El menor se despertó en la habitación de su departamento humano, sentía como su sábana blanca favorita lo cubría y se froto un poco los ojos. Bostezo un poco y se froto los ojos, se sentó con algo de dificultad en la cama y vio una pluma negra, sonrío y la agarro.
-Que tierno- con la pluma acaricio su rostro lentamente riendo un poco por las cosquillas que le causaba, se acomodo un poco un mechón que le caía y tapaba el rostro –Hubiera deseado que te quedaras- suspiro y se destapo cuidadosamente para luego salir de la cama, estaba algo adolorido. Dio un par de pasos y tropezó, su impacto fue interrumpido por unos brazos ligeramente tostados por el sol y fuertes que lo rodearon con cariño y lo pegaron a su pecho.
-No te muevas, ayer fue tu primera vez y no creo haber sido muy gentil contigo. Perdóname palomita- los labios del ángel negro besaron los labios del ángel blanco y sus alas negras rodearon a ambos mientras que las alas del ángel blanco eran retraídas un poco para ser envueltas por las negras.
-Estuviste bien, supongo que nadie lo habría hecho mejor- en ángel blanco se acurruco en el pecho de su amado aun con el cuerpo algo inclinado porque se iba a caer, cerró los ojos y suavemente fue recostado en el piso por su amado
-¿Supones?- el ángel negro soltó una risa suave cerca de los labios del menor y lo volvió a besar dulcemente, acaricio su rostro con suavidad
-Sí, supongo… así te pones celoso y cuando te pones celoso- rodeo el cuello de su amado con sus brazos –y fogoso- riendo le devolvió el beso mientras levanto ligeramente su rodilla hasta llegar a su entrepierna y la movió un poco
-Pero la noche anterior…- el uke soltó un suave gemido e hizo el cuello hacia atrás, empezó a gemir un poco más haciendo que el seme se excitara
-No es justo, sabes que eso me pone a mil- el ángel negro beso el cuello del menor con mucho cuidado y aleteo un poco haciendo que la sábana blanca de su amado cayera sobre ambos –y no puedo volver atrás ya- lentamente desprendió uno por uno los botones de su amado mientras este hacía lo mismo a su amado pero de forma un poco más delicada
-Lo sé- susurro suavemente al oído de su amado y luego mordió dulcemente el lóbulo de la oreja del ángel negro –quiero que esta mañana sea la más apasionada de mi…- el uke fue interrumpido por un beso en los labios de su amado
-Calla, déjate llevar- acaricio con la pluma negra, que antes tenía el ángel blanco en la mano, el rostro de este con mucha suavidad y bajo lentamente pasando por su cuello a su torso y con giros suaves al comienzo de su pelvis la cual beso delicadamente. Los gemidos de su amado se hacían más reales de los que eran cuando los sobreactuaba para excitar a su cuervo, lo que lo ponía más desesperado
-Me haces cosquillas… pero no me hacen reír exactamente- el rostro de la palomita estaba algo rojo. Acaricio el mentón de su amado que estaba bajando suavemente su pantalón pijama blanco y depositaba suaves besos bajando por su pelvis al inicio del pene, pasando por su cuerpo ligeramente erecto hasta la punta, el cuerpo del sumiso se estremecía y se ponía tenso.
