Hola taringueros! Este es mi primer post 🙂
Estuve viendo que hay mucha gente que sube relatos propios, muy buenos algunos y terriblemente excitante. Nunca me gustó mucho relatar mis historias personales, pero hace unos meses empecé a escribir un libro y contar algunos relatos ahí.
Este libro (basado en hechos no reales) se trata sobre 5 amigos que empiezan a contarse historias y anécdotas de relaciones que tuvieron. Las historias son ficticias, obviamente, pero todas me traen recuerdos de algunas historias propias jaja.
Les dejo el primer capitulo y espero que les guste. Voy a ir subiendo más capítulos con el tiempo y si veo que tienen éxito.
Un saludo muy grande para todos.
Capítulo 1: Ex novio, amante nuevo
¡Hace un frio bárbaro! Por suerte Luciano prendió la calefacción, porque si no íbamos a pasarla muy mal. La verdad es que no sé cómo se nos ocurrió que eso podía ser una buena idea. Somos 5 amigos, 5 amigos gay para ser más específico, reunidos en una casa en el campo a 60 kilómetros del pueblo más cercano y a 65 del boliche donde supuestamente íbamos a ir esta noche. ¿El problema? Llueve como si fuese el fin del mundo.
Empezó hace dos semanas cuando Martín propuso festejar su cumpleaños en un boliche cerca del pueblo donde él vivía. Luciano le dijo que si quería podíamos ir a comer un asado a su casa, que quedaba a 65 kilómetros y que después de tomar algo íbamos a bailar los 5 juntos, los 5 amigos de hace años. Cuando estábamos yendo para la casa de Luciano, a las 4 de la tarde, se largó a llover, pero una lluvia muy tranquila, parecía que iba a parar. A las 8 decidimos trasladar toda la comida, la bebida y la música al quincho por que la lluvia empeoraba y cómo íbamos a comer ahí, no podíamos quedarnos en la casa. A las 10 empezamos a comer y decidimos no salir. La lluvia era tan fuerte que no sabíamos como mierda íbamos a volver a la casa, que está a unos 300 metros del quincho, por lo que sacar el auto y manejar 45 minutos con este clima, no era una opción. A Martín no le molestó la idea de quedarnos ahí en la casa hablando y escuchando música, después de todo somos sus mejores amigos.
La situación es que ahora somos 5 gay, Martín, Luciano, Rodrigo, Federico y yo, Germán, que después de tomarnos unas cervezas y unos vinos, jugar unos partidos de truco y comer un asado hasta no poder más, empezamos a aburrirnos. El tema lo tiró Rodrigo.
- Che les pregunto nomás…- Dijo haciéndose un poco el boludo. Le sale muy bien. - ¿Cogieron últimamente?
¡Sabía! ¡Sabía que me lo había agarrado! Él y Rodrigo eran muy amigos hace unos años y siempre quedaron en contacto, por lo que es obvio que Rodrigo le contó.
- Adivinen quien me chupó la cola el sábado pasado.- Dice Fede con un tono un poco de histérica. Siempre le gustó ser la histérica.
- ¿A Pablo?- Le pregunta Martín.
- ¡No tonto!- Le dice Fede pegándole en la mano como si lo quisiera corregir.
- ¿A… Tobías?- Pregunta denuevo Martín.- No sé. Ni idea ¿A quién?
- ¡Ya se!- Dice Luciano- ¡A Leandro!
- ¡Siii!- Celebra Fede muy contento.- ¿Cómo sabés?
- Me lo crucé el jueves en el centro,- Le cuenta Luciano- y me dijo que te vio el sábado a la noche en el boliche. ¡Te dije que ya te lo ibas a agarrar!
- ¡Y tenías razón!- Le dice Fece. Ahora era la estrella y como buena estrella diva que él es, tenía que contarnos lujo de detalle.- No saben lo bien que coge.
Leandro era un ex compañero de facultad de Fede, que él siempre decía que Leandro era gay, pero que nunca se animó a encarárselo. Una época Fede estuvo en algo con él, pero al final nunca pasó nada. Hace unos meses Fede nos contó que Leandro le había vuelto a hablar y que se lo chamuyaba un poco, pero nada serio.
- Igual yo no decía por eso.- Vuelve a hablar Rodrigo.- ¿Vos Germán, no estuviste con nadie últimamente?
- No.- Le digo tratando de esquivar la pregunta. Ahora los 4 me miraban a mí.- El finde me quedé en casa.
- ¿A quién te garchaste hijo de puta?- Me pregunta Martín con una sonrisa en la cara.
- A nadie…- No sabía cómo esquivar el tema, y me daba un poco de vergüenza.- Ya fue…
Pero ahora que me había delatado, iba a tener que contarles. Él había sido mi novio durante 2años. Fueron unos años muy complicados de mi vida. Mi viejo no me aceptó por ser gay. Mi mamá viajaba todo el tiempo al norte para visitar a mi abuela, y cuando ella se murió mi vieja quedó tan destrozada que yo no tenía otra que caerme en el hombro de Joaquín. Mi ex novio, mi primera vez… Mi puerta al mundo gay.
A Joaquín lo conocí gracias a un amigo de la facultad, Lisandro, cuando tenía 20 años. Él ya tenía 23 y se había recibido de odontólogo. Sonrisa perfecta, muy musculoso (Iba al gimnasio 4 veces por semana), carismático y súper gay. En su mundo, era el soltero más codiciado por todas las chicas, y con chicas me refiero a gay histéricas. Yo, por mi parte, era flaco, no muy alto, ojos marrones, morocho, estudiante de medicina, nada nuevo.
Una fiesta en la casa de Lisandro, nos conocimos, nos gustamos y empezamos a salir. Joaquín al toque me declaró todo su amor y nos pusimos de novios a los 2 meses de empezar a salir. Al principio pensé que no iba a durar, pero por suerte duró 2 años. Me acompañó cuando les conté a mis viejos, cuando mi papá me rechazó, cuando mi abuela murió, cuando mi mamá se deprimió y cuando decidí cambiar de carrera. Yo siempre le agradecí eso.
