Cuando tenía 22 años decidí ir a un masajista porque estaba con dolor de espalda.
Después de buscar bastante decidí ir a lo de Angel, que era como publicaba.
Era invierno, así que sólo llegar y sentir la calefacción me hizo sentir cómodo.
Angel siempre estuvo muy correcto. Me dejó solo un momento para que pudiera desvestirme y acostarme en la camilla con una toalla que me había dejado como única vestimenta, pero suficiente para no estar exhibiéndose.
Comenzamos estando boca arriba. Usando aceites comenzó a masajearme los pies. La sensación era increíble, completamente relajante. Estuvo masajeando los pies un largo rato hasta que de a poco comenzó a subir por mis piernas. A medida de que iba llegando a mi entrepiernas sin querer comencé a excitarme, y cada vez que intentaba evitarlo mi cuerpo exteriorizaba aún más lo que me pasaba internamente.
Siguieron los brazos y luego las manos. Alguna que otra vez, mientras Angel masajeaba mis dedos, rozaban levemente su bulto que estaba bajo un pantalón de esos que usan los enfermeros. Probablemente sin ropa interior. En esos momentos creo que mi erección era más que evidente a pesar de la toalla que cubría mi cuerpo.,Angel, como si nada hubiera sucedido, me pidió que me diera vuelta y me quedara boca abajo.
Comenzaron los masajes en la espalda. Primero suaves, por toda la espalda. Luego ya fueron haciéndose cada vez más intensos y mi espalda comenzaba a descontracturarse. Cuando quise acordar me estaba haciendo masajes en los glúteos y la toalla había desaparecido por completo. Los masajes eran super profesionales, para nada sexuales, pero entre el calor del ambiente y el grado creciente de excitación que yo tenía, no podía evitar comenzar a sentir deseo.
Angel nuevamente siguió con la espalda, dejando de lado los glúteos, como si fueran una parte más del cuerpo. Nuevamente me pidió que me volteara y comenzó a masajear mi cuello y luego los hombros por abajo ya que estaba nuevamente boca arriba.
Luego comenzó a masajearme suavemente el pecho, era algo sumamente sensual. Angel volvió a masajear mis piernas, levantándo mis rodillas. Siguió masajeando mis piernas bajando hacia mi entrepiernas. En un momento sentí que rozaba mis testículos y con una mezcla de excitación y susto lo dejé seguir. Intenté evitarlo, pero tuve una erección que no había forma de disimular. Angel siguió con sus masajes como si nada, pero en un momento apoyó uno de sus dedos en mi ano y presionó suavemente con su dedo con aciete o crema. A pesar de no haber sido penetrado antes, cedí inmediatamente y angel logró meter su dedo por completo.
A pesar de que estaba disfrutando mucho le pedí a Angel que sacara el dedo y lo hizo sin hacer que se lo tuviera que pedir nuevamente. Yo nunca había estado con un hombre a pesar de haber fantaseado mucho con eso, por lo que cuando angel comenzó a masturbarme no dije nada y lo dejé hacer.
Con su otra mano Angel llevó mi mano a su bulto, ya con los pantalones bajos y comencé a masturbarlo yo a él. No podía evitar estar tan excitado, me gustaba todo eso y mucho. Angel me dijo que le encantaría penetrarme. Bastó con que dijera eso para que yo tuviera mi orgasmo.
Me fui con un poco de culpa porque tenía novia y me consideraba heterosexual a pesar de haber tenido algo de fantasías con hombres desde hacía mucho tiempo, pero por otro lado me sentía más relajado que nunca.
Después de buscar bastante decidí ir a lo de Angel, que era como publicaba.
Era invierno, así que sólo llegar y sentir la calefacción me hizo sentir cómodo.
Angel siempre estuvo muy correcto. Me dejó solo un momento para que pudiera desvestirme y acostarme en la camilla con una toalla que me había dejado como única vestimenta, pero suficiente para no estar exhibiéndose.
Comenzamos estando boca arriba. Usando aceites comenzó a masajearme los pies. La sensación era increíble, completamente relajante. Estuvo masajeando los pies un largo rato hasta que de a poco comenzó a subir por mis piernas. A medida de que iba llegando a mi entrepiernas sin querer comencé a excitarme, y cada vez que intentaba evitarlo mi cuerpo exteriorizaba aún más lo que me pasaba internamente.
Siguieron los brazos y luego las manos. Alguna que otra vez, mientras Angel masajeaba mis dedos, rozaban levemente su bulto que estaba bajo un pantalón de esos que usan los enfermeros. Probablemente sin ropa interior. En esos momentos creo que mi erección era más que evidente a pesar de la toalla que cubría mi cuerpo.,Angel, como si nada hubiera sucedido, me pidió que me diera vuelta y me quedara boca abajo.
Comenzaron los masajes en la espalda. Primero suaves, por toda la espalda. Luego ya fueron haciéndose cada vez más intensos y mi espalda comenzaba a descontracturarse. Cuando quise acordar me estaba haciendo masajes en los glúteos y la toalla había desaparecido por completo. Los masajes eran super profesionales, para nada sexuales, pero entre el calor del ambiente y el grado creciente de excitación que yo tenía, no podía evitar comenzar a sentir deseo.
Angel nuevamente siguió con la espalda, dejando de lado los glúteos, como si fueran una parte más del cuerpo. Nuevamente me pidió que me volteara y comenzó a masajear mi cuello y luego los hombros por abajo ya que estaba nuevamente boca arriba.
Luego comenzó a masajearme suavemente el pecho, era algo sumamente sensual. Angel volvió a masajear mis piernas, levantándo mis rodillas. Siguió masajeando mis piernas bajando hacia mi entrepiernas. En un momento sentí que rozaba mis testículos y con una mezcla de excitación y susto lo dejé seguir. Intenté evitarlo, pero tuve una erección que no había forma de disimular. Angel siguió con sus masajes como si nada, pero en un momento apoyó uno de sus dedos en mi ano y presionó suavemente con su dedo con aciete o crema. A pesar de no haber sido penetrado antes, cedí inmediatamente y angel logró meter su dedo por completo.
A pesar de que estaba disfrutando mucho le pedí a Angel que sacara el dedo y lo hizo sin hacer que se lo tuviera que pedir nuevamente. Yo nunca había estado con un hombre a pesar de haber fantaseado mucho con eso, por lo que cuando angel comenzó a masturbarme no dije nada y lo dejé hacer.
Con su otra mano Angel llevó mi mano a su bulto, ya con los pantalones bajos y comencé a masturbarlo yo a él. No podía evitar estar tan excitado, me gustaba todo eso y mucho. Angel me dijo que le encantaría penetrarme. Bastó con que dijera eso para que yo tuviera mi orgasmo.
Me fui con un poco de culpa porque tenía novia y me consideraba heterosexual a pesar de haber tenido algo de fantasías con hombres desde hacía mucho tiempo, pero por otro lado me sentía más relajado que nunca.
5 comentarios - Angel Masajes
lindo relato, me gustó y me calentó, pero... ¿seguro te fuiste sin probarla?
Yo comenté tu post, por favor comentá el mio.
Los comentarios son caricias al alma de los posteadores