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Llegando a Retiro.

Era domingo, había estado en el cumpleaños de uno de mis primos en Villa Urquiza la noche anterior y me había quedado a dormir en su casa. Mis primos estaban todos quebrados y la verdad era que no me interesaba quedarme hasta que se despierten. Me tomé un café con leche con mi tía y me fui con la excusa de tener mucho que estudiar.
Al principio iba a tomarme el colectivo pero pense en pasar por otro lado, el Barrio Chino de Belgrano, así que me fui para la estación del tren para ir hasta Belgrano R y de allí caminar a Barrancas. La boletería cerrada.
El tren se hizo esperar, me senté en el anteúltimo vagón, donde iba el guarda, un panzote retacón madurito, y lo encaré con la historia de no poder sacar boleto para ver si zafaba o me cobraba él.
-No te preocupes.- Me dijo. -Si esta abierta la boletería donde bajas, sacas boleto ahí.
-Ok, no hay problema.
-Sino, me pagas a mi... Podés pagarme con un alfajor o alguna cosita dulce y rica que tengas...
Me miro con cierto aire perverso. Sonreí. Sonrió.
Durante el viaje nuestras miradas se cruzaron, los pocos pasajeros que viajaban en el vagón estaban ajenos a la situación. De algún modo, me parecía que el guarda me había tirado onda, pero no quería tirarme de una.
Llegamos a Belgrano R, pasajeros que bajan, otros que suben... Yo me quedo en mi lugar. El guarda me mira.
Decido seguirla hasta el final, simulo hablar por celular y cambio de asiento buscando uno con la ventanilla cerrada. Me asomé al furgón y vi una rueda de bicicleta. Después llegamos a Colegiales, a Carranza y en la estación del Rosedal de Palermo la mayoría de la gente se baja. Muy poca gente sube y la que lo hace, lo hace en los vagones de más adelante. Cuando el tren arranca en dirección a Retiro me paro, lo miro fijo al guarda, y me paso al último vagón. Me había arriesgado a que este vacío... ¡Y tuve suerte! El chancho no tarda en llegar.
-¿Todo bien?- Me pregunta sonriente.
-Si.- Respondo mientras me muerdo el labio inferior y sólo dejo de mirarlo a los ojos para mirarlo directo a su pantalón.
El chancho duda, pero puedo notar que esta excitado, entonces después de unos segundos de mirarlo fijo a los ojos miro fijo el bulto que se alza en su pantalón. El guada se acerca unos centímetros mirando hacia el vagón que habíamos abandonado con la clara intención de asegurarse de que nadie quedaba allí y que nadie iba a interrumpir lo que venía. Yo por mi parte sabía que el guarda no me estaba negando un posible pete, pero que dudaba.
Extendí mi mano y acaricie su pene. A pesar de esto el guarda seguía dudando. Acariciaba este trozo de carne a través de su pantalón y podía sentir como aumentaba su tamaño y su dureza.
En un momento el guarda amagó con irse. Me di cuenta que no acostumbraba a dejarse hacer un pete, estaba nervioso y dubitativo, así que tomé toda la iniciativa y ya ayudándome con ambas manos le bajé el cierre y saqué su verga gomosa. Comencé a masturbarlo mejor.
-Linda pija.- Le dije sonriendo.
-¿Te gusta? ¿En serio te parece linda mi pija?- Me preguntó.
-Claro. Es suave, buen tamaño, esta limpia y me gusta el color...
-Nunca me dijeron nada de eso.- Confeso un poco más relajado. -Ni mi esposa ni ninguna mujer con las que estuve.
-¿Te la puedo chupar?- Pregunté para excitarlo un poco más. Y funcionó. Se la chupé un poco.
Abri mi boca y dejé que ese glande rojo furioso se frote contra mi lengua.
-¿Estuviste siempre con mujeres? ¿O alguna vez estuviste con algún hombre?
