Buenas noches a todos. Es mi primera vez postiando por acá. Poringa me ha dado grandes pajas, y esta vez espero colaborar con la causa. En lo personal me calienta mucho leer sobre las experiencias y las historias de los que se animan, por eso esta vez, y por ser la primera, será dedicada al último polvo vivido en primera persona.
Sobre mi, bueno, vivo en la Ciudad de Mendoza, tengo treinta y pocos, morocho, de contextura normal, tirando a delgado, profesional y simpático. En fin, soy un tipo bien normal, pero de gustos sexuales amplios y completos: cojo con todo lo que cae en mi dpto, venga con vagina, pito, o todo junto y revuelto.
Lo que les traigo hoy, paso hace solo unos días, y fue un gran polvo, de esos que te quedan dando vueltas por varios días. Para contextualizarlos, les cuento que hacía más de 5 meses que no tenia sexo con hombres, por lo tanto mi cola solo había conocido dedos y psudo consoladores en los últimos tiempos. Claro está que mi cuerpo venía pidiendo pija, y quien sabía dármela, hace bastante que no aparece. Para salir de esta insoportable carencia de carne, venía visitando compulsivamente a la página manhunt.net: vi perfiles de todos los colores y tamaños, hable x chat, liberé fotos, pasé telefono, pero Mendoza es un lugar bastante complicado para garchar con hombres aparentemente!
Después de mucho navegar durante varios días, apareció un perfil con una foto de torso en blanco y negro, con un slip de color naranja. Liberé. Liberó. Pasó celu, y escribí por whatsapp. No hubo tiempo para el histeriqueo ... al cabo de minutos ya estábamos hablando de lo que queríamos en la cama: el activo -participativo- y yo versátil, de esos bien versátiles. La negociación terminó comprometiendo mi cola a una pija de dimensiones normales -según él- y yo me quedé con la promesa de un incipiente jugueteo en su ano.
Pero claro el flaco rico de slip naranja no era de Mendoza! Por eso quería garchar! Vive en La Rioja, pero prometió que el fin de semana estaría por mis pagos (estábamos a martes si mal no recuerdo). Los días siguientes fueron puro sexo virtual: fotos, fantasías e incluso el guión de nuestra propia porno gay.
Finalmente llegó el viernes, el día de la cita. Todo estaba predispuesto para un garche de dimensiones esotéricas. Pero no, ese día terminó con otro garche, que no corresponde a ésta categoría. Sin dudas me borré, no arrugué, solamente se dio un cambio de planes impensado.
Tranquilos. Este relato tiene final gay feliz. Al riojano lo tenía acá hasta el domingo, así que teníamos todo el sábado para cumplir promesas electorales. El encuentro se concretó tipo 6 de la tarde, previo afeitarme TODO, limpiar aquellas zonas oscuras y profundas. Los minutos previos fueron eternos ... tan largos como cuando chicos esperábamos que se hicieran las doce en Noche Buena.
La tarde se puso buena cuando llega mensaje anunciando que estaba en la puerta. El loco estaba MUY BUENO: alto, delgado, piel clara, pelo oscuro, ojos bien celestes y una geta que parecía botoxeada. Proyecto de barba y bien lookeado con chupines y borceguís. Venía del Parque de tomar cerveza, así que para continuar con el envión los minutos siguientes fueron con otro porrón para hablar un poco de nuestras vidas. Habiendo agotado hasta la ultima gota, vino el necesario pichi, y luego el pase a la pieza: "vení, pasá, que no te va a pasar nada".
Nos chocamos en un beso violento, torpe, ansioso y postergado. Nos apretamos los cuerpos, y sin preámbulos su lengua no dejó espacio vacío en mi boca. Sus manos me agarraban fuerte la nuca. Mis manos urgueaban en todos sus rincones. Mi pija estaba reventándose adentro de la tanga camuflada que llevaba a pedido del riojano. De repente lo empujé a la cama y empecé a desnudarlo, Todavía no sentía su verga. Que sorpresa señores y señoras. De largo era normal. Pero era gruesa, muy gruesa. El hijo de puta también se había afeitado todo -a pedido de quien suscribe, claro- era una delicia. Perfumado y con sabor a pucho en la boca. Era delgado pero marcado, bien definido. Yo no se en que momento, también resulté desnudo.