Después de un tiempo decidimos terminar por que nos habíamos cansado el uno del otro y él iba a irse 8 meses a Europa y yo no quería que conociera a alguien y me fuera infiel. Por lo que tomamos la opción más correcta y nos separamos. Hace 4 meses él volvió, soltero, con plata y más lindo que antes, por lo que todos esos sentimientos que tenía volvieron.
- ¿Joaquín?- Pregunta Fede.- Me enteré que volvió.
- Si te cogiste a Joaquín te mate.- Me dice Martín. Mi silencio me delata.
- ¿Van a volver?- Pregunta Luciano.- Porque es obvio que vos te vas a enganchar otra vez.
- Miren…-Empiezo a contarles.- Lo que pasó entre Joaquín y yo hace 3 años y que terminó hace 1 año es cosa nuestra. Viví 2 años hermosos de mi vida y no me puedo quejar. Él fue una persona increíble conmigo…
- Sí, pero te metió los cuernos.- Dice Fede.
- … Y aparte no vamos a volver.- Sigo diciendo como si Fede nunca hubiese dicho nada.- Quédense tranquilos. Cogimos, pero no va a pasar nada más.
- Contá todo.- Dice Rodrigo.
- Si vos ya sabes.- Le contesto un poco enojado.- Seguro que Joaquín te dio lujo de detalles.
- No.- Me dice Rodrigo un poco enojado.- Solo me contó que te vio y lo hicieron. ¿Cómo fue?
- ¡Dale Germán!- Me insiste Martín.
- ¡Sí dale!- Gritan los otros.
- Bueno les cuento.- Me doy por vencido.- Pero no digan nada hasta que termine…
Y les empiezo a contar:
¿Se acuerdan que cuando él volvió de viaje me habló para decirme que había vuelto y que me había comprado una boludes y que ustedes me dijeron que no la vaya a buscar porque era obvio que me quería ver? Bueno fui. Yo también quería verlo. Fui a las 2 o 3 semanas de que él volvió y me regaló un montón de cosas. Remeras, porquerías, llaveritos, de todo. Un tierno. Y me dijo que me los había comprado al principio porque me extrañaba y que después pensó en no dármelos, por que iba a ser confuso para los dos. Pero no sabía qué hacer, a quien dárselos por que tenían “Mi nombre”, palabras textuales de él, así que me los guardó.
Esa tarde tomamos algo, me mostró algunas fotos, me contó cosas. Pero no mencionó a ningún chico. Yo, que en el medio había estado con varios otros hombres, le pregunté. Le pregunté si se había agarrado algún europeo. Me esquivó un poco el tema, pero después me terminó confesando que se había agarrado a varios. Cambiamos de tema y al final se hizo re tarde.
- Che, son las 9, ¿no te querés quedar a comer?- Me preguntó.
- No, gracias.- Sabía que si me quedaba hasta la noche, no iba a dormir en mi casa.
Así que me fui. Después de eso me arrepentí. Ahora que Joaquín estaba otra vez en Argentina quería volver con él. Pero era muy problemático. Así que me juré que no iba a estar con él. Pero se me hizo muy difícil.
Me hablaba, me mandaba mensajes, me escribía por facebook… Me lo cruzaba en todos lados. Pero no chamuyandome. ¡No! Sino hablándome, como un amigo le habla a otro. Como yo les hablo a ustedes. Lo que me hacía querer volver con él más todavía. Hasta que un día me cansé. Hace más o menos 3 semanas le hablé y le dije que no quería volver con él. Que estaba confundido, pero que si volvía con él, sabía que iba a salir lastimado. Y que a pesar de que él me ayudó mucho, también me lastimó y me dolió muchísimo que él se haya ido.
- No quiero volver.- Me dice Joaquín.- Solo quiero que nos llevemos bien. Pero si hablar conmigo o saber de mí te hace mal, está bien. No hablamos más.
Esa semana no me mandó ningún mensaje, no me llamó, no me escribió por facebook, no me lo crucé. Era como si hubiese desaparecido. Pero algo en mi no iba muy bien. Como que sabía que así lo iba a superar, pero faltaba algo, un cierre. En otras palabras, me tenía que encamar con él una última vez. Así que así fue.
Lo empecé a buscar. No le hablaba, pero veía lo que hacía, más que nada por facebook. Saben lo delator que es el facebook. Vi que el sábado a la noche iba al cumpleaños de un amigo a un bar así que decidí organizar con los chicos de la facultad para ir al bar. Por suerte fuimos algunos y ahí estaba él. Y me lo comí y después nos fuimos a su casa y estuvimos.
Me quedo callado.
- ¿Y?- Me pregunta Fede.
- ¿Y qué? ¿Querés que te cuente las poses que hicimos?
- ¡Obvio!- Dice Fede como si fuese algo que todo el mundo cuenta.
- No jodan chicos.- Les digo mirándolos con cara de culo.
Pero todos me miraban a mí como esperando que terminara de contar la historia. Sabía, por que los conozco, que querían lujo de detalles. Quién encaró a quién, quién le propuso a quién, quién le dio a quién. Y la única manera de que me dejaran en paz, era contándoles.
Así que sigo con la historia:
Joaquín me vio apenas entré y yo lo vi. Nos saludamos y nos quedamos hablando dos palabras hasta que yo me fui con mis amigos y él con los suyos. En un momento de la noche voy al baño y cuando salgo, estaba parado en la puerta.
- ¿Qué raro no?- Me dice.
- ¿Qué?
- De todos los bares de la ciudad, se te ocurre venir a este, que siempre dijiste que mucho no te gustaba, la misma noche que vengo yo.
- No se me ocurrió a mí.- Tenía algo de dignidad.- Se le ocurrió a uno de los chicos.
- No me mientas Ger (siempre me dijo así).- Vi en el comentario de facebook de Lisandro que se te había ocurrido a vos. ¿Sabías o no que yo estaba acá?
- ¡No!- Dios, ¿Por qué soy tan malo mintiendo?- Bueno está bien, sí.
- ¿Y por qué querías venir al mismo bar que yo?- Me pregunta sonriendo. Esa sonrisa me mata. Me gusta tanto. Quería sacarle la ropa y cogérmelo en ese mismo momento.
