Omar se quedaba a veces en casa y las noches de nuestra adolescencia transcurrían en húmedas pasadas de revistas porno o simplemente de desnudos. Allí nos masturbábamos y ya.
Una noche que el vino a mi casa la cosa fue ver una de las nuevas Playboy. Mis viejos no estaban. Así que vimos las revistas y luego apagamos la luz.
Yo dormía en mi cama y el en el suelo, en un colchón. Así que con la luz apagada me desnudé y me metí entre sus sábanas. Para mi sorpresa, sentí (estaba todo oscuro) su cuerpo desnudo y su verga parada. La agarré y me la llevé a la boca. El se despertó y prendió la luz. Ahí estaba yo chupandole la pija, hermosa, gruesa, coronada por un fino vello rojizo. Me saqué ese pedazo de mi boca y le besé los huevos. Era demasiado para él. Me di vuelta y le mostré mi cola, el quiso montarme pero todo lo previo hizo que acabara sobre su mano. Igualmente pasé mi colita por su pija y me fui a dormir.
Luego, cerca del amanecer, y con la casa vacía, el se acercó tímidamente a masturbarme, pero sin atreverse a mamar mi poronga. Mientras disfrutaba de esa deliciosa sesión, metí mi dedo en el ano...muy dulce.
Acabé en su mano, y nos quedamos luego un largo rato hojeando las revistas que nos mostraban hemosas mujeres en poses tan sugestivas como las que le ofrecí a mi amigo...
3 comentarios - Mi primer mamada (relato)