Ya iba a cumplirse un año desde que comenzamos nuestra relación en secreto con Nicolás. Claramente, él había asumido el rol de macho dominante en la pareja, ya que rara vez se comportaba de manera sumisa en el sexo y, asimismo, en la relación, siempre trataba de imponerse, lo cual a mi me gustaba, siendo algo en lo que los dos estábamos de acuerdo.
A esas alturas, yo ya tenía mi propia copia de llaves de la casa de Nicolás, así que como de costumbre, lo esperaba todos los días viernes en la tarde después del fútbol para tener una jornada de sexo desenfrenado. Cómo me gustaba que me partiera en dos con su larga y delgada pija, llenándome de su espesa y abundante leche, cuyo sabor era como el de un manjar prohibido.
Un día, mientras lo esperaba en su casa, recibo un mensaje de texto en mi celular, el cual decía: "Hoy llegaré más tarde, pide algo para que puedas cenar". Yo quedé bastante extrañado con esa escueta comunicación, y mi sorpresa fue mayor cuando comprobé que en su clóset había dejado el equipo de fútbol con el que jugaba cada viernes. Traté de no pensar en eso y lo esperé por varias horas. Pedí pizza a domicilio y la comí sentado mientras veía televisión. Al cabo de un rato, me aburrí, así que me puse a mirar porno en la computadora. Luego de un rato, sonó la puerta y Nicolás entró silenciosamente. A esas horas, yo ya estaba bastante caliente, pues no había recibido todavía mi dosis semanal de placer anal que tanto me gustaba, por lo que en cuanto entró en la habitación, sin siquiera saludarlo, lo tomé por los hombros y lo arrojé en la cama. Quité rápidamente sus pantalones y su ropa interior, y olvidando pedir cualquier explicación por su extraño comportamiento y hora de llegada, comencé a chupar afanosamente su verga. Sin embargo, cuando pase mi lengua por su glande, sentí un sabor extraño, así que me retiré lentamente y olí su miembro, descubriendo que tenía olor a vagina... Lo miré fijamente a los ojos y él trató de esquivarme. La verdad es que era normal que tanto Nicolás y yo tuviéramos sexo con mujeres, ya que nuestra homosexualidad se remitía al plano privado, y cuando salíamos de fiesta nos hacíamos los desentendidos con nuestra relación, y actuábamos como amigos. Pero ahora la cuestión era diferente, porque había tenido sexo con una mujer antes de encontrarse conmigo y, además, había tratado de ocultarlo o, al menos, se había comportado de una manera un tanto extraña. Así que le tomé la cara con ambas manos y le exigí una explicación (...)
Después de mucho rato callado evitando mirarme, Nicolás me dio la cara y me dijo: "Estoy saliendo con una chica". Yo no respondí absolutamente nada, después de todo, tampoco podía sentir celos, ya que nuestra relación era completamente abierta y secreta, por lo que no me sentía con el derecho de reprochar nada, aun cuando en el fondo me dolió, pues yo tenía sentimientos de amor hacia Nicolás y su repentina relación con una muchacha me hacía pensar que para él lo nuestro era más bien algo superficial, de connotación sexual. Y bueno, así era, quizás yo estaba proyectándome demasiado. Luego de un silencio incómodo, Nicolás continuó: "Espero que no te moleste, y obviamente nuestros encuentros pueden continuar".
Sin decir nada, por dentro me sentía bastante enfadada, aunque más por su actitud que por lo que estaba haciendo. Así que sin abrir la boca, lo tomé con fuerza de los hombros, lo tiré nuevamente en la cama y lo puse boca abajo. Me quité los pantalones, y con mucha violencia le enterré mi pija en su ano sin dilatar. Él movió los brazos y trató de moverse, así que yo puse sus brazos contra el colchón, apretándolos con mis manos, y continué penetrándolo con fuerza. Mientras soltaba lágrimas de dolor, me pedía perdón por haber sido tan idiota, y yo, como compadeciéndome, bajaba el ritmo de mi penetración. Al cabo de un rato, comenzó a gustarle, y me pedía más y más, así que yo continué, pero con mayor fuerza. Él comenzó a gritar mucho, y bastantes lágrimas rodaban por sus mejillas, así que le pedí que resistiera y mordiera un calcetín para que no pudieran oírnos. Estuve mucho rato penetrándolo, y ni siquiera me importó que su ano sangrara un poco, pues el sexo que estaba recibiendo mezclaba la pasión con la ira reprimida, buscando que aprendiera una lección. A pesar de ello, el también lo disfrutaba, y eyaculó con bastante generosidad la cama.
Para terminar de humillarlo, cuando sentía que ya me venía, retiré mi pene de su culo, y lo dirigí a su rostro, dejando caer sobre él una cuantiosa cantidad de semen. Una vez que terminé, me puse de pie y me vestí. A un costado de la cama, lo miré con firmeza y vi su eyaculada cara. Le dije: "Desde hoy, las cosas van a cambiar, no quiero mentiras ni rodeos (...) Si quieres estar con una mujer, bien, y si quieres seguir conmigo, bueno, serás tú el responsable de manejar una doble vida. Llámame y me cuentas".
Cuando terminé decir eso, salí del cuarto y lo dejé solo, tomé mi copia de las llaves y me fui de la casa, para esperar su llamada.
ESTA HISTORIA CONTINÚA EN EL PRÓXIMO RELATO TITULADO "NICOLÁS OPTA POR LLEVAR UNA DOBLE VIDA"
Y... PRÓXIMAMENTE, TENDREMOS UN RELATO TITULADO "MI REENCUENTRO CON JORGE, A SOLAS" y "MI PRIMERA VEZ CON UNA PUTA TRAVESTI".