- No se…- Otra mentira.- Como que no te puedo olvidar.
- Te entiendo.- Me dice.
- No, no me entendés.- Me molestaba que me mintiera.- Yo quedé muy mal cuando te fuiste y ahora que volviste, volvieron todos mis sentimientos por vos. Y no te puedo olvidar hasta…
No tendría que haberme callado, lo sé. En realidad no tendría que haber dicho esa última frase, pero me salió de la boca. Suele pasar.
- ¿Hasta qué?- Me pregunta sonriendo más todavía. ¡Chau! Esa noche me lo cogía sí o sí.
- Quiero coger con vos una vez más.
Se ríe. Le encantaba ser la estrella, que lo alagaran, que le dijeran que lo querían. Y como para no. Con lo bueno que está todo el tiempo sus amigos lo llaman para cogérselo de vez en cuando. Y nunca me lo confesó, pero estoy seguro que en Europa no paró de coger.
- Ya fue.- Le digo después de esperar una respuesta y que me diera un silencio a cambio.- No pasa nada. Te olvidaré con el tiempo. Como pasó cuando te fuiste.
- Mirá.- Me dice después de pensar un rato. ¡Decí algo por favor, que me muero!- Acá hay mucha gente y no es un bar gay. ¿Querés que vayamos afuera? ¿O a casa?
¿Me acababa de invitar a su casa? Era obvio que él también quería algo. Así que nos fuimos. Subimos a su auto y manejamos hasta la casa. Por más de que no quedaba lejos, el viaje se hizo muy largo. Casi ni hablamos. Joaquín me preguntó cómo iban las cosas. Pero no quería hablar de eso, no quería sonar falso. Solo quería coger.
Cuando llegamos a la casa el cambio fue al instante. Joaquín cerró la puerta de la casa y me pegó un manotazo en el culo y sin soltármelo, me agarró de atrás y me empezó a dar besos en el cuello. Yo me excité al toque. Con una mano el me tocaba la cola y con la otra la panza. Yo le acariciaba el brazo que tenía adelante y gozaba los besos que me daba, ahora en la nuca.
La mano de la panza bajó muy rápido, se metió adentro del jean, adentro del bóxer y me agarró la pija, que ya tenía muy dura de los besos en el cuello. Joaquín siempre supo lo que me gustaba, después de dos años juntos, eso lo sabes. Así que empezó a bajar, me obligó a darme vuelta, me desabrochó el jean y me lo bajó junto con el bóxer para dejar al aire mi pija que salió disparando como loca. Estaba demasiado dura. Él la agarró con una mano, mientras que con la otra me acariciaba el culo, y se la mandó a la boca con muchísimas ganas.
Si hay algo que sabe cómo hacer muy bien, es chupar pijas. Me la chupaba con tantas ganas, se la metía y se la sacaba de la boca con tanta pasión, mientras que con una mano me pajeaba y con la otra me acariciaba el agujero de la cola. Era demasiado bueno. Y yo sabía que a él le encantaba chupármela. Una vez me confesó que lo que más le gustaba hacer, era chupar una pija. Incluso más que ponerla él. Siempre fue un poquito más pasivo que activo, lo que no quita que algunas veces me haya pegado terribles cogidas. Pero esa noche su cola iba a ser mía.
Después de unos minutos, me saqué la remera y bajé para quedar a arrodillado a la altura de él. No me había dado cuenta, por que había cerrado los ojos mientras me la chupaba, pero Joaquín se había desabrochado el jean, había sacado la pija y se pajeaba mientras me la chupaba. Así que con una mano lo abracé y con la otra lo empecé a pajear mientras le comía la boca. El me devolvió el beso y el abrazo y con la mano que antes me tocaba el culo, ahora me devolvía la paja.
Sus besos eran increíblemente calientes y mojados. Tenía un poquito de gusto a pija, pero eso no me molestaba, al contrario, me gustaba. Siempre me habían encantado las previas con Joaquín. A veces se la pasaba muy bien. Los besos que daba eran increíbles. Y me había dado cuenta de que él quería tanto mi pija como yo la suya.
Así que me levanté, de la mano lo levanté a él y nos fuimos a su pieza. Lo senté contra el borde de la cama, me arrodillé, y le empecé a chupar la pija con ganas. Nunca me gustó mucho chupar pijas, prefiero una chupada rápida de culo y después metérsela en la cola. Pero sabía que esa noche con Joaquín iba a ser especial, así que quería hacerla larga. Y la verdad que chuparle la pija, no estaba tan mal.
Él se había acostado y mientras que con una mano se tapaba los ojos, con la otra me acariciaba la nuca y acompañaba mis movimientos obligándome a no salir. Igual no quería salir. Esa noche puede que haya sido la noche en la que chupar pijas pasó a gustarme un poco más. La de Joaquín era tan dura y larga (casi 25 cm) y tenía un gustito rico. Era obvio que se había bañado hacía poco, porque estaba muy limpita. Y también era obvio que le gustaba, porque de vez en cuando pegaba unos gemidos muy silenciosos de placer.
Sin decirle nada, le hago entender que se acueste un poco más atrás, le acomodo las piernas para que queden levantadas, le levanto las bolas y me concentro en chuparle el agujero del culo. Eso me gustaba un poco más, ya que se acercaba un poco a lo que más quería hacer en ese momento, meter mi verga en el culo de Julián. A él también le encantaba. Siempre fue un poquito más pasivo. Su colita, igual de depilada que siempre, estaba increíble. Al hacer tanto gimnasio, se le habían puesto los cachetes bien duros y paraditos, de esos que no podes parar de mirar. Y era obvio que no había dejado el ejercicio en este año que no nos vimos. De a poquito le voy metiendo un dedo, sin dejar de chuparle la cola. La pija me caía en la frente, así que con una mano, lo empecé a pajear para que no me molestara tanto. Después de un rato, pasan a ser dos dedos en la cola. La tenía increíblemente dilatada. Era más que obvio que había recibido muchas pijas en ese año, que lo habían mantenido abierto.
