Había llegado febrero y a Fede le tocaba hacer un viajecito. Enero lo pasó bastante tranquilo, juntándose en la casa de los mellizos, con Manu y saliendo un par de veces con Laura, la piba que conoció en la joda de su amiga. No volvió a saber de Guille desde esa noche. Ahora quería presentarle unos laburos al viejo de los mellis, pero para eso necesitaba algo de guita. Una amiga de los tíos de Manu que vivía en la costa había abierto un restaurante bastante familiar de mediodía en la playa. Ahí pensaba laburar de mañana y tarde con Manu para juntar algunos pesos. Fede puso el departamento de su viejo para quedarse. La mujer que los contrataba había insistido que se queden en su casa, pero los chicos prefirieron pasarla por su cuenta para no joderla, además que tenían planeado hacer desastres por las noches.
Exhaustos del viaje y ya en la costa, Fede tiró la valija arriba de la cama matrimonial del departamento de sus viejos.
- Así que vamos a dormir juntos putito?
- El departamento es de mis viejos que se vienen solos siempre jaja. Aparte te avisé pajero, hacete el boludo que no te acordás !
- Jaja, ya se quedate tranquilo bobo. Ahora, a la primera que te siento apoyándome cuando estamos acostados te fajo ehh
- Callaaate que te encantaría que pase algo trolo jajaja
- Y… con esa cola, no se, capaz en una de esas agarro viaje eh! – Eran amigos, no tenían problemas en dormir juntos.
Su jefa resultó una vieja copada, pero exigente a la hora de laburar. A los chicos les tocaba ir desde las 7 de la mañana que tenían que ordenar todo, hasta las 3 de la tarde que era masomenos la hora que cerraba el lugar. Durante esas horas no podía hablar mucho con su amigo, estaban concentrados en sus tareas. En una de esas cruzaban un par de palabras sirviendo las mesas, pero era un lugar grande y con bastante demanda, así que andaban a full. El negocio de la mina era un éxito: en plena calle frente al mar la gente se detenía a comer o desayunar ahí, desde familias con nenes hasta adolescentes que querían algo rápido.
En sus ratos libres, Fede se fumaba un pucho y se apoyaba contra la madera de la ventana del barcito y se colgaba mirando la playa. Estaba llena de adolescentes que se paseaban trabados y hacían volar su imaginación. Los deseaba con la mirada, admiraba sus pectorales, sus abdominales trabajados y sus bultos notorios cuando salían del agua y se tiraban a tomar sol. Un festín de porongas se pasaba por su cabeza, pero ahora estaba concentrado que termine el turno, no quería distraerse mucho. Que abstinencia de mierda. Todavía no había hecho nada desde hace un par de meses. Ni con Laura, la minita con que estaba saliendo, ni con ningún puto del chat, todos le parecían aburridos.
El sueño se esfumó cuando la puerta del local se cerró.
- Tenés gente Fede!
Se dio vuelta distraído. En una de las mesas contra la otra ventana de la otra punta se había sentado un flaco que no venía de la playa por como estaba vestido con onda de pibito. “Qué carajo haría un pibe de esta edad a las 8 de la mañana acá en vez de estar durmiendo por una noche de escabio o tomando sol frente al mar? ” pensó.
- Buenas, qué vas a pedir? – Le fue a preguntar directamente al pibe con una sonrisa. Este lo miró a los ojos y le devolvió la sonrisa, mostrando unos dientes blancos perfectos y entrecerrando sus ojos azules como el cielo. Era hermoso. Tenía el pelo rubio oscuro y una cara con rasgos finos y magníficos. Fede pudo notar un cuerpo trabajado puro de fibras cuando apoyó la campera finita que tenía puesta en la silla.
- Si, hola – Emanaba simpatía con el tono y no dejaba de sonreír. –No se bien que pedir todavía jaja. – Fede que estaba embobado reaccionó.
- Un café para desayunar con un par de facturas?
