El año pasado hubo un tiempo en el que deje la prostitución, había cogido lo suficiente y tenia el dinero suficiente, no había razón para seguir. Me dediqué a escalar puestos en el trabajo y llegue a ser la secretaria principal, aquel trabajo ya me dejaba dinero suficiente para vivir, empecé a salir con un chico, su nombre era Daniel, tenia lo que necesitaba, una buena verga y una linda boca, sin embargo, no nos veíamos mucho, solo quedábamos en algún lugar para coger y ya.
Durante este lapso de tiempo la empresa empezó a expandirse y los contratos empezaban a llegar como putas a un burdel, fue en aquel momento que paso. Un socio africano de la empresa llegó a México y buscaba diversión por lo cual fui encomendada a llevarlo a algún bar, sacarle algunas firmas y dejarlo ebrio en su cuarto, quede de verlo a las 8 en su cuarto en el hotel. Para la cita me fui bastante sexy, llevaba un liguero color negro con blanco, medias negras y un vestido azul escotado, parecía que iba a trabajar de nuevo.
Llegue a su cuarto y toque la puerta, inmediatamente una voz dijo "Come in", gire la perilla y lo primero que vi fue a una mujer rubia desnuda atada de manos en el sofá, la chica estaba amarrada por los pies y en su vaina se encontraba un vibrador, la escena automáticamente me prendió, la mujer sollozaba y gemía de placer, sobre el sofá se podían ver sus líquidos empapando el cuero.
-Oh my God! I'm sorry, creí que había cancelado
El hombre parecía apenado y simplemente le dije que no tenia problema alguno, que lo dejábamos para otra ocasión, el chico cerró la puerta y me tomo del cuello para después darme un beso, le seguí el juego y para cuando reaccione estaba en el sofá junto a la chica amarrada con medio vestido de fuera.
¿Alguna vez han escuchado que los negros la tienen gigante? Pues es verdad, frente a mi tenía la verga más grande que me han metido hasta ahorita, fácilmente 27 cm sin exagerar en ese momento lo dije en voz alta y ahorita lo repito "Tremendo pito". El hombre continuo besándome y quitando mi ropa para cuando llego a mi verga simplemente la vio, la tomó y empezó a masturbarla, no se en que momento paso, pero yo también estaba amarrada, la otra mujer sólo nos veía juguetear, el chico logró que me corriera, limpio mi zona con sus dedos y los dio a lamer a la rubia quien gustosa se bebió mi semen.
Acarició mis senos y estuvo jugando con ellos un buen rato, estaba completamente caliente, mi culo gritaba por una embestida, tomó su miembro y lo puso en mi boca, empezó a empujar y yo sentí aquella anaconda en mi garganta, sentía que me ahogaba pero siempre la volvía a sacar para repetir el proceso, la mujer rubia se volvió a correr y el hombre quitó el vibrador, para sin avisar, colocarlo en la entrada de mi ano, no hasta el fondo, solo la puntita, entre el consolador y su verga el placer me abrazaba. A la rubia la abrió de culo y clavo un dilo de unos 15 centímetros, ella grito al ser tal embestida, hasta yo sentí aquel desgarre anal.
Cuando me vine por segunda vez quitó el consolador, tomó vaselina, la puso en su verga y en mi ano, respire profundo, apreté los labios, me abrí lo más que pude y lo deje entrar. 27 cm de dolor, sufrimiento y sobre todo placer, no puedo explicar como me sentía, solo pudo decirles que entre más me dolía más me gustaba, las embestidas eran brutales y mis gritos estoy segura que se podían oír en el resto del hotel, incluso perdí el conocimiento.
Cuando volví, era de día y estaba acostada a un lado de la rubia, había unos 8 condones a nuestro lado y cuando se dio cuenta que estaba ahí solamente dijo: Coges muy rico. Me dio un beso, se vistió y salio de la habitación.
