Penetrado por segunda vez

Este relato es real y trata sobre mi segunda experiencia homosexual, como ya explique en mi primer relato nunca me he sentido atraído por hombres pero desde hace algunos años me excita la idea de ser penetrado. Esta segunda experiencia que voy a contar sucedió en octubre de este año casi 4 meses después de mi primera experiencia con un hombre.
Luego de tener mi primera experiencia con aquel chico me propuse que no repetiría este tipo de encuentros, aunque la experiencia fue realmente excitante e inolvidable no quería que mis fantasías sexuales siguieran siendo con hombres ya que mi preferencia son las mujeres aunque no puedo negar que pensar en un hombre penetrándome siempre es excitante.
Los primeros días después de aquella primera vez por mi cabeza no pasaba la idea de repetir un encuentro con un hombre pero luego de dos meses cuando en las noches quería darme un poco de placer inevitablemente a mi cabeza llegaban recuerdos de aquella, recuerdos que me literalmente me hacían estallar de placer. Con el paso de las semanas los recuerdos de aquella vez me excitaban mas y aunque me masturbaba pensando en todo lo que paso esa noche el placer ya no era igual pues sentía la necesidad de ser penetrado, de esto me di cuenta porque mi cola se dilataba sin ningún tipo de estímulo.
Llevaba casi dos semanas sin masturbarme hasta que una noche decidí hacerlo, estaba muy excitado y me anime a estimular mi ano pensando que así podría sentir lo que sentí aquella noche en que fui desvirgado, aunque nuca me había estimulado analmente conseguí varios objetos de diferentes diámetros y longitudes como posibles dildos los cuales empecé a introducir de menor a mayor cuando aumentaba mi placer, aquella noche fue maravilla, no me había sentido tan excitado desde aquel dia en que me hicieron la cola. Así estuve casi dos meses, con esta deliciosa nueva forma de masturbarme y estimular mi ano.
El fin de semana pasado estaba en mi casa en la computadora eran aproximadamente las 8 pm cuando en Skype se conecta Jose, el hombre con el que había hecho realidad mi fantasía y que me tenía enviciado a la estimulación anal, enseguida me saludo y empezamos a hablar. Como dije en mi primer relato Jorge se había ido de la ciudad por cuestiones de trabajo.
Después de hablar casi una hora me pregunta que si nos podemos ver, yo le respondí – Si puede ser, cuando vuelvas a la ciudad me mandas un mail y quedamos eso si solo a hablar – .
Jose – No David no me has entendido es que en este momento estoy en la ciudad y me gustaría que nos veamos un rato, solo para hablar-
En ese momento sentí una sensación muy extraña, no sé si eran nervios o miedo y en ese momento le dije que no que otro día, seguimos hablando un rato y empecé a excitarme pues la conversación se volvió un poco más interesante y esta vez fui yo el que le pregunto, -Todavía te gustaría que nos viéramos- a lo que el respondió – si claro, mira yo estoy en el hotel Mediterráneo si quieres puedes venir, tengo una botella de ron para que nos divirtamos un rato- Bastante excitado fui a prepararme para lo que podría pasar esa noche aunque ya le había dejado claro que solo para hablar aunque yo mismo me engañara porque creo que los dos ya sabíamos lo que queríamos. Me bañe y me depile muy bien, durante casi todo el baño mi pene estaba en todo su esplendor y muy lubricado y ni hablar de las ganas que tenia de ser cogido.
Llegue al hotel a eso de las 11pm, toque la puerta de su habitación algo nervioso y con las manos sudadas, lo salude con un apretón de mano y se rio diciéndome -Nervioso?- a lo que yo respondí con una sonrisa – Pues sí, un poco- . Jose llevaba un jean y una camisa a rayas, su cabello estaba húmedo por lo que me pude dar cuenta que al igual que yo recién se había bañado suponiendo lo que podría pasar. Yo llevaba un jean una camiseta y una chaqueta.
La habitación era amplia, además de la cama y el baño tenía un bar y una sala de estar. Jose me invito a seguir – Ponte cómodo, quieres tomar algo?, Como te dije tengo un ron que puede ayudar a que hablemos más tranquilos- dijo. –Si por favor dame un trago- le respondí. Empezamos a tomar y a hablar , luego de un poco más de una hora algo aburrida hablando sobre temas de poca importancia y ya con un poco más de confianza por el efecto de los tragos la conversación se puso interesante.
Jose : -David te puedo preguntar algo?-
Yo: –Si claro, dime-
Jose: –Como te pareció la experiencia de aquella noche?-
Yo: -Ehh… por que me preguntas eso?-
Jose: -No por nada solo quiero saber, pero si te sientes incomodo no me respondas-
Yo: -Pues mira cómo te dije ese día yo la pase muy bien, cumplí mi fantasía aunque fue muy doloroso, sobre todo al otro día-
Jose: -Bueno pero eso es normal era la primera vez y la primera vez siempre es así.
Yo: -Si debe ser por eso-
Jose: -Seguro que cuando lo hiciste la segunda vez, ya no te dolió, o me equivoco?.
Yo: -Jajaja… no he tenido una segunda vez-
Jose: -Eso no te lo creo, seguro que si lo has hecho pero no me lo cuentas.
Yo: -No jose, no te digo mentiras aunque esa noche la pase muy bien y aunque no te voy a negar que algunas noches me excita pensar en lo que paso ese día, mi preferencia son las mujeres y lo de esa noche es una experiencia que quería cumplir.
