Ya pasaron unos meses de esto, pero no dejo de calentarme con el recuerdo y la fantasía de que se pueda repetir. Pocos son los chicos que sigo viendo del secundario y seguramente en algún momento dejaré de verlos. Es por eso que, tal vez, poco me importa lo que puedan pensar de mi y si en el camino surge una oportunidad de sexo la seguiré aprovechando como en esta vez. Se corría el rumor que una de las chicas organizaba una reunión festejando su cumpleaños en su casa de Haedo. Gabriel, un ex compañero del que no soy necesariamente el mejor amigo me había mandado un mail preguntando si iría para evitarse el regreso solo. Hace unos meses que Gabriel esta saliendo con Gabriela, una chica caderona del secundario de otro curso que siempre me resultó bonita.
Nos reunimos en su casa cerca del Parque Rivadavia y los tres nos fuimos a la fiesta. Cuando llegamos enseguida nos dimos cuenta que sería media aburrida. Gabriel bebió bastante, seguramente porque no había mucho más que hacer. Cerca de las 2 AM decidimos volvernos. Nos alcanzaron hasta Villa Luro y desde allí planeamos el resto del viaje. Gaby y Gaby franeleaban bastante y les pregunté si iban a ir a un telo y dejarme solo allí. Me aseguraron lo contrario ya que, aprovechando la ausencia de los familiares, habían planeado quedarse en lo de Gabriel; lo que garantizaba que no nos separaríamos hasta Caballito.
Tomamos un colectivo en la Avenida Rivadavia y una vez sentados le pregunté a Gabriel si podía quedarme a dormir también en su casa. Al principio parecía que iba decirme que no, pero no tuvo problemas.
En el depto de Gaby atacamos la heladera, nos tomamos unos vinos blancos con burbujas y charlamos hasta tarde.
-¿Dónde voy a dormir?- Le pregunté cuando el sueño se hacía evidente.
-Donde quieras. Hoy no la voy a poner, con el pedo que tengo...- Contestó.
-Acostémonos todos en la misma pieza.- Propuso Gabriela.
Gaby y Gaby se acostaron en la cama de Gabriel mientras que yo lo hice en su hermano. Debo confesar que me sentía un poco borrachito y puedo confirmar que no era el único. En la oscuridad escuchaba risitas y sonidos babosos.
Decidido, me pasé de cama. Estaban acostados cucharita, de espaldas a donde me encontraba. Gabriel se dio cuenta y no pareció importarle demasiado. Lo abracé.
-¿Se pasó de cama?- Preguntó Gabriela.
-Si.- Dijo Gabriel que le acarciciaba las tetas.
Sentía mi pene entre los glúteos de Gabriel y comenzó a ponérseme dura. Gaby se dio cuenta y sacó su cola hacia afuera para que lo apoye mejor. Comencé a besarle el cuello y la nuca mientras él le ponía atención al cuerpo de Gabriela. Los gemidos y la respiración profunda no se hicieron esperar. Gabriela giró sobre si misma y se puso de frente a Gabriel para besarlo con mas comodidad. Posé mi mano sobre sus caderas y las recorrí con suavidad. Ella me acarició la cabeza. Ambos tomamos el pene de Gaby y lo acariciamos desde la punta hasta la base pajeándolo con cuidado. Gabriel se puso boca arriba y dejo que juguemos con su cuerpo. Nuestras bocas se encontraron en un beso. Las tres lenguas jugaban entre sí en la oscuridad. De golpe y sin aviso, Gabriela nos abandonó. Prontó me di cuenta que sus manos acariciaban mi pija y su boca estaba jugando con la verga de Gaby. Nos acomodamos para que pueda comerse las dos juntas.
Gabriel acariciaba mis pezones exitados y su lengua húmeda jugaba con la mía. Mientras Gabriela se comía las dos vergas; pensé «uy! no traje forros, voy a quedar como un tarado pidiendo prestado». Pero las cosas estaban peor que eso.
La calentura dentro de ese cuarto era incontrolable y resultó que había un solo forro y era de Gabriela.
-Pónganse de acuerdo quién me coge.- Nos dijo entre calentura y pena.
-Es tu novia. Cogetela vos.- Le dije a Gabriel.
-Yo no puedo. Estoy muy borracho y se me va a bajar. Cogetela vos.
-Ustedes estan de novios, no podría.- Les dije a ambos.
-Esta todo bien; somo muy abiertos.- Dijo Gabriel como si fuera necesario aclararlo.
