Mientras comíamos, alternadamente hacía que un putito se sentara encima de mi pija y lo trataba como un bebote, me encantaba comer mientras con una mano le apretaba los huevos, o le rozaba la punta empapada de la verga con mi mano, suavemente.
Así, iban pasando uno a uno, hacía y deshacía a mi antojo... pasado un rato, ordenaba que alguno me lamiera los pies, con mucha baba, mientras otro me dijera sus máximos secretos susurrados al oído. Necesitaba sentir que mis bolas se iban llenando de leche espesa al punto de explotar. Quería excitarme lentamente, durante toda la noche, y quería que esos pendejos putitos recordaran esa noche para siempre...
Me encantaba sentir mis pies inundados de baba tibia, las lenguas ardientes de los putitos jugando entre mis dedos, esas bocas mamonas ávidas de pija, mientras me confesaban al oído que quería que los cojiera a destajo.Uno a uno los obligué a que dijeran sólo la frase: Te amo Papu...! y que dejaran caer baba en mi nabo. Así hacían fila empalmadísimos e iban embadurnando mi pija de líquido viscoso... Te amo Papu! Te amo Papu!
Cada uno que pasaba se inclinaba sobre mi verga venosa, abría su boca de puta y depositaba su ración líquida... Te amo Papu! Recibían de premio, mi dedo anular metido de una estocada en sus colas firmes y ansiosas. El juego se repitió muchas veces, hasta sentir mi chota completamente tapada de baba caliente y sus ortos totalmente dilatados, cada vez agregaba un dedo, provocando un dulce dolor en mis putitos y hasta meter los cinco dedos en cada culito sediento.
Mientras bebíamos y fumábamos alegremente, las estábamos pasando realmente bien...
Cuando estimé que todo estaba en su punto, los obligué a que se culearan entre ellos, quería hacerlos desear mi pija todo lo que pudiera.
Así hice que Marian, el más macho de todos se sentara en el centro del living con su pija como un fierro, y llevé a cada uno de los pelos, obligandolo a sentarse de golpe, una sola estocada y levantarse... Sólo una estocada...Te amo Papu! Te amo Papu!
Era hermoso ver cómo cada uno esperaba el turno de su ración de pija...Te amo Papu!
Marian estaba a punto de explotar culeandose en pequeñas dosis a los tres putitos...
Cuando no daba más, lo puse en cuatro patas y le embestí mi trozo de carne hasta el fondo, provocándole una eyaculación brutal, que recibieron las tres nenas en sus caras de mamonas ardientes, relamiendose, limpiando cada gota mutuamente, tragándose hasta el último resto de leche joven, espesa y ardiente....
(Continuará....bah, si comentan continuará...)
Así, iban pasando uno a uno, hacía y deshacía a mi antojo... pasado un rato, ordenaba que alguno me lamiera los pies, con mucha baba, mientras otro me dijera sus máximos secretos susurrados al oído. Necesitaba sentir que mis bolas se iban llenando de leche espesa al punto de explotar. Quería excitarme lentamente, durante toda la noche, y quería que esos pendejos putitos recordaran esa noche para siempre...
Me encantaba sentir mis pies inundados de baba tibia, las lenguas ardientes de los putitos jugando entre mis dedos, esas bocas mamonas ávidas de pija, mientras me confesaban al oído que quería que los cojiera a destajo.Uno a uno los obligué a que dijeran sólo la frase: Te amo Papu...! y que dejaran caer baba en mi nabo. Así hacían fila empalmadísimos e iban embadurnando mi pija de líquido viscoso... Te amo Papu! Te amo Papu!
Cada uno que pasaba se inclinaba sobre mi verga venosa, abría su boca de puta y depositaba su ración líquida... Te amo Papu! Recibían de premio, mi dedo anular metido de una estocada en sus colas firmes y ansiosas. El juego se repitió muchas veces, hasta sentir mi chota completamente tapada de baba caliente y sus ortos totalmente dilatados, cada vez agregaba un dedo, provocando un dulce dolor en mis putitos y hasta meter los cinco dedos en cada culito sediento.
Mientras bebíamos y fumábamos alegremente, las estábamos pasando realmente bien...
Cuando estimé que todo estaba en su punto, los obligué a que se culearan entre ellos, quería hacerlos desear mi pija todo lo que pudiera.
Así hice que Marian, el más macho de todos se sentara en el centro del living con su pija como un fierro, y llevé a cada uno de los pelos, obligandolo a sentarse de golpe, una sola estocada y levantarse... Sólo una estocada...Te amo Papu! Te amo Papu!
Era hermoso ver cómo cada uno esperaba el turno de su ración de pija...Te amo Papu!
Marian estaba a punto de explotar culeandose en pequeñas dosis a los tres putitos...
Cuando no daba más, lo puse en cuatro patas y le embestí mi trozo de carne hasta el fondo, provocándole una eyaculación brutal, que recibieron las tres nenas en sus caras de mamonas ardientes, relamiendose, limpiando cada gota mutuamente, tragándose hasta el último resto de leche joven, espesa y ardiente....
(Continuará....bah, si comentan continuará...)
16 comentarios - Reunión de putitos (Episodio 2)
van puntines