Nunca volví a ver al hombre, aquel día no pude ir a trabajar, me dolía tanto que termine en el hospital, nunca he vuelto a coger con un negro es una experiencia que no planeo repetir por el momento.
Bye, besos a todos.
Durante este lapso de tiempo la empresa empezó a expandirse y los contratos empezaban a llegar como putas a un burdel, fue en aquel momento que paso. Un socio africano de la empresa llegó a México y buscaba diversión por lo cual fui encomendada a llevarlo a algún bar, sacarle algunas firmas y dejarlo ebrio en su cuarto, quede de verlo a las 8 en su cuarto en el hotel. Para la cita me fui bastante sexy, llevaba un liguero color negro con blanco, medias negras y un vestido azul escotado, parecía que iba a trabajar de nuevo.
Llegue a su cuarto y toque la puerta, inmediatamente una voz dijo "Come in", gire la perilla y lo primero que vi fue a una mujer rubia desnuda atada de manos en el sofá, la chica estaba amarrada por los pies y en su vaina se encontraba un vibrador, la escena automáticamente me prendió, la mujer sollozaba y gemía de placer, sobre el sofá se podían ver sus líquidos empapando el cuero.
-Oh my God! I'm sorry, creí que había cancelado
El hombre parecía apenado y simplemente le dije que no tenia problema alguno, que lo dejábamos para otra ocasión, el chico cerró la puerta y me tomo del cuello para después darme un beso, le seguí el juego y para cuando reaccione estaba en el sofá junto a la chica amarrada con medio vestido de fuera.
¿Alguna vez han escuchado que los negros la tienen gigante? Pues es verdad, frente a mi tenía la verga más grande que me han metido hasta ahorita, fácilmente 27 cm sin exagerar en ese momento lo dije en voz alta y ahorita lo repito "Tremendo pito". El hombre continuo besándome y quitando mi ropa para cuando llego a mi verga simplemente la vio, la tomó y empezó a masturbarla, no se en que momento paso, pero yo también estaba amarrada, la otra mujer sólo nos veía juguetear, el chico logró que me corriera, limpio mi zona con sus dedos y los dio a lamer a la rubia quien gustosa se bebió mi semen.
Acarició mis senos y estuvo jugando con ellos un buen rato, estaba completamente caliente, mi culo gritaba por una embestida, tomó su miembro y lo puso en mi boca, empezó a empujar y yo sentí aquella anaconda en mi garganta, sentía que me ahogaba pero siempre la volvía a sacar para repetir el proceso, la mujer rubia se volvió a correr y el hombre quitó el vibrador, para sin avisar, colocarlo en la entrada de mi ano, no hasta el fondo, solo la puntita, entre el consolador y su verga el placer me abrazaba. A la rubia la abrió de culo y clavo un dilo de unos 15 centímetros, ella grito al ser tal embestida, hasta yo sentí aquel desgarre anal.
Cuando me vine por segunda vez quitó el consolador, tomó vaselina, la puso en su verga y en mi ano, respire profundo, apreté los labios, me abrí lo más que pude y lo deje entrar. 27 cm de dolor, sufrimiento y sobre todo placer, no puedo explicar como me sentía, solo pudo decirles que entre más me dolía más me gustaba, las embestidas eran brutales y mis gritos estoy segura que se podían oír en el resto del hotel, incluso perdí el conocimiento.
Cuando volví, era de día y estaba acostada a un lado de la rubia, había unos 8 condones a nuestro lado y cuando se dio cuenta que estaba ahí solamente dijo: Coges muy rico. Me dio un beso, se vistió y salio de la habitación.
Nunca volví a ver al hombre, aquel día no pude ir a trabajar, me dolía tanto que termine en el hospital, nunca he vuelto a coger con un negro es una experiencia que no planeo repetir por el momento.
Bye, besos a todos.
4 comentarios - Diferentes razas, mismo placer (Relato)