Hola, como andan? Vengo a contar algo que me pasó el finde pasado que me tiene re caliente y tenía que decirlo.
Jugué un partido con los amigos de siempre, por un torneo en particular que al final ganamos y tenemos que jugar otro el finde que viene. Estaba con Juan que hace como que no pasó nada – que un poco me jode porque me gustaría que me siguiera cogiendo, ya lo conté antes – y todos los demás amigos. La cuestión es que ese partido lo ganamos fácil, los rivales eran bastante malos y les terminamos dando un baile. Un defensor de ellos, grandote, fuerte, bien morocho que no sé de donde era, daba patadas para todos lados y a mi un par de veces me bajó porque les estábamos dando un baile, estaba bastante caliente, se enojaba por todo. Cuando terminó el partido y ganamos, yo me quedé hablando con dos minas que estaban ahí que eran conocidas, mientras todos pasaban a las duchas. Arreglé con esas chicas en salir esa noche, que mas tarde ellas me llamaban, nada importante.
A todo esto, como era tarde, el lugar estaba cerrando. Fui a las duchas y había dos vestuarios para hombres y me metí en uno cualquiera, total no había nadie y solo se escuchaban las duchas. Y bueno, me meto y, parece, había dos vestuarios para que cada equipo se fuese a uno y no hubiera problemas, y yo sin querer me metí para el vestuario de ellos. Yo me desvestí, re confiado, y quedé totalmente desnudo. Estaba algo caliente la verdad por verlo a Juan antes y tener esperanzas de que pasara algo y de haber visto a esas minas que tenía ganas de darles, y eso me jugó en contra (quizás) porque ya desnudo me doy vuelta y veo al tipo que me cagó a patadas en todo el partido y a uno más de ellos (un suplente que apenas había jugado), y los dos estaban desnudos, totalmente en pelotas, mojados por recién terminar de bañarse. El morocho, al que primero miré, que me sacaba como una cabeza (y eso que yo mido como 1.80) tenía mucho vello púbico, mucho pelo en el pecho, bastante musculoso además de que de espalda era gigante, y una pija que muerta era tan grande como la mía parada, debía de medir como 17 cms, y el otro un rubiesito petiso (muy lindo, por eso lo tenía bien de vista) que tenía pelo corto y era petisito, con una pija normal pero linda, poco vello por todo el cuerpo. El negro me mira y dice “ah, vos que nos diste un baile venís a nuestro vestuario ahora, nos queres cargar?” y yo no sabía que contestar. No por miedo, sino por ser inesperado y por estar un poco excitado. Estaba de perfil a él, supongo que de su visión, mi cola, que es bastante femenina, sobresalía, y por eso se le iba la vista para ahí. Yo estaba algo nervioso, no quería problemas, pero a la vez no podía sacar la vista de sus vergas. El tipo me sigue hablando, no sé que me dice, y yo sigo fijo a su verga y a la de su compañero. Y en un momento el morocho me tira:
- Ah, pero lindo culo tenes eh, con razón ganaron.
A lo que yo sin pensarlo y con calentura, le digo
- ¿Este? – dándome vuelta y mostrándoselo de frente, inclinándome un poco hacia adelante, sacando cola.
- Sí, ese – me dice, y el rubio tira.
- No está nada mal eh.
- No, me lo re cogería – me dice el negro.
Yo seguía en la misma posición, mostrándole la cola al negro y a veces al rubio, girando un poco para que pudieran ver bien y tenía la vista fija en sus chotas y veía que se les paraba, y la del negro era muy muuy linda.
- Acercate, linda – me dice el morocho y yo fui. – mirá que putita que sos eh.
