Fijense qué poco tardó el ladron en dejar la pistola y sustituirla por otra de carne mucho más larga que fue directa al culo de la tetona como si tuviese un imán. Después de despacharse a gusto y ponerle la rabadilla más roja que un tomate, pasó a ser el cazado porque la rubia tenía más dotes de mando de lo que en un principio parecía.
0 comentarios - Apunta, dispara y una corrida facial