- Mmm, no tomo café – A Fede su cara de alguna forma su cara le sonaba bastante familiar…- Traeme un chocolate mejor. –
De camino a la cocina Fede oyó la voz de su jefa que lo llamaba del otro lado de la barra. Necesitaba que le acomode y registre unos papeles porque había un par de cosas que estaban desacomodadas
Cuando terminó de hacer lo que le pidió, Fede vio que el pibe de ojos claros ya estaba siendo atendido y sintió bronca. Era un hecho boludo porque capaz no lo veía nunca más, pero no dejaba de darle bronca.
A la hora que cerraron y acomodaron, Fede y Manu se tiraron a tomar sol en la playa. Lo que daría Fede por tirarse con él en la arena y saborear ese cuerpo formado y peludo que lo jodía y se revolcaba, se ponía a chamuyar, jugaba con las olas… Sabía que no era más que uno de los tantos sueños que tenía.
- Y qué onda con la minita de la joda de Lucy?- Acababan de entrar al departamento llegando de la playa y se sentaron así como estaban, llenos de arena, en la mesa.
- Me cae muy bien boludo, Laura se llama. Salimos un par de veces después. Aparte es hermosa.
- Si posta que es buena onda… Alta cola tiene aparte… Te la moviste ya?
- No boludo, ojalá. Me re sobran las ganas, estoy metiéndole con eso.
- Dale para adelante que ella también está con ganas, va, por lo menos la noche de la fiesta así pintaba. Sos medio bola que no se la diste.
- Estaba destruido esa noche, no se que onda. – Mintió Fede – Y vos qué onda, te seguiste viendo con la tetona amiga de Lau?
- Naah, me la garché en el auto esa noche y me cortó el rostro después. Era un garche nomás esa, no pintaba nada más.
- Pero ni para tenerla para cuando tengas ganas?
- Que se yo, estaba más loca jajaja, no daba - Lo que lo calentaba a Fede hablar de garches con su amigo. Era inevitable imaginarlo en pleno acto. Se estaba poniendo al palo.
- Jajaja, tenía pinta. Y a quién te cogiste desde esa noche?
- Sabés que a nadie boludo yo tampoco… Quedé re solo, que mierda jaja, unas ganas de ponerla tengo ahora.
- Somos dos boludo… Bue, esta noche salimos aunque sea un rato a ver que pinta la noche y si está muerto volvemos.
- Dale, mañana laburamos. – Manu se paró de golpe. Seguían en cueros de la playa y Fede pudo admirar ese cuerpo con el que tanto había soñado. – Me voy a bañar pá.
Manu se fue para la habitación y se sacó un poco la arena del cuerpo y después los shorts de playa, sin saber que del otro lado de la puerta entreabiera de la cocina, Fede lo estaba mirando. Lo veía de espaldas, así que lo único que pudo distinguir fue un culo trabado con pelos y una espalda y gambas trabajadas. La poronga de Fede estaba a mil. Se le formaba tremenda carpa en el short. Fue caminando hasta la pieza cuando Manu entró en el baño y se deleitó como un pelotudo con solo escuchar el sonido de la ducha que caía sobre un cuerpo desnudo. Golpeó la puerta para preguntarle si quería que le sirva un café a lo que escuchó la voz de su amigo entre las gotas en el fondo del baño que asintió. Puso a preparar la bebida y la sirvió en la mesa, a lo que cuando se cerró el flujo del agua corrió como un boludo a la habitación y pensó “que mierda estoy haciendo?”. Sin pararse a razonar se puso en bolas ya con la verga menos al palo. En eso su amigo salía del baño con la chota descubierta y se sorprendió de verlo a Fede en bolas delante de él.
- Dale que me toca a mi, pá. – Y Fede con paso de ganador y el chorizo como un péndulo entre las piernas, enfiló hacia el baño. Antes de cerrar la puerta se dio vuelta y lo miró, enseñando su culo- Te dejé el café arriba de la mesa. – Manu iba a responder pero Fede cerró la puerta, dejándolo avergonzado con su hermoso cuerpo mojado y desnudo en la habitación. Mientras que a tan solo unos pasos en la ducha en la que ya no estaba Manu, Fede frotaba su poronga largando espesos chorros de leche.
