Había dormido lo suficiente como para que la luz de las tres de la tarde me sorprendiera, brillando en mis parpados cerrados, y en mis ojos al abrirlos, dándole un tono anaranjado a todo a mi alrededor…
¿Dónde estoy?-me pregunte un tanto confundido
Recordé entonces que la noche anterior me había sucedido algo terrible, pero a la vez completamente extraño, y , llegue a pensar (iluso yo) que solo había sido un vulgar y horrible sueño, pero cuando me vi, de pies a manos (si, porque obviamente no podía ver mi cabeza) me di cuenta de que estaba completamente desnudo, entonces alcé la mirada bruscamente, y mire mis ropas que ahora estaban convertidas en harapos, camine hasta ellas un poco desdeñoso y rápidamente me las puse, el olor que yo despedía era de los mil demonios, como una mezcla de sudor y orines, y entonces empecé a vomitar, no tanto por el olor, sino por solo tener el pensamiento de que un tipo casi me había violado (sino es que era eso) y entonces, tambaleándome baje los peldaños que conducían a tierra firme.
Camine unos cuantos minutos, dilucidando si lo que me había sucedido era cierto o no, pues no había señal de aquel tipo por ningún lado, y además, todo podía haber sido como consecuencia de la agria pelea que había tenido con mi hermano el día anterior.
Resulta que todos estábamos en el comedor jugando (ya no recuerdo que juego de mesa) (y si, tampoco quiero hacer publicidad) y entonces a mí se me ocurrió la magnífica idea de ir a buscar mi videocámara para captar el momento, Salí de la sala de estar y fui escaleras arriba hacia mi habitación, cuando abro la puerta encuentro a mi hermano Alfred recibiendo un buen sexo oral de su esposa Janice, de modo que mi expresión principal fue de sorpresa y asombro (si, parecen lo mismo, pero en ese momento no se sentían igual) y luego, pasados los segundos en los que mi hermano y su esposa me miraron (si, ella aun tenía el miembro en su boca) empecé a sonreír, y a medida que pasaban mas segundos empecé a carcajear de una manera estrepitosa y salí a toda prisa de la habitación, sin embargo mi hermano también me siguió rápido, y con un estruendoso abrir de puerta me grito ¡detente ahí!
-¿Qué pasa?-pregunte.
-¿Por qué siempre tienes que ser un maldito espía? ¿Por qué no te buscas una vida?
-¿Qué coño te pasa?-dije mientras la sangre subía a mi cabeza- ¿acaso tengo yo la culpa de que os metáis en mi habitación para hacer lo suyo?
-no mientas, se bien que has venido a espiarnos…
-no seas tan idiota, tu esposa no es Pamela Anderson, si hubiese querido ver una peli porno, con las que tengo en mi mochila me bastan...
¿Qué has dicho?-grito mientras me daba un empujón con la mano cerrada en el pecho.
-¡vete a la mierda! –grite
Y entre grito y grito los familiares subieron corriendo para ver que sucedía, cuando justo en el momento adecuado mi padre interrumpió la discusión antes de que Alfred lanzara el primer puñetazo que mi padre tomo en su mano derecha
-¿Qué pasa aquí?-pregunto padre
-¡que el marica de Richard nos estaba espiando mientras lo hacíamos!
-respeta a tu hermano-dijo dirigiéndose a Alfred- ¿es eso cierto?
-por supuesto que no, vine a buscar mi videocámara, se los dije mientras jugábamos ¿o no?
-si-interrumpió mi prima Evelyn- pero todos sabemos que te encanta un brollo…
-¿saben qué? Me largo-dije con una pelota mundial en mi garganta-además Evelyn, tu eres la menos adecuada para hablar de eso…
Y como alma que lleva el diablo Salí a empujones del pasillo, baje las escaleras a toda prisa, y de una patada abrí la puerta de atrás, refunfuñando y escupiendo insultos mientras levantaba la tierra del camino.