Sin dudarlo, le meto el tercero, y entra sin problemas. Mientras mi mano derecha le hacía una increíble paja y mi boca le besaba la parte que está entre los huevos y la cola, los 3 dedos del medio de mi mano izquierda estaban adentro del culo de Julián. Él ya no podía disimular los gemidos cada vez que mis dedos entraban bien a fondo. Eran los sonidos más excitantes. Mucho más después de un año.
- Ponémela.- Me dice casi en un murmullo.
Ninguno de los dos daba más. Casi como cumpliendo una orden, le saqué los dedos, le tiré las piernas para atrás cosa de que las rodillas quedaran tocando el pecho, me agarré la pija y se la metí adentro del culo. Al principio solo entró la puntita. Mi pija no es tan larga (17 cm), pero no la iba a meter toda de prepo. Así que después de eso, fue la puntita. Después la primera parte del tronco. Y así, hasta que Joaquín tenía toda mi pija adentro de su cola.
Me había olvidado lo bien que se sentía esa cola en particular. Lo rápido que entraba y lo mucho que se gozaba. Él gemía en silencio, siempre lo hizo, al compás de mi pija que entraba y salía muy despacito de su cola. La sacaba casi en su totalidad, y después la volví a meter. La sacaba hasta dejar nada más que la cabeza adentro y la volvía a meter toda adentro. Un poco más rápido que antes.
Joaquín no me miraba, tenía los ojos cerrados y gozaba cada segundo de mi pija. Yo disfrutaba de su cola perfecta. Me agarré de los muslos de él con las dos manos y se la metía y se la sacaba cada vez más rápido. Con el aumento de velocidad, crecía el placer y los gemidos de él. Eso era lo que necesitaba.
Después de un rato así la saco y él me mira como preguntándome si ya había terminado. Con una seña del dedo le digo que se de vuelta, y como buen amante que es, se pone en 4 bien contra el borde de la cama. No me costó nada, unos segundos de espera, y ya tenía otra vez, mi verga en su culo. Lo agarré de la cintura, y me lo empecé a coger con todas las ganas. Joaquín era mi puta esa noche.
Podía sentir como disfrutaba de mi pija entrando y saliendo de su cola todo el tiempo. De vez en cuando le pegaba una buena palmadita en alguno de los cachetes de la cola, y cuando lo hacía, él pegaba un gritito de placer que trataba de callar apoyando la boca en la cama. La estábamos pasando muy bien, pero Joaquín tenía preparado algo que no me esperaba.
De un momento al otro, se saca mu pija del culo, se levanta y me acuesta a mi boca abajo en la cama. Me tira por la cintura para que mis piernas queden afuera de la cama y así mi cola quede más expuesta. Al principio pensé que me la iba a meter así nomás, pero de repente empiezo a sentir su lengua en mi culito. Me agarró completamente de sorpresa. A Joaquín le gusta más que se lo culeen a culear, y tampoco le gusta mucho el trabajo de chupar una cola para dilatarla. Pero lo estaba haciendo y con muchas ganas, lo que me volvía muy loco. La lengua me recorría toda la rayita de la cola y se paraba sobre el agujero para hundirme la lengua. Creo que por primera vez en mi vida, tenía unas ganas increíbles de que me cojan.
- ¡Metemela!- Le pido a gritos. No podía aguantar.
Él obedeció. Se paró y sin dudarlo, me la metió todita de una. Costó un poco más que entrara en mi culo a diferencia del suyo, capaz que a mí no me culearon tanto en el pasado como a él. Pero una vez que entró, lo único que sentía era un placer enorme.
Joaquín sí que sabía cómo moverse. Además de meterla y sacarla casi por completo, se movía para los costados, para arriba, para abajo, variaba de velocidades. Era algo raro, algo que yo por lo menos no había sentido, pero me encantaba. Aparte, para excitar más la situación y volverme más loco, con una mano me agarraba de la cintura para que no me escapara (igual no iba a ir a ningún lado) y con la otra me pajeaba. Y quera muy raro que no acabara, pero no iba a acabar así.
- ¡Voy a acabar!- Le digo para que no me haga acabar así.
Él entendió. Me sacó la pija del culo y se arrodilló atrás mío. Yo me doy vuelta justo a tiempo, para llenarle la boca de mi leche. Me salía a montones. Hacía más de 2 meses que no tenía sexo, y para colmo, lo hago con mi ex, que siempre fue genial, y él me termina culeando a mí. Era para acabar litro y litros. Le llené la boca y después de un ratito la empieza a escupir llenándose la pera y el cuello de mi lechita. Cuando la sacó toda me agarró la pija con una mano, y me empezó a pajear y a chupármela bien despacito. Sabía cómo dar un toque final.
- ¿Y vos, no querés que te la chupe hasta que acabes?- Le pregunto por más que no me guste chupar porque me daba un poco de vergüenza que no haya acabado.
- Ya acabé.- Me dice sin sacarse mi pija de la boca.
Corro un poco la cabeza para mirarle la verga y me doy cuenta que la tenía toda manchada de leche, y que el piso estaba todo blanco.
- Acabé cuando me llenaste la cara de semen.- Me confiesa sonriendo de nuevo. Era más lindo ahora que sonreía con toda mi leche en la pera y el cuello.
Me la siguió chupando un ratito más hasta que nos fuimos al baño a limpiarnos un poco. Después nos acostamos en la cama y hablamos un rato sobre lo que iba a ser de nosotros. Él me preguntó si ahora que habíamos cogido me iba a olvidar de él, pero le confesé que me iba a costar. Acordamos no volver a ser novios o a tener una relación y me parece que hicimos bien. Pero nos obligamos a no dejar el sexo de lado ya que la pasábamos más que bien cuando cogíamos.
- Cuando se hicieron las 4 de la mañana, agarró el auto y me llevó a casa. Nos despedimos y hasta ahora hablamos una sola vez por facebook, que me habló él para decirme que su hermana me invitaba al cumpleaños.- Les termino de contar a los chicos.
- ¿Y lo extrañás?- Me pregunta Rodrigo.
- Como novio, no.- Le confieso.- Como amante, puede que sí.
Espero que les haya gustado.Dejen comentarios diciendo que les pareció. Más adelante subo más capítulos del libro.
