En el libro titulado “Male Sex Work and Society”, los editores Victor Minichiello y John Scott intentan proveer una visión más humanizada de esta antigua profesión. El libro se compone de una colección de ensayos y estudios que enfrentan el tema desde perspectivas de salud pública, sociología, psicología, servicios sociales, historia, salud mental, justicia criminal, y más.
En una entrevista que concedieron los editores al Huffington Post, los autores señalaron que aunque las condiciones actuales para los trabajadores sexuales masculinos son mejores que en el pasado, existe aún mucho espacio para mejorar. De igual manera opinaron que una mayor aceptación social para estos trabajadores sexuales conduciría a un mejoramiento de los estándares en la industria sexual, no solo para las escoltas, sino que también para los clientes.
Abajo incluimos algunos datos sobre los trabajadores sexuales a través de la historia, incluidos en el libro.
Los emperadores Romanos Cesar y Nerón eran pasivos. Para los hombres ricos romanos y aquellos con títulos era culturalmente aceptable tener un “concubino”, un esclavo sexual que les sirviera antes del matrimonio.
En la Florencia del siglo 15, no era extraño para hombres jóvenes (de 12 a 20 años de edad), entrar en relaciones sexuales a largo plazo con benefactores ricos, muchos de los cuales eran a su vez jóvenes, en sus 20’s. Los padres de estos jóvenes aprobaban estas relaciones.
A mediados del 1600 en Japón, había actores varones llamados “Kabuki wakashu”, que en muchas ocasiones eran prostitutos, muy solicitados por patrocinadores varones y mujeres, por la belleza de estos. Era común para los budistas y los guerreros samurái tener sexo con sus aprendices jóvenes varones. De igual manera que en Grecia se le permitía a los nobles tener sexo con jóvenes que ellos estuvieran educando. La relación tenía que ser educativa, no solamente sexual.
Existe una tradición de soldados vendiendo sexo a clientes gay que data desde principios del 1700 y continuó vigente hasta el siglo 20.
Kabuki wakashu
Oscar Wilde se refería al sexo con jóvenes prostitutos de la clase trabajadora (edades de 16 a 20) como “deleite con panteras”, porque “la pasión de estos era todo cuerpo sin alma”.
A finales del siglo 19 en América y Europa eran muy populares los varones prostitutos travestidos, conocidos como “fairies”. Algunos trabajaban en prostíbulos y salones solo de “fairies”, otros trabajaban en prostíbulos de mujeres como ofrecimientos exóticos para clientes varones. Otros trabajaban las calles, en ocasiones en espacios conocidos por ofrecer un menú variado de prostitutos disponibles.
En 1889 se hiso público en Londres lo que se conoció como el Escándalo de la Calle Clevelan. En el mismo se conoció de una red de prostitución masculina operada por los mensajeros jóvenes de Sistema Postal Real. Las sentencia a los jóvenes fueron muy suaves por la corte entender que eran demasiado jóvenes para entender. Ningún cliente fue procesado.
En 1899, en la ciudad de Nueva York, los bares de prostitución masculina proliferaron. Los más conocidos eran “Little Bucks” y “Columbia Hall” en el Bowery cerca de la calle 5ta, “The Slide” en Bleecker Street, “The Golden Rule Pleasure Club” en West Third Street, este último frecuentado por prostitutos travestidos.
Por el 1932, durante la época de la depresión, tantos hombres se dedicaron a la prostitución que el prostituto que actuaba como heterosexual se convirtió en la nueva norma, desplazando a los más femeninos conocidos como “fairies”.
