En el GYM
Uno de los lugares donde siempre consigo aplacar mi calentura es en los vestuarios del GYM, casi nunca falla, es que siempre hay mucho olor a macho y también mucho macho dispuesto a romperte el culo con un solo empujón, acostumbro, cuando quiero que me la pongan, tirarme al cuerpo unas gotas de perfume de mujer para que reaccione suavemente con el sudor, ese día sólo trabajo cola y piernas y, en tanto lo hago voy eligiendo mi o mis presas; siempre me hice los ratones con machazo de color a quien le decíamos nigerianio, no sabía si era o no africano pero al menos aparentaba, era una cosa de más de 2 metros, 0 grasa en el cuerpo, tenía los abdominales marcados pero nada exagerado, unos pezones que pintaban deliciosos, una cola que parecía hecha a mano y un bulto que presagiaba algo descomunal, algo como para batir record, era algo así como el cuidador y de vez en cuando también hacía de instructor, lo cierto es que siempre estaba ahí.
A la siesta era más tranquilo, llegaba saludaba, iba al vestuario y me pasaba bastante tiempo paseándome desnudo entre todos, me encanta mostrarme, mi culo lo tengo bien parado pues no descuido los ejercicios para que así sea, cero pelos en el cuerpo con muestras evidentes que me depilo por completo, así no son pocos a quienes se les va el ojo por mi cuerpo, yo cuando percibo aprovecho la circunstancia y me muestro más.
Lo cierto es que ese día estaba con el culo latiendo, nervioso porque estaba muy caliente, la noche anterior no había sido buena, probé un “touch and go” con un pibe pero no se armó y me quedé con las ganas, llegué e hice lo de costumbre en el vestuario, no me di cuenta que el nigeriano se estaba dando un baño, casi muero de la impresión al irme a las duchas y observar su pija que muerta le llegaba casi hasta la rodilla, era venosa, color chocolate y con una cabeza carmín brillante por el jabón y el agua, no pude contenerme y solté un suspiro de admiración, el nigeriano se sonrió y ahí mismo me regaló dos o tres sacudidas desde la cabeza hasta la base, desde ahí se había convertido en una obsesión para mí debía meterme ese pedazo por completo dentro de mi atrevido culo, no sabía cómo pero lo tenía que tener, mi palpitaciones se hicieron más fuertes, estaba rojo de la alteración y más nervioso, no entendía nada de nada, solo me interesaba esa pija.
Fui al salón y luego de sudar un rato, no me contuve más y volví al vestuario, casi directamente a las duchas, necesitaba despejar de algún modo mi calentura, en medio de mis pensamientos y bronca, dejo que corra el agua por mi cuerpo cuando siento una manaza acariciándome la raja del culo, abro los ojos y descubro que el negro me envuelve con sus brazos enormes, me apoya la pija en el culo y me lame la lengua, entre susurros me dice que le avise si quería que pare, como respuesta le doy un empujón con mi cola hacia su pija, perdí la noción del espacio, giro me arrodillo y empiezo a admirar, palpar y oler ese trozo ya en posición de ataque y los huevos que parecían de avestruz, lo bueno del negro es que no tenía tampoco nada de pelos, si en cambio un rico olor salía de su entrepiernas, se los lamí uno por uno, hasta que se la empecé a chupar, casi no me cabía en la boca pero le daba chupones fuertes al glande que le causaban como convulsión en todo el cuerpo, habré tragado como medio litro de sus jugos que venían directo de sus huevos, todavía debajo de la ducha ambos y sin que me importe ser visto por alguien, es más morbosamente deseaba que el espectáculo de recibir semejante tranca se visto por todo el GYM, de pronto siento como corre por mi cuerpo un líquido tibio, resultó que el nigeriano sin permiso me estaba haciendo sin permiso la lluvia dorada más maravillosa de la que alguna vez había participado, para calentarlo más lo miro, cargo mi boca y me bebo un buen sorbo, me toma de los brazos , me incorpora y me empieza a meter lengua hasta la garganta como buscando el sabor de su orina en mi boca, yo temblaba de calentura y no le soltaba la pija que estaba a esa altura como hierro caliente, yo estaba dispuesto a ser marcado, luego supe que despierta medía 34 cm, algo nunca visto.