Chau chau
PabloG
Estuve viendo que hay mucha gente que sube relatos propios, muy buenos algunos y terriblemente excitante. Nunca me gustó mucho relatar mis historias personales, pero hace unos meses empecé a escribir un libro y contar algunos relatos ahí.
Este libro (basado en hechos no reales) se trata sobre 5 amigos que empiezan a contarse historias y anécdotas de relaciones que tuvieron. Las historias son ficticias, obviamente, pero todas me traen recuerdos de algunas historias propias jaja.
Les dejo el primer capitulo y espero que les guste. Voy a ir subiendo más capítulos con el tiempo y si veo que tienen éxito.
Un saludo muy grande para todos.
Capítulo 1: Ex novio, amante nuevo
¡Hace un frio bárbaro! Por suerte Luciano prendió la calefacción, porque si no íbamos a pasarla muy mal. La verdad es que no sé cómo se nos ocurrió que eso podía ser una buena idea. Somos 5 amigos, 5 amigos gay para ser más específico, reunidos en una casa en el campo a 60 kilómetros del pueblo más cercano y a 65 del boliche donde supuestamente íbamos a ir esta noche. ¿El problema? Llueve como si fuese el fin del mundo.
Empezó hace dos semanas cuando Martín propuso festejar su cumpleaños en un boliche cerca del pueblo donde él vivía. Luciano le dijo que si quería podíamos ir a comer un asado a su casa, que quedaba a 65 kilómetros y que después de tomar algo íbamos a bailar los 5 juntos, los 5 amigos de hace años. Cuando estábamos yendo para la casa de Luciano, a las 4 de la tarde, se largó a llover, pero una lluvia muy tranquila, parecía que iba a parar. A las 8 decidimos trasladar toda la comida, la bebida y la música al quincho por que la lluvia empeoraba y cómo íbamos a comer ahí, no podíamos quedarnos en la casa. A las 10 empezamos a comer y decidimos no salir. La lluvia era tan fuerte que no sabíamos como mierda íbamos a volver a la casa, que está a unos 300 metros del quincho, por lo que sacar el auto y manejar 45 minutos con este clima, no era una opción. A Martín no le molestó la idea de quedarnos ahí en la casa hablando y escuchando música, después de todo somos sus mejores amigos.
La situación es que ahora somos 5 gay, Martín, Luciano, Rodrigo, Federico y yo, Germán, que después de tomarnos unas cervezas y unos vinos, jugar unos partidos de truco y comer un asado hasta no poder más, empezamos a aburrirnos. El tema lo tiró Rodrigo.
- Che les pregunto nomás…- Dijo haciéndose un poco el boludo. Le sale muy bien. - ¿Cogieron últimamente?
¡Sabía! ¡Sabía que me lo había agarrado! Él y Rodrigo eran muy amigos hace unos años y siempre quedaron en contacto, por lo que es obvio que Rodrigo le contó.
- Adivinen quien me chupó la cola el sábado pasado.- Dice Fede con un tono un poco de histérica. Siempre le gustó ser la histérica.
- ¿A Pablo?- Le pregunta Martín.
- ¡No tonto!- Le dice Fede pegándole en la mano como si lo quisiera corregir.
- ¿A… Tobías?- Pregunta denuevo Martín.- No sé. Ni idea ¿A quién?
- ¡Ya se!- Dice Luciano- ¡A Leandro!
- ¡Siii!- Celebra Fede muy contento.- ¿Cómo sabés?
- Me lo crucé el jueves en el centro,- Le cuenta Luciano- y me dijo que te vio el sábado a la noche en el boliche. ¡Te dije que ya te lo ibas a agarrar!
- ¡Y tenías razón!- Le dice Fece. Ahora era la estrella y como buena estrella diva que él es, tenía que contarnos lujo de detalle.- No saben lo bien que coge.
Leandro era un ex compañero de facultad de Fede, que él siempre decía que Leandro era gay, pero que nunca se animó a encarárselo. Una época Fede estuvo en algo con él, pero al final nunca pasó nada. Hace unos meses Fede nos contó que Leandro le había vuelto a hablar y que se lo chamuyaba un poco, pero nada serio.
- Igual yo no decía por eso.- Vuelve a hablar Rodrigo.- ¿Vos Germán, no estuviste con nadie últimamente?
- No.- Le digo tratando de esquivar la pregunta. Ahora los 4 me miraban a mí.- El finde me quedé en casa.
- ¿A quién te garchaste hijo de puta?- Me pregunta Martín con una sonrisa en la cara.
- A nadie…- No sabía cómo esquivar el tema, y me daba un poco de vergüenza.- Ya fue…
Pero ahora que me había delatado, iba a tener que contarles. Él había sido mi novio durante 2años. Fueron unos años muy complicados de mi vida. Mi viejo no me aceptó por ser gay. Mi mamá viajaba todo el tiempo al norte para visitar a mi abuela, y cuando ella se murió mi vieja quedó tan destrozada que yo no tenía otra que caerme en el hombro de Joaquín. Mi ex novio, mi primera vez… Mi puerta al mundo gay.
A Joaquín lo conocí gracias a un amigo de la facultad, Lisandro, cuando tenía 20 años. Él ya tenía 23 y se había recibido de odontólogo. Sonrisa perfecta, muy musculoso (Iba al gimnasio 4 veces por semana), carismático y súper gay. En su mundo, era el soltero más codiciado por todas las chicas, y con chicas me refiero a gay histéricas. Yo, por mi parte, era flaco, no muy alto, ojos marrones, morocho, estudiante de medicina, nada nuevo.
Una fiesta en la casa de Lisandro, nos conocimos, nos gustamos y empezamos a salir. Joaquín al toque me declaró todo su amor y nos pusimos de novios a los 2 meses de empezar a salir. Al principio pensé que no iba a durar, pero por suerte duró 2 años. Me acompañó cuando les conté a mis viejos, cuando mi papá me rechazó, cuando mi abuela murió, cuando mi mamá se deprimió y cuando decidí cambiar de carrera. Yo siempre le agradecí eso.
