Mi despertar sexual 2 (relato bisexual)

En aquella época, teníamos un contacto tan fluído con mi prima que al recordar ciertas cosas que pasaron no puedo entender por qué dejé pasar tantas oportunidades... No lo entiendo pero quizás lo comprendo, en todo caso les cuento mi historia y juzgarán ustedes mismos lo que les digo. Demás está decir que no hay ficción en estos relatos.

En la adolescencia, solíamos encontrar juegos con mi prima Gaby donde el contacto corporal era el protagonista. Recuerdo con mucha nitidez cómo buscabamos cualquier excusa para luchar cuerpo a cuerpo, cómo se entrelazaban nuestras manos y empujabamos hasta que uno de los dos cayera al suelo, luego el vencedor se sentaba arriba de la víctima sujetando sus puños para dominarlo mejor y controlar los intentos del caido por liberarse... Recuerdo con nostalgia que cuando Gaby se sentaba sobre mi pubis, la sensación de placer era tan grande que me costaba proseguir el sentido del juego, no quería por ningún motivo que ella se apartara y la dejaba dominar casi sin oponer resitencia. De vez en cuando hacía un movimiento pélvico más destinado a frotarme mejor contra ella que a liberarme de su exitante tiranía. Recuerdo también que en esos momentos nos mirabamos a los ojos con picardía y complicidad... en esos momentos deseaba terminar con el juego y besarla... besarla como nunca y aprisionarla contra mi cuerpo sediento de placer... pero luego de esa mirada por algún motivo me soltaba y el juego recomenzaba.

Los relatos pormenorizados de esos juegos con Gaby eran los que calentaban tanto a mi amigo Pablo cuando se quedaba a dormir en casa.
- ¿Por que no te la cojiste?- me decía desde su cama
- Es mi prima! no da...
- Qué tiene que ver boludo!! si le tenes ganas y ella también
- no da
- me dejaste re caliente!

Y así comenzaban nuestras pajas... En realidad siempre dude si Gaby participaba con calentura de esos juegos o era solo mi mente perversa que imaginaba lujuria en su mirada ¿por qué jugaba ella entonces? ¿le parecía divertido el juego? ¿creía que tenía mas fuerza que yo cuando se sentaba encima mío?

Mis historias nos dejaban a Pablo y a mi re calientes. No había noche juntos que no nos pajearamos, pero había una historia secreta entre nosotros que nos calentaba más, algo de lo que no hablabamos pero que ambos recordabamos perfectamente. Cada paja que me hacía junto a él, albergaba la esperanza de que Pablo se acercara y me agarrara la pija con sus manos, deseaba que él me pajeara como una vez lo había hecho. SI tenía que pajearlo lo haría... pero necesitaba que me la tocara. También recordaba la culpa que sentimos luego de nuestra experiencia y eso me detenía.

Le mostraba mi pija roja y bien parada, el se pajeaba a mi lado, al alcance de mi mano... le gustaba verme acabar, yo exageraba los movimientos al hacerlo, desparramaba mi leche por mi abdomen con lujuria al tiempo que el se venía y acababa a su vez.

pasamos un año entero calentándonos e histeriqueando de esa manera hasta que sucedió de nuevo. Eran un sábado cerca de las dos de la madrugada, nos habíamos quedado viendo peliculas en el living de casa, mis viejos dormían y Pablo se había dormido también recostado en el sillón. (La pelicula una cagada "el ejercito de las tinieblas") Verlo recostado, dormido en cuero y con su shorcito en mi sillón me calentó. Mi fantasía en ese momento era recostarme sobre su cuerpo y frotarme hasta acabar... pero no podía hacerlo sin que se despierte... (pensaría que soy puto) Estaba aburrido y caliente, pensé en pajearme pensando en él... de pronto una plumita que salía del almohadon del sillón donde él estaba captó mi atención. La tomé entre mis dedos y comencé a molestarlo... Se la pasaba por la cara como si tuviera una mosca, me divertían sus gestos dormido, se rascaba, torcía la boca... pero no se despertaba.
Después de un rato, dejó de hacer gestos... Yo insistía con la pluma, la pasaba por sus párpados, por su nariz, por sus labios y nada. Había perdido todo efecto, estaba por terminar con mi juego cuando veo una erección impresionante que no se disimulaba bajo su short.
Continúo un rato más con la plumita, lo estaba calentándo... abre sus ojos y me dice que está re caliente, que esa "plumita" te re calienta!.
Se sienta y me hace recostar a mi. Yo no necesitaba ninguna plumita para calentarme, pero Pablo de todas formas comenzó, la pasó primero por mi cara, la sensación en mis labios era muy placentera, para luego ir bajando por mi cuello, mi pecho... el abdomen... cuando llegó al pantalón, pidió que me desabrochara para sentir mejor... ofrecí mi bulto bajo el slip, pasó la plumita pero enseguida puso su mano ahi... me estremecí... me la agarró y empezó a pajearme. Yo recostado me retorcia de placer, quería mas! En eso me pide que lo pajee yo también a él. Me siento, le agarro la pija... bombeamos un par de veces y él acaba al toque.
Lo veo salir corriendo al baño... yo termino de pajearme pensando en cojerlo... acabé como loco... pero nuevamente me invadió la culpa. Ni les cuento como estaba él...
-¿somos putos?
- No creo...- le digo para consolarlo... para ser puto hay que cojer, fue solo una paja