Y me come la boca de un beso mientras me toca la cola. Me empuja para abajo y me hace chupársela y yo no estaba seguro de que hacer, porque era muy feo el tipo, además medio de treinta años que no es mi tipo, mi tipo es mas el rubio, pero le hice caso y me arrodillé y empecé a lamer la cabeza de esa poronga tan linda hasta mandármela entera en la garganta. Enseguida vino el rubio y lo empecé a pajear. No la tenía muy grande el rubio pero era muy linda, bien blanca y le estaba creciendo el pelo de haberla tenido depilada, pero a mi la pija con olor a jabón y transpiración del negro y sus vellos que se metían en la boca me calentaba muchísimo.
Después de habérsla chupado un rato a cada uno, el negro me hace pararme y acostarme boca abajo en los banquitos de madera para cambiarse, con mis piernas y mi cola al aire, y me escupa y también busca algo de jabón, hace como espuma y lo usa para lubricar. Yo no sabía, pero si bien lubrica, el jabón te deja como quemando la cola, pero al principio no me importó, y cuando apoyó la cabeza de su pija en mi cola le grité “si, dale, cojeme ya, haceme putita” y empezó a penetrarme poco a poco, hasta que se tomó confianza, se me empezó a dilatar el ano y ya me daba más fuerte. Al principio me gustó, pero después me quemaba mucho, me sacó lágrimas, pero igual me gustaba, porque el negro me insultaba, me decía que era una puta, que nunca iba a llegar a nada, que me cogía porque era un puto de mierda, una mina trola como todas, que me encantaba la pija, y yo le gritaba, sin saber si se escuchaba de afuera o no, que sí era su puta, que me encantaba la pija, todas las verdades jaja. El rubio se acercó y me ponía la pija en la boca, y a veces se la chupaba, pero con el envión con el que me daba el negro era difícil, más que nada lo pajeaba, pobre rubio tan lindo y me estaba rompiendo el orto un negro de cuarta, eso me calentaba más.
Se me caían las lágrimas pero disfrutaba, me estaban cogiendo donde cualquiera podía verme, descubrirme, y me rompían mi colita sin piedad, a pijazo limpio, duro y parejo, el negro me estaba violando, me encantaba. Le pedí que me pegara en la cola y lo hizo, un genio el negro.
- Te voy a acabar, putita – me dijo y me empezó a nalguear, a pegar con mano abierta en la espalda y en la cabeza además de mis nalgas
y de repente se quedó quieto y me di cuenta que estaba acabando adentro, no había usado forro, pero hasta que salió pasó un montón de tiempo. Yo estaba aliviado porque había parado así me dejaba de arder la cola, pero a la vez quería que me siguiera cogiendo. Entonces se la empecé a chupar con todo al rubio, se la tragaba toda y le quería hablar a propósito con la boca llena, mientras tenía al negro todavía en mi cola con la poronga aflojándo. Y cuando estaba sacándome la pija de la garganata al rubio, me acabó en los labios, un poco adentro de la boca y otro poco en la cara, un semen más líquido que espeso, el mas espeso lo tenía en la boca. Escupí y me quedé ahí, transpirando y con la pija al palo todavía y con el negro que parecía que lo tenía abotonado. El negro se salió masomenos de golpe y me re dolió y dejé un poco de caca ahí en el piso, y me quedé con la cola abierta y al aire un ratito.
Enseguida me ayudaron a pararme e ir a las duchas, ellos se ducharon rápido y yo me quedé ahí bañándome lentamente porque con la cola a la miseria no podía moverme tanto. Salimos y nos cambiamos juntos, y el negro me dijo “che, esto queda acá porque sino mi mujer me mata”, yo le dije que no había problema y ellos se fueron para el mismo lado y yo para otro.
Le tendría que haber pedido al rubio el teléfono o algo así, pero ya fue, lo que me importa es haber cumplido una fantasía de ser cogido por un negro malo y violador, bien abusivo, fuerte, que no es lo que generalmente me gusta pero que valió la pena por mucho. Recien hace poco empecé a sentir la cola bien de nuevo jaja.
Un besito para todos los poringueros que ven mis post, comentan, dan puntos o mandan mensajes (que son muy halagadores jaja), ya saldrán fotos nuevas de mi cola, lo prometo!
