Relatos Gay 2 (mi madre)

Mi madre estaba recien separada de mi padre, por lo que muchas noches las teníamos que pasar de casa de una amiga a otra. Parecería raro, pero yo en parte lo disfrutaba, ya que de esa manera no tenía que soportar a mi padre mostrándome el paquete, diario que el quisiera. En una de esas, mi madre habló con una de sus mejores amigas para que me permitiera dormir en su casa ya que ella necesitaba urgentemente viajar a Pereira para la culminación de unos papeles de la separación. A la fecha yo estaba cumpliendo mis 18 años y nunca había pasado de una paja o una mirada rara a mis compañeras o compañeros. La casa de la amiga de mi madre era grande, y sus dos hijos ya crecidos; uno de 18y el otro de 20, no recordaban ni pisca de mi. Nuestra querida amiga nos reunió a los tres unos segundos antes para ponernos en contacto. De igual manera le dijo a Juan Martín; el de los 18años, que yo compartiría su cuarto. Ellos dos no me dieron ni siquiera tiro de saludarlos, salieron a prisa ya que unas amigas los estaban esperando. A mi no me invitaron, por lo que me metí al cuarto de este muchacho a ver T.V. A eso de las 10 de la noche o un poco más tarde yo no conciliaba el sueño y al contrario, me inició una repentina parola que hasta el día de hoy. Se me ocurrió buscar el cesto de la ropa sucia que se encontraba en el cuarto y localizar calzoncillos sucios de Juan martin. Es posible que les parezca extraño, pero hasta ese día no se me había ocurrido nunca en la vida ese acto, y tampoco lo había llegado a ver, es más asumía que eso no existía. Lo que acurrió fué que encontré algunos interiores, que asumí que eran de él y empece a olerlos, lentamente, primero olía la parte delantera y luego buscaba el lugar que asumía que quedaba justo en su culo, y aspiraba y mientras lo hacía, mi palo crecía y se me salía por el resorte del boxer. De mi palo crecido salia una baba transparente que empecé a lamer, y era como un círculo vicioso, oler calzoncillo, aspirar ese olor picante a orina y residuos de paja y lamer mi baba transparente. Quizá por que estaba en otro mundo no escuché que la puerta de mi cuarto se abrió y que me estaban mirando. El H.P susto no lo comparo con nada en el mundo. Mi chimbo se cayo gelatinoso, estaba pálido, y en mi mano temblorosa, los calzoncillos sucios de ese pelao, que me miraba con mucha desconfianza. - Qué crees que estás haciendo so pedazo de marica? me dijo mientras me arrebatab los interiores de mis manos... yo no contesté nada por que el pecado acusa y entonces con esa pena tan berraca, me tire en la cama esperando haber que podía pasar. Y entonces paso lo más raro de todo el mundo... El pelao este no tenía tanta rabia como yo creía, y me dijo: Si lo que quieres oler es culo aquí está la oportunidad, y entonces se fué quitando todo hasta quedar en pelota, y se me fue arrimando, y yo con ese susto...OLE...gran marica y encaramó sus nalgas por mi cara y me puso su culo en la boca. Al comienzo sentí mucho miedo, pero luego las cosas cambiaron cuando de su huequito salía ese olor característico a higiene y a culito de adolescente, entonces tomé valentía y empecé a mamarle su culo, ya que del ahogao el sombrero y el pelao este empezaba a gemir, y a pasarme su culito por toda mi cara. De un momento a otro se dió vuelta y me dijo, querés tambien oler huevos y chimbo? y ya yo no podía decir nada ya que en un istante tenía su chimbo en mi boca y sus pelotas en mi cara. El sabor de un pene de 18 años, sudadito, al que se le sienten los residuos de la pajita anterior no tiene precio. Y entonces empece a marlo todo y ya no tenía miedo. Al cabo de un ratico me colocó en cuatro patas y me metió los dedos por mi culo mientras yo lo mamaba. De un momento a otro me dió otra vez su culo para que yo le metiera los dedos mios y así lo hice, pero el pelao éste, decidió que yo me tenía que lamer mis dedos luego de meterselos por su culo, pero como ya nada importaba así lo hice y todo me sabía a gloria. Al rato de estarnos pajiando, me colocó de rodillas. Yo continuaba culiandolo con mis dedos, mientras el me daba de mamar de su enorme cola y ahí fué cuendo probé por primera vez la leche caliente. Su sabor extraño aún lo recuerdo. Toda su leche se me fué sin poderlo evitar garganta adentro y entonces como un ternero...empece a lamerle la verga para no perder una sola gota y luego...como si fuera una cena de sabores, me metí los dedos en la boca para impregnarme de esos olores. Pero la cosa no terminó ahí...Cuando Juan Martín terminó de lechiarce en mi boca, empezó a llamar a su hermano Andrés desde su habitación. Este estaba un poco tomado ya que estaba con su novía en la calle y al llegar a acas se había tirado a ver T.V. en sus cuarto. Al llegar, se dijo algo al oído con Juan Martín y este entró a la habitación y tan rápido como pudo, se quitó la ropa delante de su hermano y delante mio y colocó tambien sus nalgas en mi boca obligándome a mamar culo otra vez. Su culo estaba calientico y de un sabor diferente. De su culo salian cuatro o cinco pelos que yo tragaba y tiraba y con los que hacía gemir a Andrés. Luego montado sobre mi, en posición 69, me tiro al piso y me quitó la ropa y ordenó a su hermano a que me lo mamara para el poder mirar. De esa manera terminé enredado en mi primer trio de mi vida y con la expectativa de ver a dos hermanos pichando a mi lado y haciendo de mi como invitado a la casa todo lo que ellos quisieran. Me lo mamaron, me metieron los dedos en el culo, me les tome sus pajas, el sudor de sus nalgas, sus besos, besos finales llenos de saliba, los tragaba como si fuera el pan de cada día. Y así de esta manera amaceció sin darnos cuenta que habíamos pichado toda la noche y que olíamos terrible. En la mañana, la mamá de estos muchachos, la amiga de mi madre, como que notó algo, porque me entregó de nuevo a mi madre y desde ese día no he podido volver a oler el culo de Juan Martín y de su hermano Andrés, quienes me cobraron caro el favor a mi madre.

Fuente angel y demonio