Me giro contra la pared, me metió la lengua en el culo, y luego siento como alguien le pasa un pote de vaselina, se unta la pija y me llena el culo con tres dedo que juntos parecían una buena pija, en el acto de la lubricación no aguanto y sin tocarme empiezo a desparramar lefa por toda la pared, recojo con las manos y la paladeo, es lo calienta más, estaba inquieto por lo que vendría, si bien ya tenía experiencia en doble penetración y con monstruosos dildos, algo así no había tenido nunca, siento como me entra la cabeza y sólo la cabeza me hace ver todas las constelaciones juntas, lo aguanto, me quejo pero aguanto y con gusto, me calienta más esa mezcla de degeneración y dolor, siguen otros 10 cm y el dolor se hace insoportable, lo insulto, el me besa la espalda como respuesta y me estira los huevos, vienen otros 10 cm más, no me contengo y grito, seguidamente empujo mi culo contra el y se alojan dentro mío lo 14 y pico de centímetros faltantes, siento que se rompe el forro, le ordeno que no la saque, sino que espere a que me acostumbre al pedazo dentro y que luego se lo cambie, me empiezo a mover, el se queda quieto, y recién la empiezo a sentir con placer al cabo de uno 5 minutos cuando puedo quitarme la mitad y volver a enterrármela, el negro se queda quieto, enloquezco al sentir como hago el mete-saca y que además aún hay un buen pedazo alojado dentro, el negro dice algo no le entiendo, sigo con lo mío, lo gozo y lo disfruto, pasaron otros 10 minutos más, ya de puro placer al punto que había
olvidado que la pija del negro llevaba un condón roto, me muevo como animal, el negro se transforma, de pronto siento como su pija empieza a presionar más y más mis paredes rectales y ahí de pronto me acuerdo del asunto, me retiro, me arrodillo y se la empiezo a chupar, el negro revienta y me llena no solo la boca sino el cuerpo entero de leche con fuerte aroma a macho, el ambiente es invadido por el fuerte aroma del semen del negro, yo para ese entonces había acabado 2 veces pero todavía quería más, estaba todavía muy caliente, entro de nuevo en mí tirado en el piso de las duchas y descubro que habían 6 personas observándonos y pajeándose, corro hacia ellos y se las chupo, ofrezco el culo a quien se la quiera comer, acuesto a un man de unos 25 de pija y buen aspecto en el piso, me subo encima y lo empiezo a cabalgar, invito a que todos se acerquen, cuando siento que otro empieza también a introducir su pija y deliro con la doble tranca alojada, me muevo como animal, en tanto los demás forman una ronda, se las chupo como bestia y como puedo en medio del sándwich, acaban enseguida, mis machos también son inundados de semen foráneos, siento perfectamente como se hinchan las pijas en mi culo y empiezo un ardiente beso de lengua con el que está debajo de mí, el que está encima empieza gritar y se viene, con quien nos besamos también, no había parte de mi cuerpo sin semen, todo el ambiente estaba lleno de olor a sexo, lo percibo y nuevamente sin tocarme vuelvo a acabar encima de estómago de quien tengo debajo, lo siente y se empieza a deslizar de manera sexy para que nuestros cuerpos resbalen con mi semen, me vuelvo a calentar y a acabar pero ya sin casis nada que dejar escapar, poco a poco se fueron todos y solo nos quedamos con quien tenía debajo que resultó llamarse Aldo y con el nigeriano de quien por cierto hasta ahora no se su nombre.
Soy Ariel Deborn después de algún tiempo.
3 comentarios - Crónicas de ciudad XVII
excelente como siempre y un poco más, esta historia me puso como un cohete, y debo confesar que me trajo muy buenos recuerdos 🙂
un placer leerte amigo 🙌
Yo comenté tu post, por favor comentá el mio.
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