguía subiendo y bajando, ahora con muchísima facilidad, dado que el trolito tenía bien abierto el culito. Después de unos minutos...
- Beto: Quiero que me cojas bien duro contra el piso, ¿te animás?
- Yo: Obvio bebé, acostate.
Y así fué, le separé los cachetes con las manos y se la mandé de una, bien hasta el fondo sintiendo mis huevos chocar contra los suyos, a lo que volvió a gritar como cuando se sentó arriba mío.
- Yo: Vos lo pediste putito, ahora aguantatela.
Seguí metiéndosela bien hasta el fondo. Se la sacaba casi entera, y otra vez lo embestía. Sus gritos eran cada vez más de placer y menos de dolor. Seguí así un buen rato hasta que sentí que iba a acabar, así que saqué mi poronga de su cola, me saqué el forro, y le acabé todo arriba de la cola, justo donde termina la espalda.
- Beto: Uy papi, cuanta lechita...
- Yo: Es toda para vos... Date vuelta que quiero ver cómo acabás vos...
Se dió vuelta y en sólo 2 sacudidas, se llenó de leche ese cuerpito hermoso que tenía. Como si supiera lo mucho que me iba a calentar, se pasó un dedo por la leche y se lo llevó a la boquita, mientras me miraba con era cara de perrita que lo caracteriza. Nos limpiamos, nos cambiamos y me fuí.
Él se quedo limpiando el piso. A los 10 minutos recibo un whatsapp de él, diciendo:
"Avisame con tiempo la próxima vez, que tengo una sorpresa para mi oso favorito"
Bueno poringueros! Hasta acá la tercera entrega.. Gracias a todos por sus comentarios en las partes anteriores. Como antes, si hay buenos comentarios, ¡sigo!
Besitos en la chota/cola (lo que prefieran) y espero sus comentarios!
8 comentarios - Pancho boy - Relato III - Service completito
http://www.poringa.net/posts/gay/2724303/Pancho-boy---Relato-IV---La-sorpresita.html