Esto sucedió hace más de un año. No sé por qué lo relato ahora, mejor dicho, lo sé pero lo tenía olvidado, o eso es lo que pensaba.
Mi hermano mayor practica natación de fondo, es decir, nado en aguas abiertas en distancias más o menos largas. Casi nunca iba a verlo en sus competencias, pero un fin de semana fuimos con la familia a alentarlo en Baradero. Ahí fue cuando conocí a su entrenador. Pablo, tal su nombre, un tipo de unos 40 años, es de esas personas cuya presencia no pasa inadvertida. De contextura robusta, con unos brazos enormes y unos pectorales gigantes, no era tanto su físico lo que llamaba la atención, sino más bien su tremenda simpatía la que hacía que siempre le cayera bien a todo el mundo.
Por supuesto inmediatamente nos cayó súper bien, tanto a mis padres como a mi hermano menor y a mí, claro. En ese momento me olvidé por completo de la competencia y me dediqué a tratar de pasar tiempo con él. Noté que Pablo también buscaba mi cercanía, me preguntaba por qué no nadaba, si quería empezar a entrenar para competir, y otras cuestiones. Parecía que él también se había olvidado que estaba ahí por mi hermano y no por mí. La conversación fue cambiando de ángulo, ahora me preguntaba si usaba bermudas o slip para nadar, si tenía novia, si salía con alguien; yo le tiré que con su facha debía tener un montón de chicas disponibles en el caso de que fuese soltero, ¿sos casado? Él me guiñó un ojo pero no me contestó.
Terminado el día nos despedimos y me dijo que si quería lo llamara para empezar a entrenar, yo le dije que la facultad me absorbía todo el tiempo, pero me gustaría verlo nadar a él. Dos días después, con la excusa de que me estaba interesando la natación, lo llamo y quedamos en vernos en el club. Le pedí prestado un slip a mi hermano y allá nos encontramos con Pablo. Después de saludarnos me indicó que fuéramos a la pileta, él traía puesta una bermuda. Antes de entrar, en las duchas pude apreciar su hermoso culo y una chota bien proporcionada. También noté que él me miró bastante detenidamente. Los dos usamos slip, el suyo rojo le marcaba mejor el culo. En el agua hicimos un par de largos, charlamos y yo aproveché para mirarlo fijo a los ojos. A la hora de irnos me saludó con un beso en la mejilla pero tan cerca de la boca que me sorprendió.
El sábado de esa semana, mi hermano organizó una reunión ya que se iba a competir a Iguazú e invitó a sus compañeros y a Pablo. Por supuesto que yo no estaba invitado, pero como se hizo en casa no salí y me quedé mirando tele. Cuando Pablo llegó, saludó a todos y me vino a ver. Le extrañó que no participara, le dije que los amigos de mi hermano no son mis amigos ¿Y yo? me dijo. Le contesté que me gustaría que fuésemos amigos con una enorme sonrisa. Charlamos durante un largo rato hasta que los demás lo llamaron. Después de comer Pablo se disculpó y se fue despidiéndose de mí con un beso esta vez más cerca de la boca que antes. No le dejé apartar la cara y le puse un beso en la boca. Al contrario de sorprenderse, se prendió a mis labios. Me dijo “en cinco minutos en la puerta”. Corrí a mi cuarto, me puse lo primero que encontré y bajé corriendo las escaleras. En la puerta me estaba esperando en su auto. Fuimos a su casa. Yo estaba re nervioso, si bien ya había tenido experiencia gay, Pablo me calentaba demasiado. Nuestro segundo beso fue profundo, sin apuros, su boca contenía toda la mía. Sus manos me recorrían la espalda y el culo, yo apoyé mis manos en sus pectorales duros y luego las subí hasta su cuello fuerte como el tronco de un árbol. Él se puso de espaldas a mí y me refregaba su culo contra mi pantalón mientras levantaba los brazos para que le saque la camisa. Mientras lo besaba desde atrás, le desabroché el pantalón y se lo bajé. Con ambas manos le agarré el bulto, su verga estaba tiesa y re caliente. Él seguía apoyándome su culo con movimientos circulares. Se dio vuelta, me sacó la chomba y empezó a morderme desde el cuello hasta el abdomen, me bajó el pantalón con bóxer incluido y me chupó la pija como nunca me la habían chupado antes. Se la metía en la boca, la retenía un rato y luego se la sacaba despacio. Yo estaba súper caliente, traté de llevarlo hacia el sillón, pero me fue imposible moverlo, él siguió chupando. Se paró, me levantó entre sus brazos mientras me besaba y me llevó directamente a la cama. Al tirarnos en la cama quedó debajo de mí, podía sentir la tibieza y a la vez la dureza de sus músculos, su pija dura contra la mía me excitaba terriblemente, en un movimiento me dio vuelta, mientras lo besaba tomó mis manos y las dirigió hacia su culo, le apreté los glúteos y luego se los abrí, al oído me dijo que le metiera los dedos, mis manos se abrieron paso en busca de su ano y le introduje un dedo primero y luego otro. Sus gemidos se volvieron intensos y sus besos más fuertes. Se tiró a mi lado boca abajo invitándome a garchármelo, con el tiempo supe que esa es su posición predilecta. Le escupí el hoyo y de una sola vez le metí la pija que a esa altura estaba como una roca. Todo su cuerpo se convulsionó, dio vuelta la cabeza ofreciéndome su boca jugosa, nuestras lenguas se encontraron nuevamente, sus movimientos pélvicos se acomodaron a mi ritmo, sus manos tomaron mi culo y empujaban, al oído le decía que tenía un orto hermoso y eso lo excitaba aún más. Cuando le dije que estaba por acabar me dijo que lo haga entre sus nalgas. Se la saqué y le chorreé todo el culo, se notaba que disfrutaba la leche caliente, cuando miré, él ya había acabado en las sábanas. Después de higienizarnos me dijo que quería que viese algo. Me mostró un video en el que aparecía un actor tremendamente parecido a él, excepto por el bigote era su doble. Bromeó con que tenía un gemelo actor porno.
