Se la chupé a un extraño 20 años mayor que yo

Siempre tuve ganas de escribir uno de estos relatos, pero nunca habia encontrado la oportunidad. Ya fuera porque me daba paja, o no consideraba que mis aventuras fueran material bueno. Pero anoche me pasó algo que quiero contar.
Fue la primera vez que recurri a una página de encuentros para tener algo con alguien. No soy amigo de esas páginas. Tengo un usuario en una de ellas, pero generalmente lo uso sólo para ver y hablar de cosas con extraños, nunca habia tenido intenciones de concretar nada.
Anoche estaba boludeando en la compu, con esa página abierta y mirando gente en Cam4. Cuando me aparece una solicitud de chat: un tipo de 42 años. Empezamos a hablar y resultó ser muy buena onda. Para nada feo, según se veia en sus fotos. Por ahi descubrimos que vivimos a dos cuadras de distancia.. y entonces me empieza a invitar a que nos veamos. Yo no sabia qué hacer. Estaba muy caliente, pero al mismo tiempo soy muy precavido. Al final me convenci de que verse 5 minutos en la calle y charlar no era nada raro. Me vesti y nos dimos las indicaciones de cómo ibamos vestidos y adónde nos encontrábamos.
A los 10 minutos lo veo acercarse: un tipo alto, pelo corto, medio gordito. Pero para los 43 años que tenia (me contó que los habia cumplido hacia dos semanas) estaba bárbaro. Empezamos a caminar y a charlar. Tenia una voz hermosa, el sólo escucharlo me calentaba, me podia imaginarlo hablándome mientras cogiamos. Yo estaba súper nervioso, era la primera vez que me encontraba asi con un extraño. Cuando llegamos a un rincón oscuro empezamos a besarnos. No besaba muy bien, pero para una trampa de una noche estaba bien. Seguimos caminando y dando vueltas por el barrio, hasta que una de las veces que estabamos chapando empezamos a calentarnos. Le meti la mano en el pantalón y toqué una pija caliente y en proceso de pararse. Mientras él también me tocaba empezamos a gemir y yo le dije que queria ir a un lugar más oscuro.
-¿Para qué? ¿Qué querés hacer?- me dijo
-Te la quiero chupar.
-Vamos a mi casa. Si no querés entrar podemos hacerlo en el zaguán.
Después de dudarlo unos minutos y pasar un momento de miedo porque la policia nos seguia, accedi.
Entramos a su casa y no aguantamos nada hasta empezar a desvestirnos y chuparnos todo el cuerpo. Me bajó el pantalón y el boxer, y cuando hizo eso yo no me aguanté mi calentura y me arrodillé frente a él. Le bajé la ropa y de adentro del boxer saltó una pija que rogaba que la chuparan. Tenia poco pelo, pero igual no le hice asco. Empecé a chupar y a lamer ese pedazo de carne, y mientras más gemia el chabón más ganas le ponia y me la tragaba hasta el fondo, sintiendo arcadas. El chabón me agarraba de los pelos y me cogia la boca, alzando los ojos vi cómo le gustaba ir hasta atrás del todo de mi garganta, tenia una expresión tal en la cara que empecé a chorrear liquido preseminal. Subi y después de besarnos compartiendo el sabor de su pija se agachó él. No me la chupó como a mi me gusta, hasta el fondo y sintiendo como la garganta se va a abriendo para dejar paso a mi pedazo, pero no me importó, la calentura suplió eso. Nos alternamos chupándonos y besándonos. En un momento me dio vuelta, me apoyaba y me besaba la nuca mientras me pajeaba. Luego me metió un dedo; mi culo estaba más que dispuesto a ser penetrado, ni lo senti. Dándome vuelta mi mano fue hacia su hoyo y sin saber si le iba a gustar le empecé a meter un dedo. Su cara de placer me confirmó que también le cabia ser cogido.
Volviéndome a dar vuelta me apoyó otra vez, y esta vez senti su verga peligrosamente cerca de entrar en mi culo. Le dije que no, que hasta ahi. Le inventé que me tenia que ir porque hoy laburaba temprano y ya era muy tarde, que otro dia la seguiamos. Pero en las mamadas de despedida que nos dimos, nos dimos cuenta que estabámos demasiado calientes. -¿Querés que nos hagamos una pajita?- me ofreció y yo acepté. Fue a buscar un trapo y me ofrecvó un forro a la vuelta. Le dije que no para después arrepentirme; me hubiera gustado ser penetrado por un extraño de 43 años en un zaguán.
Nos empezamos a pajear mientras nos besábamos, jadeábamos y sudábamos mucho, el calor era mucho y no circulaba aire. Le pregunté si le faltaba mucho porque yo ya estaba y en ese momento no pude contenerme más y acabé. A los dos segundos el tipo empezó a temblar y a respirar fuerte pero entrecortadamente y supe que se estaba viniendo. Un chorro de su leche cayó en mi mano y por dos segundos tuve la tentación de arrodillarme y sentir su semen caliente en mi cara y boca. Pero el hecho de que no lo conocia me frenó.
Una vez vestidos y habiéndonos limpiado los restos de guasca salimos a la calle. El aire fresco fue lo mejor del mundo. Me acompañó y par de cuadras y quedamos en volver a vernos. La verdad es que menti, creo que esa experiencia fue más que suficiente.