Ahora, siempre he sabido que mis gustos sexuales son diferentes a los de mis familiares, no solo por que la mayoría en mi familia es heterosexual, sin embargo, yo he tenido claro que amo cojer sin importar el sexo de la persona, pero soy una puta cuando me tocan las vergas, y el primer contacto claro, fue con mi hermanastro, quien en ese entonces era de mi misma estatura pero mas delgado y su piel mas clara.
Todo inicio una tarde soleada de verano (no es mamada, ni cursileria), mi hermano había subido a la azotea del edificio en el que vivía junto a mi padre y mi madrastra, quienes se encontraban en el cuarto viendo la tele y cocinando. La azotea tenia una especie de pasillo en forma de túnel que tenia tres salidas, dos laterales y una mas grande al final, en el techo de estas estaban los tanques que distribuían el agua a los cuartos, a estos tanques se podían llegar por medio del techo del túnel a el cual se subían por escaleras en uno de los lados. Mi hermano se encontraba en el techo del pequeño túnel, recargado a la pared del tanque, cuando llegue empezamos a platicar de cosas como las mujeres y demás cosas sin importancia, y de pronto, no se aun por que, comencé a tocarme, me sentía excitado por la platica, pero hasta ese día no me había tocado la verga frente a nadie, el hizo lo mismo, después de frotármela un rato por encima del pantalón me la saqué y comencé a masturbarme frente a el, se quedo viendo mi verga en silencio y después de unos segundos también se saco la verga, era pequeña, unos trece centímetros a lo mucho, contrastaba demasiado con la mía, era negra y de diecisiete centímetros, en comparación a la suya, una pequeña y blanca verguita, sin pensarlo la tome con mi mano y comencé a masturbar lo, el hizo lo mismo después de unos segundos, aunque de manera torpe y muy fuerte, -¿te la puedo mamar?- le dije, pero comenzó a decir cosas como que nos iban a ver desde la carretera, era algo perfectamente creíble, pues desde la carretera se veía muy bien ese lugar. Estábamos ahora al final del túnel, aun lado de la abertura, yo estaba de rodillas lamiendo le el glande, metía la punta en su uretra, de pronto sentí sus manos en mi cabello y me dio mas confianza, comencé a ser mas agresivo, la metí toda dentro, cosa que no se me hizo difícil, ame el sabor del pene desde el primer momento que entro en mi boca, hasta que lo hice correrse muy dentro, no me anime a tragarlo, así que busque una esquina para esculpirlo. Las mamadas de mi parte se repitieron varias veces, hasta que una tarde nos besamos apasionadamente como si fuésemos amantes de verdad.
Todo avanzo una tarde que nos quedamos solos, el puso el canal de música en la tele solo para ver a una bailarinas mover el culo de manera violenta, el se comenzó a masturbar y yo con ciertos celos me dirigí al sillón y se la comencé a mamar, oía sus gemidos, fue cuando se corrió en mi boca que lo trague por primera vez, ademas, esa tarde se desato algo que no paro hasta el final del verano. Estábamos besándonos completamente desnudos sobre la cama de nuestros padres, frotaba mi pene contra el suyo, estaban tan duros, nos pusimos a mamárnosla en un delicioso sesenta y nueve, después de unos minutos de placer nos corrimos, pero no paramos, tome su culo y comencé a frotar mi pene contra el mientra besaba su espalda, me volví a correr mojando el interior de sus nalgas con mi semen, luego cambiamos, el me punteaba el ano con su linda verga, sin penetrar, solo hasta que sentí ese pegajoso liquido entre mis nalgas, continuamos besándonos desnudos en su cama hasta que un ruido nos hizo creer que habían regresado nuestros padres.
Todo inicio una tarde soleada de verano (no es mamada, ni cursileria), mi hermano había subido a la azotea del edificio en el que vivía junto a mi padre y mi madrastra, quienes se encontraban en el cuarto viendo la tele y cocinando. La azotea tenia una especie de pasillo en forma de túnel que tenia tres salidas, dos laterales y una mas grande al final, en el techo de estas estaban los tanques que distribuían el agua a los cuartos, a estos tanques se podían llegar por medio del techo del túnel a el cual se subían por escaleras en uno de los lados. Mi hermano se encontraba en el techo del pequeño túnel, recargado a la pared del tanque, cuando llegue empezamos a platicar de cosas como las mujeres y demás cosas sin importancia, y de pronto, no se aun por que, comencé a tocarme, me sentía excitado por la platica, pero hasta ese día no me había tocado la verga frente a nadie, el hizo lo mismo, después de frotármela un rato por encima del pantalón me la saqué y comencé a masturbarme frente a el, se quedo viendo mi verga en silencio y después de unos segundos también se saco la verga, era pequeña, unos trece centímetros a lo mucho, contrastaba demasiado con la mía, era negra y de diecisiete centímetros, en comparación a la suya, una pequeña y blanca verguita, sin pensarlo la tome con mi mano y comencé a masturbar lo, el hizo lo mismo después de unos segundos, aunque de manera torpe y muy fuerte, -¿te la puedo mamar?- le dije, pero comenzó a decir cosas como que nos iban a ver desde la carretera, era algo perfectamente creíble, pues desde la carretera se veía muy bien ese lugar. Estábamos ahora al final del túnel, aun lado de la abertura, yo estaba de rodillas lamiendo le el glande, metía la punta en su uretra, de pronto sentí sus manos en mi cabello y me dio mas confianza, comencé a ser mas agresivo, la metí toda dentro, cosa que no se me hizo difícil, ame el sabor del pene desde el primer momento que entro en mi boca, hasta que lo hice correrse muy dentro, no me anime a tragarlo, así que busque una esquina para esculpirlo. Las mamadas de mi parte se repitieron varias veces, hasta que una tarde nos besamos apasionadamente como si fuésemos amantes de verdad.
Todo avanzo una tarde que nos quedamos solos, el puso el canal de música en la tele solo para ver a una bailarinas mover el culo de manera violenta, el se comenzó a masturbar y yo con ciertos celos me dirigí al sillón y se la comencé a mamar, oía sus gemidos, fue cuando se corrió en mi boca que lo trague por primera vez, ademas, esa tarde se desato algo que no paro hasta el final del verano. Estábamos besándonos completamente desnudos sobre la cama de nuestros padres, frotaba mi pene contra el suyo, estaban tan duros, nos pusimos a mamárnosla en un delicioso sesenta y nueve, después de unos minutos de placer nos corrimos, pero no paramos, tome su culo y comencé a frotar mi pene contra el mientra besaba su espalda, me volví a correr mojando el interior de sus nalgas con mi semen, luego cambiamos, el me punteaba el ano con su linda verga, sin penetrar, solo hasta que sentí ese pegajoso liquido entre mis nalgas, continuamos besándonos desnudos en su cama hasta que un ruido nos hizo creer que habían regresado nuestros padres.
7 comentarios - Mi Primer Contacto Con La Pija
Buenísima historia y muy bien relatada.
Gracias por compartir 👍