Paja cruzada en el Plaza a La Plata (relato)

Hola a todos, vengo a contarles una de las experiencias mas calientes que he pasado.

Venía de ver a mi novia en capital, un día de semana. Me tomo el Plaza en la 9 de Julio, y me siento tranquilo en uno de los asientos de más atrás del lado de la ventanilla, solo. En una de las paradas de mas adelante, empieza a subir gente hasta que se llena el colectivo. Al lado mio se sienta un flaco con traje. Yo tranquilo, me pongo los auriculares y cierro los ojos para dormirme con música. Me duermo, y más o menos a los 10 minutos de subir al autopista, siento que el muchacho de al lado mío empieza a llevar su rodilla mas cerca de la mía, como queriendo ganar espacio. Sigo durmiendo pensando que todo era una cuestión de incomodidad, hasta que a los minutos empiezo a sentir que me empieza a acariciar la rodilla con un dedo, muy cauteloso, ya que seguramente no sabía como iba a reaccionar yo. Por reflejos, saco mi rodilla evitando que me toque, pero a los minutos, insistente sigue acariciandome. Yo no me podía dar cuenta si era a propósito o no, ya que estaba todo muy oscuro y no podía darme cuenta realmente si me tocaba a proposito o era que me rozaba por ir apretados. Hasta que el flaco me empieza acariciar la rodilla con mas ganas, ahí me di cuenta que estaba haciendolo a proposito. Automáticamente saque mi rodilla como en la vez anterior, ya que me daba verguenza que alguien vea algo. Levanto la mirada, y él se estaba tocando la pija por arriba del pantalón, ahí me di cuenta de que iba todo. Dejé que me empiece a tocar y a subir por mi pierna despacio, y obviamente se me puso la pija dura como un fierro. En un toque llegó a la pija, y me la empezó a acariciar por arriba del pantalón. Yo tiré un buzo arriba, para que nadie vea que pasaba por abajo, y automaticamente le empecé a tocar la pija yo también. Estaba muy alzado, y con la pija toda mojada. Al ratito de no aguantar mas, la saco del pantalón, para que me pueda pajear, y el hace lo mismo. Nos pajeamos un rato, los dos jugueteando con la pija mojada del otro, pasando el dedo gordo alrededor de toda la cabeza de la pija. Cuando nos quisimos acordar, prendieron las luces del colectivo, porque ya habiamos llegado a La Plata. Nos tapamos rapido, y en su celular me escribe si quería ir a la casa. Así que fuimos a la casa, a terminar lo que ya habiamos empezado.
Desde ese momento, cada vez que me subo al Plaza, se me para la pija enseguida, de fantasear que pase de nuevo.