-Preferiría que te la cojas vos, si querés te la chupamos entre los dos y vemos.- Propuse.
Así comenzamos a chupársela con Gaby mujer. Compartíamos ese pedazo flácido de carne que se ponía duro pero que no duraba mucho tiempo en ese estado.
-No da. No se le va a parar.- Me dijo Gabriela buscando la mirada de Gabriel. -¿Aprovechamos con él?- Le preguntó.
Gabriel asintió. Gabriela me preguntó que tan dura y que tanto podía aguantar; «mucho» respondí.
-Cogetelo.
-¿Qué?
-Queremos que te lo cojas a él.
Asentí y Gabriel se puso boca abajo. Gabriela le abrió los cachetes del culo y comenzó a lamerle el ano, pronto me le sumé. Le comimos el culo un buen rato. Era un culo lindo, algo belludo pero agradable. Ocasionalmente Gabriela le metía algún dedo. Pusimos unos almohadones a la altura de su pelvis para que su culo quede parado. Gabriel estaba entregadísimo, Gabriela le abrió los cachetes mientras yo me ponía el forro y escupió en el centro del ano.
Tomé mi verga y apoyé la cabeza en su agujero. Comencé a empujar con calma mientras Gabriel respiraba profundo. Tardó; pero finalmente le entró toda.
-Despacio.- Dijo Gaby con la verga metida hasta el fondo.
Lo cabalgué un rato largo; tranquilo, con calma. Nadie nos apuraba. Gabriela estaba exitada y no paraba de repetir lo que le gustaba la situación. Se la saqué para que podamos cambiar de posición.
Me lo cogí cucharita, de parado contra la pared, de perrito en el piso, de parado contra el escritorio, patitas al hombro. Finalmente pidió cabalgarme él mismo. Me acosté en la cama boca arriba sosteniendo mi verga. Se me subió y la guió hacia su ano, de a poco, se fue sentando en ella hasta que le entró toda.
Gabriela se acostó a nuestro lado, acariciándose y acariciándonos.
Gaby me cabalgaba como un puto experimentado. Después de unos minutos anuncié que estaba por acabar.
-Esperame; quiero acabar con vos.- Rugió Gabriel.
-Ya no aguanto más.- Rugí.
-Esto es lo más exitante que hice en mi vida.- Gritó Gabriela mientras se masturbaba retorciéndose.
Sentí que mi verga comenzó a disparar chorros de leche dentro de su culo y, sincronizado de una manera asombrosa, los chorros de Gaby cayeron sobre mi bañandome de leche.
Ojala que algún día se repita, aunque dudo mucho que se animen.
Nos reunimos en su casa cerca del Parque Rivadavia y los tres nos fuimos a la fiesta. Cuando llegamos enseguida nos dimos cuenta que sería media aburrida. Gabriel bebió bastante, seguramente porque no había mucho más que hacer. Cerca de las 2 AM decidimos volvernos. Nos alcanzaron hasta Villa Luro y desde allí planeamos el resto del viaje. Gaby y Gaby franeleaban bastante y les pregunté si iban a ir a un telo y dejarme solo allí. Me aseguraron lo contrario ya que, aprovechando la ausencia de los familiares, habían planeado quedarse en lo de Gabriel; lo que garantizaba que no nos separaríamos hasta Caballito.
Tomamos un colectivo en la Avenida Rivadavia y una vez sentados le pregunté a Gabriel si podía quedarme a dormir también en su casa. Al principio parecía que iba decirme que no, pero no tuvo problemas.
En el depto de Gaby atacamos la heladera, nos tomamos unos vinos blancos con burbujas y charlamos hasta tarde.
-¿Dónde voy a dormir?- Le pregunté cuando el sueño se hacía evidente.
-Donde quieras. Hoy no la voy a poner, con el pedo que tengo...- Contestó.
-Acostémonos todos en la misma pieza.- Propuso Gabriela.
Gaby y Gaby se acostaron en la cama de Gabriel mientras que yo lo hice en su hermano. Debo confesar que me sentía un poco borrachito y puedo confirmar que no era el único. En la oscuridad escuchaba risitas y sonidos babosos.
Decidido, me pasé de cama. Estaban acostados cucharita, de espaldas a donde me encontraba. Gabriel se dio cuenta y no pareció importarle demasiado. Lo abracé.
-¿Se pasó de cama?- Preguntó Gabriela.
-Si.- Dijo Gabriel que le acarciciaba las tetas.
