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Relato Gay: 16 de Septiembre en la Universidad (1 de 3)

Acá les mando mi segundo relato, se agradecen comentarios!

Mientras estudiaba en la Universidad, mis padres habían dispuesto me quedara a vivir dentro de la misma, en los dormitorios para estudiantes habilitados para ese fin. Aunque eran bastante cómodos, no me gustaban tanto porque había poca privacidad: cada suite se componía de 4 cuartos con una sala-comedor-cocina y un gran baño que había que compartir con hasta otras 7 personas, pero no me quejaba al fin, era una buena forma de conocer nuevos amigos en la Universidad. El primer año se fue rapidísimo y los amigos que había hecho se cambiaron o se fueron a otras suites por lo que al inicio del segundo año, yo era el único sobreviviente de la última camada.

Entre los recién llegados, estaba Josh, un morenazo estadounidense que la Universidad había becado para jugar Futbol Americano. Yo no sé nada de Fútbol Americano pero había que ser ciego para no darse cuenta del forro que me había tocado como compañero de suite: con una sonrisa pícara, su piel oscura como chocolate y sus más de 1.80 metros de altura, de cintura estrecha, pecho marcado, brazos impresionantes y piernas delgadas pero musculosas, hasta el más heterosexual por lo menos se sentiría intimidado. Yo por mi parte, digamos, estaba experimentando y los hombres me resultaban más que atractivos y el sexo gay me resultaba excitante cuando era con la persona adecuada, pero mis últimos encuentros habían sido ya en el último año de preparatoria.

Josh era un chavo bastante buena onda, aunque callado y reservado con los chavos de la suite. En las pocas pláticas que tuve con él, me enteré que era de Cleveland; que aunque su papá era afroamericano y su mamá mexicana, él había heredado la piel del papá pues no tenía ni asomo de mestizo y de su mamá solo había heredado los ojos que eran café claro; era mas gringo que mexicano, pues vaya, ni siquiera hablaba un español decente y por eso prefería expresarse en inglés. Como es común entre los equipos universitarios, sus amigos más cercanos se contaban entre los mismos jugadores de americano; su mejor amigo era David, otro jugador de americano de Sinaloa, que era bastante bien parecido y aunque no tenía el cuerpo de Josh, siempre me había parecido atlético y con unas nalgas de ensueño.

Bueno, pues para nuestros amigos sudamericanos, les informo que el 16 de Septiembre se celebra religiosamente en México por ser el Día de la Independencia, casi todas las actividades laborales y académicas se suspenden. Esa noche, la Suite se vació pues al caer el 16 un día viernes se hizo un fin de semana largo, que todo mundo aprovechó para irse a sus ciudades natales. Yo no me fui pues al siguiente lunes tenía muchos trabajos y tareas pendientes por entregar. Dediqué toda la mañana del viernes para adelantar y en la tarde eché la hueva riquísimo. Pensaba ir a algún antro por la noche por lo que leyendo, me quedé dormido. Los dormitorios, casi vacíos y mi suite desierta...

Ya para eso de las 7 de la noche, con la noche ya entrando, me despertaron risas afuera de mi cuarto y supuse que algunos muchachos se habrían quedado como yo, pero no le dí importancia. Se oyó que el desmadre seguía en el cuarto de baño y el sonido de las regaderas era continuo. Yo en mi hueva, me volví a dormir y no me desperté sino hasta después de las 8 PM. Estirándome, me deshice de la flojera y me alisté para bañarme. Me desvestí hasta quedar en calzoncillos, tomé mi toalla, apagué las luces de mi cuarto y abrí la puerta de mi cuarto para dirigirme a las regaderas.

