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Relato: el mañanero

Me desperté temprano, como estoy acostumbrado, aunque pueda dormir un poco más, siempre me despierto. Pero no estaba en mi cama, tardé un poco en darme cuenta de que estaba en la cama de N° 2 (voy a llamarlo Martín). Estábamos durmiendo espalda contra espalda y, como un rayo, me llegó el recuerdo de la noche anterior. Hoy no hay entrenamiento, así que los dos tenemos el día libre. Me doy vuelta y me pego a su espalda, estilo cucharita. El contacto con su cola tibia me la pone dura de una. Él sigue durmiendo o parece seguir durmiendo.
Le beso la nuca y lo abrazo. Con la yema de los dedos le acaricio las tetilas y noto cómo se le van poniendo duritas. Él se acomoda y se pega más aún. Mi mano baja por su abdomen y llega a su pubis, jugueteo con su vello púbico, no tiene muchos pelos, pero me gusta detenerme y agarrárselos. Su respiración comienza a acelerarse y empieza a gemir despacio, al principio con un mmmmmmm, y luego con algunos Ahhhhh.
Levanta la pierna y la cruza por encima de las mías. Mi pija que sigue re dura, ahora se abre camino entre sus cantos. Siento la tibieza y la estrechez de su culo. Me vuelve loco el culo que tiene. Él ahora comienza a moverse un poco, acomodándose para que mi chota le entre. Llego hasta la puerta del culo y ahí se la dejo. Ahora sus gemidos aumentan de intensidad. Le muerdo el cuello y el lóbulo de la oreja, desde atrás. Lo abrazo fuerte y lo atraigo hacia mí con ímpetu. Él se deja hacer. Mueve las caderas en forma circular para calentarme, mi excitación crece. Empujo un poco, separa un poco el cuerpo y yo lo abrazo más fuerte.
Le digo si tiene lubricante, me contesta ¿Para qué?
Ahora él se mueve para atrás, la cabeza de mi chota le entra, me duele un poco eso de metérsela en seco. Le digo que necesito lubricarlo. Con un movimiento se da vuelta, quedo boca arriba. Él se sube y se sienta sobre mi cara, me queda su culo hermoso justo a la altura de la boca, le meto la lengua, comiéndole el culo, salivándoselo bien. Con las manos le recorro la espalda, escucho sus gemidos y me caliento más. Se mueve para adelante y para atrás, refregándome el orto por toda la cara, mi lengua no da abasto, siento toda la cara llena de mi propia saliva. Levanto un poco la cara y sus testículos me quedan dentro de la boca, le agarro la pija y lo pajeo mientras le como los huevos. Me pide que me lo garche. Va bajando de a poco hasta que su ojete queda justo a la altura de mi chota, sin demasiado esfuerzo le entro. Él empieza a moverse, tiene los ojos cerrados y los labios apretados. Le tomo la cara entre las manos y busco su boca, me entiende y me mete la lengua hasta la garganta. Se yergue sobre mí, ahora con ambas manos le aprieto las tetillas.
Sin aviso, salta y se pone de costado a mi lado. Me le pego y se la meto por detrás, él se dobla un poco para que le entre más profundo, junta bien las rodillas y hace todavía más estrecho su culo que ya es estrecho. Quiero llenarlo de leche, sé que le gusta que le acaben en el pecho, se da cuenta que estoy por acabar, se separe de repente se da vuelta y quedamos enfrentados. Me agarra la pija y empieza a pajearme, ya no doy más, le acabo en la mano y aún después de acabar me sigue pajeando. Lo pongo boca arriba, tengo muchas ganas de chuparle la pija. La tiene re dura, saboreo el presemen que le asoma, con ambas manos rodeándole la base de la pija, aplico succión, siento las contracciones de su uretra e inmediatamente su leche tibia inundándome la boca. Es la primera vez que me acaban en la boca, sin pensarlo sigo exprimiéndole la chota, él grita de placer, no le dejo ni una gota.
Cuando nuestros cuerpos se relajan, me levanto, me visto y lo miro. Su celular suena cortando la magia del momento. Atiende. Me dice que me tengo que ir, su novia viene a visitarlo.

4 comentarios - Relato: el mañanero

gusti128
Relato altamente excitante