Hace un mes atrás descubrí un gimnasio nuevo en el barrio, en realidad estaba ya hace un tiempo pero nunca lo había visto. Me queda re bien, porque está a solo 4 cuadras de mi depto así que me anote para ir 2 veces por semana. De entrada me gusto la onda del lugar, que tenías varias máquinas para correr y un buen ambiente. El profe que me toco en el turno de la tarde estaba más que lindo, con unos lindos joggins que le marcaba sus muslos pero también me entere que la instructora de rpm era su novia así que le baje el pulgar enseguida.
La segunda vez que fui ya manejaba tranqui la rutina de ejercicios así que no necesitaba mucho al profe. Cuando me tocó el turno de trotar estaban todas las maquinas ocupadas así que me puse a un lado a esperar la primera que se desocupara. Un hombre de unos 40 años me hizo seña para que fuera a su máquina, “yo dejo esta, subite nomás” me dijo sonriendo. Me pareció gracioso y pícaro al mismo tiempo, era un hombre con un poquito de panza pero de lindo cuerpo, tenías piernas firmes, buenas pantorrillas y brazos bien marcados, parecía un ex jugador de rubgy. Le agradecí y me subí, estuve unos 10 minutos trotando, un par de veces lo ví a este hombre mirando para mi lado. No me daba el aspecto de que tuviera la clase de mirada que yo buscaba y más que nada porque yo tampoco suelo dar esa imagen, pero tampoco estaba seguro. Yo había ido con unos shorts bien cortitos, como me gusta usar cuando entro en calor (en todo sentido…) y detrás de mí había un espejo. En mi cabecita morbosa imaginaba que este cuarentón miraba por el espejo mi culito… supuse que solo serían ideas mías pero me entretuve un rato con eso. Termine mi rutina, estire un poco y de nuevo me pareció que me miraba, hasta me dio un poco de vergüenza pero no tenía la seguridad de que fuese así, la cosa es que me fui al rato.
A la siguiente vez que fui no volví a ver a este hombre, fue un poco más embolante la hora y media en el gym. Me di cuenta que me provocaba algo este machito y hubiese deseado que estuviese. A los dos días volví al gym y cuando entre lo vi que recién saludaba a los profes y se iba a la cinta. Yo arranque mi rutina, hice un par de ejercicios y me fui a buscar una cinta. Justo habían dos desocupadas pero me fui a la que estaba pegaba a él. Lo salude con la mirada y él enseguida me preguntó: “hola compañero, cómo va la rutina?”. Le conté que hacía poco que había arrancado y que me lo tomaba con calma, él me dijo que también hacia poco que estaba yendo y que solo podía una vez por semana pero que le hacía bien. Se presentó, se llama Jorge, “yo Tomy” le dije. Terminamos de usar las cintas y justo coincidimos en el mismo lugar para hacer ejercicios, el hacía gemelos y yo esquiotibial, un ejercicio que se hace boca abajo sobre una camilla. A través de un espejo enfrente de mi maquina me di cuenta por lo menos tres veces de que miraba mi trasero. No podría decir que fuera de atracción pero no me cayo para nada mal. Terminamos las series y nos quedamos descansando tomando agua. Me pregunto de como estirar los gemelos y se lo explique contra la pared, sacando la cola bien atrás, me imagine que me miraba la cola y me gusto. Después seguimos cada uno con su rutina y casi al mismo tiempo terminamos. Yo enfile a la salida, deje la ficha y estaba saliendo cuando me alcanzo. “tomy andas en auto?” me preguntó, “no, ando a pata pero vivo acá nomás” le dije. “dale, te llevo que hace frío y encima estamos sudados te puede hacer mal”, me sorprendió pero obviamente acepte con la excusa de que no quería quedar mal con él. Nos subimos a una camioneta (era de una empresa) y le indique donde vivía. Mientras llegábamos me comento que, efectivamente como yo suponía, era un ex rubgier y que hacía un tiempo se había lesionado por eso arrancaba el gym. No pude evitar mirarle el bulto sentado al lado mío. Ya a esta altura Jorge me estaba haciendo poner cachondo y los ratones me comían la cabecita. Cuando llegamos a mi depto le indique que vivía en el segundo piso. Enseguida me dijo: “ahhh acá vive un amigo, Franco, capaz lo has visto…”. Para mis adentros pensé, como olvidarlo a mi vecino… http://www.poringa.net/posts/gay/2438283/Mi-nuevo-vecino---Parte-II.html
“si, lo he cruzado, es muy piola” le conteste. “es un fenómeno, lo conozco desde chiquitos y ahora tenemos una relación laboral también, muy piola” me comento. Nos saludamos, me baje y le dije hasta la próxima. Desde ese momento me quede pensando… le dirá algo mi vecino? Se dará cuenta de algo? Después me di cuenta que era al pedo preocuparme, de última iba a saber la verdad. También me acorde que hacía rato no me lo cruzaba a mi vecino, una pena…
