Crónicas de ciudad VII

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Mi novia Vero

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Con mi novia Vero manteníamos una relación tormentosa, desde el principio lidié con los cuernos, es vedette de poca monta, hace lo que puede y nunca tuvo problemas para revolcarse con cualquiera con tal de conseguir un rol o un papel en alguna obra teatral, eso me lo hizo saber desde el principio, acepté sus condiciones dado que ella había aceptado las mías, era abiertamente bisexual, me gustaba la cama con ella pero de vez en cuando la matizaba con algún chico de la oficina o algún bailarín compañero suyo, varias veces en medio de la calentura metimos a algún chico en medio, me alentaba mientras me cogía o se la chupaba, si cupaba ella le lamía los huevos o el culo mientras me apretaba los huevos y de decía groserías, nos besábamos y nos comíamos como animales, alguna vez probamos con alguna mina pero era evidente que en cama de tres prefería las pijas y de ser posibles calzadas en la boca o con el culo lleno, ella no tenía problemas tampoco mientras ella recibía lo suyo yo alentaba al macho que la cogía chupándole los huevos o metiéndole la lengua en la cola, me fascina chupar culos, huevos y pijas, matizadas con la concha babeante de Vero.

Siempre sabíamos cuando alguno había estado con otro, al menos 3 veces por semana iba donde un abogado por una cuestión judicial que tenía y de paso se traía unos mangos a cambio de animalescas felaciones que le practicaba al letrado, sabía perfectamente pues llegaba con mucho sabor a pija y semen en la boca, cosa que me volvía loco y frenético, le buscaba algunas gotas perdidas con mi lengua, le lamía el cuello para recoger los restos que puedieran haber quedado y luego iba directamente a la concha y culo que si siempre estaba con fuertes olores de semen y pija ajena, sin calentarse demasiado me dejaba hacer porque sabía lo mucho que disfrutaba de los olores, luego cuando se ponía a tono, la cogía por el culo mientras ella se enterraba un tremendo vibrador en la concha, cuando estaba por acabar se la llevaba a la boca y allí depositaba toda la leche que tiraba, luego nos besábamos, nos tragábamos un poco y con el resto nos pasábamos por la cara y el pecho ya que ella estaba convencida de que el semen como crema retardaba la aparición de manchas y arrugas, decía que el semen era el principal elemento para una piel sana y firme y por ello que siempre que podía no desaprovecharía una ración a tiro

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La falta de guita y los celos que a veces me perseguían cuando sabía que alguien le estaba serruchando acabaron por distanciaron, si bien luego todo lo arreglábamos en la cancha chica con un buen polvo o un buen traspaso de leche el asunto se iba pudriendo, cierta vez fue de gira por unos días, ausencia que aproveché para experimentar otras sensaciones, así me llevé a la cama al mismo tiempo, experimenté un nuevo nivel de placer al sentirme un puto capaz de dar placer a más de uno al mismo tiempo, así una tarde estando yo en plena acción, ella volvió, me percaté de su presencia por sus aplausos y sus felicitaciones que me decían: tesoro y ahora qué: nos pelearemos por quien llevará puesta la tanga roja, que bien finalmente en mi ausencia te diplamaste de reputo, luego de sus ironías, se desvistió se me acercó y al oido me dijo si le podía prestar los amigos porque estaba muy tensa y necesitaba el tratamiento de belleza, me hice a un lado y le dejé la cancha para que se comportara como una puta bien puerca, los pibes le dieron al mismo tiempo a la cola y a la concha, aullaba de placer y mientras me miraba y yo observaba como se cogían a mi novia, luego hizo que les acabaran en la cara, se tumbó en la cama y los mandó al carajo. Yo sin saber que actitud tomar los acompañé a la puerta y los despedí, al cerrar la puerta me fui a la cama, estaba completamente bañada en semen y algo de meada, ella del placer se había meado encima, la cama estaba mojada, me tomó del cuello me besó y me dijo, desde ahora me hago puta, voy a cobrar y este va ser mi lugar de encuentros y revolcadas, ahora decime sinceramente: ¿te la vas a bancar? si me decís que sí te dejo que sigas siendo puto pero que se acaben las escenas que cuando te pica el culo me querés hacer... y..? Julio: te pregunto de nuevo: ¿te la vas a bancar?
La miré y me volví a calentar al chocar sus aromas y olores con mi mente... no tuve más remedio y le dije: Si me la voy a bancar, apenas diré que desaparecieron las escenas y desde ese día respeté y disfruté de su nuevo oficio, yo por mi lado seguí dando el culo a quien me lo pidiese, eso sí, a pesar del uso y del oficio la concha y el culo de mi novia seguían siendo solamente mío,desde ese día nos entendimos mejor y fuimos verdaderamente pareja sin drama, me banqué a muerte que ella fuera la puta de la zona y yo el cornudo que la bancaba.

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