En anteriores episodios:
http://www.poringa.net/posts/gay/2263746/Me-comi-2-travas-real-y-fotos-EP-1.html
http://www.poringa.net/posts/gay/2265589/Me-comi-2-travas-real-y-fotos-EP-2.html
Las dos traviesas me estaban besando con sus lenguas ardientes mientras me masajeaban los huevos y la chota, era una escena divina, por debajo de las tanguitas, podían imaginarse dos nabos espectaculares que empezaban a crecer...
Empecé a acariciar esos bultos por encima de los tanguitas apretados. Martina me preguntó si quería jugar con ellos, estaba loco de calentura y le respondí que obvio...
Las dos desenfundaron tremendas pijas depiladas enteritas y se pusieron forros para que yo las saboreara descontroladamente. Nunca había chupado pija y me volví loco de lujuria, primero a Sabrina, mientras Martina hacía lo mismo conmigo. así estábamos conectados por nuestros nabos jugosos e hinchados.
Ahora entendía por qué a las putitas les gustaba mamar pija, era hermoso sentir la carne venosa que llegaba hasta mi garganta y con la nariz llegar hasta su abdomen lampiño. Con mi mano le masajeaba los huevos repletos de leche a la bebota rubia, mientras la yegua de Martina, aullaba como una perra en celo.
Hice lo propio con la morocha, mientras Sabrina empezó a mamarla con furia.
-Está como una piedra....- confesó a su amiga.
Las recosté boca arriba a las dos, junté sus pijas y me las metí a ambas en la boca. las trolas gozaban a reventar. Atragantarme con esas chotas de las hembras me embriagaba de placer.
- Querés garchar?- preguntó traviesa Martina.
- Síghh...- respondí sin vacilar aún con las dos pijas en la boca.
- Querés hacer trencito?
- Sighh!!
- Ponete cremita....- sugirió Martina- y ponele a Sabri
- No, yo no quiero crema... quiero sentir esa pija bien apretada....- gimió la rubia caderona, mientras presentaba ese orto descomunal en frente mío.
Me puse crema en la cola, y así empezamos una secuencia que quedará entre los mejores recuerdos de mi vida.
De una estocada, se la puse a Sabrina y ni lerda ni perezoza, Martina me penetró suavemente, casi sin darme cuenta. Los tres conectados, cabalgando. Sentir que me estaba culeando a una rubia de playboy con manija, y que la yegua de Martina, me estaba dando pija a la vez que gritaba descontrolada era lo máximo.
No podíamos dejar de culearnos, eran gritos alocados, estábamos disfrutando sin ningún tapujo ni complejo.
Pija, y pija, verga, verga.... pero con 2 hembrones infernales.
-Sí....!!! dale, si.... dame toda la pija...- aullaba Sabri-
A la vez Martina, me agarraba fuerte de la cintura y me cagaba a pijazos. Su nabo se había puesto como un palo, dentro de mi agujero rosado. Nunca en mi vida tuve semejante erección.
No podía aguantar mucho más, sobre todo cuando sentí el líquido caliente que se acumulaba en el forro de Martina en una acabada brutal. No pude resistir y acabé dentro del aro dilatado de la rubia yegua, mientras seguía culeandola sin detenerme.
Permanecimos un rato así, conectados, penetrados, muertos de placer.
Hasta nos dormimos un ratito después, una putita a cada lado, sobre mi pecho.
Al despertar... comencé a vestirme y al sacar la billetera, las dos al unísono se negaron a cobrarme.
- No bebé, dejá...., fue un placer.
Las besé lentamente a las dos que quedaron extenuadas en la camita, desnudas y fumando.
La vida era hermosa.
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Las dos traviesas me estaban besando con sus lenguas ardientes mientras me masajeaban los huevos y la chota, era una escena divina, por debajo de las tanguitas, podían imaginarse dos nabos espectaculares que empezaban a crecer...
Empecé a acariciar esos bultos por encima de los tanguitas apretados. Martina me preguntó si quería jugar con ellos, estaba loco de calentura y le respondí que obvio...
Las dos desenfundaron tremendas pijas depiladas enteritas y se pusieron forros para que yo las saboreara descontroladamente. Nunca había chupado pija y me volví loco de lujuria, primero a Sabrina, mientras Martina hacía lo mismo conmigo. así estábamos conectados por nuestros nabos jugosos e hinchados.
Ahora entendía por qué a las putitas les gustaba mamar pija, era hermoso sentir la carne venosa que llegaba hasta mi garganta y con la nariz llegar hasta su abdomen lampiño. Con mi mano le masajeaba los huevos repletos de leche a la bebota rubia, mientras la yegua de Martina, aullaba como una perra en celo.
Hice lo propio con la morocha, mientras Sabrina empezó a mamarla con furia.
-Está como una piedra....- confesó a su amiga.
Las recosté boca arriba a las dos, junté sus pijas y me las metí a ambas en la boca. las trolas gozaban a reventar. Atragantarme con esas chotas de las hembras me embriagaba de placer.
- Querés garchar?- preguntó traviesa Martina.
- Síghh...- respondí sin vacilar aún con las dos pijas en la boca.
- Querés hacer trencito?
- Sighh!!
- Ponete cremita....- sugirió Martina- y ponele a Sabri
- No, yo no quiero crema... quiero sentir esa pija bien apretada....- gimió la rubia caderona, mientras presentaba ese orto descomunal en frente mío.
Me puse crema en la cola, y así empezamos una secuencia que quedará entre los mejores recuerdos de mi vida.
De una estocada, se la puse a Sabrina y ni lerda ni perezoza, Martina me penetró suavemente, casi sin darme cuenta. Los tres conectados, cabalgando. Sentir que me estaba culeando a una rubia de playboy con manija, y que la yegua de Martina, me estaba dando pija a la vez que gritaba descontrolada era lo máximo.
No podíamos dejar de culearnos, eran gritos alocados, estábamos disfrutando sin ningún tapujo ni complejo.
Pija, y pija, verga, verga.... pero con 2 hembrones infernales.
-Sí....!!! dale, si.... dame toda la pija...- aullaba Sabri-
A la vez Martina, me agarraba fuerte de la cintura y me cagaba a pijazos. Su nabo se había puesto como un palo, dentro de mi agujero rosado. Nunca en mi vida tuve semejante erección.
No podía aguantar mucho más, sobre todo cuando sentí el líquido caliente que se acumulaba en el forro de Martina en una acabada brutal. No pude resistir y acabé dentro del aro dilatado de la rubia yegua, mientras seguía culeandola sin detenerme.
Permanecimos un rato así, conectados, penetrados, muertos de placer.
Hasta nos dormimos un ratito después, una putita a cada lado, sobre mi pecho.
Al despertar... comencé a vestirme y al sacar la billetera, las dos al unísono se negaron a cobrarme.
- No bebé, dejá...., fue un placer.
Las besé lentamente a las dos que quedaron extenuadas en la camita, desnudas y fumando.
La vida era hermosa.
2 comentarios - Me comí 2 travas (Episodio Final!!)
Uffff, que relato mas caliente 🔥 🔥
Si que la vida es hermosa después de una buena empernada.
Y no te quejes de la falta de comentarios si eres fiaca para comentar 😉
La mejor forma de agradecer es comentando a quien te comenta.