Nuestros encuentros se hicieron regulares, como ya había terminado las clases en la facu, prácticamente me la pasaba en su casa. Él entrenaba a la mañana y las tardes las tenía libres. Pablo decía que nuestra relación se basaba en el sexo, pero yo comenzaba a sentir algo más hacia él. Le insistí para que nos fuésemos de vacaciones juntos. Primero dudó, pero terminó aceptando. Elegimos Brasil y allá nos fuimos. Alquilamos una cabaña cerca del mar. Empezamos a jugar a recrear el video que me mostró. Cogíamos en las mismas posiciones pero no nos animamos a tomar sol desnudos en la playa.
Unos días antes de volver la relación se tornó distante, nunca supe cuál fue el motivo. Si caminábamos por la calle él se alejaba unos pasos de mí, mis demostraciones de cariño le molestaban, ya no quiso que nos duchásemos juntos y el sexo se volvió rutinario. Muchas veces quise hablarlo pero él negaba que algo sucediese. De todas formas fueron unos días maravillosos.
De vuelta en Buenos Aires me empezó a esquivar con excusas. Después de muchas idas y venidas, por fin lo tuve frente a frente y me dijo “Yo no soy para vos” una frase que escuchaba por primera vez, pero que algunos meses después me volverían a decir. Pero eso es otra historia.
Para aquel que quiera ver el video es
http://eclectic69.tumblr.com/post/53404875248/a-thing-of-beauty-ginger-colby-keller-fucks-dale
Mi hermano mayor practica natación de fondo, es decir, nado en aguas abiertas en distancias más o menos largas. Casi nunca iba a verlo en sus competencias, pero un fin de semana fuimos con la familia a alentarlo en Baradero. Ahí fue cuando conocí a su entrenador. Pablo, tal su nombre, un tipo de unos 40 años, es de esas personas cuya presencia no pasa inadvertida. De contextura robusta, con unos brazos enormes y unos pectorales gigantes, no era tanto su físico lo que llamaba la atención, sino más bien su tremenda simpatía la que hacía que siempre le cayera bien a todo el mundo.
Por supuesto inmediatamente nos cayó súper bien, tanto a mis padres como a mi hermano menor y a mí, claro. En ese momento me olvidé por completo de la competencia y me dediqué a tratar de pasar tiempo con él. Noté que Pablo también buscaba mi cercanía, me preguntaba por qué no nadaba, si quería empezar a entrenar para competir, y otras cuestiones. Parecía que él también se había olvidado que estaba ahí por mi hermano y no por mí. La conversación fue cambiando de ángulo, ahora me preguntaba si usaba bermudas o slip para nadar, si tenía novia, si salía con alguien; yo le tiré que con su facha debía tener un montón de chicas disponibles en el caso de que fuese soltero, ¿sos casado? Él me guiñó un ojo pero no me contestó.
Terminado el día nos despedimos y me dijo que si quería lo llamara para empezar a entrenar, yo le dije que la facultad me absorbía todo el tiempo, pero me gustaría verlo nadar a él. Dos días después, con la excusa de que me estaba interesando la natación, lo llamo y quedamos en vernos en el club. Le pedí prestado un slip a mi hermano y allá nos encontramos con Pablo. Después de saludarnos me indicó que fuéramos a la pileta, él traía puesta una bermuda. Antes de entrar, en las duchas pude apreciar su hermoso culo y una chota bien proporcionada. También noté que él me miró bastante detenidamente. Los dos usamos slip, el suyo rojo le marcaba mejor el culo. En el agua hicimos un par de largos, charlamos y yo aproveché para mirarlo fijo a los ojos. A la hora de irnos me saludó con un beso en la mejilla pero tan cerca de la boca que me sorprendió.