Si les gusta como viene, escriban y lo termino!
Sobre mi, bueno, vivo en la Ciudad de Mendoza, tengo treinta y pocos, morocho, de contextura normal, tirando a delgado, profesional y simpático. En fin, soy un tipo bien normal, pero de gustos sexuales amplios y completos: cojo con todo lo que cae en mi dpto, venga con vagina, pito, o todo junto y revuelto.
Lo que les traigo hoy, paso hace solo unos días, y fue un gran polvo, de esos que te quedan dando vueltas por varios días. Para contextualizarlos, les cuento que hacía más de 5 meses que no tenia sexo con hombres, por lo tanto mi cola solo había conocido dedos y psudo consoladores en los últimos tiempos. Claro está que mi cuerpo venía pidiendo pija, y quien sabía dármela, hace bastante que no aparece. Para salir de esta insoportable carencia de carne, venía visitando compulsivamente a la página manhunt.net: vi perfiles de todos los colores y tamaños, hable x chat, liberé fotos, pasé telefono, pero Mendoza es un lugar bastante complicado para garchar con hombres aparentemente!
Después de mucho navegar durante varios días, apareció un perfil con una foto de torso en blanco y negro, con un slip de color naranja. Liberé. Liberó. Pasó celu, y escribí por whatsapp. No hubo tiempo para el histeriqueo ... al cabo de minutos ya estábamos hablando de lo que queríamos en la cama: el activo -participativo- y yo versátil, de esos bien versátiles. La negociación terminó comprometiendo mi cola a una pija de dimensiones normales -según él- y yo me quedé con la promesa de un incipiente jugueteo en su ano.
Pero claro el flaco rico de slip naranja no era de Mendoza! Por eso quería garchar! Vive en La Rioja, pero prometió que el fin de semana estaría por mis pagos (estábamos a martes si mal no recuerdo). Los días siguientes fueron puro sexo virtual: fotos, fantasías e incluso el guión de nuestra propia porno gay.
Finalmente llegó el viernes, el día de la cita. Todo estaba predispuesto para un garche de dimensiones esotéricas. Pero no, ese día terminó con otro garche, que no corresponde a ésta categoría. Sin dudas me borré, no arrugué, solamente se dio un cambio de planes impensado.
Tranquilos. Este relato tiene final gay feliz. Al riojano lo tenía acá hasta el domingo, así que teníamos todo el sábado para cumplir promesas electorales. El encuentro se concretó tipo 6 de la tarde, previo afeitarme TODO, limpiar aquellas zonas oscuras y profundas. Los minutos previos fueron eternos ... tan largos como cuando chicos esperábamos que se hicieran las doce en Noche Buena.
La tarde se puso buena cuando llega mensaje anunciando que estaba en la puerta. El loco estaba MUY BUENO: alto, delgado, piel clara, pelo oscuro, ojos bien celestes y una geta que parecía botoxeada. Proyecto de barba y bien lookeado con chupines y borceguís. Venía del Parque de tomar cerveza, así que para continuar con el envión los minutos siguientes fueron con otro porrón para hablar un poco de nuestras vidas. Habiendo agotado hasta la ultima gota, vino el necesario pichi, y luego el pase a la pieza: "vení, pasá, que no te va a pasar nada".
Nos chocamos en un beso violento, torpe, ansioso y postergado. Nos apretamos los cuerpos, y sin preámbulos su lengua no dejó espacio vacío en mi boca. Sus manos me agarraban fuerte la nuca. Mis manos urgueaban en todos sus rincones. Mi pija estaba reventándose adentro de la tanga camuflada que llevaba a pedido del riojano. De repente lo empujé a la cama y empecé a desnudarlo, Todavía no sentía su verga. Que sorpresa señores y señoras. De largo era normal. Pero era gruesa, muy gruesa. El hijo de puta también se había afeitado todo -a pedido de quien suscribe, claro- era una delicia. Perfumado y con sabor a pucho en la boca. Era delgado pero marcado, bien definido. Yo no se en que momento, también resulté desnudo.
Si les gusta como viene, escriban y lo termino!
7 comentarios - Sorpresas del chat (relato)