El resto de la Suite estaba a oscuras, con las puertas cerradas, excepto por la de Josh que estaba medio abierta y solo con las luces de su escritorio encendidas. Me dio gusto ver que estaba y fui a saludarlo, pero al abrir su puerta con una sonrisa, me congeló en el quicio lo que vi: me recibió una vista en primer plano del culo de David (Daivid, como lo pronunciaba Josh), enfundado en una brevísima tanga de hilo masculina que no dejaba nada a la imaginación, los dos globos de sus nalgas perfectamente divididos por un fino hilo de color negro que no hacía más que acentuar las curvas de su cuerpo. David se encontraba arrodillado en la cama de Josh, dándome la espalda y totalmente absorto en mamarle el tolete a Josh, quien desnudo y de pie sobre la cama, tenía cerrados los ojos mientras tomaba a su amigo por los cabellos y moviendo las caderas suavemente, le ofrecía su verga para ser devorada por la boca ansiosa de David.

El cuerpo de Josh se revelaba ante mí como siempre lo había querido y el resultado no era para nada desalentador: su cuerpo entero era completamente lampiño y su piel oscura parecía brillar con cada movimiento, con los músculos del abdomen que se contraían cada vez que sus caderas introducían su largo miembro en la boca de su amigo. David por su parte, ¿que puedo decir? Sus nalgas se antojaban deliciosas, enfundadas como estaban en esa tanga de hilo y sus piernas, que eran más musculosas que las de Josh, se antojaban suaves al tacto; mientras le comía la verga a Josh, meneaba sus caderas como gato gustoso.

Naturalmente, me quedé congelado unos instantes al ver esta escena, y mientras sentía mi propia verga inflamarse con el espectáculo ante mis ojos, pensaba varias cosas: 1) No era la primera vez que estos dos tenían relaciones pues actuaban con la familiaridad y desenfado de los amantes habituales, 2) Habían dejado la puerta abierta pues se pensaron totalmente solos en la suite y 3) Con todo el dolor de mi corazón, decidí que ese asunto era de dos y debía de abandonar la escena antes de ser descubierto.

Todas estas cosas debí haber pensado en unos 3 segundos y me distraje, perdido en el espectáculo que ofrecía la espalda casi desnuda de David, cuando Josh abrió los ojos y se encontró con mi mirada. Por un momento, sus ojos reflejaron sorpresa al verse descubierto, miedo al darse cuenta de lo que podría implicar y quizá un poco de alivio; después, su mirada bajó hasta mi propio cuerpo semidesnudo, recargado como estaba en el quicio de la puerta y una sonrisa maliciosa cruzó su rostro cuando se dio cuenta de mi rampante erección atrapada en mis calzoncillos.

-¿Do you like it, bitch?- gruñó Josh, ahora con más confianza mientras tomaba a David un poco mas duro de los cabellos y esta vez le metió toda la tranca hasta el tope y no apartó su vista de mis ojos. Para mi sorpresa, tanto David como yo asentimos; David con la boca rebosante de verga negra y yo con la mirada extraviada entre el delicioso culo de David y la gruesa verga que se enterraba en sus húmedos labios.

- I have a surprise for you, bitch - susurró Josh y soltándose del beso húmedo de Josh que le apresaba suavemente la verga, se bajó de la cama de un salto y buscó entre su escritorio hasta encontrar lo que parecía ser una máscara de seda azul. Sin dejar que David me viera, se la colocó rápidamente y hasta que estuvo bien fija, no lo dejó moverse. David reía, al parecer sin darse cuenta de que este encuentro estaba a punto de volverse de tres.

Yo me quedé inmóvil en el quicio de la puerta, sin saber como reaccionar hasta que Josh me hizo un guiño y con un movimiento de cabeza, me invitó a pasar al cuarto. No vacilé ni por un momento: había caído bajo el hechizo de la situación y, casi trastabillando, me senté en la otra cama, observándolos a los dos. David se puso boca arriba sobre la cama de Josh y éste aprovechó para ofrecerle la verga a su boca ansiosa. Desde mi nueva posición, ahora era la espalda de Josh la que se me ofrecía: sus oscuras nalgas eran exquisitas, y aunque de menores proporciones que las de David, eran más masculinas. Su cintura era estrecha, la espalda y sus hombros anchos y sus nalgas aunque pequeñas eran de formas perfectas, redondas y macizas; ahora podía apreciar a la perfección la forma y el tamaño de la oscura verga que definitivamente era grande, quizá de unos veintitantos centímetros y gruesa la condenada. La piel del cuerpo de Josh era tersa y lustrosa; los músculos en las oscuras nalgas hacían que se marcaran sendos hoyuelos cada vez que le dejaba ir la verga a la boca de su amigo. Sentí a mi propia tolete inflamarse aún más al ver esta escena.