Pasaron unos días y fui de nuevo al gym, para mi sorpresa estaba Jorge en una de las cintas. Lo salude a la distancia y arranque con algunos ejercicios. Al rato lo vi que se bajaba de la cinta y se venía para mi lado, estaba en una esquina del salón y no teníamos a nadie cerca, me dijo: “hola tomy, todo bien?”, “si, todo tranquilo por suerte, vos?” le pregunte y me contestó: “si, también. Che sabes que el finde estuve con Franco, nos cruzamos en un cumple y le conté que compartíamos el gym y me dijo que vos eras muy piola también… que le habías dado una mano con algo electrónico puede ser?”. Me puse bordo, sentía como algo raro detrás de sus palabras y me preguntaba si mi vecino le habría dicho algo… “si, fue una pavada de un dvd” le dije. “seguro decís eso porque sos humilde, yo también soy un queso con la electrónica. Bueno si algún día necesito una mano con eso te voy a joder ehhh” y se sonrió de un modo que me delataba algo. Cada uno siguió con su rutina pero yo me quede con la duda, siempre me pasa lo mismo, nunca me doy cuenta cuando alguien me tira una indirecta. Me pasó con algunas experiencias anteriores que me daba una sensación rara y al final era que me quería encarar. Trate de pensar algo para hacer para sacarme la duda, total no perdía nada. Cuando ya había terminado y agarre mi campera, Jorge también me siguió y de nuevo salimos juntos. Me volvió a ofrecer de llevarme y le dije que si, obvioooo. Me dijo que había decidido ir ese día porque el jueves viajaba por laburo y no se lo quería perder (sería el gym o verme a mí? Jajaja). Nos despedimos y baje, pero antes de cerrar la puerta lo mire y le dije: “anota mi número por si necesitas algo como lo del dvd, de onda, no te voy a cobrar jajaja”. Lo tome por sorpresa pero lo anoto enseguida, me agradeció y se fue.
Llegue a casa, me desvestí y me fui a pegar un baño. Estaba tan excitado que no tuve que manosearme mucho para poder descargar. Salí hecho una seda, jajaja. Me puse a pensar que Jorge me había dicho que conocía a mi vecino desde chicos, imagine que tendría confianza para preguntarle de mí y saber qué onda le estaba tirando. Justo cuando estaba pensando eso me llego un mensajito. “Tomy, este es mi número, no me di cuenta de pasártelo. Ya me entere que vos cobras por tu ayuda jajaja……”. Chan! Este hombre me lee la mente… y obviamente me estaba tirando un palo. Convencido de eso le devolví el mensaje “Hola Jorge, no creo que ten salga tan caro igual…”. Tardo unos minutos y contestó: “Si, supongo que no será tanto. Tenía un compromiso para hoy pero ya lo cancele. Vos pensas que podrás venir a ayudarme con algo?”. “yo creo que sí, pásame tu dirección” le dije. Me indicó donde vivía, no muy lejos del depto. Me perfume, me puse un bóxer de lycra tipo culote que uso cuando amerita…, un jogging cómodo, una remerita ajustada, una campera, zapatillas deportivas y me pedí un taxi.
Llegue a la dirección, era un departamento en un primer piso. Jorge me vio llegar desde la ventana y bajo a abrirme. “Hola tomy, que bueno que viniste…” así me recibió, tenía puesto un jean y una chomba, se notaba que estaba recién bañado y muy bien perfumado. Subimos por la escalera y entramos al departamento, era un lugar muy cálido, tenía unas luces tenues y había puesto música funcional. Lo mire y lo note muy tenso, mucho más nervioso que yo. Me ofreció que me siente en un sillón y se quedó parado. Para hacerlo sentir mejor le dije: “mira, los dos sabemos porque estamos acá. Tratemos de relajarnos y pasar un buen rato, que decis?”. Me miro y sonriendo me dijo: “sos muy piola tomy, tenes razón. He visto hombres desnudos muchísimas veces en los vestuarios pero nunca estuve con un chico y menos con un bombón como vos pero desde que te ví en gimnasio no puedo parar de pensar en esto”. Se iba aflojando y se sentó al lado mío, me tomo de una mano y nos dimos un beso suave pero jugoso, muy rico. Me miro de nuevo y se mordió el labio como degustando mi saliva, yo sin disimular vi como su bulto se ponía puntiagudo. Nos empezamos a besar desefrenatadamente y a manosearnos la espalda, los brazos, las piernas. Nos paramos y nos sacamos las remeras. Tenía apenas un poco de pancita pero unos pectorales de machote, todo el pecho con un bello muy masculino y los brazos bien firmes. Yo, a esta altura, sabiendo lo que él quería me di media vuelta y me incline y me baje el jogging, me descalce y me lo termine de sacar. Yo sentía detrás de mí, con una respiración muy fuerte y las palpitaciones a mil. Me aleje un poco y le dije: “te gusta mi bóxer? me lo puse para vos”, me contestó: “me encanta todo tu cuerpo tomy y cómo te marca la cola ese bóxer”. Enseguida le dije: “se bueno y mostrame vos”. Se sacó el jean y las zapatillas en un segundo, tenía un slip gris que le sobresalía una verga muy dura. Se le notaba un líquido que manchaba el slip en la punta que sobresalía, se me hacía agua la boca. Volví hasta donde estaba Jorge, me arrodille y lo termine de desnudar. Esa pija no era tan larga sino más gorda, estaba muy dura y se le notaban las venas, sus huevos también eran grandes y los imagine llenos de leche.