-Relájate- lamio lentamente la cabeza del pene de su amado y se lo llevo a la boca con mucho cuidado. Dentro de su boca jugó con él con suavidad y con mucho cariño
-No eres bueno, te mostrare como se hace- giro suavemente y bajo la ropa interior negra y ajustada que usaba su amado y lamio suavemente su pene de arriba abajo y luego se lo llevo a la boca con mucho cuidado para mordisquearlo con suavidad
-Ahh… eres un buen torturador- el pene del cuervo se puso totalmente erecto y su amado se lo saco de la boca para acariciarlo suavemente y lamerlo de arriba a abajo con mucha pasión y ternura. Los gemidos de placer del ángel negro se podían escuchar por todo el apartamento mientras su amado usaba su lengua y apretaba suavemente los labios alrededor de su pene para excitarlo más
-¿Te gusta mi cuervito?- las palabras del ángel sonaban suaves y delicadas en los oídos de su amado y lo excitaban más, movió un poco sus caderas para embestirle la boca simulando una penetración. Definitivamente no estaba en sí ya que su apetito sexual había sido demasiado –está bien, creo que debo pasar a lo siguiente- suavemente la palomita se levanto y se quito la sabana de encima para sentarse con algo de dificultad en el pene de su novio, entrelazo su mano con la de él y dejo salir un fuerte gemido de placer sintiendo como se deslizaba dentro de él
-M-mi palomita- con los ojos cerrados el seme empezó a embestir suavemente a su amado mientras este gemía placenteramente y se dejó caer suavemente en su pecho, las embestidas se hacían un poco más dolorosa pero más placenteras al estar sintiendo el calor de su amado –te amo con toda mi alma- su voz sonaba excitada y mordía suavemente su labio inferior. La palomita se movía con mucho cuidado pero cada vez más rápido
-T-también te amo- el sumiso estaba completamente rojo por su nivel alto de pasión, sus gemidos de dolor y placer se oían por varios pisos más abajo, abrazando a su amado del cuello mientras movía su trasero arriba a abajo ayudando a su amado a dar las embestidas. Se aferraba al pecho de este clavándole suavemente las uñas, su amado tan solo se excitaba más a cada momento. El activo apretó las nalgas del pasivo mientras lamia suavemente su mejilla de forma posesiva
-M-me voy a correr- susurro suavemente al oído del uke –Te quiero llenar con mi semen- lo embistió fuerte una última vez y su pene latió un par de veces con fuerza y se calentó un poco para llenarlo con su liquido aun más caliente –Te amo mi palomita- salió lentamente de dentro de su amado y lo acostó sobre su pecho. Ambos estaban agitados. El ángel negro beso a su amado en la cabeza y dejo que durmiera un rato más sobre su pecho
-Que tierno- con la pluma acaricio su rostro lentamente riendo un poco por las cosquillas que le causaba, se acomodo un poco un mechón que le caía y tapaba el rostro –Hubiera deseado que te quedaras- suspiro y se destapo cuidadosamente para luego salir de la cama, estaba algo adolorido. Dio un par de pasos y tropezó, su impacto fue interrumpido por unos brazos ligeramente tostados por el sol y fuertes que lo rodearon con cariño y lo pegaron a su pecho.
-No te muevas, ayer fue tu primera vez y no creo haber sido muy gentil contigo. Perdóname palomita- los labios del ángel negro besaron los labios del ángel blanco y sus alas negras rodearon a ambos mientras que las alas del ángel blanco eran retraídas un poco para ser envueltas por las negras.