Un besito para todos 😉
Jugué un partido con los amigos de siempre, por un torneo en particular que al final ganamos y tenemos que jugar otro el finde que viene. Estaba con Juan que hace como que no pasó nada – que un poco me jode porque me gustaría que me siguiera cogiendo, ya lo conté antes – y todos los demás amigos. La cuestión es que ese partido lo ganamos fácil, los rivales eran bastante malos y les terminamos dando un baile. Un defensor de ellos, grandote, fuerte, bien morocho que no sé de donde era, daba patadas para todos lados y a mi un par de veces me bajó porque les estábamos dando un baile, estaba bastante caliente, se enojaba por todo. Cuando terminó el partido y ganamos, yo me quedé hablando con dos minas que estaban ahí que eran conocidas, mientras todos pasaban a las duchas. Arreglé con esas chicas en salir esa noche, que mas tarde ellas me llamaban, nada importante.
A todo esto, como era tarde, el lugar estaba cerrando. Fui a las duchas y había dos vestuarios para hombres y me metí en uno cualquiera, total no había nadie y solo se escuchaban las duchas. Y bueno, me meto y, parece, había dos vestuarios para que cada equipo se fuese a uno y no hubiera problemas, y yo sin querer me metí para el vestuario de ellos. Yo me desvestí, re confiado, y quedé totalmente desnudo. Estaba algo caliente la verdad por verlo a Juan antes y tener esperanzas de que pasara algo y de haber visto a esas minas que tenía ganas de darles, y eso me jugó en contra (quizás) porque ya desnudo me doy vuelta y veo al tipo que me cagó a patadas en todo el partido y a uno más de ellos (un suplente que apenas había jugado), y los dos estaban desnudos, totalmente en pelotas, mojados por recién terminar de bañarse. El morocho, al que primero miré, que me sacaba como una cabeza (y eso que yo mido como 1.80) tenía mucho vello púbico, mucho pelo en el pecho, bastante musculoso además de que de espalda era gigante, y una pija que muerta era tan grande como la mía parada, debía de medir como 17 cms, y el otro un rubiesito petiso (muy lindo, por eso lo tenía bien de vista) que tenía pelo corto y era petisito, con una pija normal pero linda, poco vello por todo el cuerpo. El negro me mira y dice “ah, vos que nos diste un baile venís a nuestro vestuario ahora, nos queres cargar?” y yo no sabía que contestar. No por miedo, sino por ser inesperado y por estar un poco excitado. Estaba de perfil a él, supongo que de su visión, mi cola, que es bastante femenina, sobresalía, y por eso se le iba la vista para ahí. Yo estaba algo nervioso, no quería problemas, pero a la vez no podía sacar la vista de sus vergas. El tipo me sigue hablando, no sé que me dice, y yo sigo fijo a su verga y a la de su compañero. Y en un momento el morocho me tira:
- Ah, pero lindo culo tenes eh, con razón ganaron.
A lo que yo sin pensarlo y con calentura, le digo
- ¿Este? – dándome vuelta y mostrándoselo de frente, inclinándome un poco hacia adelante, sacando cola.
- Sí, ese – me dice, y el rubio tira.
- No está nada mal eh.
- No, me lo re cogería – me dice el negro.
Yo seguía en la misma posición, mostrándole la cola al negro y a veces al rubio, girando un poco para que pudieran ver bien y tenía la vista fija en sus chotas y veía que se les paraba, y la del negro era muy muuy linda.
- Acercate, linda – me dice el morocho y yo fui. – mirá que putita que sos eh.
Y me come la boca de un beso mientras me toca la cola. Me empuja para abajo y me hace chupársela y yo no estaba seguro de que hacer, porque era muy feo el tipo, además medio de treinta años que no es mi tipo, mi tipo es mas el rubio, pero le hice caso y me arrodillé y empecé a lamer la cabeza de esa poronga tan linda hasta mandármela entera en la garganta. Enseguida vino el rubio y lo empecé a pajear. No la tenía muy grande el rubio pero era muy linda, bien blanca y le estaba creciendo el pelo de haberla tenido depilada, pero a mi la pija con olor a jabón y transpiración del negro y sus vellos que se metían en la boca me calentaba muchísimo.