Con el movimiento de liberación gay los homosexuales se volvieron más visibles. Los prostitutos heterosexuales, o los que actuaban como tales comenzaron a temer el vender sexo a otros hombres, porque al hacerlo serían identificados como homosexuales. No solo rechazaron el identificarse como gay, sino que hasta los prostitutos gay sabían que no podían identificarse como tales porque sería un turn off para su clientela gay, quienes preferían los chicos heterosexuales
En una entrevista que concedieron los editores al Huffington Post, los autores señalaron que aunque las condiciones actuales para los trabajadores sexuales masculinos son mejores que en el pasado, existe aún mucho espacio para mejorar. De igual manera opinaron que una mayor aceptación social para estos trabajadores sexuales conduciría a un mejoramiento de los estándares en la industria sexual, no solo para las escoltas, sino que también para los clientes.
Abajo incluimos algunos datos sobre los trabajadores sexuales a través de la historia, incluidos en el libro.
Los emperadores Romanos Cesar y Nerón eran pasivos. Para los hombres ricos romanos y aquellos con títulos era culturalmente aceptable tener un “concubino”, un esclavo sexual que les sirviera antes del matrimonio.
En la Florencia del siglo 15, no era extraño para hombres jóvenes (de 12 a 20 años de edad), entrar en relaciones sexuales a largo plazo con benefactores ricos, muchos de los cuales eran a su vez jóvenes, en sus 20’s. Los padres de estos jóvenes aprobaban estas relaciones.
A mediados del 1600 en Japón, había actores varones llamados “Kabuki wakashu”, que en muchas ocasiones eran prostitutos, muy solicitados por patrocinadores varones y mujeres, por la belleza de estos. Era común para los budistas y los guerreros samurái tener sexo con sus aprendices jóvenes varones. De igual manera que en Grecia se le permitía a los nobles tener sexo con jóvenes que ellos estuvieran educando. La relación tenía que ser educativa, no solamente sexual.
Existe una tradición de soldados vendiendo sexo a clientes gay que data desde principios del 1700 y continuó vigente hasta el siglo 20.
Kabuki wakashu
Oscar Wilde se refería al sexo con jóvenes prostitutos de la clase trabajadora (edades de 16 a 20) como “deleite con panteras”, porque “la pasión de estos era todo cuerpo sin alma”.
A finales del siglo 19 en América y Europa eran muy populares los varones prostitutos travestidos, conocidos como “fairies”. Algunos trabajaban en prostíbulos y salones solo de “fairies”, otros trabajaban en prostíbulos de mujeres como ofrecimientos exóticos para clientes varones. Otros trabajaban las calles, en ocasiones en espacios conocidos por ofrecer un menú variado de prostitutos disponibles.
En 1889 se hiso público en Londres lo que se conoció como el Escándalo de la Calle Clevelan. En el mismo se conoció de una red de prostitución masculina operada por los mensajeros jóvenes de Sistema Postal Real. Las sentencia a los jóvenes fueron muy suaves por la corte entender que eran demasiado jóvenes para entender. Ningún cliente fue procesado.
En 1899, en la ciudad de Nueva York, los bares de prostitución masculina proliferaron. Los más conocidos eran “Little Bucks” y “Columbia Hall” en el Bowery cerca de la calle 5ta, “The Slide” en Bleecker Street, “The Golden Rule Pleasure Club” en West Third Street, este último frecuentado por prostitutos travestidos.
Por el 1932, durante la época de la depresión, tantos hombres se dedicaron a la prostitución que el prostituto que actuaba como heterosexual se convirtió en la nueva norma, desplazando a los más femeninos conocidos como “fairies”.
Con el movimiento de liberación gay los homosexuales se volvieron más visibles. Los prostitutos heterosexuales, o los que actuaban como tales comenzaron a temer el vender sexo a otros hombres, porque al hacerlo serían identificados como homosexuales. No solo rechazaron el identificarse como gay, sino que hasta los prostitutos gay sabían que no podían identificarse como tales porque sería un turn off para su clientela gay, quienes preferían los chicos heterosexuales
4 comentarios - Breve historia de la prostitición masculina
Excelente trabajo 👏 👏 👏
Gracias por compartir 👍
👍 👍 👍