David echó hacia atrás la cabeza, ofreciéndole su boca y sus labios en plenitud. Observé sus labios mientras gustosos recibían al tolete negro que comenzó una feroz maniobra de entrada y retroceso que me hipnotizaba. Los labios de David se curvaron hacia afuera, y Josh comenzó entonces a darle bastante más rápido por la boca; David gemía mientras la negra verga casi lo ahogaba. Miré como, en medio de la musculosa espalda de Josh se formó una gota que descendió lentamente por su oscura piel, hasta perderse en sus redondas nalgas.

Josh era impetuoso y dominante, no permitía que David se tocara y le gustaba ejercer el papel de macho en toda su expresión. Aprovechando que David permanecía con los ojos vendados, Josh se volteó a verme y sonriéndome, me dijo: "How do you like it, boy?", mientras parecía que me ofrecía sus nalgas, pues las curvaba deliciosamente hacia afuera mientras se cogía a David por la boca. No supe que responder y por toda respuesta, Josh se puso de pie, separando su verga de los labios húmedos de David, quien permaneció con la boca abierta sobre la cama, recuperando el aliento y en seguida se dio la vuelta en la cama hasta permanecer boca abajo, exhibiendo sus gloriosas nalgas al aire. Sabía lo que quería, eso nadie lo puede negar.

Josh dijo, "wait a minute, bitch. I´ll be right back" Y acercándose a mi, me tomó por un brazo y me jaló fuera del cuarto. Mi verga estaba henchida a más no poder después del espectáculo que acababa de presenciar. Mi sorpresa fue mayúscula cuando justo afuera del cuarto, Josh acercó sus gruesos labios a mi boca y me plantó un beso de leyenda. Su lengua invadió mi boca con tal velocidad que solo vi estrellas. Más rápido de lo que hubiera pensado en mí, me encontré devolviéndole el beso apasionado mientras nuestras manos ya viajaban presurosas sobre nuestros cuerpos. Josh encontró mi verga aprisionada y la liberó rápidamente, bajando mis calzoncillos hasta el piso. Sus dedos recorrieron mi tolete de arriba a abajo, como sopesándola pues aunque su verga es más grande, la mía no palidece en ese departamento, quedándose a unos 2 centímetros mas abajo y de un grosor similar.

Josh sonrió mientras me atraía hacia sí. Sentí un calor intenso mientras nuestros cuerpos se fundían en un solo abrazo y nuestras lenguas seguían su singular batalla. La verga de Josh se erguía sin tapujos sobre mi vientre y se restregaba contra mi propia verga de una forma deliciosa que me calentaba en demasía. Le tomé de la cintura primero y luego de las redondas y negras nalgas y le atraje hacia mí. El rostro de Josh se encendió mientras sus ojos castaños me miraban con un deseo que hacía mucho no veía y su mano descendió hasta la punta de su verga, para controlarla y meterla entre mis piernas. Como somos de alturas similares, no tuve problemas en erguirme sobre la punta de mis pies para dejarle paso. Su verga tropezó primero con mis huevos y luego con el surco de mis nalgas, frotándose de una forma lasciva en todo lo largo que era. Mis manos acunaron las ricas carnes de sus nalgas, separándolas y amasándolas. Después de que había visto la actitud algo salvaje de Josh, pensé que se negaría a mis avances en su culo, pero no fue así. Antes bien me tomó de una mano para guiarla hasta el suave botón de su ano. Alcancé a masajearle la entrada con un dedo, pero sin ir más allá; Josh respondió con un rico meneo de sus caderas que hizo que todo el tronco de su verga se restregara en mis huevos y nalgas, de una forma exquisita. Si esta era la forma de calentarme de Josh, no podía esperar a ver como cogía. Nos calentamos tanto que casi olvidamos a David que gimiendo reclamaba atención en la cama.

