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Y un día me animé

Debemos convenir que las morales hegemónicas no contemplan que uno, a los 29 años, se anime a probar cosas tan nuevas y menos en relación al sexo.
Debo confesar que desde chico me interesó el contacto con algún amigo pero nunca se me ocurrió materializarlo. La única oportunidad que intenté algo fue aquella vez que en una casa abandonada, mientras nos hacíamos unas pajas mirando almanaques ochentosos le dije a un amigo si quería "espadear". El se negó, dijo que la tenía muy grande y que le iba a ganar. Con tan sólo 13 años, ese fue el único intento hasta hace unas 3 semanas. Además ¿Cómo iba a seguir intentando se de a poco me fui convirtiendo en un macho clásico y conservador? 2 o 3 novias a la vez, defensor central al estilo Schiavi, bastante peleador y con físico bien duro. Hace 6 años que tengo una relación increíble con mi novia y hasta había logrado sentar cabeza siendo 100% fiel.
Que pasó entonces? Como caiste a esta categoría? Muy bien no sé lo que pasó pero les aseguro que todo lo busqué.
Camino al nuevo trabajo desde hacía 6 meses, venía cruzándome un hermoso trava vestido de civil, nada gato. Me imaginaba que vivia por ahí porque siempre salía vestida de oficina. Nunca me había puesto a pensar si me gustaría estar con algún tipo, pero esta mujer me mató por su enorme femeneidad y por la idea de poder conocer una verga.
Pasaron 5 meses y ya nos habíamos visto unas 10 veces.
A la undécima la paro y le pregunto: "¿sabés donde queda la calle Sarmiento?"
Sonrió y repondió: "Dos cuadras, derecho" y se fue.
Una semana más tarde, venía distraido con mi celular mandando mensajes a mi novia cuando escucho: "¿la calle Sarmiento?"
Por supuesto que era ella y yo sin animarme: "Dos cuadras" le sonreí y caminé rápido muerto de la verguenza.
Por mi cabeza no pasaba ni el cuestionamiento. 2 semanas pasaron y sucedió otra vez: yo distraido y ella la misma pregunta. Pero esta vez respondió mi inconciente: "Sarmiento no sé, pero acá a la vuelta hay un telo hermoso".
"De verdad? No lo conozco"- Sentenció irónica
"Yo tampoco, me contó un amigo. Vamos?" Pregunté
"Ahora no, si querés a las 7 de la tarde" Replicó
Tiré un "dale" y uhí antes que me vean. Durante ese día no pude resolver ni un asunto en el trabajo. Sólo se me pasaba por la cabeza evitar esa invitación y negar la idea. Las 7 llegaron y yo estaba en el lugar del encuentro. Ella tampoco se retrasó ni un minuto.
Sin decir una palabra fuimos caminando al telo. Entramos a la habitación y me empezó a besar el cuello. Mi inmovilidad llegada hasta mis muñecas. Sólo alcancé a acariciarle las caderas. Ella continuaba con los besos y al mismo tiempo me dejaba en cueros continuando con los besos en mis pectorales, ombligo y abdominales. A esa altura ya pensaba que iba a estallar.
Fue ahí que empecé a descongelarme y le saqué su blusa. Un corpiño de encaje negro escondía unos pechos duros y del tamaño perfecto. La levanté en mis brazos y la dejé sobre la cama comenzando a chuparle las tetas casi como recién nacido. Mientras hacía eso, mi pantalon había desaparecido. El pete que estaba comenzando rozaba la perfección: ni un diente y hasta el fondo. Con una mano ella se acercaba cada vez más a mi culo intacto. todavía conservador, le sacaba la mano de la zona.
Nos paramos, ella se puso de espaldas y yo desde allí le desabroché el pantalón y se lo saqué con tanga y todo. Me agarró la pija y sóla se estimulaba el culo. Empezé a empujar y de a poco entró toda. Bombié y bombié mientras ella gemía como loca. Hasta ese momento yo me había convencido que era una mina más. Acabamos los 2 al mismo tiempo abrazados por varios alaridos. Nos quedamos abrazados un instante uno al lado del otro.
Charlamos un ratito de cualquier cosa donde me inventé una vida por miedo a que me rastree. Hasta que preguntó: ¿Nunca acariciaste una? Sin tiempo a responder, me agarró la mano y me guió a su verga en descanzo. Me dejó libre y, ya que estaba ahí, empecé a pajearla tal y como a mi me gusta hacermela. Por mi propia cuenta fue bajando recorriendo con besos todo su cuerpo. Llegué a la puntita y comenzé a comerla como si supiera. Ya la sentía dura y comenzaba a sentir el líquido preseminal. Lo saboreé.
Ella comenzó a tocarme el culo nuevamente pero esta vez yo no la saqué. Al contrario, abrí mis piernas para facilitarle la tarea. Al advertilo, me dio vuelta, poco tiempo me besó la espalda y rápidamente comenzó con un beso negro suave y profundo. 5 minutos de lengua lo siguió un dedo que me llevaba al éxtasis. El dedo iba y venía hasta que no aguanté y casi suplicando: "Dámela, no aguanto más" le dije.
Ella se puso de pié, me puse en cuatro y despacio comenzó a puntearme. Sentía como se iba abriendo el orto y no paraba de sentir placer. No podría decirles si entró toda, pero en un rato estabamos acabando juntos nuevamente. Esta vez, yo acabé como nunca. Debe haber salido un litro de ahí.
Nos dimos un beso final casi como despedida, salimos del hotel, nos separamos y todavía no la he vuelto a cruzar.

Esto es todo amigos.


PD: Compañeros, este relato tiene como verdadero sólo lo que precede a la frase: Que pasó entonces? El resto es pura fantasía. Me parece que quiero salir del placard pero no me le animo.

2 comentarios - Y un día me animé

marianotex
Animese mi amigo, pero no lastimes a tu novia, fijate como haces si la dejas para probar otras cosas o la incluis, exitos!!!