(Relato) El secreto de los amigos.

Federico y yo somos amigos desde primer año de liceo. Somos esos amigos inseparables. Recuerdo que en los cumpleaños de quince, siempre nos quedábamos en la mesa a tomar y charlar sobre video juegos o películas de terror. Nos chupaba un huevo la fiesta, la quinceañera o la música, nos pasábamos toda la noche sentados riéndonos.
Como vivía bastante cerca, casi todas las tardes estaba en casa y nos la inventábamos para pasar el rato. A veces se quedaba a dormir y nos pasábamos en vela contándonos cuentos de terror o inventando historias. Cuando entramos a quinto año de liceo, Federico se puso de novio con una compañera de clase y ya no tenía tanto tiempo libre. Llegó sexto año, seguía con la misma novia y nos distanciamos un poco. Terminó el año y el tenía decidido irse a Argentina a hacer la facultad allá. Sufrí mucho cuando me enteré, sentí que se iba una parte de mi adolescencia con el. El día de su partida, lo acompañé a la parada del ómnibus y le di un abrazo fuerte. Lo miré y sus ojos brillaban, esbocé una sonrisa, le di una palmada en el hombro y le dije: Cuidate macho. Hasta la vuelta. y me alejé. No quería verlo llorar y menos que el me viera a mi. Que ridículo esto de los hombres que nos cuesta llorar en público, y mirá que lo lloré bastante a Federico, varios días pero a escondidas. Seguimos en contacto, por mensajes facebook, pero no era lo mismo. Pasó un año y a finales de noviembre me manda un mensaje diciéndome que volvía a pasar las fiestas con su familia y que recién volvía en Marzo.Cuatro meses para salir, estar juntos y ponernos al día.
Lo fui a recibir junto con su familia, en cuanto se bajó del ómnibus me miró y sonrió con todos los dientes, nos dimos un abrazo fuerte.

- Estas mas flaco Fede, acaso no te están dando de comer allá?
- Es todo una locura, las clases, la residencia, la ciudad, todo. Hay días que casi no como.
- Pensé que ibas a pasar las fiestas allá y que no ibas a venir, por lo que me habías dicho.
- Fue una mentira, quería que fuera una sorpresa.
- No cambiás mas.

Ese mismo día, salimos a bailar juntos, nos tomamos hasta el agua de los floreros, nos besamos un par de chicas y terminamos detonados en la casa de Fede, no recuerdo ni como llegamos en una sola pieza. Que recibimiento!
Pasaron las fiestas de fin de año, seguimos saliendo pero mas tranquilos sin excesos. Una noche calurosa de enero, cerca de las 11 recibo un mensaje de texto de Fede, si quiero salir a tomar un poco de aire a la plaza. Le contesté que si y fui a su encuentro. Sentados allí tranquilamente, éramos los únicos tirados en el pasto, el saca del bolsillo un porro y me dice: Fumas? Digo que no con la cabeza y el se lo prende.

- Desde cuando fumás - pregunto
- Hace unos meses, como te dije es mucha la locura que se siente allá en Argentina, no te da el tiempo para nada. De noche a veces no podía dormir, mi mente seguía maquinando las cosas del día, muchas noches de insomnio. Un compañero de residencia me dio a probar y me gustó.
- Te extrañé mucho Fede.
- Ya te estás volviendo maricón.
- Te estoy hablando en serio.
- Yo también. Te extrañé a vos, a mi familia, a mi barrio, a esta plaza tranquila, a este silencio.
- Te acordás cuando éramos chicos y decíamos que nos íbamos a ir de mochileros a Brasil?
- Es cierto, que locura. A Brasil todavía. A ver unas ricas garotas

Estuvimos un rato largo en silencio mirando las estrellas, disfrutando de la paz.

- A Brasil? jaja que locura.
- Fede, contame que pasó con Paula. Estabas saliendo con ella allá y cuando rompieron no me quisiste contar nada. Después me olvidé de preguntarte.
- Es una hija de puta, me estaba metiendo los cuernos desde el primer día. Se hacía la santa. Hay que reconocer que mentía bien. Me costó darme cuenta. En cuanto le canté las justas se hizo la víctima y negó todo. Se acostó hasta con uno de la residencia donde vivo, imagínate la vergüenza. Lo único que me dejó esa mina fue rabia y un par de piñas que le di a ese flaco cuando lo supe.
- Que historia de mierda.
- Imaginate yo que la viví. Y vos? Algo importante que no me hayas contado hasta ahora.
- No no, solo aquella que te conté con la que estuve saliendo un par de meses, nada del otro mundo. La dejé porque me aburrió, muy plana.
- Muy planta de tetas?
- Jaja no no, muy plana de personalidad.
- Pero cogía bien?
- No, y de chuparla ni hablemos.
- Fa, si una mina no me la quiere chupar, no llegamos ni a la esquina. Tendría que remarla bien en la cama, ser bien puta y entregar el culo.
- Ya has cogido una mina por el culo?
- Claro, acaso vos no?
- No
- Jaja, te han tocado las santitas a vos. Ojo no podes perdirles de entrada porque se te hacen las finas. Dales charla, excitalas y cuando están a punto caramelo te lo entregan.
- Debe ser rica la sensación.
- No te haces una idea, y si te dejan hacerlo sin forro mas todavía. Antes de ponerme de novio, me cepillaba una de la residencia. La hacía de goma, bien putita en la cama, entregaba todo. Se me metía al cuarto de madrugada a veces, me despertaba con una buena mamada. No sabes lo que era esa mina.
- Y que paso?
- Los sentimientos papá, conocí a Paula en un baile y me puse serio. Fue como ese amor a primera vista. Para mi lo fue, para ella fue una calentura mas, me quería cepillar y ya. Una trola, me enojo si hablo de ella. Necesito una cerveza, vamos a casa y tomamos una.