Después de habérsla chupado un rato a cada uno, el negro me hace pararme y acostarme boca abajo en los banquitos de madera para cambiarse, con mis piernas y mi cola al aire, y me escupa y también busca algo de jabón, hace como espuma y lo usa para lubricar. Yo no sabía, pero si bien lubrica, el jabón te deja como quemando la cola, pero al principio no me importó, y cuando apoyó la cabeza de su pija en mi cola le grité “si, dale, cojeme ya, haceme putita” y empezó a penetrarme poco a poco, hasta que se tomó confianza, se me empezó a dilatar el ano y ya me daba más fuerte. Al principio me gustó, pero después me quemaba mucho, me sacó lágrimas, pero igual me gustaba, porque el negro me insultaba, me decía que era una puta, que nunca iba a llegar a nada, que me cogía porque era un puto de mierda, una mina trola como todas, que me encantaba la pija, y yo le gritaba, sin saber si se escuchaba de afuera o no, que sí era su puta, que me encantaba la pija, todas las verdades jaja. El rubio se acercó y me ponía la pija en la boca, y a veces se la chupaba, pero con el envión con el que me daba el negro era difícil, más que nada lo pajeaba, pobre rubio tan lindo y me estaba rompiendo el orto un negro de cuarta, eso me calentaba más.
Se me caían las lágrimas pero disfrutaba, me estaban cogiendo donde cualquiera podía verme, descubrirme, y me rompían mi colita sin piedad, a pijazo limpio, duro y parejo, el negro me estaba violando, me encantaba. Le pedí que me pegara en la cola y lo hizo, un genio el negro.
- Te voy a acabar, putita – me dijo y me empezó a nalguear, a pegar con mano abierta en la espalda y en la cabeza además de mis nalgas
y de repente se quedó quieto y me di cuenta que estaba acabando adentro, no había usado forro, pero hasta que salió pasó un montón de tiempo. Yo estaba aliviado porque había parado así me dejaba de arder la cola, pero a la vez quería que me siguiera cogiendo. Entonces se la empecé a chupar con todo al rubio, se la tragaba toda y le quería hablar a propósito con la boca llena, mientras tenía al negro todavía en mi cola con la poronga aflojándo. Y cuando estaba sacándome la pija de la garganata al rubio, me acabó en los labios, un poco adentro de la boca y otro poco en la cara, un semen más líquido que espeso, el mas espeso lo tenía en la boca. Escupí y me quedé ahí, transpirando y con la pija al palo todavía y con el negro que parecía que lo tenía abotonado. El negro se salió masomenos de golpe y me re dolió y dejé un poco de caca ahí en el piso, y me quedé con la cola abierta y al aire un ratito.
Enseguida me ayudaron a pararme e ir a las duchas, ellos se ducharon rápido y yo me quedé ahí bañándome lentamente porque con la cola a la miseria no podía moverme tanto. Salimos y nos cambiamos juntos, y el negro me dijo “che, esto queda acá porque sino mi mujer me mata”, yo le dije que no había problema y ellos se fueron para el mismo lado y yo para otro.
Le tendría que haber pedido al rubio el teléfono o algo así, pero ya fue, lo que me importa es haber cumplido una fantasía de ser cogido por un negro malo y violador, bien abusivo, fuerte, que no es lo que generalmente me gusta pero que valió la pena por mucho. Recien hace poco empecé a sentir la cola bien de nuevo jaja.
Un besito para todos los poringueros que ven mis post, comentan, dan puntos o mandan mensajes (que son muy halagadores jaja), ya saldrán fotos nuevas de mi cola, lo prometo!
Un besito para todos 😉
9 comentarios - El negro y su amigo me cogieron en el vestuario [Relato]