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A esas alturas, yo ya tenía mi propia copia de llaves de la casa de Nicolás, así que como de costumbre, lo esperaba todos los días viernes en la tarde después del fútbol para tener una jornada de sexo desenfrenado. Cómo me gustaba que me partiera en dos con su larga y delgada pija, llenándome de su espesa y abundante leche, cuyo sabor era como el de un manjar prohibido.
Un día, mientras lo esperaba en su casa, recibo un mensaje de texto en mi celular, el cual decía: "Hoy llegaré más tarde, pide algo para que puedas cenar". Yo quedé bastante extrañado con esa escueta comunicación, y mi sorpresa fue mayor cuando comprobé que en su clóset había dejado el equipo de fútbol con el que jugaba cada viernes. Traté de no pensar en eso y lo esperé por varias horas. Pedí pizza a domicilio y la comí sentado mientras veía televisión. Al cabo de un rato, me aburrí, así que me puse a mirar porno en la computadora. Luego de un rato, sonó la puerta y Nicolás entró silenciosamente. A esas horas, yo ya estaba bastante caliente, pues no había recibido todavía mi dosis semanal de placer anal que tanto me gustaba, por lo que en cuanto entró en la habitación, sin siquiera saludarlo, lo tomé por los hombros y lo arrojé en la cama. Quité rápidamente sus pantalones y su ropa interior, y olvidando pedir cualquier explicación por su extraño comportamiento y hora de llegada, comencé a chupar afanosamente su verga. Sin embargo, cuando pase mi lengua por su glande, sentí un sabor extraño, así que me retiré lentamente y olí su miembro, descubriendo que tenía olor a vagina... Lo miré fijamente a los ojos y él trató de esquivarme. La verdad es que era normal que tanto Nicolás y yo tuviéramos sexo con mujeres, ya que nuestra homosexualidad se remitía al plano privado, y cuando salíamos de fiesta nos hacíamos los desentendidos con nuestra relación, y actuábamos como amigos. Pero ahora la cuestión era diferente, porque había tenido sexo con una mujer antes de encontrarse conmigo y, además, había tratado de ocultarlo o, al menos, se había comportado de una manera un tanto extraña. Así que le tomé la cara con ambas manos y le exigí una explicación (...)
Después de mucho rato callado evitando mirarme, Nicolás me dio la cara y me dijo: "Estoy saliendo con una chica". Yo no respondí absolutamente nada, después de todo, tampoco podía sentir celos, ya que nuestra relación era completamente abierta y secreta, por lo que no me sentía con el derecho de reprochar nada, aun cuando en el fondo me dolió, pues yo tenía sentimientos de amor hacia Nicolás y su repentina relación con una muchacha me hacía pensar que para él lo nuestro era más bien algo superficial, de connotación sexual. Y bueno, así era, quizás yo estaba proyectándome demasiado. Luego de un silencio incómodo, Nicolás continuó: "Espero que no te moleste, y obviamente nuestros encuentros pueden continuar".
Sin decir nada, por dentro me sentía bastante enfadada, aunque más por su actitud que por lo que estaba haciendo. Así que sin abrir la boca, lo tomé con fuerza de los hombros, lo tiré nuevamente en la cama y lo puse boca abajo. Me quité los pantalones, y con mucha violencia le enterré mi pija en su ano sin dilatar. Él movió los brazos y trató de moverse, así que yo puse sus brazos contra el colchón, apretándolos con mis manos, y continué penetrándolo con fuerza. Mientras soltaba lágrimas de dolor, me pedía perdón por haber sido tan idiota, y yo, como compadeciéndome, bajaba el ritmo de mi penetración. Al cabo de un rato, comenzó a gustarle, y me pedía más y más, así que yo continué, pero con mayor fuerza. Él comenzó a gritar mucho, y bastantes lágrimas rodaban por sus mejillas, así que le pedí que resistiera y mordiera un calcetín para que no pudieran oírnos. Estuve mucho rato penetrándolo, y ni siquiera me importó que su ano sangrara un poco, pues el sexo que estaba recibiendo mezclaba la pasión con la ira reprimida, buscando que aprendiera una lección. A pesar de ello, el también lo disfrutaba, y eyaculó con bastante generosidad la cama.
Para terminar de humillarlo, cuando sentía que ya me venía, retiré mi pene de su culo, y lo dirigí a su rostro, dejando caer sobre él una cuantiosa cantidad de semen. Una vez que terminé, me puse de pie y me vestí. A un costado de la cama, lo miré con firmeza y vi su eyaculada cara. Le dije: "Desde hoy, las cosas van a cambiar, no quiero mentiras ni rodeos (...) Si quieres estar con una mujer, bien, y si quieres seguir conmigo, bueno, serás tú el responsable de manejar una doble vida. Llámame y me cuentas".
Cuando terminé decir eso, salí del cuarto y lo dejé solo, tomé mi copia de las llaves y me fui de la casa, para esperar su llamada.
ESTA HISTORIA CONTINÚA EN EL PRÓXIMO RELATO TITULADO "NICOLÁS OPTA POR LLEVAR UNA DOBLE VIDA"
Y... PRÓXIMAMENTE, TENDREMOS UN RELATO TITULADO "MI REENCUENTRO CON JORGE, A SOLAS" y "MI PRIMERA VEZ CON UNA PUTA TRAVESTI".
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8 comentarios - Cuando Nicolás comenzó a jugar a 2 bandos (relato gay)
Por más que suene lógico y hasta habitual, no siempre nos detenemos a retribuir, al menos con algunas palabras, a aquel que se ha comportado bien regalandonos a toda la comunidad P! su trabajo.
Por eso yo, Stoffel te dice ¡¡GRACIAS POR TU APORTE!! ¡¡TE FELICITO!! por eso merece dichas gracias!!!