Lo que ud diga señorita 3 (Relato bi)

Patricia me tomó fuertemente de la cintura, y con su cinturonga embadurnada en gel lubricante, empezó a empujarme la cabeza adentro de la cola. La poronga era bastante grande, asi que cuando termino de entrar la cabeza, entre gemidos y lagrimas disfrutaba yo. Luego empezó a meterla despacio, con mucho amor y un poquito de saña cada tanto, agarrándome del pelo y tirándome la cabeza para atrás. Ella estaba en el papel de un activo dominador, y yo absolutamente entregado al placer.
Mi pija estaba durísima y goteaba, mis huevos preparaban otra enlechada, y asi fue que en el ultimo empujon para que entre toda, un chorro de leche me mojo la panza y toda la cama. Luego empezó una verdadera culeada que dolía solo cuando la sacaba por completo y la volvía a meter, yo la pasaba muy bien y con la boca buscaba rastros de mi reciente acabada para pasar la lengua e incrementar el morbo.
Después de un rato de recibir bomba, y con la cola toda rota, empezó a gritar "Cogeme, cógeme por favor cógeme". No hizo tiempo a sacarse el arnes que ya estaba metiendo mi pija en su culo sin mas que un poco de saliva. Patricia gemía del dolor, y me gritaba que parara, pero que siga. Yo alternaba entre su conchita y su culito, pijazos de aquí para alla. Ahora yo tenía las riendas del juego. Entonces tomo el consolador anal y mientras le jugueteaba en la cola, la seguía cogiendo sin parar. Tenía tal calentura que podríamos haber estado toda la noche dándonos el uno al otro, pero al cabo de media hora, vuelvo a acabar, esta vez dentro de su colita y caímos los dos desplomados,sobre la cama.
Nos quedamos un rato abrazados, nos sentíamos sucios, pero no podíamos dejar de acariciarnos y besarnos. Luego su mano empieza a acariciar mi cola, y su dedo entra como si nada, a mi me ardía todo, pero no sentía nada de tanta exitación. Ella vuelve su mano hacia su cola, se mete un dedo también y lo saca con un poco de leche. Me mira y se lo chupa con una sonrisa picara.
"Estuviste muy putita hoy, me gusto" me dice sonriéndose
"Vos también hermosa, no sabía que tenias semejante poronga" le digo, y nos reimos.
"Igual me gusta que vos me domines, esto fue una excepción", dice y me besa la boca.

Mi novia empezaba a ponerse rompebolas al celular, asi que nos bañamos, me cambie entre besos y caricias y volví. Esa noche no pude parar de soñar en mujeres cojiendome una detrás de la otra. Yo sabía que no iba a ser la ultima vez.