Josh me sonrió mientras me tomaba de la mano y nos volvía a meter al cuarto. "Ready for this bitch?" preguntó en esa voz tan grave que parecía dominarlo al tener sexo; otra vez no supe a quién se dirigía pero asentí. David, con los ojos aun vendados, asintió también mientras volvía a asumir su posición boca abajo en la cama. No se había quitado aún la tanga y aunque su paquete parecía de buenas proporciones, no era competencia para la vista de aquellas nalgas bien formadas, tan redondas y suaves al tacto. Josh me hizo señas para que tomara su lugar detrás de David y yo encantado así lo hice. Me coloqué detrás de aquel cuerpo espectacular, pegando mi pecho a su espalda y arrimándole la verga al culo. Aunque David y Josh son atletas casi profesionales y yo por mi parte me mantengo en muy buena forma, hago natación y pesas 5 veces por semana, por lo que aunque no estaba tan marcado como ellos, tengo lo mío.

David gimió al sentir mi peso, mi verga ahora liberada estaba ya tentándole el culo, frotándose entre la raja de sus nalgas y yendo tan lejos como para pegarle en los huevos. David, girando su cabeza, me ofreció su boca pero yo no se la acepté, el riesgo de ser descubierto era mucho por lo que en vez de esto, le lamí el lóbulo de la oreja derecha. Esto lo enloqueció, pues comenzó a gemir apasionadamente y quiso tomarme de las caderas para que lo penetrara de una vez. Josh estaba al pendiente y le grito por detrás de mi espalda "Stay put bitch, we are doing this my way!". Tomé a David de las muñecas y lo clavé a la cama. El trato rudo pareció gustarle y se dejó hacer, mientras elevaba las nalgas en mi dirección. Yo no quise terminar con el asunto tan pronto, pues un culo de esa calidad, merece un tratamiento mejor: me limité a seguir asiéndole de las muñecas mientras con la lengua, comenzaba a un suave movimiento de exploración hacia abajo de su espalda. David gemía mientras mi lengua bajaba y con besos y caricias húmedas, exploraba la raja de sus nalgas y le lamía hasta donde me permitía la breve tanga, que hacía más deliciosos los evidentes atributos de su cuerpo. Josh, por su parte, no perdía el tiempo: me tenía en la justa posición que quería, con el culo al aire. Mientras le quitaba suavemente a David la tanga, sentí la humedad de la lengua de Josh explorar mi propio culo. De por si soy moreno, pero las largas horas de entrenar en la alberca me han dado una tonalidad mas bronceada y la marca del traje de baño se me destaca sobre mi piel, por lo que mis nalgas son mas blancas que el resto de mi cuerpo. Josh parecía excitarse con esto pues no dejaban sus manos de estrujarme las nalgas y arrodillado al pie de la cama, enterraba el rostro en mi culo.

Las nalgas de David, una vez arrebatadas de su tanga, eran exquisitas. Su cintura debía ser un poco más ancha que la de Josh, quizá talla 32 o 34 pero unas nalgas de otro mundo florecían donde terminaba su cintura. La piel de su trasero era más bien blanca, aunque como yo, el resto de su cuerpo era de una tonalidad más bronceada. David se dejaba querer, echado boca abajo sobre la cama como estaba, mientras abría las piernas para darme mayor libertad de movimiento. Le solté de las muñecas para abrirle el culo y encontrar el ojito rosado en medio de sus nalgas. Olía a limpio, una mezcla de jabón de baño, loción y excitación. Enterré mi rostro entre aquellas nalgas blancas y con suaves mordidas primero, en esos redondos cachetes, fui introduciéndome hasta encontrar con la punta de mi húmeda lengua el suave portal de su culo. David enterró la cara entre las blancas sábanas, ahora en desorden, y gimió mientras mi lengua continuaba con su ardua labor. Mis manos nunca dejaron de acariciarle la carne suave de las nalgas, masajeándolas y estrujándolas.