-Estuviste bien, supongo que nadie lo habría hecho mejor- en ángel blanco se acurruco en el pecho de su amado aun con el cuerpo algo inclinado porque se iba a caer, cerró los ojos y suavemente fue recostado en el piso por su amado
-¿Supones?- el ángel negro soltó una risa suave cerca de los labios del menor y lo volvió a besar dulcemente, acaricio su rostro con suavidad
-Sí, supongo… así te pones celoso y cuando te pones celoso- rodeo el cuello de su amado con sus brazos –y fogoso- riendo le devolvió el beso mientras levanto ligeramente su rodilla hasta llegar a su entrepierna y la movió un poco
-Pero la noche anterior…- el uke soltó un suave gemido e hizo el cuello hacia atrás, empezó a gemir un poco más haciendo que el seme se excitara
-No es justo, sabes que eso me pone a mil- el ángel negro beso el cuello del menor con mucho cuidado y aleteo un poco haciendo que la sábana blanca de su amado cayera sobre ambos –y no puedo volver atrás ya- lentamente desprendió uno por uno los botones de su amado mientras este hacía lo mismo a su amado pero de forma un poco más delicada
-Lo sé- susurro suavemente al oído de su amado y luego mordió dulcemente el lóbulo de la oreja del ángel negro –quiero que esta mañana sea la más apasionada de mi…- el uke fue interrumpido por un beso en los labios de su amado
-Calla, déjate llevar- acaricio con la pluma negra, que antes tenía el ángel blanco en la mano, el rostro de este con mucha suavidad y bajo lentamente pasando por su cuello a su torso y con giros suaves al comienzo de su pelvis la cual beso delicadamente. Los gemidos de su amado se hacían más reales de los que eran cuando los sobreactuaba para excitar a su cuervo, lo que lo ponía más desesperado
-Me haces cosquillas… pero no me hacen reír exactamente- el rostro de la palomita estaba algo rojo. Acaricio el mentón de su amado que estaba bajando suavemente su pantalón pijama blanco y depositaba suaves besos bajando por su pelvis al inicio del pene, pasando por su cuerpo ligeramente erecto hasta la punta, el cuerpo del sumiso se estremecía y se ponía tenso.
-Relájate- lamio lentamente la cabeza del pene de su amado y se lo llevo a la boca con mucho cuidado. Dentro de su boca jugó con él con suavidad y con mucho cariño
-No eres bueno, te mostrare como se hace- giro suavemente y bajo la ropa interior negra y ajustada que usaba su amado y lamio suavemente su pene de arriba abajo y luego se lo llevo a la boca con mucho cuidado para mordisquearlo con suavidad
-Ahh… eres un buen torturador- el pene del cuervo se puso totalmente erecto y su amado se lo saco de la boca para acariciarlo suavemente y lamerlo de arriba a abajo con mucha pasión y ternura. Los gemidos de placer del ángel negro se podían escuchar por todo el apartamento mientras su amado usaba su lengua y apretaba suavemente los labios alrededor de su pene para excitarlo más
-¿Te gusta mi cuervito?- las palabras del ángel sonaban suaves y delicadas en los oídos de su amado y lo excitaban más, movió un poco sus caderas para embestirle la boca simulando una penetración. Definitivamente no estaba en sí ya que su apetito sexual había sido demasiado –está bien, creo que debo pasar a lo siguiente- suavemente la palomita se levanto y se quito la sabana de encima para sentarse con algo de dificultad en el pene de su novio, entrelazo su mano con la de él y dejo salir un fuerte gemido de placer sintiendo como se deslizaba dentro de él
-M-mi palomita- con los ojos cerrados el seme empezó a embestir suavemente a su amado mientras este gemía placenteramente y se dejó caer suavemente en su pecho, las embestidas se hacían un poco más dolorosa pero más placenteras al estar sintiendo el calor de su amado –te amo con toda mi alma- su voz sonaba excitada y mordía suavemente su labio inferior. La palomita se movía con mucho cuidado pero cada vez más rápido
-T-también te amo- el sumiso estaba completamente rojo por su nivel alto de pasión, sus gemidos de dolor y placer se oían por varios pisos más abajo, abrazando a su amado del cuello mientras movía su trasero arriba a abajo ayudando a su amado a dar las embestidas. Se aferraba al pecho de este clavándole suavemente las uñas, su amado tan solo se excitaba más a cada momento. El activo apretó las nalgas del pasivo mientras lamia suavemente su mejilla de forma posesiva
-M-me voy a correr- susurro suavemente al oído del uke –Te quiero llenar con mi semen- lo embistió fuerte una última vez y su pene latió un par de veces con fuerza y se calentó un poco para llenarlo con su liquido aun más caliente –Te amo mi palomita- salió lentamente de dentro de su amado y lo acostó sobre su pecho. Ambos estaban agitados. El ángel negro beso a su amado en la cabeza y dejo que durmiera un rato más sobre su pecho
0 comentarios - Historia de Ángeles (relato homoerótico parte II)