-tal vez eso fue-dije mientras caminaba por el bosque- quizás la pelea con Alfred me haya dejado un tanto molesto y eso se manifestó en un sueño, ¿pero?, ¿y qué le sucedió a la ropa? Mejor dejar el enigma así y no atormentarme más…
No camine mucho cuando de repente unos pasos apresurados se escuchaban a lo lejos, el crujir de algunas ramas denotaba la rapidez de más de una persona, de modo que yo también empecé a correr apresuradamente, acobardado por la posibilidad de que aquel episodio se repitiese, sin embargo sentía no correr tan rápido como mis perseguidores y no dude en esconderme detrás de algunas piedras grandes que estaban cerca, me agache detrás de ellas y empecé a mirar a los lados, reconociendo mi alrededor, los latidos de mi corazón retumbaban en mi cabeza, sin darme opción de reaccionar de acuerdo a la situación, estaba alterado, respirando rápidamente tratando de no hacer ruido, cuando una mano fría se poso en mi hombro, un mareo bestial me embistió, y apenas pude girar lentamente la cabeza para mirar quien era; mi padre.
Detrás de el venían mis hermanos, primos y mi madre, quien se tropezaba desde lo lejos con el accidentado camino del bosque. Yo apenas tuve tiempo para levantarme y reaccionar cuando un súbito abrazo me sorprendió, mi primo Johan me abrazaba fuertemente, y pude notar unas cuantas lágrimas, que, aunque me parecían extrañas, me llenaban de felicidad al saber que alguien se preocupaba por mí. Mi madre me abrazo también, fue un abrazo largo, profundo y relajante, que me hacía sentir bien, y así sucesivamente todos los que habían acudido en mi búsqueda sonreían y se alegraban, como si yo fuera un gran logro o descubrimiento.
Finalmente llegamos a la casa, moría de sed, la abuela corrió desde la cocina con un tarro de agua y varios vasos plásticos, se los dio Alfred mientras me abrazaba y gritaba para que en la casa la oyeran “Josh ha vuelto, Josh ha vuelto”
-¿Cómo estás?
-bien abue, eso creo…-dije un tanto triste
-no te paso nada, es lo importante
-claro que si mama-dijo mi madre caminando hacia nosotros-no ves su ropa, ¿Qué te ha pasado?- dijo mientras tomaba un jirón de mi maltrecha camisa
-me ha atacado un oso-dije
-¿y cómo es que no tienes ni un rasguño?-dijo Alex, mi otro hermano
-nunca se pueden obviar los milagros de dios-respondí.
En ese instante mi madre miro fijamente a mi padre y rompió a llorar, y cuando el trato de acercarse ella le dio un violento empujón y corrió al interior de la casa, tropezando con mis primas que salían sonrientes a recibirme. Yo intente ir tras ella, pero mi padre me tomo por el hombro y me miro “no vayas aun” fue lo que entendí.
La noche había llegado, la cena estaba por servirse y los troncos en el exterior de la casa estaban listos para sentarnos a comer. Yo simplemente veía las estrellas, escrutándolas ligeramente, como quien quiere apartar la vista de algo pero no puede, yo seguía pensando en aquel hombre. Una parte de mi estaba asqueada, otra, pensaba en el intermitentemente.
-¡A comer!-grito la abuela-la parrilla esta lista
Me levante sacudiendo mi trasero del sucio y camine hacia la hoguera, camine unos pasos y repentinamente sentí una presencia detrás de mi, gire rápidamente con el puño cerrado y preparado para asestar un golpe y mis cuerdas vocales se potenciaron para gritar si era necesario, no hizo falta, era Johan quien esquivo el golpe y retrocedió
-¿Qué te pasa?-dijo enfurecido
-nada primo, lo siento-dije avergonzado
-vaya, quería hablar contigo, pero veo que no es posible
-no, perdona, estoy un poco paranoico, ya sabes, por lo de el oso
-aja, el oso-dijo con cierta incredulidad que yo note enseguida
-¿no me crees?-dije-mejor dicho, ¿no me creen?
-me gustaría más bien que me contaras la historia desde el comienzo
-después de la cena primo, ahora tengo hambre-dije esquivándolo
-bien, yo también muero por comer, ese olor me trae loco.
Cuando terminamos de comer, y apenas quedaron las primas en el living de la cabaña, yo salí a contemplar de nuevo las estrellas, mas por evadir a Johan que por verlas las estrellas en sí, sin embargo el me alcanzo y no pude seguirlo evadiendo.
