Primero quiero agradecer a todos los putitos que me escriben a diario solicitando chuparme la pija, para que sea más facil les recomiendo me escriban directamente indicando descripción, edad, lugar de residencia y adjuntar foto, así me organizo y todos podrán probar este manjar en barra. Ahora sí, el relato:
Gus ese día estaba algo nervioso, como distraído, no sé... Su Papu estaba siempre pendiente de él y esta vez tampoco lo iba a dejar solo.
-¿Qué te pasa bebote?- le pregunté mientras desayunábamos.
-Nada papu...- contestó seco y mirando al suelo.
-¿Cómo que nada? Si estás triste, no parecés vos...¿Decile a tu papu qué te preocupa?
-Es que no sé cómo lo vas a tomar... Tengo miedo de que te enojes, sabés?- dijo casi al borde de las lágrimas
-¿Qué?- pregunté, soltando una carcajada, -¿Cómo se te ocurre hermoso? Podés confiar en tu papu, dale...
- Bueno, ahí va... conocí un chico en el cole, y me gusta bastante, tiene mi edad y todavía no nos dimos ni un beso, pero me encanta y no sé que hacer.
-Bebé! qué alegría me das al saber que vas a empezar a disfrutar de tu putez, y pronto no vas a poder parar..., decime una cosa? Por qué no lo traes a casa y me lo presentás, me gustaría conocerlo.
A la tarde ya todo estaba organizado y a eso de las 5, llegó Gus y Mariano, que aprovechando la buena tarde vinieron a darse un chapuzón en la pile.
Lo saludé formalmente, dándole la mano y viendo en sus ojos que era terrible trolo, ya que lo primero que hizo fue fijarse en mi slip apretado con los ojos brillantes.
Tenía un cuerpazo, era alto y morocho y parecía mayor que Gus, pero tenía 18 añitos como él.
-Bueno, chicos disfruten de la pile...- los animé mientras fui a prepararles algo para merendar.
Por la ventana los observaba disimuladamente, sus gestos, sus miradas, sus roces... Era hermoso ver cómo se cortejaban, apenas rozandose por verguenza, con sus dos slips diminutos que cada vez más marcaban la presencia de esos nabos deliciosos y vírgenes...
Mientras fumaba y los miraba noté una terrible erección en mi pija, tanto es así que la punta sobresalío por encima de mi slip con toda su furia, esto prometía, de alguna manera el deseo había aparecido en mí otra vez de una manera descontrolada, y algo tendría que hacer...
(Continuará)
Gus ese día estaba algo nervioso, como distraído, no sé... Su Papu estaba siempre pendiente de él y esta vez tampoco lo iba a dejar solo.
-¿Qué te pasa bebote?- le pregunté mientras desayunábamos.
-Nada papu...- contestó seco y mirando al suelo.
-¿Cómo que nada? Si estás triste, no parecés vos...¿Decile a tu papu qué te preocupa?
-Es que no sé cómo lo vas a tomar... Tengo miedo de que te enojes, sabés?- dijo casi al borde de las lágrimas
-¿Qué?- pregunté, soltando una carcajada, -¿Cómo se te ocurre hermoso? Podés confiar en tu papu, dale...
- Bueno, ahí va... conocí un chico en el cole, y me gusta bastante, tiene mi edad y todavía no nos dimos ni un beso, pero me encanta y no sé que hacer.
-Bebé! qué alegría me das al saber que vas a empezar a disfrutar de tu putez, y pronto no vas a poder parar..., decime una cosa? Por qué no lo traes a casa y me lo presentás, me gustaría conocerlo.
A la tarde ya todo estaba organizado y a eso de las 5, llegó Gus y Mariano, que aprovechando la buena tarde vinieron a darse un chapuzón en la pile.
Lo saludé formalmente, dándole la mano y viendo en sus ojos que era terrible trolo, ya que lo primero que hizo fue fijarse en mi slip apretado con los ojos brillantes.
Tenía un cuerpazo, era alto y morocho y parecía mayor que Gus, pero tenía 18 añitos como él.
-Bueno, chicos disfruten de la pile...- los animé mientras fui a prepararles algo para merendar.
Por la ventana los observaba disimuladamente, sus gestos, sus miradas, sus roces... Era hermoso ver cómo se cortejaban, apenas rozandose por verguenza, con sus dos slips diminutos que cada vez más marcaban la presencia de esos nabos deliciosos y vírgenes...
Mientras fumaba y los miraba noté una terrible erección en mi pija, tanto es así que la punta sobresalío por encima de mi slip con toda su furia, esto prometía, de alguna manera el deseo había aparecido en mí otra vez de una manera descontrolada, y algo tendría que hacer...
(Continuará)
5 comentarios - Creo que mi Hijo es Puto (Episodio 5)