Jose: -Pero respóndeme algo David, no te gustaría repetir esa experiencia?
Jose se acercó a mí, cogió mi mano colocándola sobre su jean, pude sentir como estaba a punto de tener una erección, no puse mucha resistencia ante su movimiento y empecé a acariciar su pene por encima de su jean.
Jose: - Respondeme?-
Yo: -Si, quiero que sentir lo que senti ese dia, ya sabes cuales son mis condiciones, no besos.
Jose: -Si, no te preocupes que ya sé que es lo que te pone caliente-
Se quitó la camisa, me la quito a mí y empezó a acariciar mi verga que está muy mojada, en ese momento yo estaba muy excitado por lo que iba a pasar.
Comenzó a acariciar mis tetillas, lo que me hizo ver estrellas no sabía que esta parte podía producir tanto placer. Muy excitado me baje el pantalón y baje el de el con su bóxer dejando ver esa verga que estaba humeda y erecta en su totalidad, comencé a masturbarlo mientras él se acostaba en el mueble y yo me arrodillaba en el suelo.
Estaba muy excitado con lo que me decía:
Jose: - Que culo tienes David parece de mujer, quiero follartelo- -Te encanta que te coja verdad?
Sin más preámbulo coloque su pene en mi boca y empecé a darle una mamada, en ese momento ya me encontraba sobre el a cuatro patas haciendo un 69, me bajo el bóxer y empezó a acariciarme el pene y la cola, de cuando en vez colocaba un dedo en la entrada de mi cola y hacia presión pero cuando estaba a punto de entrar lo quitaba… Jose era todo un experto me estaba haciendo ver el cielo.
Ya en ese momento yo estaba listo para recibir su gran verga, no muy grande de unos 15 centímetros pero si gruesa y con una cabeza firme y rosada.
-Ven vamos a la cama- dijo Jose.
Nos levantamos y fuimos a la cama, los dos estábamos deseando lo mismo. Me acosté en la cama boca abajo como insinuándole lo que estaba deseando. Fue a su equipaje que estaba a medio desempacar y saco un lubricante unos preservativos y un juguete anal nuevo aun sin desempacar.
Jose: -Mira lo que tengo, esto se llama un acostumbrador anal, te lo voy a regalar para que lo uses cuando estés muy excitado. Con esto te podre penetrar mas fácil.
Saco el juguete de su empaque y le coloco un poco de lubricante, me dio un poco para colocarlo en la entrada de mi ano y empezó a acariciar mi entrada con ese juguete de goma. Como sabía que me volvía loco siempre hacia presión sobre mi ano para que entrara un poco pero hay mismo lo quitaba, el cabron sabia que asi me iba a enloquecer pues yo empujaba para que lo metiera y me retorcia de placer por no poderlo tener adentro.
Yo: -Jose, que esperas no puedo mas metemelo todo que ya lo quiero sentir-
Lo coloco en mi ano y presiono con un poco de fuerza, el juguete entro de un solo golpe y pude sentir una sensación inexplicable de dolor y placer, que me hizo soltar un gemido de mujer.
Jose: -Mmmmm como te gusta, espera que te coja, la vas a pasar muy bien.
Yo: -Penetrame ya, te quiero sentir.
Jose: -Espera que tu cola se acostumbre un poco para que no te duela.
Nuevamente hicimos el 69 y yo comencé a chupársela con mucho deseo, me sentía toda una mujer, jose mientras tanto estaba como loco con mi culo metiendo y sacando aquel juguete que ya entraba y salía sin dificultad alguna.
Jose: -Ponte en cuatro David-
Muy obediente me retire y me coloque en cuatro en el borde de la cama, el se paró detrás de mí saco aquel juguete y coloco un preservativo en su pene.
Jose: -Que rico como te quedo la colita con el juguetito, ya no necesitas lubricación.
Toque mi ano y pude sentir como ya me habían hecho la cola, tenía el ano completamente dilatado.
Jose: -Solo voy a colocar un poco de lubracante sobre mi pene aunque creo que no lo necesitaras.
Se acercó a mí y pude sentir cuando coloco su verga en la entrada de mi ano que aunque dilatado no estaba acostumbrado a su verga gruesa.
Jose:- Espera creo que mejor te coloco lubricante para que no te duela.
Yo: -No dale sin lubricante que se siente muy rico como lo estás haciendo.
Me cogió por la cadera y esta vez con más fuerza empezó a empujar. No pares, sigue empujando así, le dije.
Pude sentir cuando su abdomen toco mis nalgas en este momentos ya la tenía toda adentro, en esta posicion duramos algo asi como 10 minutos, cuando estaba a punto de eyacular le pedi que lo hiciera en mi boca que quería saber lo que se sentía, al instante se colocó delante de mí se quitó el preservativo y acabo en mi boca, la sensación no fue muy agradable, pero cumplí esa fantasía.
Ya con su pene medio flácido comenzó a masturbarme para que yo eyaculara, cogio el juguete y lo coloco en mi cola y me dijo cuando estés a punto de correrte me avisas. Asi fue me masturbo durante 5 minutos y cuando vi que mi eyaculación estaba por llegar saco el juguete rápidamente de mi ano y lo volvió a colocar rápidamente, sin duda fue el mejor orgasmo que he tenido, nunca había tenido una eyaculación tan abundante, mi esperma cayo en la cama en las paredes en su cara y en pecho y abdomen.
Luego de esto me bañe, nos despedimos y quedamos de repetir nuestro encuentro la próxima vez que volviera a la ciudad.
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