En estas faenas estaba cuando noté la humedad entre mis piernas. Sorpresivamente, Josh había capturado mi verga entre sus labios y por la forma en que la tomaba, parecía que nunca lo había hecho antes; no es que fuera malo al mamar, pero si se veía algo desorientado. Mientras disfrutaba de esta sensación en la punta de mi verga, sentí también que la punta de un dedo curioso ya se asomaba en mi ano. La boca de Josh comenzaba a agarrar el ritmo en la punta de mi verga y ya para entonces, su dedo se había instalado firmemente en mi culo, pero sin ir más allá de la primera falange. Apartándome un instante del culo de David, pude ver a la gran verga oscura de Josh, oscilando entre sus fuertes piernas como un monstruo a la espera de su presa. Sentí miedo por un instante pues nunca me habían dado con semejante instrumento, pero me armé de valor y seguí dándole placer a David. Mientras veía que Josh se entretenía con su nuevo juguete, no pude menos de extrañarme de la diferencia de señales: no sabía si Josh lo que quería era cogerme o que lo cogiera, pero eso era un tema que evidentemente tendría que esperar.

David continuó gimiendo mientras mi lengua ya lo penetraba, tan hondo y profundo como podía. Encontré el saco de sus testículos, que se estrellaban contra la cama a cada embestida de mi rostro. Le jalé la verga hacia atrás, hasta que tuve todo al alcance de mi lengua: su culo delicioso, sus grandes huevos y su verga. Me sorprendió su miembro, que aunque era un poco más chico que el mío, era bastante más grueso, más que el de Josh inclusive. Su punta sin circuncidar me tentaba, por lo que comencé lamiéndosela hasta recorrerle todo el venoso cuerpo con besos y lengüetazas y llegar hasta los huevos, que eran grandes. Sospeché que se debía rasurar pues casi no tenía vello púbico, pero eso me gustaba. Goloso, me metí una y otra vez sus grandes bolas en la boca, para acariciarlas con la lengua. Creo que nunca le habían dado a David el tratamiento que le dí, pues respondía cada caricia con un gemido que parecía que se iba a morir en mis brazos. Continué hasta llegar otra vez donde empecé, en su ano rosa, que pareció reclamar mi atención pues se abría y cerraba espasmódicamente cuando lo alcancé con la punta de mi lengua.

La espalda de David ya estaba perlada de un fino sudor y tomó la iniciativa al incorporarse un poco y ponerse de rodillas sobre la cama. Me acomodé detrás de su cuerpo, colocando mi verga dura en la raja de su culo. Tomando mi verga entre mis manos, la froté contra su delicioso ano, esparciendo el líquido preseminal que ahora se desbordaba de mi verga. David reaccionó encantado, pero me pareció que Josh era un poco rudo por lo que decidí darle un tratamiento diferente: le froté mi verga a lo largo de la raja de sus nalgas, mientras con las manos continuaba acariciándole la suave piel de su culo. David se quejó pero me dejó hacer, disfrutando el contacto y sin decir palabra, solo resoplaba suavemente.

Josh se acomodó detrás de mi cuerpo, sin tocar a David en ningún momento, y me besó desde la nuca hasta la punta de los pies. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, estremeciéndome de placer. Abrazándome por detrás, me tomó la verga entre sus manos y la guió de nuevo hasta encontrar la entrada al culo de David, que gimió ante lo inminente. Me empujó suavemente con su pecho, hasta que la punta de mi tolete se introdujo un poco en el ano de David. Éste suspiró y dijo "Joshhhh..." pero no replicó mas. Mi verga, al ser casi del mismo grosor que la de Josh, no levantó mayores sospechas. Josh me susurró al oído "Do it" y entonces se retiró de mi para observar mejor.