Horas más tarde estaban los dos solos en la casa, ya preparados para salir., bajándose un par de birras para ir calentando la noche. Manu que no era de tomar porque siempre hacía de remis ya estaba bastante alegrín. Fede se hacía el pelotudo, no sabía como mierda iba a hacer para dormir con su amigo después de haberle visto la poronga, venosa y con pelos oscuros justo como se la imaginaba. Lo calentaba demasiado la idea de que pasase algo, pero por otro lado no se iba a jugar la amistad de Manu por una puta calentura, además que suponía que lo iba a mandar a la mierda. Pero en ese momento su amigo ya estaba alegre y había perdido la vergüenza. Salieron a un boliche que no les quedaba nada lejos. Ahí jodieron, siguieron tomando y se levantaron un par de rubias partibles, pero en ese momento las minas no se prendieron para ir al depto, así que quedaron en verse una de las noches siguientes en el mismo lugar. Llegando a casa de madrugada, no muy tarde, se tumbaron en la cama a dormir. Fede que seguía despierto hubiese deseado que le ataran las manos para contenerse de no aprovecharse de su amigo. Estaba con los reflejos lentos del alcohol, pero podía verlo plácidamente dormido con una sonrisa. Las ganas de agarrarlo se volvían insoportables, por lo que empezó a manosearse la pija por arriba del boxer de espaldas a él. Con un dedo mojado de saliva se acariciaba el glande que estaba completamente hinchado, mientras con la otra mano se estimulaba los huevos y frotaba su tronco. En eso siente calor en su espina dorsal. Era el cuerpo de su amigo que estaba más cerca, con olor a alcohol que se le estaba pegando a la espalda, cosa que hizo que a Fede se le ponga la piel de gallina. Manu soltó de la boca algo inentendible. Estaba completamente dormido y se había acomodado contra la espalda de Fede de modo que le hacía cucharita. Este último permaneció quieto, miles de ideas morbosas se le vinieron a la mente. Sentía un pedazo de carne contra su cola haciendo presión, los vellos de su ombligo y su pecho firme acariciándole la espalda con suaves movimientos. “Debe estar soñando re lindo este “. No pensaba arruinar su amistad de tantos años por cometer una estupidez una noche de alcohol. Fede disimuladamente dejó de tocarse el ganso, se acomodó en posición fetal y se dejó llevar por el sueño de dormir pegado a su mejor amigo. Qué más podía pedir?
Exhaustos del viaje y ya en la costa, Fede tiró la valija arriba de la cama matrimonial del departamento de sus viejos.
- Así que vamos a dormir juntos putito?
- El departamento es de mis viejos que se vienen solos siempre jaja. Aparte te avisé pajero, hacete el boludo que no te acordás !
- Jaja, ya se quedate tranquilo bobo. Ahora, a la primera que te siento apoyándome cuando estamos acostados te fajo ehh
- Callaaate que te encantaría que pase algo trolo jajaja
- Y… con esa cola, no se, capaz en una de esas agarro viaje eh! – Eran amigos, no tenían problemas en dormir juntos.
Su jefa resultó una vieja copada, pero exigente a la hora de laburar. A los chicos les tocaba ir desde las 7 de la mañana que tenían que ordenar todo, hasta las 3 de la tarde que era masomenos la hora que cerraba el lugar. Durante esas horas no podía hablar mucho con su amigo, estaban concentrados en sus tareas. En una de esas cruzaban un par de palabras sirviendo las mesas, pero era un lugar grande y con bastante demanda, así que andaban a full. El negocio de la mina era un éxito: en plena calle frente al mar la gente se detenía a comer o desayunar ahí, desde familias con nenes hasta adolescentes que querían algo rápido.