Sentía mi pene entre los glúteos de Gabriel y comenzó a ponérseme dura. Gaby se dio cuenta y sacó su cola hacia afuera para que lo apoye mejor. Comencé a besarle el cuello y la nuca mientras él le ponía atención al cuerpo de Gabriela. Los gemidos y la respiración profunda no se hicieron esperar. Gabriela giró sobre si misma y se puso de frente a Gabriel para besarlo con mas comodidad. Posé mi mano sobre sus caderas y las recorrí con suavidad. Ella me acarició la cabeza. Ambos tomamos el pene de Gaby y lo acariciamos desde la punta hasta la base pajeándolo con cuidado. Gabriel se puso boca arriba y dejo que juguemos con su cuerpo. Nuestras bocas se encontraron en un beso. Las tres lenguas jugaban entre sí en la oscuridad. De golpe y sin aviso, Gabriela nos abandonó. Prontó me di cuenta que sus manos acariciaban mi pija y su boca estaba jugando con la verga de Gaby. Nos acomodamos para que pueda comerse las dos juntas.
Gabriel acariciaba mis pezones exitados y su lengua húmeda jugaba con la mía. Mientras Gabriela se comía las dos vergas; pensé «uy! no traje forros, voy a quedar como un tarado pidiendo prestado». Pero las cosas estaban peor que eso.
La calentura dentro de ese cuarto era incontrolable y resultó que había un solo forro y era de Gabriela.
-Pónganse de acuerdo quién me coge.- Nos dijo entre calentura y pena.
-Es tu novia. Cogetela vos.- Le dije a Gabriel.
-Yo no puedo. Estoy muy borracho y se me va a bajar. Cogetela vos.
-Ustedes estan de novios, no podría.- Les dije a ambos.
-Esta todo bien; somo muy abiertos.- Dijo Gabriel como si fuera necesario aclararlo.
-Preferiría que te la cojas vos, si querés te la chupamos entre los dos y vemos.- Propuse.
Así comenzamos a chupársela con Gaby mujer. Compartíamos ese pedazo flácido de carne que se ponía duro pero que no duraba mucho tiempo en ese estado.
-No da. No se le va a parar.- Me dijo Gabriela buscando la mirada de Gabriel. -¿Aprovechamos con él?- Le preguntó.
Gabriel asintió. Gabriela me preguntó que tan dura y que tanto podía aguantar; «mucho» respondí.
-Cogetelo.
-¿Qué?
-Queremos que te lo cojas a él.
Asentí y Gabriel se puso boca abajo. Gabriela le abrió los cachetes del culo y comenzó a lamerle el ano, pronto me le sumé. Le comimos el culo un buen rato. Era un culo lindo, algo belludo pero agradable. Ocasionalmente Gabriela le metía algún dedo. Pusimos unos almohadones a la altura de su pelvis para que su culo quede parado. Gabriel estaba entregadísimo, Gabriela le abrió los cachetes mientras yo me ponía el forro y escupió en el centro del ano.
Tomé mi verga y apoyé la cabeza en su agujero. Comencé a empujar con calma mientras Gabriel respiraba profundo. Tardó; pero finalmente le entró toda.
-Despacio.- Dijo Gaby con la verga metida hasta el fondo.
Lo cabalgué un rato largo; tranquilo, con calma. Nadie nos apuraba. Gabriela estaba exitada y no paraba de repetir lo que le gustaba la situación. Se la saqué para que podamos cambiar de posición.
Me lo cogí cucharita, de parado contra la pared, de perrito en el piso, de parado contra el escritorio, patitas al hombro. Finalmente pidió cabalgarme él mismo. Me acosté en la cama boca arriba sosteniendo mi verga. Se me subió y la guió hacia su ano, de a poco, se fue sentando en ella hasta que le entró toda.
Gabriela se acostó a nuestro lado, acariciándose y acariciándonos.
Gaby me cabalgaba como un puto experimentado. Después de unos minutos anuncié que estaba por acabar.
-Esperame; quiero acabar con vos.- Rugió Gabriel.
-Ya no aguanto más.- Rugí.
-Esto es lo más exitante que hice en mi vida.- Gritó Gabriela mientras se masturbaba retorciéndose.
Sentí que mi verga comenzó a disparar chorros de leche dentro de su culo y, sincronizado de una manera asombrosa, los chorros de Gaby cayeron sobre mi bañandome de leche.
Ojala que algún día se repita, aunque dudo mucho que se animen.
1 comentarios - Gaby y Gaby.