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despertar al mismo sexo

PRIMERA VEZ
Me llamo Andrés… soy una persona adulta, casado desde hace mucho tiempo. Mi historia se remonta a cuando era muy chico, concretamente a cuando ingresé al 1er grado de la escuela primaria. Teníamos en el aula unos viejos pupitres individuales, de madera, adornados con una especie de bochita en las puntas. Cuando comenzaba la clase por la mañana temprano, lo primero era rezar y lo hacíamos todos de pié, cada alumno justo delante su pupitre. Mientras rezábamos yo buscaba la postura que me fuera mas cómoda y como la bochita de madera quedaba justo a la altura de mi cola sin querer comenzó un rose que me brindaba una hermosa y placentera sensación, totalmente inconsciente.
Todos los días durante esos breves minutos mientras rezábamos yo me apoyaba y me entregaba a la bochita, sin saber lo que hacía, pero disfrutando del placer que esta me proporcionaba en la cola.
Un día estando en la casa de mi amiguito Fede (a quien actualmente veo) , jugando con él y un vecinito, los tres de mi misma edad (8 añitos entonces) y los descubrí haciendo algo que jamás había visto: el vecinito estaba sentado arriba de Fede, mientras ojeaba una revista. Que hacen? Les pregunté. El vecinito se adelantó a responder, y dijo que no era nada malo, que lo hacían frecuentemente, y que eso le gustaba, Queres probar sentarte vos? Preguntó fede. No, fue mi respuesta y me fui a jugar solo. Poco mas tarde el vecinito se fue a su casa y con Fede nos quedamos solos al cuidado de la mucama.
Fue entonces cuando insistió con el juego que practicaba con su vecinito.
-dale… si queres me siento yo arriba tuyo primero, me propuso.
Luego de un instante de duda finalmente acepté. Estábamos en la mesa del comedor, cerró la puerta que separaba de la cocina y se sentó arriba mío. Los dos vestíamos pantaloncitos cortos y remera. Estuvimos así unos minutos, y yo no sentía prácticamente nada.
Pasado no mas de un minuto propuso (o impuso): ahora cambiamos, dale?
Mas rápido que pronto me sentó arriba suyo, primero lo hice al borde de sus piernas, casi en sus rodillas, pero el corrigió esto corriéndome hacia atrás quedando mi espalda bien pegada a su cuerpo y por supuesto mi cola bien arriba de su miembro que percibí muy durito.
Fue como un shock eléctrico. Mi cerebro linkeó esa sensación de placer, con lo que sentía cuando rezaba apoyando mi cola en la bochita del pupitre, solo que ahora por la situación era mucho mas intensa y placentera. Mi corazón aceleró sus latidos a full. Pasaron unos minutos y yo no quería moverme ni un milímetro.
-y…? te gusta? preguntó
-n no se… apenas murmuré quedando en evidencia que mentía, ya que la sensación me ENCANTABA.
-mejor es si nos sacamos los pantalones, agregó.
-no, así está bien (si bien no sabía que era lo que estaba pasando, algo me decía que eso que hacíamos ESTABA MAL y no debía verlo ni enterarse nadie).
Muy suavemente Fede comenzó a bajarme el pantaloncito y lo detuve.
-dale, insistió. Nadie va a enterarse, es un secreto tuyo y mío.
-nos puede ver Alicia (la mucama) dije.
-ella está planchando, no pasa nada.
Y con un movimiento rápido pero suave me bajo el pantaloncito casi al mismo tiempo que bajó el suyo. Ahora estábamos en calzoncillos y la sensación era más intensa y fuerte. A los pocos minutos, sin mediar palabra me bajó el calzoncillo hasta media pierna haciendo lo mismo con el suyo quedando ahora sí piel con piel, y sintiendo la dureza y suavidad de su pija dura en mi cola.
SUBLIME, SENSUAL, EXCITANTE, mi cerebro casi no podía procesar todas las sensaciones que me producía la situación, me sentía en las nubes y quería que se detuviera el tiempo.
Viste que está bueno? Dijo mi adorado amiguito.
No respondí nada, solo gozaba. Casi no nos movíamos, yo por miedo a que se terminara, pero el más sabio que yo, apenas me movía para acomodar mejor su pijita en el medio de mi cola y rozar mi esfínter, lo que me volvía más loco del placer. Entonces me pidió que sea yo quien acomodara su pija. Lo hice y por primera vez tocaba una pija, acomodándola bien en la puerta de mi virgen culito. La sensación de placer era indescriptible, y yo ya estaba dispuesto a cualquier cosa. Ahora también me gustaba tocarle la pija, y ya no sabía si seguir tocándolo o quedarme con el pito en la puerta de mi cola, estaba como poseído gozando, sin poder contener mis primeros murmullos de excitación, mientras el me abría las nalgas y esto me excitaba aún más. Mi pija también se había puesto dura.
Pero estábamos en el comedor y no era un buen lugar, estábamos muy expuestos. Vamos a mi habitación, dijo. Casi nos deslizamos en completo silencio y juro que no podía dominar las piernas, casi no podía caminar de la emoción y la excitación del momento tan sexual que estaba viviendo. Ya en su dormitorio me sentó en la cama, me agarró la mano y la llevó a su pija, y dirigiendo mis movimientos me enseño a pajearlo. Estábamos desesperados de calentura los dos. Ahora más en confianza mis manos se deleitaban masajeando la pija de Fede, y sus huevos tomandolos de abajo, sintiendo el olor que actuaba como una droga y me impulsaba a querer comermela. Luego de unos minutos me acostó en la cama, me puso de costado y el detrás mío apoyo la pija en mi esfínter al tiempo que con su mano tocaba mi pija. La cabecita de su pija pujando por abrirse paso en mi estrechito canal me provocó un dolor incipiente y con mi mano apoyada en su cadera intenté frenarlo. Fede continuó despacio pero firme, me abríó con su mano la cola y muy suavemente se fue metiendo, hasta que mi ano cedió por completo. Sentí un dolor agudo y mis dedos se hundieron en su piel.
Te la metí toda, dijo Fede. Comenzó a moverse despacio primero y casi frenéticamente después, y a los pocos segundo exploté en el primer orgasmo de mi vida, sensacional, hermoso, intenso, fuertísimo. Mi respiración era espasmódica. Una sensación única como de electricidad me invadió todo el cuerpo. Estábamos súper traspirados los dos y yo jadeando quebraba mas la cintura para que mi cola se abriera mas, sintiendo un placer único, sollozaba y gemía y le pedía que no parara, y en seguida sentí como mi amiguito también explotó del placer, apretándome contra su cuerpo y sintiendo como su miembro latía dentro mio. Sus manos se aferraron a mi cintura y sentí sus dedos clavarse en mi piel, mientras metía y sacaba su hermosa y blanca pija de mi cola. La posesión de su cuerpo sobre el mio era total. Estaba entregado y dispuesto a realizar cualquier cosa que mi amigo me pidiera, en total sumisión.Me sentía como una nena sensual, como esas chicas que tanto nos gustaban.
Yo quería seguir, pero nos levantamos, ya que nuestros padres llegarían en cualquier momento.
Nos vestimos en silencio y una vez fuera de la habitación continuamos jugando a otra cosa como si nada hubiera pasado. Por supuesto sentí culpa, y miedo que alguien supiese lo que me habían hecho, o que Fede mi vecino contara que me había cogido y que me gustaba mucho la pija.
En otra entrega contaré como prosiguió mi historia.

Andrés

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