-Asi como vos no, pero estuve una vez con un travesti.
-Picaron... ¿Y sos casado?
-Mmm.- Dudó un pco en responder. -Si soy casado.
-Me encanta eso.- Dije antes de empezar a jugar con ese trozo de carne con mi lengua.
Lo agarré del cinturón y lo arrastré hacia mi, su pija entro por completo dentro mi boca y con mi lengua jugué con ese tronco. En cada subción su verga crecía un poco mas. Me bajé del asiento y me acomodé de cluclillas frente a él para comérmela mejor.
Al principio lo hacía despacio, una primera chupada corta, la segunda hasta la mitad, la tercera corta otra vez y la cuarta me la comía toda, bien hasta el fondo. De a poco es verga llego a su tamaño máximo. La tenía bien dura el guarda, y lo mejor era que la tenía limpia. Sinceramente, era una linda pija.
-¿Me querés coger?- Le pregunté mientras lo pajeaba.
-Si, me encantaría. Quiero cogerte contra la ventana.
La idea era genial y perversa, me calentó muchísimo y no podía esperar a que el chancho me estampe a pijasos contra el vidrio.
Pero ninguno de los dos teníamos forro. Vi por una de las ventanilas que ya estábamos pasando por el Paseo Alcorta así que era mejor no entretenerse.
Volví a comerme la pija del guarda. Le encantaba cuando mis labios encerraban sólo la punta de esa verga hermosa y mi lengua revoloteaba como una mariposa alrededor.
-Así putito.- Escuchaba que me decía el guarda.
Mis manos casi no tocaron esa verga, mi boca se ocupaba de todo. Así fue cuando abrí mis labios y dejé que entre toda, hasta la garganta, y mi lengua comenzó a lamer esos huevos velludos que colgaban.
Un grito se sintió en el solitario vagón.
-¡Ay Dios! Esto nunca me pasó, como me la chupas guacho... Así...
Traté de ponerle todo mi empeño. Recorría toda esa verga como podía, mi lengua comenzaba a acalambrase de tanto ejercicio. De mi boca chorreaba saliva, su verga brillaba lubricada, la escupí en varias ocasiones y volví a tragármela.
-¡ASI GUACHO ASI!- Grito el chancho antes de agarrarme de los pelos. -¡ASI! ¡COMETELA TODA! ¡ASI!
El guarda gritaba como loco cuando empezó a bombearme la boca. Me sostenía de los pelos y no sólo lanzaba su cuerpo contra mi boca, sino que también atraía mi boca contra su cuerpo.
Sus huevos golpeaban contra mi mentón, noté que se estaban tornando tensos. Cuando sus alaridos de placer parecían que iban a dejarlo disfónico frené sus embates con mis manos. Su verga latía, sus huevos subían y bajaban. Mi lengua y mis labios se ocuparon de todo. El guarda con espasmos. El suave gustito a semen en mi lengua. Sentí como me llenaba la boca de leche y su voz diciéndome lo puto que soy y lo mucho que le había gustadomi chupada fue todo lo que quería.
A partir de ahora voy a ir más seguido a visitar a mis primos.

8 comentarios - Llegando a Retiro.

Barish3 +2
que caliente el relato, eme encanto. Siempre tuve la idea del transporte publico, pero hasta ahora no me anime 🤤
bigbrotherar +1
Me pusiste la pija al palo con el relato... me imaginé a mi mismo siendo el guarda!!!
Albent +2
Que lindo cuando lo único que querés es que te digan que sos re putito y te lo dicen! 😀
quitokiki


Excelente aporte 👏 👏 👏

Llegando a Retiro.

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SunSex0612
Me calentó el momento. Yo siempre que salga a la calle salgo con forros por si las moscas
zlatan_davidz
lindo relato. muy exitante... ando cerca de la zona de tus primos. si tenes ganas de otra aventura avisame
josegroso
🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