-¿no quieres hablar conmigo, verdad?-dijo Johan mientras me tocaba la espalda
-no es eso, es que estoy cansado
-¿quieres que nos sentemos un rato?
-está bien, como prefieras
Caminamos hacia las rocas cercanas a la cabaña, y aun la tenue luz del patio nos alumbraba. El silencio se hacía cada vez más pesado, y no podía mirarle a la cara, simplemente me sentía incomodo, además de que sabía que en cualquier momento alguien podía venir, y si nos encontraban allí solos podrían pensar mal (o al menos eso creía yo)
-no te sientas culpable-dijo rompiendo el silencio-no estamos haciendo nada malo
-¿de qué hablas?-dije evadiendo la conversación
-tal vez me veas como un primo lejano, pero para mí eres como un hermano
-¿a qué viene todo esto?-dije cada vez mas incomodo, no quería escuchar lo que sabía que venía, estaba seguro de que acabaría mal (en todos los sentidos) y decidí que era mejor detener las cosas en ese punto pero no me fue posible, intente levantarme pero Johan tomo mi mano, yo la zafé bruscamente y mi cara tomo un semblante de rechazo, que aun se podía visualizar por la tenue luz, aunque sin embargo Johan no miraba.
-No te vayas aun primo, tengo algo importante que decirte-dijo casi en tono de suplica
-no quiero oírlo-dije alzando la voz mientras me levantaba
-¡no te vayas!-grito-yo, yo…. ¡yo no quiero perderte!
Entonces mi espíritu se quebró cuando vi las lagrimas de mi primo correr por su cara agachada, como si un puñal cortara mi garganta e incapaz de hablar simplemente me quede inmóvil, mirando fijamente sus mejillas, entonces él se acerco y me abrazo, tímidamente, como si esperara un rechazo, pero al contrario yo lo abrace también entonces susurro “te amo”…
Pude sentir que un escalofrío recorrió mi espalda, y por alguna razón mi pene empezaba a alzarse, sentí entonces como mi Johan deslizaba sus manos desde mi espalda hasta mis nalgas, hasta ese momento vírgenes (creía yo) y yo retrocedí.
-¿Qué te pasa?-dije mientras pensaba en el asco que me producía aquella escena
El giro la cara hacia el suelo y empezó a murmurar, y entonces yo deje salir un “no te escucho”
-que mi valentía no ha servido para nada-grito-que me he tomado tanto tiempo en decidir este paso, y resulta que estaba equivocado, que nada saldría como yo lo planee, que tu no me querrías como yo a ti
-ya basta-grite-no te das cuenta de que no puedo corresponderte, o acaso ¿quieres que te lo diga de una peor manera?
-solo quiero una oportunidad-decía mientras gradualmente alzaba la voz-solo quiero que me dejes acercarme a ti
-yo no puedo, no puedo hacerlo-dije apretando los puños ligeramente-no puedo hacer lo que me pides
-¿y si te lo ruego?-dijo firmemente-¿si me humillo lo suficiente, crees que podría acercarme a ti?
-no se trata de eso, es por otro motivo-entonces sentí un extraño dejavu y abrí los ojos como si pudiera recordar algo que no había vivido pero estaba dentro de mi
-¿Qué otro motivo?-pregunto en un tono de confusión
-es obvio, ¿no?
-te refieres a algo más, ¿no es cierto?
-me largo, dije esquivando la conversación de nuevo, y cuando me puse en marcha Johan me empujo haciendo que me sentara (si, Johan siempre había tenido mucha fuerza) Cuando intente levantarme el se sentó sobre mis piernas y empujo su brazo contra mi pecho.
-no sabes cuánto te deseo primo, las veces que me he pajeado pensando en ti, las veces que he cogido tu ropa interior y la he olido solo para imaginarme tu pene, su olor, su textura-decía lascivamente- déjame tocarlo, déjame sentirlo, probarlo, es todo lo que deseo en este mundo, no me lo niegues.