En sus ratos libres, Fede se fumaba un pucho y se apoyaba contra la madera de la ventana del barcito y se colgaba mirando la playa. Estaba llena de adolescentes que se paseaban trabados y hacían volar su imaginación. Los deseaba con la mirada, admiraba sus pectorales, sus abdominales trabajados y sus bultos notorios cuando salían del agua y se tiraban a tomar sol. Un festín de porongas se pasaba por su cabeza, pero ahora estaba concentrado que termine el turno, no quería distraerse mucho. Que abstinencia de mierda. Todavía no había hecho nada desde hace un par de meses. Ni con Laura, la minita con que estaba saliendo, ni con ningún puto del chat, todos le parecían aburridos.
El sueño se esfumó cuando la puerta del local se cerró.
- Tenés gente Fede!
Se dio vuelta distraído. En una de las mesas contra la otra ventana de la otra punta se había sentado un flaco que no venía de la playa por como estaba vestido con onda de pibito. “Qué carajo haría un pibe de esta edad a las 8 de la mañana acá en vez de estar durmiendo por una noche de escabio o tomando sol frente al mar? ” pensó.
- Buenas, qué vas a pedir? – Le fue a preguntar directamente al pibe con una sonrisa. Este lo miró a los ojos y le devolvió la sonrisa, mostrando unos dientes blancos perfectos y entrecerrando sus ojos azules como el cielo. Era hermoso. Tenía el pelo rubio oscuro y una cara con rasgos finos y magníficos. Fede pudo notar un cuerpo trabajado puro de fibras cuando apoyó la campera finita que tenía puesta en la silla.
- Si, hola – Emanaba simpatía con el tono y no dejaba de sonreír. –No se bien que pedir todavía jaja. – Fede que estaba embobado reaccionó.
- Un café para desayunar con un par de facturas?
- Mmm, no tomo café – A Fede su cara de alguna forma su cara le sonaba bastante familiar…- Traeme un chocolate mejor. –
De camino a la cocina Fede oyó la voz de su jefa que lo llamaba del otro lado de la barra. Necesitaba que le acomode y registre unos papeles porque había un par de cosas que estaban desacomodadas
Cuando terminó de hacer lo que le pidió, Fede vio que el pibe de ojos claros ya estaba siendo atendido y sintió bronca. Era un hecho boludo porque capaz no lo veía nunca más, pero no dejaba de darle bronca.
A la hora que cerraron y acomodaron, Fede y Manu se tiraron a tomar sol en la playa. Lo que daría Fede por tirarse con él en la arena y saborear ese cuerpo formado y peludo que lo jodía y se revolcaba, se ponía a chamuyar, jugaba con las olas… Sabía que no era más que uno de los tantos sueños que tenía.
- Y qué onda con la minita de la joda de Lucy?- Acababan de entrar al departamento llegando de la playa y se sentaron así como estaban, llenos de arena, en la mesa.
- Me cae muy bien boludo, Laura se llama. Salimos un par de veces después. Aparte es hermosa.
- Si posta que es buena onda… Alta cola tiene aparte… Te la moviste ya?
- No boludo, ojalá. Me re sobran las ganas, estoy metiéndole con eso.
- Dale para adelante que ella también está con ganas, va, por lo menos la noche de la fiesta así pintaba. Sos medio bola que no se la diste.
- Estaba destruido esa noche, no se que onda. – Mintió Fede – Y vos qué onda, te seguiste viendo con la tetona amiga de Lau?
- Naah, me la garché en el auto esa noche y me cortó el rostro después. Era un garche nomás esa, no pintaba nada más.
- Pero ni para tenerla para cuando tengas ganas?
- Que se yo, estaba más loca jajaja, no daba - Lo que lo calentaba a Fede hablar de garches con su amigo. Era inevitable imaginarlo en pleno acto. Se estaba poniendo al palo.
- Jajaja, tenía pinta. Y a quién te cogiste desde esa noche?
- Sabés que a nadie boludo yo tampoco… Quedé re solo, que mierda jaja, unas ganas de ponerla tengo ahora.
- Somos dos boludo… Bue, esta noche salimos aunque sea un rato a ver que pinta la noche y si está muerto volvemos.
- Dale, mañana laburamos. – Manu se paró de golpe. Seguían en cueros de la playa y Fede pudo admirar ese cuerpo con el que tanto había soñado. – Me voy a bañar pá.