El sábado de esa semana, mi hermano organizó una reunión ya que se iba a competir a Iguazú e invitó a sus compañeros y a Pablo. Por supuesto que yo no estaba invitado, pero como se hizo en casa no salí y me quedé mirando tele. Cuando Pablo llegó, saludó a todos y me vino a ver. Le extrañó que no participara, le dije que los amigos de mi hermano no son mis amigos ¿Y yo? me dijo. Le contesté que me gustaría que fuésemos amigos con una enorme sonrisa. Charlamos durante un largo rato hasta que los demás lo llamaron. Después de comer Pablo se disculpó y se fue despidiéndose de mí con un beso esta vez más cerca de la boca que antes. No le dejé apartar la cara y le puse un beso en la boca. Al contrario de sorprenderse, se prendió a mis labios. Me dijo “en cinco minutos en la puerta”. Corrí a mi cuarto, me puse lo primero que encontré y bajé corriendo las escaleras. En la puerta me estaba esperando en su auto. Fuimos a su casa. Yo estaba re nervioso, si bien ya había tenido experiencia gay, Pablo me calentaba demasiado. Nuestro segundo beso fue profundo, sin apuros, su boca contenía toda la mía. Sus manos me recorrían la espalda y el culo, yo apoyé mis manos en sus pectorales duros y luego las subí hasta su cuello fuerte como el tronco de un árbol. Él se puso de espaldas a mí y me refregaba su culo contra mi pantalón mientras levantaba los brazos para que le saque la camisa. Mientras lo besaba desde atrás, le desabroché el pantalón y se lo bajé. Con ambas manos le agarré el bulto, su verga estaba tiesa y re caliente. Él seguía apoyándome su culo con movimientos circulares. Se dio vuelta, me sacó la chomba y empezó a morderme desde el cuello hasta el abdomen, me bajó el pantalón con bóxer incluido y me chupó la pija como nunca me la habían chupado antes. Se la metía en la boca, la retenía un rato y luego se la sacaba despacio. Yo estaba súper caliente, traté de llevarlo hacia el sillón, pero me fue imposible moverlo, él siguió chupando. Se paró, me levantó entre sus brazos mientras me besaba y me llevó directamente a la cama. Al tirarnos en la cama quedó debajo de mí, podía sentir la tibieza y a la vez la dureza de sus músculos, su pija dura contra la mía me excitaba terriblemente, en un movimiento me dio vuelta, mientras lo besaba tomó mis manos y las dirigió hacia su culo, le apreté los glúteos y luego se los abrí, al oído me dijo que le metiera los dedos, mis manos se abrieron paso en busca de su ano y le introduje un dedo primero y luego otro. Sus gemidos se volvieron intensos y sus besos más fuertes. Se tiró a mi lado boca abajo invitándome a garchármelo, con el tiempo supe que esa es su posición predilecta. Le escupí el hoyo y de una sola vez le metí la pija que a esa altura estaba como una roca. Todo su cuerpo se convulsionó, dio vuelta la cabeza ofreciéndome su boca jugosa, nuestras lenguas se encontraron nuevamente, sus movimientos pélvicos se acomodaron a mi ritmo, sus manos tomaron mi culo y empujaban, al oído le decía que tenía un orto hermoso y eso lo excitaba aún más. Cuando le dije que estaba por acabar me dijo que lo haga entre sus nalgas. Se la saqué y le chorreé todo el culo, se notaba que disfrutaba la leche caliente, cuando miré, él ya había acabado en las sábanas. Después de higienizarnos me dijo que quería que viese algo. Me mostró un video en el que aparecía un actor tremendamente parecido a él, excepto por el bigote era su doble. Bromeó con que tenía un gemelo actor porno.
Nuestros encuentros se hicieron regulares, como ya había terminado las clases en la facu, prácticamente me la pasaba en su casa. Él entrenaba a la mañana y las tardes las tenía libres. Pablo decía que nuestra relación se basaba en el sexo, pero yo comenzaba a sentir algo más hacia él. Le insistí para que nos fuésemos de vacaciones juntos. Primero dudó, pero terminó aceptando. Elegimos Brasil y allá nos fuimos. Alquilamos una cabaña cerca del mar. Empezamos a jugar a recrear el video que me mostró. Cogíamos en las mismas posiciones pero no nos animamos a tomar sol desnudos en la playa.
Unos días antes de volver la relación se tornó distante, nunca supe cuál fue el motivo. Si caminábamos por la calle él se alejaba unos pasos de mí, mis demostraciones de cariño le molestaban, ya no quiso que nos duchásemos juntos y el sexo se volvió rutinario. Muchas veces quise hablarlo pero él negaba que algo sucediese. De todas formas fueron unos días maravillosos.
De vuelta en Buenos Aires me empezó a esquivar con excusas. Después de muchas idas y venidas, por fin lo tuve frente a frente y me dijo “Yo no soy para vos” una frase que escuchaba por primera vez, pero que algunos meses después me volverían a decir. Pero eso es otra historia.
Para aquel que quiera ver el video es
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9 comentarios - Relato Gay - El video
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