Entonces accedí. Sabía que de querer resistirme hubiese podido, pero no lo hice, lo deje tocármelo, me acariciaba lentamente el paquete mientras apoyaba su brazo en mi pecho, y lentamente se relajo, empezó a tocarme los pezones, a pellizcarlos, y entonces lo lamio (se sintió bien a pesar de que él era un hombre) entonces intento besarme pero yo gire la cara bruscamente -ni se te ocurra- dije- no quiero que acerques tu boca a la mía ni por un segundo. Su cara se lleno de tribulación por un momento pero rápidamente se incorporo. – ¿Entonces no quieres que te bese?-dijo-bueno, pondré mi boca en un lugar que te gustara mas. Y entonces bajo hasta mi short y los deslizo un poco, descubriendo mi flácido pene, ni siquiera lo miro, simplemente lo tomo y lo engullo hasta la garganta, se lo tragaba por completo mientras daba arcadas, e hilos de saliva me mojaban el pubis
-¿sabes?-dijo mientras se pasaba el dorso de la mano por la boca-este olor me es familiar, sin embargo sabia que tu pene seria mucho mas delicioso.
Y al decir eso mi pene subió rápidamente, el se esmeraba en tragarlo, en gozárselo por completo, lo lamia por los lados, jugueteaba con él, me lamia las bolas, como si estuviese comiéndose un manjar, entonces se desabrocho su pantalón y me pregunto si podía pajearse a lo que yo respondí “haz lo que quieras” y empezó a pajearse mientras metía su nariz entre mis bolas, las lamia, y se comía mi pene, mordía su glande y escupía, entonces acabo, fue literalmente una explosión de semen, pues hasta mi cara llegaron algunas gotas, y yo con asco las retire, entonces me levante y me acomode el bóxer y el short.
-¿Por qué no acabaste?-pregunto mientras recobraba la respiración
-No me interesa en lo más mínimo sentir algo contigo, entonces unos pasos cercanos se escuchaban, Johan se incorporo rápidamente y saco unos cigarrillos del bolsillo de su camisa, tomo un encendedor y encendió un cigarro el cual me estiro a mí.
-Sabes que no fumo-dije algo nervioso por los pasos cercanos
-Todos lo sabemos-respondió-solo tómalo y póntelo en la boca
-¿para qué?
-¡solo hazlo!
Entonces tome el cigarrillo y lo puse en mi boca, el hizo lo mismo encendiendo un cigarro para él, entonces una presencia se hizo visible a través de las plantas; era mi primo Walter quien nos estaba buscando. Cuando llego nos pregunto qué demonios hacíamos allí solos, y porque nos habíamos desaparecido durante tanto tiempo, pero se percato de los cigarros y se auto-respondió
-¿con que fumáis a escondidas?-dijo sonriendo
-si-dijo Johan-¿quieres?
-¿Cómo habéis sabido que yo fumaba también?
-¿tu fumas?-dije sorprendido
-si, ¿acaso tu no primo?- pregunto inquisitoriamente
-sí, claro, por eso hemos venido hasta aquí
Entonces el sabor asqueroso de ese cigarro empezó a hacer un aglutinamiento de saliva en mi boca y empecé a escupir. Después de fingir un rato que fumaba salimos un poco hacia la luz y Walter me ofreció unos chicles, entonces se detuvo a mirar mi camisa y cuando intente seguir la marcha puso su mano sobre mi pecho, y señalo una mancha blanca que tenía en la camisa
-¿Qué demonios es eso?-dijo sorprendido
-¿Qué cosa?-pregunte
-esa maldita mancha en tu camisa, ¿no me digas que tú?