Manu se fue para la habitación y se sacó un poco la arena del cuerpo y después los shorts de playa, sin saber que del otro lado de la puerta entreabiera de la cocina, Fede lo estaba mirando. Lo veía de espaldas, así que lo único que pudo distinguir fue un culo trabado con pelos y una espalda y gambas trabajadas. La poronga de Fede estaba a mil. Se le formaba tremenda carpa en el short. Fue caminando hasta la pieza cuando Manu entró en el baño y se deleitó como un pelotudo con solo escuchar el sonido de la ducha que caía sobre un cuerpo desnudo. Golpeó la puerta para preguntarle si quería que le sirva un café a lo que escuchó la voz de su amigo entre las gotas en el fondo del baño que asintió. Puso a preparar la bebida y la sirvió en la mesa, a lo que cuando se cerró el flujo del agua corrió como un boludo a la habitación y pensó “que mierda estoy haciendo?”. Sin pararse a razonar se puso en bolas ya con la verga menos al palo. En eso su amigo salía del baño con la chota descubierta y se sorprendió de verlo a Fede en bolas delante de él.
- Dale que me toca a mi, pá. – Y Fede con paso de ganador y el chorizo como un péndulo entre las piernas, enfiló hacia el baño. Antes de cerrar la puerta se dio vuelta y lo miró, enseñando su culo- Te dejé el café arriba de la mesa. – Manu iba a responder pero Fede cerró la puerta, dejándolo avergonzado con su hermoso cuerpo mojado y desnudo en la habitación. Mientras que a tan solo unos pasos en la ducha en la que ya no estaba Manu, Fede frotaba su poronga largando espesos chorros de leche.
Horas más tarde estaban los dos solos en la casa, ya preparados para salir., bajándose un par de birras para ir calentando la noche. Manu que no era de tomar porque siempre hacía de remis ya estaba bastante alegrín. Fede se hacía el pelotudo, no sabía como mierda iba a hacer para dormir con su amigo después de haberle visto la poronga, venosa y con pelos oscuros justo como se la imaginaba. Lo calentaba demasiado la idea de que pasase algo, pero por otro lado no se iba a jugar la amistad de Manu por una puta calentura, además que suponía que lo iba a mandar a la mierda. Pero en ese momento su amigo ya estaba alegre y había perdido la vergüenza. Salieron a un boliche que no les quedaba nada lejos. Ahí jodieron, siguieron tomando y se levantaron un par de rubias partibles, pero en ese momento las minas no se prendieron para ir al depto, así que quedaron en verse una de las noches siguientes en el mismo lugar. Llegando a casa de madrugada, no muy tarde, se tumbaron en la cama a dormir. Fede que seguía despierto hubiese deseado que le ataran las manos para contenerse de no aprovecharse de su amigo. Estaba con los reflejos lentos del alcohol, pero podía verlo plácidamente dormido con una sonrisa. Las ganas de agarrarlo se volvían insoportables, por lo que empezó a manosearse la pija por arriba del boxer de espaldas a él. Con un dedo mojado de saliva se acariciaba el glande que estaba completamente hinchado, mientras con la otra mano se estimulaba los huevos y frotaba su tronco. En eso siente calor en su espina dorsal. Era el cuerpo de su amigo que estaba más cerca, con olor a alcohol que se le estaba pegando a la espalda, cosa que hizo que a Fede se le ponga la piel de gallina. Manu soltó de la boca algo inentendible. Estaba completamente dormido y se había acomodado contra la espalda de Fede de modo que le hacía cucharita. Este último permaneció quieto, miles de ideas morbosas se le vinieron a la mente. Sentía un pedazo de carne contra su cola haciendo presión, los vellos de su ombligo y su pecho firme acariciándole la espalda con suaves movimientos. “Debe estar soñando re lindo este “. No pensaba arruinar su amistad de tantos años por cometer una estupidez una noche de alcohol. Fede disimuladamente dejó de tocarse el ganso, se acomodó en posición fetal y se dejó llevar por el sueño de dormir pegado a su mejor amigo. Qué más podía pedir?
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