Sin decir palabra, coloqué a David sobre la cama, esta vez con el abdomen pegado a la misma, pero sin dejar que mi verga abandonara su ardiente culo, que ya empezaba a morderme la punta del tolete. Lentamente, me fui introduciendo, apoyando un poco de mi peso en los hombros de David, quien gimió detrás de la venda, que ya se le había corrido un poco. Comencé con movimientos lentos y deliberados, dejando que se acostumbrara a mi peso y a mi tamaño. Quise ir un poco más despacio, insertándosela poco a poco y dándole el tiempo que quizá no le brindaba Josh.

Cuando tuvo la verga a medio camino, con mis rodillas separé un poco sus piernas para hacerme espacio y otra vez lenta, pero de forma continua, se la fui metiendo hasta que solo mis huevos sobresalían de su culo. David se estremeció y volteó el rostro hacia mí: por un momento vi la duda reflejada en su rostro; para evitar sospechas, opté por darle batalla y comencé con un movimiento suave de mis caderas, que me permitía un ataque profundo y continuo sobre su blancas nalgas, que resistían mis ataques con firmeza. Sentía el falo rodeado de una presión húmeda y cálida, tan deliciosa que tuve que optar por no venirme en ese instante dentro de David. Josh nos observaba lascivamente, parecía decidido a dejar que el engaño continuara hasta sus últimas consecuencias y se acariciaba suavemente la enorme verga mientras miraba desde la otra cama. Los gemidos de David pronto inundaron el cuarto, hasta convertirse en verdaderos gritos de placer mientras se escuchaba "Oh Josh, así, así..."

Las salvajes arremetidas hicieron que David perdiera apoyo y cayó sobre la cama, su vientre pegado a la cama totalmente. Me acomodé mejor sobre él para continuar con mis avances, hasta que sentí que la percha de David se estrellaba entre su vientre y la cama mientras mi propia verga se deslizaba por su culo por enésima vez. Me detuve un momento, enclavado en lo más profundo de sus entrañas mientras con las caderas imprimía un movimiento circular lento y pausado, de forma que mi miembro le estimulara la próstata en plenitud. El culo de David me estrujó con mayor fuerza mi palo y a la vez comenzó a pulsar rítmicamente alrededor del mismo, señal inequívoca que estaba por venirse. Le alcancé con rapidez la verga y le así la base fuertemente entre mis dedos. Era como tomar entre las manos una boa, de tan gruesa que estaba, pero así y todo, la presión de su culo sobre mi verga no descendía y tuve que esperar unos minutos para que se calmara, sin hacer movimiento alguno para no sobreexcitarlo.

Cuando pasó el peligro, hice que se incorporara sobre sus rodillas, que temblorosas, accedieron apenas a la solicitud. Le tomé del pelo y lo jalé hacia atrás hasta que pude rodear su pecho en un abrazo, acariciándole y pellizcándole las tetillas con la punta de mis dedos. David arqueó la espalda, ofreciéndome otra vez las nalgas y entonces recomencé el ataque sobre su culo, esta vez un poco más duro que antes. Le tomé por los hombros y con embestidas rápidas le controlé, mientras su propio tolete se elevaba hasta su vientre marcado. David gritaba ahora "Oh Josh, oh Josh..., ¿qué me estas haciendo?" mientras echaba el culo hacia atrás con cada embestida. El cuerpo de David era increíble, de hombros gruesos y con aquella cintura y esas nalgas, tenerlo así era espectacular, pensé mientras le tomaba ahora por la cintura para hacerlo mío. Sentí la mirada de Josh caliente sobre mi cuerpo y al voltear a verlo de reojo vi como se masturbaba.