-no seas idiota Walter-dije un tanto nervioso-es que seguramente me escupí hace un rato
Walter retrocedió y quito su mano de mi pecho, giro y camino mientras decía “disculpa primo, era solo una broma” entonces pensé que me había salvado de una buena cuando mi primo se acerco junto a mí y me guiño el ojo mientras sonreía, entonces siguió caminando hasta que se adelanto y apenas pude ver su silueta cuando un escalofrío como jamás había sentido alguno antes invadió mi cuerpo, abrí los ojos y me paralicé de repente, entonces sentí una presencia arrolladora detrás de mí, gire lentamente la cabeza, con miedo absoluto y entonces los vi, unos enormes ojos de brillantes, ojos oscuros, negros como la inmensidad de la noche del bosque…
¿Dónde estoy?-me pregunte un tanto confundido
Recordé entonces que la noche anterior me había sucedido algo terrible, pero a la vez completamente extraño, y , llegue a pensar (iluso yo) que solo había sido un vulgar y horrible sueño, pero cuando me vi, de pies a manos (si, porque obviamente no podía ver mi cabeza) me di cuenta de que estaba completamente desnudo, entonces alcé la mirada bruscamente, y mire mis ropas que ahora estaban convertidas en harapos, camine hasta ellas un poco desdeñoso y rápidamente me las puse, el olor que yo despedía era de los mil demonios, como una mezcla de sudor y orines, y entonces empecé a vomitar, no tanto por el olor, sino por solo tener el pensamiento de que un tipo casi me había violado (sino es que era eso) y entonces, tambaleándome baje los peldaños que conducían a tierra firme.
Camine unos cuantos minutos, dilucidando si lo que me había sucedido era cierto o no, pues no había señal de aquel tipo por ningún lado, y además, todo podía haber sido como consecuencia de la agria pelea que había tenido con mi hermano el día anterior.
Resulta que todos estábamos en el comedor jugando (ya no recuerdo que juego de mesa) (y si, tampoco quiero hacer publicidad) y entonces a mí se me ocurrió la magnífica idea de ir a buscar mi videocámara para captar el momento, Salí de la sala de estar y fui escaleras arriba hacia mi habitación, cuando abro la puerta encuentro a mi hermano Alfred recibiendo un buen sexo oral de su esposa Janice, de modo que mi expresión principal fue de sorpresa y asombro (si, parecen lo mismo, pero en ese momento no se sentían igual) y luego, pasados los segundos en los que mi hermano y su esposa me miraron (si, ella aun tenía el miembro en su boca) empecé a sonreír, y a medida que pasaban mas segundos empecé a carcajear de una manera estrepitosa y salí a toda prisa de la habitación, sin embargo mi hermano también me siguió rápido, y con un estruendoso abrir de puerta me grito ¡detente ahí!
-¿Qué pasa?-pregunte.
-¿Por qué siempre tienes que ser un maldito espía? ¿Por qué no te buscas una vida?
-¿Qué coño te pasa?-dije mientras la sangre subía a mi cabeza- ¿acaso tengo yo la culpa de que os metáis en mi habitación para hacer lo suyo?
-no mientas, se bien que has venido a espiarnos…
-no seas tan idiota, tu esposa no es Pamela Anderson, si hubiese querido ver una peli porno, con las que tengo en mi mochila me bastan...
¿Qué has dicho?-grito mientras me daba un empujón con la mano cerrada en el pecho.
-¡vete a la mierda! –grite
Y entre grito y grito los familiares subieron corriendo para ver que sucedía, cuando justo en el momento adecuado mi padre interrumpió la discusión antes de que Alfred lanzara el primer puñetazo que mi padre tomo en su mano derecha
-¿Qué pasa aquí?-pregunto padre
-¡que el marica de Richard nos estaba espiando mientras lo hacíamos!
-respeta a tu hermano-dijo dirigiéndose a Alfred- ¿es eso cierto?
-por supuesto que no, vine a buscar mi videocámara, se los dije mientras jugábamos ¿o no?
-si-interrumpió mi prima Evelyn- pero todos sabemos que te encanta un brollo…
-¿saben qué? Me largo-dije con una pelota mundial en mi garganta-además Evelyn, tu eres la menos adecuada para hablar de eso…
Y como alma que lleva el diablo Salí a empujones del pasillo, baje las escaleras a toda prisa, y de una patada abrí la puerta de atrás, refunfuñando y escupiendo insultos mientras levantaba la tierra del camino.