Después de un tiempo decidimos terminar por que nos habíamos cansado el uno del otro y él iba a irse 8 meses a Europa y yo no quería que conociera a alguien y me fuera infiel. Por lo que tomamos la opción más correcta y nos separamos. Hace 4 meses él volvió, soltero, con plata y más lindo que antes, por lo que todos esos sentimientos que tenía volvieron.
- ¿Joaquín?- Pregunta Fede.- Me enteré que volvió.
- Si te cogiste a Joaquín te mate.- Me dice Martín. Mi silencio me delata.
- ¿Van a volver?- Pregunta Luciano.- Porque es obvio que vos te vas a enganchar otra vez.
- Miren…-Empiezo a contarles.- Lo que pasó entre Joaquín y yo hace 3 años y que terminó hace 1 año es cosa nuestra. Viví 2 años hermosos de mi vida y no me puedo quejar. Él fue una persona increíble conmigo…
- Sí, pero te metió los cuernos.- Dice Fede.
- … Y aparte no vamos a volver.- Sigo diciendo como si Fede nunca hubiese dicho nada.- Quédense tranquilos. Cogimos, pero no va a pasar nada más.
- Contá todo.- Dice Rodrigo.
- Si vos ya sabes.- Le contesto un poco enojado.- Seguro que Joaquín te dio lujo de detalles.
- No.- Me dice Rodrigo un poco enojado.- Solo me contó que te vio y lo hicieron. ¿Cómo fue?
- ¡Dale Germán!- Me insiste Martín.
- ¡Sí dale!- Gritan los otros.
- Bueno les cuento.- Me doy por vencido.- Pero no digan nada hasta que termine…
Y les empiezo a contar:
¿Se acuerdan que cuando él volvió de viaje me habló para decirme que había vuelto y que me había comprado una boludes y que ustedes me dijeron que no la vaya a buscar porque era obvio que me quería ver? Bueno fui. Yo también quería verlo. Fui a las 2 o 3 semanas de que él volvió y me regaló un montón de cosas. Remeras, porquerías, llaveritos, de todo. Un tierno. Y me dijo que me los había comprado al principio porque me extrañaba y que después pensó en no dármelos, por que iba a ser confuso para los dos. Pero no sabía qué hacer, a quien dárselos por que tenían “Mi nombre”, palabras textuales de él, así que me los guardó.
Esa tarde tomamos algo, me mostró algunas fotos, me contó cosas. Pero no mencionó a ningún chico. Yo, que en el medio había estado con varios otros hombres, le pregunté. Le pregunté si se había agarrado algún europeo. Me esquivó un poco el tema, pero después me terminó confesando que se había agarrado a varios. Cambiamos de tema y al final se hizo re tarde.
- Che, son las 9, ¿no te querés quedar a comer?- Me preguntó.
- No, gracias.- Sabía que si me quedaba hasta la noche, no iba a dormir en mi casa.
Así que me fui. Después de eso me arrepentí. Ahora que Joaquín estaba otra vez en Argentina quería volver con él. Pero era muy problemático. Así que me juré que no iba a estar con él. Pero se me hizo muy difícil.
Me hablaba, me mandaba mensajes, me escribía por facebook… Me lo cruzaba en todos lados. Pero no chamuyandome. ¡No! Sino hablándome, como un amigo le habla a otro. Como yo les hablo a ustedes. Lo que me hacía querer volver con él más todavía. Hasta que un día me cansé. Hace más o menos 3 semanas le hablé y le dije que no quería volver con él. Que estaba confundido, pero que si volvía con él, sabía que iba a salir lastimado. Y que a pesar de que él me ayudó mucho, también me lastimó y me dolió muchísimo que él se haya ido.
- No quiero volver.- Me dice Joaquín.- Solo quiero que nos llevemos bien. Pero si hablar conmigo o saber de mí te hace mal, está bien. No hablamos más.
Esa semana no me mandó ningún mensaje, no me llamó, no me escribió por facebook, no me lo crucé. Era como si hubiese desaparecido. Pero algo en mi no iba muy bien. Como que sabía que así lo iba a superar, pero faltaba algo, un cierre. En otras palabras, me tenía que encamar con él una última vez. Así que así fue.
Lo empecé a buscar. No le hablaba, pero veía lo que hacía, más que nada por facebook. Saben lo delator que es el facebook. Vi que el sábado a la noche iba al cumpleaños de un amigo a un bar así que decidí organizar con los chicos de la facultad para ir al bar. Por suerte fuimos algunos y ahí estaba él. Y me lo comí y después nos fuimos a su casa y estuvimos.
Me quedo callado.
- ¿Y?- Me pregunta Fede.
- ¿Y qué? ¿Querés que te cuente las poses que hicimos?
- ¡Obvio!- Dice Fede como si fuese algo que todo el mundo cuenta.
- No jodan chicos.- Les digo mirándolos con cara de culo.
Pero todos me miraban a mí como esperando que terminara de contar la historia. Sabía, por que los conozco, que querían lujo de detalles. Quién encaró a quién, quién le propuso a quién, quién le dio a quién. Y la única manera de que me dejaran en paz, era contándoles.
Así que sigo con la historia:
Joaquín me vio apenas entré y yo lo vi. Nos saludamos y nos quedamos hablando dos palabras hasta que yo me fui con mis amigos y él con los suyos. En un momento de la noche voy al baño y cuando salgo, estaba parado en la puerta.
- ¿Qué raro no?- Me dice.
- ¿Qué?
- De todos los bares de la ciudad, se te ocurre venir a este, que siempre dijiste que mucho no te gustaba, la misma noche que vengo yo.
- No se me ocurrió a mí.- Tenía algo de dignidad.- Se le ocurrió a uno de los chicos.
- No me mientas Ger (siempre me dijo así).- Vi en el comentario de facebook de Lisandro que se te había ocurrido a vos. ¿Sabías o no que yo estaba acá?
- ¡No!- Dios, ¿Por qué soy tan malo mintiendo?- Bueno está bien, sí.
- ¿Y por qué querías venir al mismo bar que yo?- Me pregunta sonriendo. Esa sonrisa me mata. Me gusta tanto. Quería sacarle la ropa y cogérmelo en ese mismo momento.
- No se…- Otra mentira.- Como que no te puedo olvidar.