Jorge se agarraba la cabeza y no me miraba, pero estaba totalmente excitado, entonces le dije “cerrar los ojos y decime que sentís…” y acto seguido le pase la lengua bien suave por el borde de la cabeza de esa verga. Soltó un “ahhh, siii” y entonces seguí con el tronco, con la base, roce sus huevos con la punta de la lengua y finalmente me la metí toda en la boca. Sin sacármela de la boca le dije: “sigo?” y me contesto agitado: “siiiiii”. Mi lengua era una canaleta donde entraba y salía su pija dejando un surco en mi boca. Tenía un aroma bien masculino y le pude sentir un poco de líquido en mi paladar. Jorge gemía entre una mezcla de placer por algo nuevo que estaba haciendo y de dolor por la fuerza para no acabarme, yo no podía parar de succionarla.
Pasó un rato de petearlo y lo hice sentar. Me subí al sillón y seguí chupándosela pero desde el costado. Por fin se animó y empezó a tomarme, primero mi bulto que también estaba a pleno y después deslizo sus dedos hacia mi cola. Me apretaba los cachetes bien fuerte y soltaba suspiros de deseo. Me di cuenta de su intención y entonces incorpore, me pare de espaldas a él y me saque el bóxer. “Siiii, que cola hermosa tenes, parece una escultura…” soltó, ya dejando la vergüenza atrás. Me sujeto fuerte y hundió su cara en mi trasero. Yo empecé a pajearme mientras le daba besos suaves a mi agujerito.
Con una de sus manos lo sentí que mientras me seguía tocando y provocándome sofoques, se empezaba a masturbar cada vez más fuerte. Me di vuelta y le dije: “nooo! Eso lo hago yo…” y me volví a arrodillar frente a Jorge, ahora tirado para atrás sobre el sillón, y volvía a comerle la verga. Mientras le daba lengüetazos a la punta, con la otra mano lo pajeaba fuerte y hasta abajo.
Enseguida soltó un “ahhhh” como doloroso, paré y le pregunté: “te duele?”, “no, al contrario Tomy. Creo que voy a acabar, no doy mássss” me contestó. “Mmm, cerra los ojos y disfrutalo” le ordene. Se tiró para atrás, apoyo su cabeza sobre sus manos y quedo a mi merced. Empecé a pasarle la lengua por sus bolas, subí hasta el tronco llenándolo de la saliva y así llegue hasta la punta. Le agarre bien firme la base de la verga y me la empecé a comer de una manera animal. Sus gemidos fueron fuertes, sentía los espasmos de su corazón y como se endurecia todo su cuerpo, finalmente un “ahhhhh” cuando soltó todo el líquido que tenía guardado para mí, en mi boca. Seguí y seguí hasta que no tuviera una gota, tragándome todo lo que me había regalado. Sus piernas se fueron aflojando, sus manos se soltaron y suspiró con placer tras el primer pete que le hacía un hombre. Yo se la seguí lavando con mucho cuidado mientras sentía como mi semen también brotaba de mi verga y caía sobre una de mis piernas.
Nos quedamos un rato en silencio, él acariciando mi cabeza que se apoyaba sobre su verga dormida. Después se levantó, se puso el slip y me trajo algo para limpiarme. Le pregunte si me podía bañar y me dijo que si, indicándome el baño. “Quedate a dormir, me gustaría que me dejes tu aroma en mis sabanas” me pidió y yo le contesté: “dale, me pego una ducha rápida y voy a la cama”.
CONTINUARÁ
12 comentarios - Gimnasio de mi barrio - Parte I