Fuimos hasta la casa de Federico, los padres de él se habían ido a una fiesta, como estábamos solos pusimos música fuerte y a tomar. Después de 4 vasos la cerveza nos empezó a hacer efecto y a soltar la lengua.

- Así es la vida Maxi, te enamoras de una mujer hasta las patas y te clava el puñal por la espalda. La lección es no enamorarte, solo coger y coger.
- Y como haces para no involucrarte?
- Mente fría, calentura nada más.
- Esta cerveza me pegó mal. Será porque no comí nada.
- Te quedás en casa a dormir. Mañana te acompaño.
- Bueno, Yo creo que me acuesto. Me tiro acá en el sillón.
- No amigo, dormí en mi cama. Yo me acuesto a tus pies. Como cuando éramos pendejos.
- Bueno.

Ambos nos sacamos la ropa y quedamos en boxer. Fede cerró la puerta de su cuarto y apagó la luz. Me acosté en su cama contra la pared y el a mis pies.

- Si tengo mucho olor me decís.
- No te preocupes Maxi, ya conozco tus olores. Somos amigos desde hace años.
- Es la cerveza, pero te quiero decir que te quiero mucho amigo.
- Yo también Maxi. Vos siempre estuviste ahí. Sos un amigo de fierro.

Cerré los ojos y me dormí. Me despertaron las patadas que me estaba dando Fede.

- Estas roncando y no dejás dormir.
- Cuando me dormí?
- Diez minutos y ya estas roncando. Me había olvidado de eso o tal vez me acostumbré. No te voy a dejar dormir ahora.
- No seas malo Fede.

Y comenzó a pegarme con los pies, en un movimiento reflejo le atrapo las piernas con los brazos y las aprieto contra mi pecho. Al traer su cuerpo contra el mio siento algo.

- Para, estas caliente? Fede tenes la pija parada.

Lo suelto y me siento en la cama.

- Disculpame Maxi, debe ser el porro y el alcohol sumado a que hace tiempo que no tengo sexo. Pa boludo, me siento re mal, tengo vergüenza, debes de pensar que soy puto. No se porque se me paró. Te pido perdón.
- No, está bien. Cuando teníamos 13 pasó una vez, te acordás que te fuiste a quedar a casa y nos hicimos una paja juntos?
- Si, pero eramos pendejos y estábamos con toda la leche encima. No la habíamos puesto ni en sueños. Ahora siento que te falté el respeto.
- Está mal si te digo que me he pajeado pensando en ese momento?

Cuando hice esa pregunta, hubo un momento de silencio interminable. Mi corazón se aceleró de repente, el aire se ponía cada vez mas espeso y se me hacía cada vez mas difícil tragar. Sentía su mirada, incluso en la oscuridad como me quemaba el rostro, Yo miraba hacia adelante, no me atrevía a mover un solo músculo, me sentía como una presa a punto de ser devorada. Hasta que su voz, carrasposa y titubeante rompe el silencio:

- Me la queres tocar?

Me giré hacia el e instintivamente mis manos fueron hacia su miembro, que estaba totalmente duro bajo el boxer. Enorme, ancho y ladeado hacia la derecha. Él empezó a respirar mas fuerte mientras yo lo tocaba. Fui apartando poco a poco con delicadeza la tela y descubriendo su cabeza. Enorme, húmeda. Lo toqué como me gusta hacerme la paja a mi, le rodeaba el borde de la cabeza con los pulgares, le humedecía todo el tronco. Comenzó a gemir y luego dijo: Chupamela.
Una orden que estaba esperando hace tiempo, que había imaginado y tantas pajas le había dedicado. En cuanto la puse en mi boca, soltó un gemido fuerte y puso su mano en mi cabeza. Estaba deliciosa, no entraba por completo en mi boca. Cuidé de no morderlo y succionar toda gota que saliera de su miembro. Empecé a chupar mas fuerte y vigoroso, cada vez le gustaba mas y más. Sentía ese líquido previo por toda mi boca, que delicia, quería mas. Subí la intensidad de la terrible mamada que le estaba dando a mi mejor amigo, la chupé como si lo hubiese hecho toda la vida. De repente su respiración se hizo muy fuerte y me acabó en la boca. Sentía las contracciones de su miembro y como brotaba de el su leche con mucha intensidad, me inundó completamente de esa miel que tanto había ansiado. Me tragué hasta el último sorbo. Bajé mi mano y me empecé a pajear. No demoré ni diez segundos cuando ya me había acabado. Estaba muy caliente.

- Manché tus sabanas Fede, no tuve en cuenta esto.
- Todo bien, ahora las cambio.

Se levantó y se puso el boxer, encendió su celular para alumbrar y sacó del ropero un juego de sabanas. Lo ayudé a cambiar. Durante ese rato no hablamos. Nos volvimos a acostar y sin decir una palabra el se durmió. A mi me costó bastante, pero al final el cansancio me venció.


Continuará...