- Te entiendo.- Me dice.
- No, no me entendés.- Me molestaba que me mintiera.- Yo quedé muy mal cuando te fuiste y ahora que volviste, volvieron todos mis sentimientos por vos. Y no te puedo olvidar hasta…
No tendría que haberme callado, lo sé. En realidad no tendría que haber dicho esa última frase, pero me salió de la boca. Suele pasar.
- ¿Hasta qué?- Me pregunta sonriendo más todavía. ¡Chau! Esa noche me lo cogía sí o sí.
- Quiero coger con vos una vez más.
Se ríe. Le encantaba ser la estrella, que lo alagaran, que le dijeran que lo querían. Y como para no. Con lo bueno que está todo el tiempo sus amigos lo llaman para cogérselo de vez en cuando. Y nunca me lo confesó, pero estoy seguro que en Europa no paró de coger.
- Ya fue.- Le digo después de esperar una respuesta y que me diera un silencio a cambio.- No pasa nada. Te olvidaré con el tiempo. Como pasó cuando te fuiste.
- Mirá.- Me dice después de pensar un rato. ¡Decí algo por favor, que me muero!- Acá hay mucha gente y no es un bar gay. ¿Querés que vayamos afuera? ¿O a casa?
¿Me acababa de invitar a su casa? Era obvio que él también quería algo. Así que nos fuimos. Subimos a su auto y manejamos hasta la casa. Por más de que no quedaba lejos, el viaje se hizo muy largo. Casi ni hablamos. Joaquín me preguntó cómo iban las cosas. Pero no quería hablar de eso, no quería sonar falso. Solo quería coger.
Cuando llegamos a la casa el cambio fue al instante. Joaquín cerró la puerta de la casa y me pegó un manotazo en el culo y sin soltármelo, me agarró de atrás y me empezó a dar besos en el cuello. Yo me excité al toque. Con una mano el me tocaba la cola y con la otra la panza. Yo le acariciaba el brazo que tenía adelante y gozaba los besos que me daba, ahora en la nuca.
La mano de la panza bajó muy rápido, se metió adentro del jean, adentro del bóxer y me agarró la pija, que ya tenía muy dura de los besos en el cuello. Joaquín siempre supo lo que me gustaba, después de dos años juntos, eso lo sabes. Así que empezó a bajar, me obligó a darme vuelta, me desabrochó el jean y me lo bajó junto con el bóxer para dejar al aire mi pija que salió disparando como loca. Estaba demasiado dura. Él la agarró con una mano, mientras que con la otra me acariciaba el culo, y se la mandó a la boca con muchísimas ganas.
Si hay algo que sabe cómo hacer muy bien, es chupar pijas. Me la chupaba con tantas ganas, se la metía y se la sacaba de la boca con tanta pasión, mientras que con una mano me pajeaba y con la otra me acariciaba el agujero de la cola. Era demasiado bueno. Y yo sabía que a él le encantaba chupármela. Una vez me confesó que lo que más le gustaba hacer, era chupar una pija. Incluso más que ponerla él. Siempre fue un poquito más pasivo que activo, lo que no quita que algunas veces me haya pegado terribles cogidas. Pero esa noche su cola iba a ser mía.
Después de unos minutos, me saqué la remera y bajé para quedar a arrodillado a la altura de él. No me había dado cuenta, por que había cerrado los ojos mientras me la chupaba, pero Joaquín se había desabrochado el jean, había sacado la pija y se pajeaba mientras me la chupaba. Así que con una mano lo abracé y con la otra lo empecé a pajear mientras le comía la boca. El me devolvió el beso y el abrazo y con la mano que antes me tocaba el culo, ahora me devolvía la paja.
Sus besos eran increíblemente calientes y mojados. Tenía un poquito de gusto a pija, pero eso no me molestaba, al contrario, me gustaba. Siempre me habían encantado las previas con Joaquín. A veces se la pasaba muy bien. Los besos que daba eran increíbles. Y me había dado cuenta de que él quería tanto mi pija como yo la suya.
Así que me levanté, de la mano lo levanté a él y nos fuimos a su pieza. Lo senté contra el borde de la cama, me arrodillé, y le empecé a chupar la pija con ganas. Nunca me gustó mucho chupar pijas, prefiero una chupada rápida de culo y después metérsela en la cola. Pero sabía que esa noche con Joaquín iba a ser especial, así que quería hacerla larga. Y la verdad que chuparle la pija, no estaba tan mal.
Él se había acostado y mientras que con una mano se tapaba los ojos, con la otra me acariciaba la nuca y acompañaba mis movimientos obligándome a no salir. Igual no quería salir. Esa noche puede que haya sido la noche en la que chupar pijas pasó a gustarme un poco más. La de Joaquín era tan dura y larga (casi 25 cm) y tenía un gustito rico. Era obvio que se había bañado hacía poco, porque estaba muy limpita. Y también era obvio que le gustaba, porque de vez en cuando pegaba unos gemidos muy silenciosos de placer.
Sin decirle nada, le hago entender que se acueste un poco más atrás, le acomodo las piernas para que queden levantadas, le levanto las bolas y me concentro en chuparle el agujero del culo. Eso me gustaba un poco más, ya que se acercaba un poco a lo que más quería hacer en ese momento, meter mi verga en el culo de Julián. A él también le encantaba. Siempre fue un poquito más pasivo. Su colita, igual de depilada que siempre, estaba increíble. Al hacer tanto gimnasio, se le habían puesto los cachetes bien duros y paraditos, de esos que no podes parar de mirar. Y era obvio que no había dejado el ejercicio en este año que no nos vimos. De a poquito le voy metiendo un dedo, sin dejar de chuparle la cola. La pija me caía en la frente, así que con una mano, lo empecé a pajear para que no me molestara tanto. Después de un rato, pasan a ser dos dedos en la cola. La tenía increíblemente dilatada. Era más que obvio que había recibido muchas pijas en ese año, que lo habían mantenido abierto.