-tal vez eso fue-dije mientras caminaba por el bosque- quizás la pelea con Alfred me haya dejado un tanto molesto y eso se manifestó en un sueño, ¿pero?, ¿y qué le sucedió a la ropa? Mejor dejar el enigma así y no atormentarme más…
No camine mucho cuando de repente unos pasos apresurados se escuchaban a lo lejos, el crujir de algunas ramas denotaba la rapidez de más de una persona, de modo que yo también empecé a correr apresuradamente, acobardado por la posibilidad de que aquel episodio se repitiese, sin embargo sentía no correr tan rápido como mis perseguidores y no dude en esconderme detrás de algunas piedras grandes que estaban cerca, me agache detrás de ellas y empecé a mirar a los lados, reconociendo mi alrededor, los latidos de mi corazón retumbaban en mi cabeza, sin darme opción de reaccionar de acuerdo a la situación, estaba alterado, respirando rápidamente tratando de no hacer ruido, cuando una mano fría se poso en mi hombro, un mareo bestial me embistió, y apenas pude girar lentamente la cabeza para mirar quien era; mi padre.
Detrás de el venían mis hermanos, primos y mi madre, quien se tropezaba desde lo lejos con el accidentado camino del bosque. Yo apenas tuve tiempo para levantarme y reaccionar cuando un súbito abrazo me sorprendió, mi primo Johan me abrazaba fuertemente, y pude notar unas cuantas lágrimas, que, aunque me parecían extrañas, me llenaban de felicidad al saber que alguien se preocupaba por mí. Mi madre me abrazo también, fue un abrazo largo, profundo y relajante, que me hacía sentir bien, y así sucesivamente todos los que habían acudido en mi búsqueda sonreían y se alegraban, como si yo fuera un gran logro o descubrimiento.
Finalmente llegamos a la casa, moría de sed, la abuela corrió desde la cocina con un tarro de agua y varios vasos plásticos, se los dio Alfred mientras me abrazaba y gritaba para que en la casa la oyeran “Josh ha vuelto, Josh ha vuelto”
-¿Cómo estás?
-bien abue, eso creo…-dije un tanto triste
-no te paso nada, es lo importante
-claro que si mama-dijo mi madre caminando hacia nosotros-no ves su ropa, ¿Qué te ha pasado?- dijo mientras tomaba un jirón de mi maltrecha camisa
-me ha atacado un oso-dije
-¿y cómo es que no tienes ni un rasguño?-dijo Alex, mi otro hermano
-nunca se pueden obviar los milagros de dios-respondí.
En ese instante mi madre miro fijamente a mi padre y rompió a llorar, y cuando el trato de acercarse ella le dio un violento empujón y corrió al interior de la casa, tropezando con mis primas que salían sonrientes a recibirme. Yo intente ir tras ella, pero mi padre me tomo por el hombro y me miro “no vayas aun” fue lo que entendí.
La noche había llegado, la cena estaba por servirse y los troncos en el exterior de la casa estaban listos para sentarnos a comer. Yo simplemente veía las estrellas, escrutándolas ligeramente, como quien quiere apartar la vista de algo pero no puede, yo seguía pensando en aquel hombre. Una parte de mi estaba asqueada, otra, pensaba en el intermitentemente.
-¡A comer!-grito la abuela-la parrilla esta lista
Me levante sacudiendo mi trasero del sucio y camine hacia la hoguera, camine unos pasos y repentinamente sentí una presencia detrás de mi, gire rápidamente con el puño cerrado y preparado para asestar un golpe y mis cuerdas vocales se potenciaron para gritar si era necesario, no hizo falta, era Johan quien esquivo el golpe y retrocedió
-¿Qué te pasa?-dijo enfurecido
-nada primo, lo siento-dije avergonzado
-vaya, quería hablar contigo, pero veo que no es posible
-no, perdona, estoy un poco paranoico, ya sabes, por lo de el oso
-aja, el oso-dijo con cierta incredulidad que yo note enseguida
-¿no me crees?-dije-mejor dicho, ¿no me creen?
-me gustaría más bien que me contaras la historia desde el comienzo
-después de la cena primo, ahora tengo hambre-dije esquivándolo
-bien, yo también muero por comer, ese olor me trae loco.
Cuando terminamos de comer, y apenas quedaron las primas en el living de la cabaña, yo salí a contemplar de nuevo las estrellas, mas por evadir a Johan que por verlas las estrellas en sí, sin embargo el me alcanzo y no pude seguirlo evadiendo.
-¿no quieres hablar conmigo, verdad?-dijo Johan mientras me tocaba la espalda
-no es eso, es que estoy cansado
-¿quieres que nos sentemos un rato?
