Hacía poco más de un año que iba terapia. Walter, así se llama mi psicólogo, tiene su estudio en su mismo depto cerca de mi casa y del Shopping Abasto. Hacía poco más de dos meses me venía dando cuenta que, con los relatos de mis encuentros con mi amiga con derecho a roce Roxana por un lado, y los encuentros con el papá de mi amigo Pablo por el otro, comenzaba a mirame distinto. Como libidinoso. Walter es un hombre grande, casado y con dos hijos. Esa tarde me llamo para ver que posibilidades habían para cambiar el horario de la sesión. Hasta ahí estaba todo bien «¿podés venir más tarde?» me preguntó y le dije que si. Después de dar unas vueltas por el shopping me fui para su consultorio. Al entrar noté que estaba solo, su esposa e hijos habían salido.
Comenzamos la sesión. Al cabo de unos minutos me interrumpe con una palabreía de la etapa anal y blah blah.
-Una cosa es estar aferrado a la etapa anal y otra es que seas gay.- Me dijo con una sonrisa sospechosa. -Vos te dejas penetrar por Roxana que es mujer, eso no es necesariamente gay. Pero le practicaste sexo oral al papá de un amigo, si bien no confirma nada ya es otra cosa.
-En realidad.- Lo interrumpo. -A mi me encantan los besos que Roxana me da en el ano, mas que la penetración. Pero lo que empezó todo fue el trío con la gente del trabajo.
-¿Y alguna vez fantaseaste en que te bese un hombre el ano?- Me preguntó con la misma sonrisa.
-En realidad no.
-¿Y que te penetre un hombre con un pito de verdad?
-Tampoco. Me gusta que Roxana me bese el ano aunque no disfruto mucho de las penetraciones con su concolador; por otro lado hay algo con paracticarle sexo oral a un hombre. Me exita, pero no me enloquece.
-Yo tengo dos cosas para proponerte. La primera es derivarte a otro especialista porque ya no puedo atenderte, perdí objetividad. La segunda es probar de besarte yo el ano.
Me quedé en silencio algo asustado y pareció darse cuenta de ello «no te asustes» me dijo «es sin compromiso, es que tus relatos me calentaron mucho y quiero...» dijo y se quedó en silencio. Así permanecimos un largo rato. Me trajo un vaso de gaseosa y se me sentó cerca. Nos besamos «¿querés probar?» insistió. Me dejé desnudar y me puse en cuatro en el sillón «con razón Roxana esta obsesionada con penetrarte, tu cola es increíble» le escuché decir antes de que empezara a besarme el ano como nunca. La forma en que Walter besaba mi ano hacía parecer a Roxana una principiante. Era increíble. Me retorcía de placer.
-¿Te gusta?, al final sos un pendejito puto como dijo el papá de Pablo.- Lo escuché decir.
-Callate y seguí chupándome el orto.
Mi lenguaje vulgar lo exitó. Me chupaba el ano. Parecía estar cogiéndome con la boca. Me abría bien el culo y se metía adentro moviendo la lengua suave pero firme. La sentía entrar en mi.
-No aguanto más.- Me dijo. -Quedate así.
Sentí como me apoyaba la punta de su verga y comenzó a empujar haciéndola entrar en mi ano dilatado. Comenzó a bombearme despacio, con suavidad «¿estás bien? ¿te gusta?» asentí con la cabeza «¿te gusta mi pija? ¿te gusta te coja?» volvía a asentir. Me hizo parar y me siguió cogiendo contra su escritorio, definitivamente, de parado era mejor. Comencé a pajearme, Walter se detuvo porque, según dijo, no quería acabar. Aún con su pija adentro mío me enderecé ofreciendo mi cuello para ser besado «pajeate» me dijo «quiero que acabes sobre mi escritorio, mis libros, todas mis cosas» me susurró al oído.
Le hice caso y lancé un chorro de semen sobre sus libros de Lakan.
Comenzamos la sesión. Al cabo de unos minutos me interrumpe con una palabreía de la etapa anal y blah blah.
-Una cosa es estar aferrado a la etapa anal y otra es que seas gay.- Me dijo con una sonrisa sospechosa. -Vos te dejas penetrar por Roxana que es mujer, eso no es necesariamente gay. Pero le practicaste sexo oral al papá de un amigo, si bien no confirma nada ya es otra cosa.
-En realidad.- Lo interrumpo. -A mi me encantan los besos que Roxana me da en el ano, mas que la penetración. Pero lo que empezó todo fue el trío con la gente del trabajo.
-¿Y alguna vez fantaseaste en que te bese un hombre el ano?- Me preguntó con la misma sonrisa.
-En realidad no.
-¿Y que te penetre un hombre con un pito de verdad?
-Tampoco. Me gusta que Roxana me bese el ano aunque no disfruto mucho de las penetraciones con su concolador; por otro lado hay algo con paracticarle sexo oral a un hombre. Me exita, pero no me enloquece.
-Yo tengo dos cosas para proponerte. La primera es derivarte a otro especialista porque ya no puedo atenderte, perdí objetividad. La segunda es probar de besarte yo el ano.
Me quedé en silencio algo asustado y pareció darse cuenta de ello «no te asustes» me dijo «es sin compromiso, es que tus relatos me calentaron mucho y quiero...» dijo y se quedó en silencio. Así permanecimos un largo rato. Me trajo un vaso de gaseosa y se me sentó cerca. Nos besamos «¿querés probar?» insistió. Me dejé desnudar y me puse en cuatro en el sillón «con razón Roxana esta obsesionada con penetrarte, tu cola es increíble» le escuché decir antes de que empezara a besarme el ano como nunca. La forma en que Walter besaba mi ano hacía parecer a Roxana una principiante. Era increíble. Me retorcía de placer.
-¿Te gusta?, al final sos un pendejito puto como dijo el papá de Pablo.- Lo escuché decir.
-Callate y seguí chupándome el orto.
Mi lenguaje vulgar lo exitó. Me chupaba el ano. Parecía estar cogiéndome con la boca. Me abría bien el culo y se metía adentro moviendo la lengua suave pero firme. La sentía entrar en mi.
-No aguanto más.- Me dijo. -Quedate así.
Sentí como me apoyaba la punta de su verga y comenzó a empujar haciéndola entrar en mi ano dilatado. Comenzó a bombearme despacio, con suavidad «¿estás bien? ¿te gusta?» asentí con la cabeza «¿te gusta mi pija? ¿te gusta te coja?» volvía a asentir. Me hizo parar y me siguió cogiendo contra su escritorio, definitivamente, de parado era mejor. Comencé a pajearme, Walter se detuvo porque, según dijo, no quería acabar. Aún con su pija adentro mío me enderecé ofreciendo mi cuello para ser besado «pajeate» me dijo «quiero que acabes sobre mi escritorio, mis libros, todas mis cosas» me susurró al oído.
Le hice caso y lancé un chorro de semen sobre sus libros de Lakan.
7 comentarios - Mi debut, con mi psicólogo.
Gracias Sedesama, te prometo que la proxima va a ir con mas detalle. Besos.
Para la próxima me gustaría que te vistas toda de nena!!
Mini, bucaneras, tanga, tacos, una remerita, portaligas...
O de colegiala!! 😉
y yo también quiero que te vistas de nenita 🤤
Que buen relato, me encantó. Y es Lacan, no Lakan, la ka es mia 🙂
La mejor forma de agradecer es comentando a quien te comenta.