Sin dudarlo, le meto el tercero, y entra sin problemas. Mientras mi mano derecha le hacía una increíble paja y mi boca le besaba la parte que está entre los huevos y la cola, los 3 dedos del medio de mi mano izquierda estaban adentro del culo de Julián. Él ya no podía disimular los gemidos cada vez que mis dedos entraban bien a fondo. Eran los sonidos más excitantes. Mucho más después de un año.
- Ponémela.- Me dice casi en un murmullo.
Ninguno de los dos daba más. Casi como cumpliendo una orden, le saqué los dedos, le tiré las piernas para atrás cosa de que las rodillas quedaran tocando el pecho, me agarré la pija y se la metí adentro del culo. Al principio solo entró la puntita. Mi pija no es tan larga (17 cm), pero no la iba a meter toda de prepo. Así que después de eso, fue la puntita. Después la primera parte del tronco. Y así, hasta que Joaquín tenía toda mi pija adentro de su cola.
Me había olvidado lo bien que se sentía esa cola en particular. Lo rápido que entraba y lo mucho que se gozaba. Él gemía en silencio, siempre lo hizo, al compás de mi pija que entraba y salía muy despacito de su cola. La sacaba casi en su totalidad, y después la volví a meter. La sacaba hasta dejar nada más que la cabeza adentro y la volvía a meter toda adentro. Un poco más rápido que antes.
Joaquín no me miraba, tenía los ojos cerrados y gozaba cada segundo de mi pija. Yo disfrutaba de su cola perfecta. Me agarré de los muslos de él con las dos manos y se la metía y se la sacaba cada vez más rápido. Con el aumento de velocidad, crecía el placer y los gemidos de él. Eso era lo que necesitaba.
Después de un rato así la saco y él me mira como preguntándome si ya había terminado. Con una seña del dedo le digo que se de vuelta, y como buen amante que es, se pone en 4 bien contra el borde de la cama. No me costó nada, unos segundos de espera, y ya tenía otra vez, mi verga en su culo. Lo agarré de la cintura, y me lo empecé a coger con todas las ganas. Joaquín era mi puta esa noche.
Podía sentir como disfrutaba de mi pija entrando y saliendo de su cola todo el tiempo. De vez en cuando le pegaba una buena palmadita en alguno de los cachetes de la cola, y cuando lo hacía, él pegaba un gritito de placer que trataba de callar apoyando la boca en la cama. La estábamos pasando muy bien, pero Joaquín tenía preparado algo que no me esperaba.
De un momento al otro, se saca mu pija del culo, se levanta y me acuesta a mi boca abajo en la cama. Me tira por la cintura para que mis piernas queden afuera de la cama y así mi cola quede más expuesta. Al principio pensé que me la iba a meter así nomás, pero de repente empiezo a sentir su lengua en mi culito. Me agarró completamente de sorpresa. A Joaquín le gusta más que se lo culeen a culear, y tampoco le gusta mucho el trabajo de chupar una cola para dilatarla. Pero lo estaba haciendo y con muchas ganas, lo que me volvía muy loco. La lengua me recorría toda la rayita de la cola y se paraba sobre el agujero para hundirme la lengua. Creo que por primera vez en mi vida, tenía unas ganas increíbles de que me cojan.
- ¡Metemela!- Le pido a gritos. No podía aguantar.
Él obedeció. Se paró y sin dudarlo, me la metió todita de una. Costó un poco más que entrara en mi culo a diferencia del suyo, capaz que a mí no me culearon tanto en el pasado como a él. Pero una vez que entró, lo único que sentía era un placer enorme.
Joaquín sí que sabía cómo moverse. Además de meterla y sacarla casi por completo, se movía para los costados, para arriba, para abajo, variaba de velocidades. Era algo raro, algo que yo por lo menos no había sentido, pero me encantaba. Aparte, para excitar más la situación y volverme más loco, con una mano me agarraba de la cintura para que no me escapara (igual no iba a ir a ningún lado) y con la otra me pajeaba. Y quera muy raro que no acabara, pero no iba a acabar así.
- ¡Voy a acabar!- Le digo para que no me haga acabar así.
Él entendió. Me sacó la pija del culo y se arrodilló atrás mío. Yo me doy vuelta justo a tiempo, para llenarle la boca de mi leche. Me salía a montones. Hacía más de 2 meses que no tenía sexo, y para colmo, lo hago con mi ex, que siempre fue genial, y él me termina culeando a mí. Era para acabar litro y litros. Le llené la boca y después de un ratito la empieza a escupir llenándose la pera y el cuello de mi lechita. Cuando la sacó toda me agarró la pija con una mano, y me empezó a pajear y a chupármela bien despacito. Sabía cómo dar un toque final.
- ¿Y vos, no querés que te la chupe hasta que acabes?- Le pregunto por más que no me guste chupar porque me daba un poco de vergüenza que no haya acabado.
- Ya acabé.- Me dice sin sacarse mi pija de la boca.
Corro un poco la cabeza para mirarle la verga y me doy cuenta que la tenía toda manchada de leche, y que el piso estaba todo blanco.
- Acabé cuando me llenaste la cara de semen.- Me confiesa sonriendo de nuevo. Era más lindo ahora que sonreía con toda mi leche en la pera y el cuello.
Me la siguió chupando un ratito más hasta que nos fuimos al baño a limpiarnos un poco. Después nos acostamos en la cama y hablamos un rato sobre lo que iba a ser de nosotros. Él me preguntó si ahora que habíamos cogido me iba a olvidar de él, pero le confesé que me iba a costar. Acordamos no volver a ser novios o a tener una relación y me parece que hicimos bien. Pero nos obligamos a no dejar el sexo de lado ya que la pasábamos más que bien cuando cogíamos.
- Cuando se hicieron las 4 de la mañana, agarró el auto y me llevó a casa. Nos despedimos y hasta ahora hablamos una sola vez por facebook, que me habló él para decirme que su hermana me invitaba al cumpleaños.- Les termino de contar a los chicos.
- ¿Y lo extrañás?- Me pregunta Rodrigo.
- Como novio, no.- Le confieso.- Como amante, puede que sí.
Espero que les haya gustado.Dejen comentarios diciendo que les pareció. Más adelante subo más capítulos del libro.
Chau chau
PabloG
3 comentarios - Capítulo 1: Ex novio, amante nuevo