-está bien, como prefieras
Caminamos hacia las rocas cercanas a la cabaña, y aun la tenue luz del patio nos alumbraba. El silencio se hacía cada vez más pesado, y no podía mirarle a la cara, simplemente me sentía incomodo, además de que sabía que en cualquier momento alguien podía venir, y si nos encontraban allí solos podrían pensar mal (o al menos eso creía yo)
-no te sientas culpable-dijo rompiendo el silencio-no estamos haciendo nada malo
-¿de qué hablas?-dije evadiendo la conversación
-tal vez me veas como un primo lejano, pero para mí eres como un hermano
-¿a qué viene todo esto?-dije cada vez mas incomodo, no quería escuchar lo que sabía que venía, estaba seguro de que acabaría mal (en todos los sentidos) y decidí que era mejor detener las cosas en ese punto pero no me fue posible, intente levantarme pero Johan tomo mi mano, yo la zafé bruscamente y mi cara tomo un semblante de rechazo, que aun se podía visualizar por la tenue luz, aunque sin embargo Johan no miraba.
-No te vayas aun primo, tengo algo importante que decirte-dijo casi en tono de suplica
-no quiero oírlo-dije alzando la voz mientras me levantaba
-¡no te vayas!-grito-yo, yo…. ¡yo no quiero perderte!
Entonces mi espíritu se quebró cuando vi las lagrimas de mi primo correr por su cara agachada, como si un puñal cortara mi garganta e incapaz de hablar simplemente me quede inmóvil, mirando fijamente sus mejillas, entonces él se acerco y me abrazo, tímidamente, como si esperara un rechazo, pero al contrario yo lo abrace también entonces susurro “te amo”…
Pude sentir que un escalofrío recorrió mi espalda, y por alguna razón mi pene empezaba a alzarse, sentí entonces como mi Johan deslizaba sus manos desde mi espalda hasta mis nalgas, hasta ese momento vírgenes (creía yo) y yo retrocedí.
-¿Qué te pasa?-dije mientras pensaba en el asco que me producía aquella escena
El giro la cara hacia el suelo y empezó a murmurar, y entonces yo deje salir un “no te escucho”
-que mi valentía no ha servido para nada-grito-que me he tomado tanto tiempo en decidir este paso, y resulta que estaba equivocado, que nada saldría como yo lo planee, que tu no me querrías como yo a ti
-ya basta-grite-no te das cuenta de que no puedo corresponderte, o acaso ¿quieres que te lo diga de una peor manera?
-solo quiero una oportunidad-decía mientras gradualmente alzaba la voz-solo quiero que me dejes acercarme a ti
-yo no puedo, no puedo hacerlo-dije apretando los puños ligeramente-no puedo hacer lo que me pides
-¿y si te lo ruego?-dijo firmemente-¿si me humillo lo suficiente, crees que podría acercarme a ti?
-no se trata de eso, es por otro motivo-entonces sentí un extraño dejavu y abrí los ojos como si pudiera recordar algo que no había vivido pero estaba dentro de mi
-¿Qué otro motivo?-pregunto en un tono de confusión
-es obvio, ¿no?
-te refieres a algo más, ¿no es cierto?
-me largo, dije esquivando la conversación de nuevo, y cuando me puse en marcha Johan me empujo haciendo que me sentara (si, Johan siempre había tenido mucha fuerza) Cuando intente levantarme el se sentó sobre mis piernas y empujo su brazo contra mi pecho.
-no sabes cuánto te deseo primo, las veces que me he pajeado pensando en ti, las veces que he cogido tu ropa interior y la he olido solo para imaginarme tu pene, su olor, su textura-decía lascivamente- déjame tocarlo, déjame sentirlo, probarlo, es todo lo que deseo en este mundo, no me lo niegues.
