Mi feminizacion forzada

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Cierto dia llegando del trabajo mi esposa, me recibió muy efusiva, lo cual note sin darle importancia. Durante la cena sus miradas se centraban en mi y su angelical cara me miraba imaginando cosas. Por lo que no aguantándome las ganes le pregunte: -¿Te pasa algo? – en respuesta una sonrisa en su rosto se dibujo mientras me decía – ven vamos a la recamara te compre algo – Cuando llegamos varias bolsas se encontraban entre el piso y la cama, al descubrirlas sabia que se trataba de lencería, sin embargo cuando saco todo y lo puso sobre la cama me dijo –date vuelta y desvístete – acto seguido me obligo a ponerme un brassier de fino encaje de media copa color blanco, con una tanga que hacia juego abierta de la entrepierna, por medio de la cual sobresalía mi ya erecto pene.

Seguido a esto me puso un liguero también decorado con encajes y unas medias color humo sobre las cuales me calce una minifalda en color blanco con abertura a los costados que se unían por unas agujetas negras dejando entrever parte de mi liguero. A esta latura ya había descubierto su juego, puesto que ya me había estado mencionando que quería vestirme de mujer y que le hiciera el amor.

Los zapatos eran de tacones altísimos creo que de 15 o 16 centímetros con plataforma, de cintilla que amarran por el tobillo. Me puse unos senos de látex falso, para simular unos prominentes pechos y después una sexy blusa de tirantes con escote en color blanco también haciendo juego con el resto de mi ropa me senté en el borde de la cama y mi esposa, se dio a la tarea de maquillarme los ojos, la boca y me puso unas pestañas con uñas postizas. Posteriormente me puso una peluca lacia que me llegaba a media espalda en forma de v color negra.

- Ponte los accesorios y te espero abajo en el comedor – me dijo con voz excitada
Haciendo caso a su mandato me coloque un collar de fantasía que sobre caía en mi escote unas arracadas y una pulsera. Cuando me vi en el espejo no pude evitar excitarme. Mi ropa interior se sobre dibujaba por mi falda y se alcanzaba a ver mi erecto pero prisionero pene. Baje con cautela las escaleras pues aun no me familiarizaba bien con los tacones, al llegar a la sala mi esposa se encontraba desnuda sentada en el sofá sin moverse

- voy a subir a cambiarme, aquí me esperas sentada y callada – Me dijo imperiosamente – No me tardo casi nada – Termino poniéndose de pie, mientras yo veía sus senos moverse de una lado hacia otro. Por lo que solo atine a decir – Si -

Me senté en el sofá como mujer, es decir con las piernas cerradas y ligeramente de lado. Mientras veía televisión. Pero después de 20 minutos la impaciencia se apodero de mi y para calmar mis nervios tome la cajetilla de cigarros de mi esposa que dejo sobre la mesa, y como pude encendí uno, ya que las uñas postizas no me ayudaban de mucho, al los dos minutos vi a mi esposa parada en la entrada vestía únicamente unas botas altas de tacón que le llegan a media pierna de cuero y un brassier de tiras de cuero negro.

- Con que te estas fumando mi cigarros no?, ahora voy a tener que castigarte. Por puta – Me dijo mientras se acercaba a mi. Retiro el cigarro de mi mano y me obligo a ponerme boca a bajo en el sofá y amarro fuerte mis manos por la espalda, siguiendo con mis codos obligándome a sacar los pechos. Ato mis tobillos a la altura de la cintilla que los abrocha y mis piernas ya juntas las amarro con el lazo sobrante. Saco una mascada negra y me vendo los ojos.

Levanto mis pies hasta que mis talones enfundados en los altos tacones, tocaron mis nalgas y los amarro a mis manos, después me dio vuelta dejándome acostado de lado y trasvestido. escuche sus tacones alejarse y volver después de unos cinco minutos puso un cigarro en mi boca y lo encendió pero después de eso puso cinta adhesiva en mi boca dejándome el cigarro pegado en los labios, y amordazándome al mismo tiempo.

Sentí su mano acariciar mis piernas y como lentamente subía mi falda para sacar mi ya mojado pene. Después sentí como introducía mi pene en su boca, y así estuvo mamándomela como cinco minutos, mientras el cigarro se consumió en mi boca, después de ello lo cambio amordazándome de nuevo con otro cigarrillo, pero ahora solo me acaricio hasta que se acabo, después de eso me quito la mordaza y me metió un pequeño pene de plástico en la boca mientras me decía - mámalo puta, te gusta – a lo que solo contestaba con gemidos. Sentí como me dio vuelta para quedar de nuevo boca abajo y mi pies fueron desatados, subió mi falda hasta mi cintura y me bajo las pantaletas, después de una pausa me lubrico el ano, a lo que empecé a moverme para tratar de desatarme, pues sabia que su intención era penetrarme con algún dildo.

Pero gemía y me movía en vano sentí la estocada fuerte y mi mundo fue diferente desde entonces. Permaneció quieta un tiempo en lo que mi esfínter se adapto y después poco a poco empezó a cogerme al mismo tiempo que me pegaba de nalgadas y me decía que era una puta sucia, una vulgar una corriente y una perra.

Después de eso se paro y la escuche como se retiraba mientras me dejaba ahí en el piso atado, amordazado, travestido y recién cogido. Tiempo después regreso y me voleteo boca arriba para penetrarse pues aun estaba con el pene erecto, una vez que me vine, comenzó a quitarme las cuerdas, la mordaza y la venda de los ojos, pero seguía con las manos atadas. El hormigueo y entumecimiento me estaba matando.

Ella simplemente se sentó desnuda frente a mi y mientras fumaba sus tacones jugueteaban con mi semi erecto pene, después se puso a jugar con el hasta que se sacio y me desato dejándome completamente seco.