"Quiero que me cojas de pie..." me susurró David mientras le ensartaba deliciosamente la verga. Me detuve y, sin retirarme de él, le pasé los brazos por debajo de las axilas, para ayudarlo a pararse. Primero sobre la cama y luego lo llevé hasta el librero, donde por tener los ojos vendados le tuve que ayudar a encontrar apoyo. Su culo se acoplaba deliciosamente en la base de mi miembro henchido, como si no quisiera abandonarlo jamás. David se aferró por fin a los estantes superiores del librero y le tomé por los hombros primero, enterrándole mi verga. Con cada acometida de la misma, parecía querer traspasarlo. Sentí como en la base de mi falo se iba construyendo la demorada venida, pero la pude contener por otro rato más, pasando a suaves movimientos de mi parte. El cuerpo de David se sacudía y temblaba, sus nalgas firmes retumbaban con cada choque de mi cadera con su culo y pude entonces aferrarme a su cintura con ambas manos, para rematar el ataque. Le di tan fuerte como pude, con movimientos largos y profundos, pero cada vez más rápidos. Una tensión en su culo que indicó que el final estaba ya cerca. Ya David no gemía, solo abría la boca para pronunciar palabras ininteligibles de pasión.

Podía oír a Josh que detrás nuestro continuaba observando desde la cama, haciéndose una paja fenomenal. No pude descifrar por su mirada si le atraía más mi trasero o la acción que se desataba entre mi verga y el culo de David, pero la vista de su cuerpo desnudo sobre la cama mientras se masturbaba era sensacional y me acabó por prender, quería que disfrutara del espectáculo tanto como yo estaba disfrutando del culo de David.

El choque de nuestros cuerpos llenaba la suite con el sonido rítmico inconfundible de una cogida grandiosa. La verga ya se me estaba entumeciendo de tanto coger y no podría decir cuanto tiempo había pasado, hasta que sentí estremecerse nuevamente a David y a su culo apretar deliciosa y repetidas veces mi verga. Hice que se soltara del librero y rodeándole con los brazos el pecho, le giré para que su rostro vendado apuntara hacia Josh, quería darle un buen show. Le tomé del tolete entonces y comencé una labor de chaqueta lenta sobre su gorda verga; David gimió ahora profundamente, jadeando y resoplando por unos minutos hasta que se vino con una gran emisión de semen que cruzó la recámara y alcanzó a Josh en pleno pecho.

Josh también se estaba viniendo ya y ese contacto fue todo lo que hacía falta para venirse rápidamente con la mano firmemente asida a su propia verga, sendos torrentes de blanco semen que hacían un precioso contraste contra su marcado vientre . Por mi parte, al sentir las salvajes contracciones rítmicas sobre mi palo, no pude más que venirme en el culo de David. Sentí hasta 5 fuertes contracciones de mis huevos e iguales emisiones de semen que se resguardaron en su cuerpo. David se dejó caer sobre la cama, agotado, mientras exhalaba fuertemente.

Me retiré lentamente de su cuerpo al ver que Josh se incorporaba, extrañamente me había venido y la verga no se me había desinflado, de tan excitado que estaba; Josh me miró con admiración y enseñándome su propia verga que también estaba todavía enhiesta, me hizo señas para que abandonara la habitación y se acurrucó detrás del cuerpo de David, retomando su lugar natural. David yacía exhausto en la cama y cuando Josh le hizo cucharita con su cuerpo, pasó una mano por detrás para acariciarle las curvas de la cadera. Josh todavía me deleitó con la visión de su verga dirigida hacia el culo de Josh, que no se creía le iba a tocar doble ración. Gritó con sorpresa al sentirlo entrar "otra vez" en su interior, mientras Josh, impaciente, se la clavaba sin remordimientos, acostados de lado como estaban los dos... Lo último que pude ver antes de que Josh cerrara la puerta con un pie, fue el guiño cómplice de sus ojos castaños, promesa de que esto no había aún terminado.

4 comentarios - Relato Gay: 16 de Septiembre en la Universidad (1 de 3)

bromota +1
Me encanta la maera en que escribes!!! 😳
nowaru
es largo y me agrado eso que no soy gay eres lo mejor asiendo relatos
kito09
me encanto, quisiera ser david!!! jajjajjaa