Entonces accedí. Sabía que de querer resistirme hubiese podido, pero no lo hice, lo deje tocármelo, me acariciaba lentamente el paquete mientras apoyaba su brazo en mi pecho, y lentamente se relajo, empezó a tocarme los pezones, a pellizcarlos, y entonces lo lamio (se sintió bien a pesar de que él era un hombre) entonces intento besarme pero yo gire la cara bruscamente -ni se te ocurra- dije- no quiero que acerques tu boca a la mía ni por un segundo. Su cara se lleno de tribulación por un momento pero rápidamente se incorporo. – ¿Entonces no quieres que te bese?-dijo-bueno, pondré mi boca en un lugar que te gustara mas. Y entonces bajo hasta mi short y los deslizo un poco, descubriendo mi flácido pene, ni siquiera lo miro, simplemente lo tomo y lo engullo hasta la garganta, se lo tragaba por completo mientras daba arcadas, e hilos de saliva me mojaban el pubis
-¿sabes?-dijo mientras se pasaba el dorso de la mano por la boca-este olor me es familiar, sin embargo sabia que tu pene seria mucho mas delicioso.
Y al decir eso mi pene subió rápidamente, el se esmeraba en tragarlo, en gozárselo por completo, lo lamia por los lados, jugueteaba con él, me lamia las bolas, como si estuviese comiéndose un manjar, entonces se desabrocho su pantalón y me pregunto si podía pajearse a lo que yo respondí “haz lo que quieras” y empezó a pajearse mientras metía su nariz entre mis bolas, las lamia, y se comía mi pene, mordía su glande y escupía, entonces acabo, fue literalmente una explosión de semen, pues hasta mi cara llegaron algunas gotas, y yo con asco las retire, entonces me levante y me acomode el bóxer y el short.
-¿Por qué no acabaste?-pregunto mientras recobraba la respiración
-No me interesa en lo más mínimo sentir algo contigo, entonces unos pasos cercanos se escuchaban, Johan se incorporo rápidamente y saco unos cigarrillos del bolsillo de su camisa, tomo un encendedor y encendió un cigarro el cual me estiro a mí.
-Sabes que no fumo-dije algo nervioso por los pasos cercanos
-Todos lo sabemos-respondió-solo tómalo y póntelo en la boca
-¿para qué?
-¡solo hazlo!
Entonces tome el cigarrillo y lo puse en mi boca, el hizo lo mismo encendiendo un cigarro para él, entonces una presencia se hizo visible a través de las plantas; era mi primo Walter quien nos estaba buscando. Cuando llego nos pregunto qué demonios hacíamos allí solos, y porque nos habíamos desaparecido durante tanto tiempo, pero se percato de los cigarros y se auto-respondió
-¿con que fumáis a escondidas?-dijo sonriendo
-si-dijo Johan-¿quieres?
-¿Cómo habéis sabido que yo fumaba también?
-¿tu fumas?-dije sorprendido
-si, ¿acaso tu no primo?- pregunto inquisitoriamente
-sí, claro, por eso hemos venido hasta aquí
Entonces el sabor asqueroso de ese cigarro empezó a hacer un aglutinamiento de saliva en mi boca y empecé a escupir. Después de fingir un rato que fumaba salimos un poco hacia la luz y Walter me ofreció unos chicles, entonces se detuvo a mirar mi camisa y cuando intente seguir la marcha puso su mano sobre mi pecho, y señalo una mancha blanca que tenía en la camisa
-¿Qué demonios es eso?-dijo sorprendido
-¿Qué cosa?-pregunte
-esa maldita mancha en tu camisa, ¿no me digas que tú?
-no seas idiota Walter-dije un tanto nervioso-es que seguramente me escupí hace un rato
Walter retrocedió y quito su mano de mi pecho, giro y camino mientras decía “disculpa primo, era solo una broma” entonces pensé que me había salvado de una buena cuando mi primo se acerco junto a mí y me guiño el ojo mientras sonreía, entonces siguió caminando hasta que se adelanto y apenas pude ver su silueta cuando un escalofrío como jamás había sentido alguno antes invadió mi cuerpo, abrí los ojos y me paralicé de repente, entonces sentí una presencia arrolladora detrás de mí, gire lentamente la cabeza, con miedo absoluto y entonces los vi, unos enormes ojos de brillantes, ojos oscuros, negros como la inmensidad de la noche del bosque…
5 comentarios - Encuentro en el Bosque (Relato part 2)
Cierto, un poco larga pero si la acorto mas no podre explicarme bien, tal vez deberias leer la anterior
"quien demonios eres tu"
gracias por comentar...
YA, deberias leer la primera parte, gracias por comentar...